𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐝 𝐢𝐬 𝐡𝐞𝐫𝐞.
𝟏𝟗𝟖𝟐.𝟎𝟗.𝟏𝟔
MARY LO INTENTÓ, realmente lo intentó, extrañaba a James y Carina peleando, Lily llamando su atención, Peter quejándose de Sirius, extrañaba Hogwarts.
Por un tiempo, trató de fingir, fingir que Remus no había desaparecido, que Sirius no estaba en Askaban, que James y Carina todavía estaban eligiendo el nombre de Harry, que Marlene estaba peleando con Peter sobre quién era el mejor portero de los equipos de Quidditch, que Lily no se había movido, que todo estaba bien.
Podía sentir sus ojos arder y su garganta cerrarse cada vez que pensaba en la guerra, Mary quería a su madre, quería que le dijera que todo era sólo un susto, quería que la cargara en sus brazos y le cantara hasta dormir.
Mary no prestó atención a ningún sonido fuera de su apartamento, algunas casas estaban siendo reconstruidas debido a la destrucción de la guerra, últimamente había un ruido interminable, pero Mary encontraba mejor el ruido que el silencio, en el silencio que recordaba cuando todo estaba tranquilo, cuando recibió la noticia que cambió su vida.
Era el 16 de septiembre, su cumpleaños, ella misma había hecho una tarta y puesto siete velas, una para cada uno de sus amigos, puso todo su cariño en la receta. Colocó el pastel sobre la mesa y se sentó, cantó bajito la tradicional canción, pensó en un deseo y apagó las velas, pensó en cómo Marlene se burlaría de ella por ser tan cariñosa con las velas, y lo único que deseó fue esto, amigos para burlarse de ella, pero no amigos cualquiera, sus amigos, su familia.
Y finalmente se sintió feliz después de mucho tiempo, atrapada en los recuerdos, sabía que era el momento, merecía al menos un regalo, merecía algo bueno.
Mary sacó su varita de su bolsillo y apuntó a su cabeza, amaba a sus amigos y no podía soportarlo más, simplemente no podía. Podía sentir las lágrimas frías corriendo por su rostro, sus manos temblando y su voz débil mientras decía:
—Obliviate—de repente se sintió ligera, ya no tenía que preocuparse por nada, ahora el silencio era bueno.
Mary sabía que era el momento, lo intentó, pero no pudo más, sabía que así sería feliz, sabía que el final estaba aquí. Y sintió como si fuera un golpe, sintió como si su madre acabara de decir que todo fue un susto.
Y al final del día, cuando Mary se levantó para guardar el pastel, no recordaba por qué había siete velas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro