O5. DIARIO DEL PROFETA

—¿VISTE ESO?—preguntó Evan cuando la chica se sentó a la mesa.

—¿Ver qué?—respondió mientras colocaba una tostada en su plato.

Rosier arrojó el periódico encima de su comida, parecía ansioso. Carina tomó el papel y abrió un poco los ojos.

DIARIO DEL PROFETA

MÁS ATAQUES, ¿CUÁNTO TIEMPO CONTINUARÁ ESTO?

La familia Keeler, de Gran Betania, una pareja muggle,

con su hija bruja, fueron encontradas muertas anoche.

A Devon Keeler, la hija de la pareja, le falta el cuerpo,
fue secuestrada esta mañana,
creemos que está con quien la mató.
Devon se había graduado recientemente de Hogwarts, Ravenclaw.

Los asesinatos son cada día más frecuentes,

esta es la quinta familia solo esta semana,solo falta una hora para que otra familia nacida de muggles se vaya.

Alastor Moody lidera un grupo para perseguir a los culpables.

Todos lamentamos la muerte de la familia y que estena salvo.

Carina arrojó el periódico en su plato y rápidamente se levantó, dejando a sus amigos en la mesa.

Snape, que se dirigía hacia el Gran Comedor, se detuvo al ver que Black caminaba a gran velocidad con la mano sobre la boca y decidió seguirla.

Carina se golpeó la frente contra la pared al doblar la esquina, estaba tan mareada que contó los segundos hasta llegar al primer baño abandonado que vio.

La chica entró empujando la puerta y se dirigió a la primera cabaña que vio, se arrodilló en el suelo y vomitó todo lo que guardaba.

Tenía los ojos llenos de agua y el cabello pegado a la nuca por el sudor.

Apoyó la cabeza contra la pared de la cabina y cerró los ojos, intentando calmarse. Se sentía culpable por todo este ataque, sus padres estaban detrás y probablemente sus hermanas también, y eso solo la hizo preguntarse cuánto falta para que llegue su momento, el momento de hacerse cargo del legado familiar.

Se imaginó lo que le aconsejarían, Narcissa probablemente diría algo como que no es tan malo y que deberíamos enorgullecer a nuestros padres, Bellatrix la abofetearía y gritaría para tragarse sus lágrimas y tomar su apellido, Andrómeda, ella ya no sabría qué decir, su querida hermana mayor decidió que era mejor ni siquiera conocer a Carina si eso significaba perder el contacto con su familia.

Al poco tiempo pensó en sus padres, lo que dirían, no creo que dijeran nada, solo me lanzarían un maleficio para que dejara de hablar, pensó la niña y se rió de su propio pensamiento.

—¿Riéndote sola Carina? Llevas demasiado tiempo viviendo con tu extraña amiga—dice Snape refiriéndose a Pandora—Creo que esta vez te has superado—se rió burlonamente.

—¿Qué deseas?—Black nunca había tenido una buena relación con él, simplemente siempre había estado donde estaban sus amigos, a su parecer era cansado, lo encontraba irritante y controlador.

—¿No es un buen día?—dijo, girando la varita entre sus dedos —Sabes, la noticia me pareció intrigante, ¿no?—sus ojos eran pura malicia mientras la miraba fijamente desde la puerta.

—No, no lo creo.

—Mhm, extraño, ¿no le parece interesante al Black más joven la muerte de los sangre sucia? Me pregunto qué pensarían tus padres de eso—sonrió ampliamente.

—Déjame en paz Severus—dijo levantándose e intentando atravesar la puerta.

—No, no, no—sacudió su dedo negativamente, casi tocando su nariz, bloqueándola—Necesitamos hablar—Carina lo analizó un poco, él nunca fue tan hablador, especialmente con ella.

Snape la empujó, haciéndola dar un paso atrás para mirarlo a los ojos.

—Tú estás detrás de esto, ¿no?—escupió Black enojada. Severus solo sonrió.

—Qué tonta e ingenua—la miró de arriba a abajo—¡¿De verdad crees que podrás seguir siendo Black si no estás en el lado oscuro?!—Carina guardó silencio—¡Merlín! ¡Realmente lo crees!

—¿Y por qué te importa?

—Tuve una conversación con tus padres el otro día, ¿sabes? Son realmente meticulosos, puede que se me haya escapado algo... —habló divertido.

—¿Qué les dijiste?—preguntó en agonía—¡Severus!—gritó—¿Qué dijiste?

—¡¿Realmente no pensaste que podrías guardar este secreto por tanto tiempo, verdad?!—respondió él ignorando su pregunta.

Carina tenía una llama en los ojos, su ira más fuerte que todos sus sentimientos. Los secretos son algo curioso, el nombre está hecho para guardar algo, no contarlo a nadie, pero suelen funcionar como fuente de conversación, un secreto allá, un secreto aquí, dos personas ya conocen dos secretos.

Black apuntó su varita a la garganta de Snape, podría hacerlo explotar allí mismo.

—¡Sectusempra!—gritó—Sí, no soy la única que tiene secretos, Príncipe Mestizo—dijo enfatizando su nombre en clave—Y no soy tan inofensiva —Snape intentó decir algo pero pronto le puso un hechizo silenciador—¿Qué pasa? No puedo oírte.

Había un charco de sangre alrededor de Severus, estaba tratando de gritar de dolor pero no sabía nada, solo estaba pensando en cómo iba a salir de allí si nadie lo escuchaba.

—Sólo te diré una cosa, no te interpongas en mi camino—dijo mientras presionaba con su bota el pecho del Slytherin—Y ni se te ocurra decirle una palabra más a mis padres, ¿nos hemos entendido?—le dio una patada con una risita.

La chica se miró al espejo, se arregló el cabello y se puso su máscara de frialdad, "Las emociones impecables y neutras son las emociones de una mujer Black" la voz de su madre martilleaba en su cabeza.

Revisó a Snape una vez más, asegurándose de que los hechizos no desaparecieran.

Se dio la vuelta y Carina salió del baño sin mirar atrás, la adrenalina poco a poco iba desapareciendo y el miedo se hacía más evidente, los Black jugaron, ganaron, Druella y Cygnus siempre estaban un paso por delante.

El pasillo estaba lleno, el timbre había sonado y los estudiantes se dirigían a sus respectivas clases.

Black caminó rápidamente en un intento de asegurarse de que nadie notara que ella estaba saliendo del baño y que nadie notara que había salido del vestíbulo de entrada antes.

—¡Maldición!—murmuró James distraído cuando chocó con Carina—Ugh, eres tú—dijo en broma pero se detuvo al ver los ojos rojos de la chica—¿Está todo bien?

—Por supuesto, ¿por qué no lo estaria?—dijo dándole palmaditas en el hombro mientras se alejaba.

Potter encontró su comportamiento extremadamente extraño, incluso para un Black, era demasiado extraño.

Iba a dejar ese pensamiento a un lado pero cuando vio un pequeño rastro de sangre que conducía al baño decidió investigar.

James siguió el camino y se sorprendió al ver que el baño 2D, el baño en el segundo piso al que nadie iba, entró lentamente.

Potter continuó mirando la sangre, pero cuando vio un dedo, se quedó helado. Arrastró sus ojos hacia la persona y vio que era Snivellus.

Recordó lo buenos amigos que eran Snape y Carina y lo encontró aún más extraño, parecía estar casi muriendo y por muy tentador que fuera, le gustaría que Lily se lo agradeciera más tarde.

James corrió a la habitación de Dumbledore, las gárgolas lo detuvieron en las escaleras.

—¿Cuál es la contraseña?—dijo uno de ellos.

—¡No sé! ¡Solo dile a Dumbledore que un estudiante se está muriendo!—habló extasiado.

Un minuto después apareció el director, luciendo preocupado, luego James lo guió al baño.

—¿Quién le hizo esto, Sr. Snape?—dijo Dumbledore acompañando tranquilamente al chico a la enfermería tras deshacer los encantamientos.

—Nadie, estaba probando hechizos en mí—repitió Severus por quinta vez.

James, quien los acompañaba, no dijo nada, sabía que Carina lo había hecho, pero ¿por qué lo hizo? ¿Por qué Snape la está encubriendo?

Había tantas preguntas que ya no escuchaba lo que decían, decidió hablar con ella al día siguiente.