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chapter one
❝encantada de conocerte❞

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Londres, Inglaterra
Junio 2012

EL RELOJ DE LA OFICINA DE ODESSA MARCABA las ocho de la mañana cuando a su puerta llegó Clyde Easter para informarle que quien ocuparía su puesto ya se encontraba lista para presentarse ante todos en el lugar.

Odessa siguió a quien ahora sería su antiguo colega de trabajo mientras pensaba en los buenos momentos que había pasado en compañía de aquel hombre. No podía decir que lo consideraba el mejor de sus amigos, pero le agradaba y había sido un excelente compañero de trabajo, uno que la había auxiliado en mas de una ocasión durante sus primeros años en la Interpol.

— Te voy a extrañar mucho, Clyde. ¿Ahora con quién tomaré mi té de la tarde?— le dijo Odessa a su compañero— Solo espero que quien sea tu reemplazo sea igual de bueno que tú

— Yo también te voy a extrañar Odessa, realmente fue un placer trabajar junto a ti. Con respecto a lo del té, espero poder venir un par de veces para que eso se repita— le respondió él sin detener su camino— Y créeme que ella hará un trabajo increíble. Es de las mejores que conozco

— ¿Es una ella? ¡Qué increíble noticia!— exclamó la castaña con felicidad— A este lugar le hace falta mas presencia femenina y que mejor que una de las grandes sea una mujer. ¿De dónde es?

— Trabajé con ella durante varios años en varias misiones. Aunque su último trabajo fue como perfiladora en la UAC— contaba Clyde

— He escuchado de ellos. Están ubicados en Virginia, ¿No es así? No lo recuerdo muy bien— preguntó Odessa y recibiendo un asentamiento por parte del hombre— Bueno, por las pocas cosas que he escuchado de ellos se que son bastante buenos, así que con eso creo poder darme una idea de lo buena que será ella en el puesto

Ambos siguieron caminando, llegando así a la gran oficina que Odessa pudo ver la espalda de una mujer de cabello negro y largo.

— Emily, quiero presentarte a Odessa Knight, ella es mi mano derecha y quien te va a ayudar con todo el proceso de adaptación— habló Clyde— Cualquier duda que llegues a tener, ella con gusto te responderá, es de mi completa confianza

Fue en ese momento que la pelinegra dio la media vuelta, logrando que Odessa y ella pudieran chocar sus miradas por primera ocasión.

Odessa se quedó en un silencio absoluto, como si a su cerebro se le hubiera olvidado como hablar o como moverse para presentarse. Todo gracias a a que se encontraba completamente impactada por la belleza de quien sería su nueva compañera de trabajo.

Ahí estaba ella: Emily Prentiss, una mujer tan deslumbrante que parecía haber sido creada por algún genio artístico.

— Un placer en conocerte. Clyde me habló mucho de ti— saludó Emily con una majestuosa sonrisa— Espero que podamos hacer un gran equipo

— Si... por supuesto— asintió Odessa aún cautivada por la belleza de Emily

Odessa quería decir más. Quería presentarse de manera adecuada, sin embargo las palabras seguían sin poder salir de su boca.

La castaña se sintió cautivada en un instante, incapaz de apartar la vista. Emily irradiaba una confianza serena y una calidez que envolvía a todos a su alrededor.

Las mejillas de Odessa comenzaron a enrojecer mientras una ráfaga de mariposas parecía revolotear en su estómago.

Fue extraño. Pero sin duda un sentimiento maravilloso que ella jamás había experimentado. Las maravillas de caer encantado por alguien con solo una simple mirada.

La castaña había escuchado durante años historias sobre el amor a primera vista, sin embargo ella nunca las creyó. A su parecer se necesitaba mas que una mirada para poder sentir algo por alguien... sin embargo esa mañana todo ese pensamiento pareció volverse basura.

Y es que no había otra manera de describirlo. Odessa cayó completamente por Emily con solo una mirada y una preciosa sonrisa.

Odessa quedó encantada de conocer a Emily.

— ¿Te parecería si... si te doy un recorrido por las instalaciones?— sugirió Odessa tratando de que no se notaran los nervios en su voz— Para que te puedas ir familiarizando con todo

— Si, claro. Me encantaría— sonrió nuevamente la pelinegra— Eso sería estupendo

— Las dejaré a solas para que puedan conocerse. Tengo cosas que hacer antes de partir así que las veré mas tarde— dijo Clyde notando como las manos de Odessa comenzaban a temblar de manera ligera ante los nervios— Aprovechen que la carga de trabajo hoy no es tan pesada

— Si... claro— sonrió la castaña sin dejar de ver a Emily

•••

Durante aquel recorrido en las instalaciones de la Interpol, Odessa no podía evitar sentir algo de nervios en su interior por estar compartiendo ese lindo momento con Emily.

Y es que cada gesto que la pelinegra realizaba, parecía llenar a Odessa de una calidez y ternura infinitas. Cada palabra que salía de sus labios era música para sus oídos.

Sin saberlo o tan siquiera sospecharlo, aquel encuentro casual se estaba transformando en un momento que Odessa guardaría en su memoria.

Y es que mientras mas palabras salían de la boca de la pelinegra, Odessa solo podía pensar que la belleza exterior de Emily solo servía como un reflejo de la bondad, inteligencia y fortaleza que había en su interior.

— ¿Y que me dices tú? ¿Llevas mucho trabajando aquí?— preguntó Emily  cuando ambas se sentaron en la cafetería— Siento que he hablado demasiado sobre mi durante el último rato. Cuéntame sobre ti

— Mi vida no suena tan interesante como la tuya, así que créeme que no me molesta seguirte escuchando— le respondió la castaña

— Me niego a creer algo como eso. La vida de alguien que se dedica a lo que nosotras es todo menos aburrida o monótona— decía Emily— Vamos, cuéntame algo. Estoy segura que tienes grandes historias que contar. Pero si no sabes con que empezar puedes decirme como es que llegaste a la Interpol

Odessa suspiró mientras pensaba que clase de anécdota podría contar.

Y es que Emily tenía razón, por supuesto que su vida como agente era muchas cosas, menos aburrida o monótona. Sin embargo en ese momento la mente de Odessa parecía que se había quedado en blanco y su único interés era escuchar todo lo que la pelinegra tuviera por decir.

— Bueno... este trabajo es todo lo que siempre soñé. Llevo muchos años esforzándome para llegar hasta este lugar— contaba Odessa mientras tomaba de su taza con té— Pasé por muchos puestos antes de lograr llegar a la Interpol, pero todo eso me ayudó a ser alguien buena en lo que hago.

— Eso es increíble. Felicidades por el logro— sonrió Emily— Se lo que cuesta llegar a este punto, no muchos lo logran o están dispuestos a abandonar muchas cosas por el puesto

— Si, lo entiendo. Tuve algunas amistades en el camino que tuvieron que retirarse porque no deseaban pasar tanto tiempo separados de sus familias— respondió Odessa asintiendo— Y lo entiendo, las parejas y los hijos se vuelven una prioridad con el paso del tiempo

— ¿Tú no estás casada o tienes hijos?— preguntó la pelinegra

— Ni siquiera tengo pareja — negó Odessa de inmediato— El trabajo no siempre me da el tiempo para mantener una relación de ese nivel. Y sobre lo de los hijos... no lo sé, no me veo siendo madre. Me gustan los niños, pero creo que a mi edad y con mi trabajo, no creo poder darles la atención que merecen y tampoco quisiera que estuvieran todo el tiempo por niñeras o algo similar. Además... nuestros empleos no son precisamente lo mas seguros y bueno... entiendes

— ¿Cómo que tu edad? No digas eso, que luces igual que yo y eso me haría sentir vieja

— No, juro que no era la intención. Lo siento— rio Odessa avergonzada— Quiero decir... que comprendo que conforme la edad avanza en nosotras, se vuelve mas complicado el tener hijos

— No te preocupes. Entiendo a lo que te refieres— decía Emily también tomando de su taza de té— Y no podría estar mas de acuerdo contigo. Entre nuestros empleos y todo lo que estos traen consigo... la maternidad es mas complicada

Odessa asintió con una mueca en el rostro.

El no tener hijos nunca fue un tema que le afectara, sin embargo existían momentos en donde le gustaba imaginar cómo sería su vida si hubiera decidido formar una familia en lugar de dedicar toda su atención y tiempo a su empleo.

— Y cambiando de tema, ¿Cuál dirías que es tu cosa favorita de Londres?— preguntó Emily— He estado aquí varias veces pero siempre por empleo y por lapsos breves. Pero ahora que me he mudado quiero poder conocer mas

— Pues, como a la mitad de los británicos me gusta ir a las locaciones de Harry Potter— rio Odessa— Ya se que suena a algo infantil, pero el ir a esos lugares me recuerda a cuando mi mamá me compró los libros y me los leía

— Eso suena lindo y nada infantil, así que ni siquiera lo menciones. Tal vez algún dia vaya. ¿Algo más?

— Pues... me gusta visitar invernaderos. Me encantan las flores y me dan una paz bastante grande— siguió contando Odessa— El ver todas esas flores es un recordatorio de que pese a que existen cosas horribles en el mundo, aún existe la belleza y la pureza...

Emily no dijo nada, simplemente se quedó mirando a su compañera con una sonrisa.

— Eso... eso suena increíble. En definitiva me gustaría ir— dijo Emily

— Podríamos ir juntas... si quieres... no es obligatorio, podría solo decirte a donde ir y...

— Me gustaría ir contigo— interrumpió Emily sin borrar la sonrisa de su rostro

— Eso es... perfecto— suspiró Odessa sintiendo algunas mariposas en su estómago