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Capítulo 6|𝐔𝐍 𝐑𝐎𝐁𝐎𝐓

La pelirroja miraba a Edah sin decir absolutamente nada, no sabía porque había tomado aquellas actitudes con aquel arquitecto y es que por más que pensaba en ellos dos juntos, se le hacía algo realmente difícil.

—¿Dónde estabas Dada?, nos tenias con el Jesús en la boca.

—Lo siento, les explicaré todo.

—Anda, tenemos toda la tarde... -responde Gianna y Scarlett suspira.

—Bueno, cuando salí del Auditorio, fui al estacionamiento por el coche pero vi el de Jeon Jungkook, así que se me ocurrió la maravillosa idea de rayarle el auto. —respira profundo y vuelve a hablar. —Pensé que con las llaves que traía en mi bolso...

Su bolso, había perdido su bolso.

—No puede ser.

La castaña miró a sus amigas, quienes esperaban pacientemente por que continuara hablando, pero ella no pensaba hacerlo cuando recordó que había olvidado su bolso.

Y peor aún, en el coche de Jeon Jungkook.

—Esto no puede estar pasando.

—¿Ahora qué? Edah, me está doliendo la cabeza joder, que demonios pasa. —comenta Gianna.

—Pasa que olvide mi bolso en el auto de aquel imbécil. Le rayé el auto con mi labial, él se dió cuenta y bajó la ventanilla del auto, salió, me reclamó y discutimos. Vi unas esposas en el asiento del copiloto y los tomé pensando que si quería llevarme a la policía estaría bien que estuviéramos esposados.

—Y ahora te das cuenta que fue pésima idea. —comente Neveah.—Aunque no te culpó, es demasiado guapo.

—Y sexy...—exclama Serenity.

—Basta, no sean ridículas, necesito mi bolso.

—Vamos, conozco el lugar donde está su empresa.

Las demás asistieron y fueron al lugar.

[...]

Jungkook llegó a su empresa echo furia, estacionó su auto frente a su empresa y antes de que bajara y tomara su teléfono, observó una bolsa blanca y pequeña, sonrió ante el recuerdo de la castaña. Movió su cabeza en negación, llevando consigo aquel bolso.

Al entrar el edificio, observó a todos sus empleados y fue hacia su oficina resguardada, llamó a Jimin y fue seguido por su secretaría. Este la miró enojado, reconocía que a veces se pasaba de la raya con los comentaros negativos que hacía sobre ella, pero en esta ocasión, había sobrepasado sus límites, era su secretaria de hace años, pero estaba harto de que nadie hiciera bien su trabajo.

—¿Sabes lo que ocasionaste con tu insensatez, Layla?—ella solo pudo agachar la mirada y suspirar.—Ahora tengo una jovencita furiosa con la vida y conmigo.

—Jungkook...-interviene Jimin, pero el pelinegro tan solo lo ignora.

—¡¿A caso no sabes lo que ocasionaste?! Claro que no, pero te lo diré.—la fémina lo observó temerosa y con lágrimas en los ojos, ella aceptaba su error, pero también sabía que algo no encajaba.—Aquella chica es estudiante de la universidad a donde asistí y dada la casualidad que le quitaron la beca, ahora no podrá graduarse, espero seas consciente de eso.-sobó su frente y exclamó.—Quiero que antes de que te despida, busques a alguien que pueda reemplazarte, ahora solo habla con mi abogado, que venga a mi oficina.

—Si joven Jeon, permiso y una disculpa—hizo una reverencia y salió de aquella oficina.

—No debiste ser tan duro con ella, si, se equivocó, pero también debes reconocer que pudo haber sido un error tuyo. ¿Adems, quién era esa chica? Es bonita.

—Ahora no es momento Jimin, estoy realmente cansado. Solo sé que me odia.

El rubio iba a hablar, pero el sonido de una puerta abrirse les llamó la atención. Un señor calvo entró, tenía un rostro serio e iba muy arreglado, con su traje de color gris, aparentando no saber nada, fingiendo ser ignorante de la situación que atravesaba aquel joven quien se frustraba por no saber que había pasado para que aquella linda chica que lo odiaba tanto, aunque recordaba que era sobre la anulación de su beca que le permitía seguir estudiando, pero Jungkook no sabía la razón exacta del por qué se la cancelaron, en su mente jamás pensó hacer eso.

Tenía que investigarlo.

—Buenas tardes señor, me comentó su secretaria que quería verme.

—Así es señor Kim, quiero que me diga que pasa sobre las becas que se otorgan en la Universidad Nacional de Seúl, tuve una situación un tanto grave y me enteré que se cancelaron aquellas becas, yo no he autorizado eso.

—Sobre eso, es verdad.

—¡¿Qué?!—preguntan exaltados ambos chicos hacia aquel hombre.

—Hace unos meses estábamos sufriendo pequeños percances en la empresa y usted me comentó que hiciera algunos recortes administrativos, donde no debíamos dar dinero en cosas que no ayudaran a la empresa.

—Entonces usted tuvo la brillante idea de quitar las becas, ¿o me equivoco?—este negó.

—Lo hice para no gastar tanto dinero en algo que no concierne tanto en la empresa y...

—Creo que usted no entendió señor Kim, cuando le dí mi autorización sobre el recorte de fondos, no me refería a quitar las becas de las Universidades, sino, a los gastos innecesarios que hacemos en la empresa, como comprar muebles o hacer otra cafetería, eso es a lo que me refiero de gastos innecesarios.

—Si, discúlpeme señor Jeon.

—Ahórrese sus disculpas, quiero todos los informes sobre los presupuestos de la empresa, transferencias, pagos, absolutamente todo. El señor Park le ayudará, ahora por favor, necesito que me dejen solo.

—Entiendo, permiso.

Aquel hombre salió furioso, pero aparentando sentirse culpable, mientras tanto, Jimin miró por un momento a su mejor amigo, para después salir y hacer su trabajo.

[...]

La presencia de la castaña llamó la atención de todo el personal de aquel lugar, aunque ella no se diera cuenta. El grupo de jovencitas se acercó a la recepcionista, se les hacía mala idea pero si era para ayudar a su amiga, no les importaba tener que hacer miles de cosas que podría meterlas en problemas.

—Buenas tardes, necesito ver al señor Jeon.

La rubia la miró de pies a cabeza y sonrió.

—Enseguida señorita, pero antes necesito saber quién lo busca.

—Da igual, solo dígale que hay un persona que no quiere decirle su nombre quiere verle, el sabrá quién soy.

—Entiendo.-la recepcionista tomó su teléfono y marcó a su jefe. —Señor Jeon, hay una chica que no quiere decirle su nombre quiere verle, dice que usted la conoce.

—Si, la conozco, dígale que en 5 minutos.

Edah tan sólo la ignoró y camino hacia las escaleras para buscar a aquel pelinegro, vio a su secretaria y le preguntó donde se encontraba este hasta que le señaló la Oficina.

La fémina agradeció y entró a aquella habitación sin permiso, gran costumbre de ella. Jungkook estaba de espaldas, observando el bolso, pero volteó cuando escuchó el sonido de la puerta.

—Me habías dicho que no querias volver a verme pero aqui estás.

—Vine por mi bolso, el que tienes en las manos.

—Como sea, me quedaré con esto. —sacó de su bolsillo el lápiz labial que hace un rato la castaña había usado.—Como compensación, aunque me da curiosidad, ¿que más pensabas hacer con esto?

—Eso lo dejo a tu imaginación.

Ella avanzó unos cuantos pasos y tomó su bolso, para luego irse, pero no lo logró ya que el pelinegro agarró su muñeca, acercandolo a él, teniendo muy cerca sus rostros.

—Ya encontré al culpable de tu beca.

—¿Entonces que harás, lo despedirás?

—No, eso solo fue un error.

Ella rió sarcástica.

—¿Un error?Ja, pues ese error arruinó mi vida.

—Mira, te pido disculpas, ¿ok? Te devolveré la beca y...

—Para ti es fácil disculparte en nombre de la persona que lo hizo, la verdad no me interesa, pero mínimo esperaba que lo despidieras, no solo arruinó mi vida, también la de otros estudiantes.

—¡Es que no logro entenderte!

—Y no espero que lo hagas, menos alguien como tú, mira, solo vine por mi bolso, ya no espero volver a verte.

Edah salió del lugar siendo seguida por el pelinegro, quien estaba echo un lío, jamás había conocido a una mujer tan testaruda.

—¡Ven aquí ahora mismo, odio que me dejen con la palabra en la boca!

—No me interesa, Jeon Jungkook.

Ambos bajaban las escaleras a toda prisa, la castaña queriendo salir de ahí lo antes posible, mientras Jungkook quería que lo escuchara.

—¿Puedes detenerte?Al menos para hablar como persona maduras. No seas tan orgullosa, tu misma dijiste que querias graduarte.

Volvió a tomarla del brazo, haciendo un espectáculo a todos los empleados de aquel hombre, quienes murmuraban y se preguntaban quien era aquella hermosa chica.

—Mire señor Jeon, no tengo porque hablar con usted, ya dejó en claro que clase de persona es, no tiene tantito remordimiento y parece que solo con unas mínimas disculpas solucionará todo, así que, espero no volver a verlo nunca más en mi vida, además, le deje miles de correos y en una ocasión vine hasta aquí pero nadie me escuchó.

—Solo discúlpate al menos por lo de hoy.

—¿Es enserio? ¡Usted es el culpable por lo que me hizo, vale, si usted quiere que haga eso, entonces reconozca delante de todos que fue su culpa que me hayan retirado la beca!

—¡Ya está, se acabó, estas loca!

—¡Y usted es como un robot insensible, que no reconoce sus errores!

Ambos presentes quedaron espectantes al escuchar lo que la chica misteriosa había dicho, incluso Layla había tirado su tasa de café, dejando que este se rompiera por el asombro.

—¿Un robot?—repitió Jungkook.

—Ya me has oído, un robot.

Jungkook quedó en silencio, viendo como Edah le daba una mirada retadora para después irse, golpeando accidentalmente a todo quien estaba a su paso.

—¿Quién es ella y por qué se ha enfrentado al señor Jeon?—pregunta el secretario de Jimin, Hoseok.

—Sea quién sea, es mi ídolo.—responde Layla.

Mientras tanto, los demás iban abandonando el lugar, dejando a Jungkook solo y pensando en lo que le habían dicho.

Nadie le había dicho hasta ahora lo que él se había convertido.

¡Holiiis! Espero se encuentren bien, les traigo un capítulo más de esta historia, ahora si se vendrá lo bueno, por fin le dijeron a Jungkook lo que es 👺.

En fin, nos vemos en la próxima actualización, besos 😋💗

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