𝘙𝘦𝘮𝘦𝘮𝘣𝘦𝘳 𝘸𝘩𝘦𝘯 — 𝘞𝘢𝘭𝘭𝘰𝘸𝘴

“ ⁱᵗ ˢᵉᵉᵐˢ ˢᵒ ˡᵒⁿᵍ
ⁱᵗ ˢᵉᵉᵐˢ ˢᵒ ˡᵒⁿᵍ

ᵗʰᵉ ᵐᵒᵐᵉⁿᵗˢ ᵗʰᵃᵗ ˢᵗᵃʸ
ᵗʰᵉʸ ᵗᵘʳⁿᵉᵈ ᵃˡˡ ʷʳᵒⁿᵍ ”

☹︎☺︎︎

—𝕰ntonces, ¿A ti te agrada Snape? —Preguntó sorprendido un pequeño pelirrojo.

La única niña en el grupo, que a la vez era a quien iba dirigida la pregunta, enarcó una ceja ante el interés de su amigo gryffindor.

—Nunca dije eso —Fue su respuesta en un principio, oyéndose en su usual tono serio y tranquilo—. Pero no lo odio, a diferencia de todos ustedes. —Hizo un gesto con su mano para señalar a todos los presentes.

Un pelinegro sentado al lado de la chica tomó palabra.

—Pues a mí no me sorprendería que le agradara, hasta se parecen en personalidad, y si hablamos del cuidado en el cabello... El tuyo también luce un poco grasoso, Noemí. —Dijo en tono burlón, con la intención de hacerla molestar.

A la pequeña no pareció afectarle ese comentario. El niño que acababa de hacer aquella broma no era nadie menos que Dominick, su hermano, y últimamente éste mismo había tomado la costumbre de hacer pequeñas burlas sobre ella. Burlas que Noemí sabía iban en tono amistoso y a las que se comenzaba a acostumbrar.

Sin embargo, uno de sus pelirrojos amigos, George, salió en su defensa.

—No le hagas caso, Noe, yo creo que tu cabello es genial —Le quiso animar —Tal vez un poco grasoso, pero genial.

Noemí supo apreciar el intento de cumplido por parte de su amigo. Con el tiempo fue aprendiendo que sus compañeros de aventuras y mejores amigos no eran tan acertados en cuanto a hablar se refería.

—Creo que mi cabello está bien — Dijo despreocupadamente, pasando una mano por él—, y no me parezco al profesor Snape.

La voz de Lee Jordan se unió a su pequeña discusión.

—¿Y por qué la curiosidad sobre si a Noemí le agrada o no le agrada Snape? —Preguntó, sin comprender porqué de pronto el temido maestro era el tema principal de su conversación.

Los gemelos respondieron juntos a esa pregunta. Primero con sus miradas cómplices, y luego con palabras.

—Queremos jugarle una broma. —Habló primero Fred.

—De hecho, queremos jugarle una desde el año anterior.

Al conocer las intenciones de los gemelos, Noemí prestó más atención a esos dos, dispuesta a escuchar sus malévolas intenciones contra el maestro menos querido de Hogwarts.

—¿A Snape? —Preguntó el hermano de Noemí, notablemente inseguro sobre tal idea—A él ya le hemos jugado bromas.

Los gemelos negaron.

—Bromas pequeñas, inofensivas. Ahora queremos hacer algo grande, algo que lo saque de sus casillas. —Aclaró George.

Lee y Dominick coincidieron de manera no verbal en que esa no era una buena idea. Noemí, por su parte, consideró por más tiempo la propuesta.

—¿Se dan cuenta que podríamos salir con graves problemas? Incluso si usamos alguno de mis planes, las posibilidades de que Snape nos descubra son altas. —Planteó, queriendo saber si sus amigos eran conscientes de las consecuencias que llevaba hacerle una broma a la, probablemente, persona más inteligente en Hogwarts.

Los gemelos no se inmutaron.

—Lo sabemos, pero, ¿Qué es la vida sin un poco de riesgo? —Sonrió Fred mientras hacía su pregunta, pasando su brazo por los hombros del ahora muy callado Dominick.

George se le acercó a Noemí, repitiendo la acción que había hecho su gemelo con el hermano de esta.

—Además, Noe, tus planes nunca fallan.

Un pequeño rubor se instaló en las mejillas de Noemí ante el cumplido. Sabía que lo que los gemelos querían hacer era, por mínimo, una mala idea; pero aún así quería intentarlo. Quería ver si podía encontrar una manera de ganarle directamente al inteligente maestro de pociones y demostrar que ella era más astuta y mejor que él. Un tanto egocéntrico, sí, pero si se tenía en cuenta su expediente con él, era algo entendible.

—Está bien, le haremos la broma a Snape —Aceptó, causando emoción en los gemelos —, pero con una condición. —les hizo saber antes de que siguiesen celebrando.

—¿Cuál? —Les salió al unísono a ambos pelirrojos.

Noemí miró a su hermano por un leve instante.

—Dominick se queda fuera de esto. —Afirmó.

Eso pareció confundir a los gemelos, en especial a Fred.

Dominick era parte importante del grupo.

—¿Por qué? —Preguntó Fred.

Otra vez Noemí miró a su hermano, notando como éste se había mantenido reservado de la conversación desde que los gemelos plantearon su idea.

—Saben que a Snape no le agrada Dominick, y si lo llegase a atrapar le haría la vida imposible. Es preferible que no intervenga esta vez. —Explicó con serenidad y mucha razón.

Dominick no dijo nada, pero Noemí sabía que le estaba agradeciendo. Si alguien temía al profesor Snape, era él.

Los gemelos se tomaron su momento para meditar lo que proponía su amiga, llegando a la misma conclusión que ella y estando parcialmente de acuerdo.

—Está bien, tienes razón —Admitió George —, pero igual se queda con nosotros para planear todo.

Una pequeña sonrisa se esbozó en los labios de Noemí.

—Siempre estará con nosotros, ¿verdad, Dante?

Dominick respondió ante el llamado de su segundo nombre sonriendo con alivio, asintiendo y quedándose tranquilo de consciencia.

— 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.