𝐄𝐏𝐈́𝐋𝐎𝐆𝐎
Aviso: «Ausencia casi absoluta de diálogos.
Monólogo de la protagonista»
Siete años míos, siete años tuyos.
El futuro es incierto. Ha pasado mucho desde mi graduación. Fue una experiencia gratificante buscar entre todos los alumnos a Gunther y a Petra, mirarnos a los ojos, y a la vez, decir con la mirada "Sí, lo logramos", mientras se escuchaba el júbilo de todos a nuestro alrededor. La primera vez que me sentí bien dentro de una multitud, quizás porque compartíamos la misma alegría y me sentía parte de esta a un solo grito, una sola voz. Al final, la fiesta de graduación, pasó a ser una hoja más de un largo libro de vida, y quizás, el recuerdo más grato de ello, fue cuando mi mejor amiga y yo, abríamos torpemente una champaña, en las afueras de la institución, manchándonos, y con Gunther tomando fotos sin parar.
Cuando uno es adolescente y tiene amigos, lo normal es pensar que estarán juntos para siempre, que estudiaran en la misma universidad, tendrán la misma casa, que irán de viaje juntos, visitaran todo tipo de lugares, las vacaciones en el mismo lugar. Yo cumplí con varias cosas de la lista. Pero, en algún momento, sabía que íbamos a tomar diferentes caminos, ampliar nuestro mundillo—que en algún punto de la adolescencia era bastante chico—y que, tal vez, esa transición, esa transformación, iba a doler un poco. De repente, dejas de saber el día a día de alguien, o simplemente se acabaron los mensajes diarios y vuelven a ser un mensaje cada semana, un mensaje cada mes, hasta que finalmente pierdes contacto, aunque en el fondo sigues apreciándolo como nunca.
Extraño a Petra Ral. Y al decir que la extraño, es casi dramático porque hace solo unas pocas semanas volvimos a tener contacto tras una llamada a mi celular. Ella está viviendo en otro estado del país desde hace unos buenos años, tras conseguir trabajo en una Editorial. Aun puedo recordar lo emocionada que estaba al decírmelo. Sin antes, confesar, que durante los tres últimos ciclos de universidad, había estado escribiendo los borradores de un libro a escondidas.
Y que, tras la llamada, me confesó, después de tantos años, que al fin lo sacarían en físico.
Se titula "Insectos" e iniciaba con una oración que quizás no la saque de mi cabeza por un buen tiempo: ❝ (...) limpia la muerte que has dejado atrás. Así como botas las hormigas que asesinaste con un dedo. Bota mi cadáver, como a los insectos... ❞
La cuestión es que justo ahora estoy en el aeropuerto en plena mitad de julio y una hora antes de que por fin vea a Petra otra vez. Por supuesto, no solo yo iba a tener el honor de volverla a ver, sino también, Gunther, quien está a mi lado con dos cafés calientes.
Con Gunther, la perdida de contacto, se debió cuando, tras graduarse, viajo a otro estado del país con su familia, para un año sabatino. Evidentemente, dejo de vivir en el apartamento de al lado y yo, a los pocos meses, también lo dejé. Un día lo volví a ver cuando salía de mi trabajo. Yo lo reconocí al instante, pero él no me reconoció a mí al verme, solo se quedo quieto como diciendo "tú me recuerdas a alguien" y fue un poco vergonzoso. Sin embargo, me reconoció más por la voz y la forma de caminar, y nos la pasamos hablando de nuestras vidas en un restaurante de la avenida principal. Me enteré que estuvo en varios pequeños trabajos y que finalmente consiguió uno en el cual sentirse satisfecho. Además que en la vida amorosa, su pareja le hacía la vida "imposible" y terminaron hace pocos días.
—Petra se va a asustar cuando te vea con ese niño en brazos, Gun. —digo, mientras tomo un sorbo, y lo observo jugar con Roger, un pequeño niño de cuatro años.
—Esa es la idea.
—¿Tu hermano sabe que estas utilizando a su hijo para jugarle una broma a Petra?
—Te digo que Petra no se lo va a creer. Y este pequeño sabe que soy un tío genial. No le mencionará ni un poco de esto a su padre.
Pasado la hora, nos encontramos entre mucha gente, esperando ver una cabellera naranja entre todos los que salían del avión. Evidentemente, fue una de las primeras en salir. Tiene dos maletas que carga sola y ahora tiene el cabello largo y liso, como en la secundaria. Sonrío ampliamente y antes de que siquiera mis pies arrancaran a correr hacia ella, ella me ve a mí y corre como puede —ya que tiene zapatos de tacón— y se pone a dar gritos abrazándonos.
De repente, antes de siquiera saludar o decir algo emotivo, miró al niño, miró a Gun, y dijo:
—... Ay Gunther, metiste la pata.
—¿Por qué llamas a mi hijo una metida de pata?
Ella comenzó a reír.
—¿Puedo ser la madrina ricachona? Claro, cuando tenga dinero.
...
Acerca de mí, hay mucho de qué hablar. Pero nunca sé cómo empezar, así que comenzaré hablando de cosas triviales, que al final, terminará tratándose de mí. Tras graduarme, comencé a frecuentar el apartamento de Nanaba e Ymir, con Petra. Era como nuestro club secreto, y hablábamos hasta la madrugada entre chisme y chisme, y casi siempre, nos quedábamos a dormir. No duró mucho, pues la vida sigue, y no acaba una vez que terminas la universidad. Las entrevistas de trabajo, me ponían los pelos de punta. Es completamente diferente que un trabajo de medio tiempo.
Pero, después de dos intentos en diferentes lugares, logré conseguir empleo en una empresa hotelera, que estaba aumentando su popularidad y yo permanezco siendo una de las asesoras contables. Aunque tuve miedo desde mi primer día, tuve la suerte, de tener un compañero de trabajo comprensivo: Armin Arlert, un chico de cabellos rubios y muy hábil para el labor. He aprendido muchas cosas nuevas allí, a tener más confianza en mi misma en las auditorías, y en las charlas de empresa. La subjefa de nuestra sección, es una mujer joven, que sabe emplear su liderazgo—, el cual en cierta parte me recordó a mi querida Nanaba—, y algo estricta: Yelena.
Aunque me contento con el trabajo que tengo, poco después de haberlo conseguido, y con el buen dinero que ganaba, me pagué unas clases extras de fotografía. De hecho, en mi último ciclo de universidad, estuve en un Instituto de fotografía profesional, tras al fin costearme una buena cámara e implementos. Siempre me gusta encontrar algo qué hacer.
Lo cual me llevó a varios concursos, de los cuales, no gané todos, pero uno de ellos me llevo a publicar en la revista PDN, mas una pequeña entrevista. Las fotografías, en su mayoría, eran de personas disfrutando de un festival campestre, donde se implementaron increíblemente, la música y el arte. Ese día, mi confianza iba en aumento. Alabaron mis buenas tomas, además de capturar ejemplarmente el espíritu alegre y la belleza de la festividad.
En una de esas fotografías ganadoras, se encontraba Levi Ackerman, a quien enfoqué su rostro, su mano sobre la frente, dándose algo de sombra tras el sol que había salido en lo alto aquel día. Y detrás, obras de arte de autores anónimos, que recién incursionaban en el mundo de la pintura. No puedo decir que en ese tiempo salíamos formalmente, —aunque no hubo ni hay necesidad—. Después del beso en su fiesta de graduación, habíamos salido muchas veces, que compensarían prontamente el año siguiente en el que apenas podíamos vernos debido al auge de sus pinturas en el país.
Si me pusiera a recordar el tiempo con él, lo trataría de resumir, pero al final contaría todo con detalles. Aún así, más que amigos, más que cualquier otra cosa que hubiésemos sido, éramos como confidentes —actualmente la relación es mucho más exclusiva—. Recuerdo pasarme los días enteros en el espacio de su casa que él utilizaba para pintar y secar sus pinturas, leyendo los libros que estaban en los estantes, mientras él seguía pintando como siempre y charlando de vez en cuando. Almorzábamos juntos cuando se podía y había tiempo. A veces, en la noche, hablábamos en voz baja, a pesar de que solo éramos nosotros dos, contando algunos secretos. En los festivales a los que íbamos, le gustaba tomar mi mano, y caminar rápido entre la gente, para llegar primeros a la fila. Y en aquel festival, donde le tomé la fotografía, recuerdo que fue invitado como parte del jurado para la sección de concurso de pintura.
En las noches de invierno, cuando él trabajaba escribiendo algunos artículos, me sentía libre en el estudio donde dibujaba en casa, y yo aprovechaba esos momentos para ver el detalle de las ilustraciones de las narices, los pómulos y los ojos, pues, aunque yo dibujaba como pasatiempo, aún me era costoso ciertas partes de la cara. Una de esas ocasiones, un hallazgo dorado: pinturas pequeñas a color, con la fecha colocada, las cuales marcaban el mismo año en el que al fin hablé con él y formé parte de su círculo de amigos.
Y debo decir, que deseché todo tipo de pensamientos e ideas que tuve de Levi antes de conocerlo mejor, para poder verlo de nuevas formas. Lo cierto es...—y me perdono por esto— que nuestro querido Ackerman tiene muchas pinturas a color desde que empezó en el club de arte. Así es, mucho antes de que yo ingresara a la Universidad si quiera, "cuando aún no hablábamos". Es más, se hallaban lienzos pequeños donde me había dibujado. Aunque siempre decía que solo eran bocetos y que no había combinado bien los colores, yo los amé... Bueno, amé, amo y amaré.
Entonces, descubrí una nueva fase de Levi. Y Levi descubrió una fase mía. Siendo así, existían las veces en las que diferíamos, existían las veces en las que yo me enojaba, y me frustraba con él, donde yo relajaba la mirada y trataba de hablarlo. Algunas ocasiones, él entendía mi enojo, así como otras veces, él también se molestaba y terminábamos discutiendo. Al termino del día, yo le seguía queriendo como siempre, y Levi solía juntar su rostro con el mío, solía callarme la boca temblorosa al pedir disculpas, con un beso.
Levi y yo, éramos como miles de piezas de dominó que iban cayendo de forma majestuosa. No hablo de una caída acerca de un rompimiento. No, nada de eso. Cada dominó caído, significa algo que cumplimos juntos. Él siempre dice que dejo pequeñas piezas en él. Y deben existir palabras que expliquen mejor esto, pero siempre la lengua me falla y...
Ah... Lo mucho que me gustaba acomodarme a su lado las tardes de las vacaciones de otoño, escuchando The Fall, de Rhye, creyendo que las pinturas y él serán para siempre.
...
Hay demasiadas cosas que han cambiado, para bien o para mal. Aún me seguía costando lidiar con los cambios del mundo, es decir, ser consciente de aquellos sucesos que independientemente transforman, cuesta.
Evidentemente, gracias al gran talento y esfuerzo de Levi, y el cómo podía pasar simplemente en las galerías, la ciudad empezó a ser muy pequeña para él.
Un año y medio después de mi graduación, Italia recibió con los brazos abiertos a Levi Ackerman, para una galería expositiva de Nápoles—que pronto se convertiría en una estancia de años, ya que finalmente tendría la oportunidad de estar en una Universidad de Artes—. Rápidamente se corrió la voz, y fuimos a despedirlo en el aeropuerto. Lo único que recuerdo fueron mis buenos deseos, y la carcajada que pegué al ver a Nana llegar con los ojos ojerosos preguntando si llegó a tiempo para despedirse. Traté de estar feliz durante toda la despedida, pero finalmente, cuando el avión partió, solo sentía ganas de llorar. Lo extrañaba, no con dolor, pero lo hacía.
Incluso ahora quiero ir a verlo. Y ver lo que ve, allá, con él.
Cuando yo tenía quince años e iba a la antigua casa de Petra para los trabajos en grupo de escuela, había escuchado a su madre decir —quizás de forma cruda— que normalmente después de los estudios universitarios, "solo se reunirían con sus amigos para cumpleaños o funerales."
Señora, déjeme decirle, que tiene toda la razón.
No se puede ser feliz todo el tiempo, habrán tiempos en los que caeremos inevitablemente. Y el curso sigue. No creía tampoco que siete años iban a ser tan calmados, pues incluso la calma presagia las grandes tormentas. Murieron familiares cercanos, a veces padres, otros años eran las madres... Como el padre de Petra, un par de años después de que ella se haya graduado. O el accidente automovilístico que ocurrió en la autopista central, donde en uno de los autos se encontraba Hanji Zoe, que nos tuvo a la mayoría pendientes en el hospital—, que para sorpresa de algunos se encontraba Mike trabajando—, y del que no se recuperó del todo, pues perdió la vista de un ojo.
Los días pasaron lento. Así lo sentí, hasta que de pronto, se cumplieron siete años y solo llegué a pensar "A la mierda, como que muy rápido ¿no?"
Cuando de lejos vi a Erwin de pie, con su gran saco marrón, camisa impecable, los cabellos rubios hacia atrás, pensé que lucía como esos joviales presentadores de TV norteamericana. He escuchado de Nanaba que él reparte clases en una de las mejores universidades de Estados Unidos, además que es jefe de un círculo de la enseñanza de Física en el país y que, desde siempre, todos pensamos que iba a ser un hombre exitoso, y así ha sido desde luego. Después de todo, tenia todo para ser un líder. Y por otro lado, Hanji, con un abrigo verde y el cabello muy corto también repartía clases universitarias; sin embargo, empezaba un nuevo trabajo de investigación gracias a un pago del gobierno.
Quien recordó lo de la cápsula fue Nanaba. Y solo porque ha dejado algo valioso ahí, y no había dormido por pensar en recuperarlo y me llamaba todos los días desde que lo recordó, para ir a preguntar por Hanji en su centro de trabajo.
De hecho yo, la había olvidado durante tiempos intercalados.
¡Por cierto! ¡Nanaba! Mike y Nanaba trabajan en el mismo Hospital Central en horarios tan extenuantes que no podía imaginar. De hecho, Nanaba fue la mejor de su clase y se graduó con honores un año después de mi graduación. Actualmente, ambos son neurocirujanos. Por lo que sabia de Ymir, ex compañera de cuarto de Nana cuando ambas aun cursaban estudios universitarios, se dedica exclusivamente a diseñar portadas de álbumes para bandas o cantantes en solitario.
Y aquí las coincidencias de la vida.
Baden-Baden Baddest es una nueva banda que surgió desde los pequeños bares de las plazas de la capital. Yo los vi crecer, vi a Farlan—con quien, por cierto, perdí el contacto por unas cuantas semanas, pero al final volvimos a hablarnos como siempre—, cumplir uno de sus tantos sueños y el grato recuerdo de haber estado en su primer concierto en el Tonhalle Palast —, al cual me llevé a Armin, pues al igual que yo, ama ese estilo de música y por cierto, después del concierto, lo lleve a conocer a los miembros de la banda. De forma casi predestinada, Eren Jaeger se lleva de maravilla con él—.
Cuando finalmente abren la capsula, encuentro maravillas dentro. Petra sostiene sus sobres con las mejillas rosadas, Gunther sacó lo suyo, yo agarré mis fotografías y Nanaba también.
¡Hay de todo! Petra nos leyó (con algo de vergüenza) su carta a su yo del futuro y de todo lo que confiaba que lograríamos nosotros, algunos poemas y escritos —demasiado lindos como ella—. También, en sus sobres, guardo unos pendientes que un poco se han dañado, la invitación a la fiesta de Hanji de ese tiempo. Gunther, tiene en manos la lista de canciones que le gustaban bastante en la época universitaria, para "saber si antes tenia unos gustos de mierda" lo cual nos provocó una risa y amplió un nuevo tema sobre canciones que nos solían gustar bastante. Yo había enterrado El Perfume, y muchas fotografías con leyendas en la parte trasera, que iban desde "Petra encima de la camioneta de Erwin" hasta "Nanaba en ropa de baño", a lo que Nana también sacó las fotografías que enterró, las cuales dicen cosas como "todos corriendo como imbéciles en el bosque" haciendo alusión que tomo bastantes fotos cuando Mike nos asustó en el viaje.
Moblit llega tarde. De hecho, recién está aparcando el carro con una sonrisa en la cara. Hasta hace poco supe que Hanji y él ya no salían juntos.
Al final, todos sacamos nuestras cosas, pero la caja grande, que pertenecía a Levi Ackerman, seguía allí dentro.
La miro, y a la vez, imagino que él esta al lado, con la expresión más seria del mundo, quitando su caja. No obstante, no está. Y al ver un par de manos sacar la caja, mi corazón palpitó con fuerza. Hanji fue quien la saca, con una expresión extraña: Levi se ha enfermado un poco en Italia y le pidió a la mujer de lentes, tras una llamada la semana anterior —porque sí, Nanaba también lo molestaba con llamadas a él por lo de la cápsula—, que lo hiciera por él, ya que no podría estar aquí durante el mes.
Mike muestra lo primero que se ve al abrir la caja: un cuadro, donde nos hallamos retratados alrededor de la fogata, pero al parecer solo es un cuadro de los tres que hay allí. Ya que, los tres cuadros juntos, conforman un mismo escenario. Me distingo rápidamente. Predominan los tonos marrones a negros, y el punto de luz amarillenta de la fogata con los naranjas del centro.
Y parece tan real que, incluso puedo escuchar las risas que todos teníamos en esos momentos cerca a la fogata.
Después, Mike me entrega una caja que se encontraba, hasta hace unos segundos, al lado de los cuadros. Tiene mi nombre impreso y la sostengo un tanto atónita. La abro con delicadeza, y descubro un libro.
Un libro de artista ¿los conocen? yo he visto algunos en las tantas galerías, pero simplemente eran tan íntimos que ni siquiera los artistas lo vendían, solo los exponían. Mayormente, aquellos llevan poesías ligadas a dibujos, o simplemente dibujos, o quizás solo manualidades dentro.
Recién cuando llego a casa, siento la valentía suficiente para abrirlo. La primera hoja, es una mancha de tinta negra y parece contar una historia a través de dibujos... Donde una sombra llena de borrones parece dibujar, y en otra página, aquella sombra parece conversar con una chica (muy guapa por cierto). Y luego una fogata, parecen ambos en una fogata junto a otros personajes... Y le sigue aquella sombra conduciendo un auto, con la misma chica al lado. Poco a poco, la sombra llena de borrones, parece ser mejor dibujada, ya se pueden distinguir sus manos, sus pies, su nariz. Mientras pasas las hojas, a la sombra se le ven los ojos y entonces me percato que es un hombre. Finalmente, la figura de un hombre,—que antes fue sombra—, junto a una mujer, sentados en un sillón, frente a una pintura de ángeles y vírgenes.
"Te dibujaría sentada, viendo esta pintura, pero no podría dibujarme a mí. No sé cómo hacerlo, y arruinaría un buen trabajo, dejando una gran mancha oscura al lado tuyo."
La mujer soy yo. Y la gran mancha oscura, de trazos grisáceos y negros, página a página se convirtió en Levi Ackerman.
Abajo, en la hoja final, escrito mi nombre, más la respuesta a lo que alguna vez le dije.
"Gracias. Tú también eres la persona más genial que he conocido."
Me echo en la cama y me siento una niña otra vez mientras mi cuarto lleno de pinturas me acompañan. Quiero ir a Italia, preguntar por cómo estás cara a cara y no solo en videollamadas, y saber sobre ti.
Siete años puramente míos, y siete años tuyos, Levi Ackerman.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
⊰ 𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑! ⊱ (antigua)
⊰¡Hola, hola! Sí, sé que paso un buen tiempo desde el final, pero aquí les traigo el epílogo.
Sinceramente, es algo de lo que me siento orgullosa. Pues, sí, me encanta hablar del futuro, un futuro apegado a una realidad escrita.
¿Cómo han estado? yo super ocupada con mi trabajo y estudio, en esta semana estaré publicando mis agradecimientos, curiosidades de esta historia y los dibujos que mandaron (y que si tienen alguno, pueden mandar al Instagram LacrymariaDoll) Por cierto, también agradezco mucho a los usuarios que crearon playlist de esta historia, son libres de dejarlo aquí para que más lectores lo vean 💗 De igual forma publicaré el listado de canciones en las curiosidades.
Cuídense mucho.
¡Y muchas gracias por leer hasta aquí!
(actual)
lit, todo lo que escribí en la nota anterior. siempre me tardo demasiado </3 lqm
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