𝐎𝐍 𝐏𝐔𝐑𝐏𝐎𝐒𝐄
Dime que has entendido lo que mis ojos han querido transmitirte.
He deseado un momento a solas contigo desde que nos conocimos, quería explorar cada parte de ti a medida que el tiempo pasaba.
Ese día; ¿recuerdas cómo fue?.
Te miré a los ojos y pude ver lo nerviosa que estabas, ¿esto es lo que causo en ti?. Has reparado años de dolor con un simple hola, si eres tú lo que la vida me ha ofrecido para ser feliz, ¿para qué oponerme?.
Sólo somos tú y yo hoy mi amada; solo somos Hwang YeJi y Lee ChaeRyeong.
¿Estabas asustada? No importa, yo también lo estaba. ¿Estabas nerviosa?, yo el doble... pero
cariño, tú y yo sabemos que lo hicimos a propósito.
Intento no pensar demasiado en ti mientras mantengo la mirada fija en el computador, ver una película no era lo más inteligente de mi parte considerando que mañana debías ir a clases, sin embargo, prefiero perder el tiempo contigo.
Estabas muy centrada en los sucesos, tanto que soltabas pequeños suspiros cuando algo malo pasaba, poco a poco agachabas la cabeza, sé que estabas buscándome. Siento como te recuestas sobre mi hombro abrazándote a mi en el proceso; te miro disimuladamente mientras evito sonreír.
—Yeye...—susurras—¿estás prestando atención?.
—No—río.
Aprovechas tu posición para morderme el cuello. Oh pequeña que mala decisión has tomado.
Apago el computador dejándolo a un lado de la cama, me giro rápidamente quedando justo en
frente tuyo; la habitación se ha quedado medio a oscuras mientras que la única fuente de luz es la de la luna que pasa opacada por la fina tela que cubre la ventana.
Me acerco peligrosamente a ti quedando solo a centímetros de tus labios, noto el nerviosismo en tu mirada y no puedo evitar reír.
—Espero que tomes mejores decisiones la próxima Lee—digo.
Oigo como tragas saliva para luego echarte a reír, aprovecho eso y comienzo a hacerte cosquillas.
Das patadas al aire dándome más accesibilidad a tu abdomen, las carcajadas siguen en aumento mientras poco a poco vas perdiendo el aliento, estás buscando la manera de decirme que pare pero no lo haré princesa; no esta vez.
Suelto un quejido al sentir que me estiran el pelo, aún así me recompongo al sentir tu traviesa mano agarrarme por la parte trasera del cuello.
Captaste mi atención desde el minuto uno bebé, ¿estás lista para lo que viene a continuación?.
Las risas cesaron poco a poco; escuchaba como intentabas recuperar el aire perdido, aún no me has soltado. Me atraes más a ti quedando nuevamente como hace unos momentos.
—La próxima ya no tendré piedad—dices—La próxima te morderé tan fuerte que ni el maquillaje lo podrá ocultar.
—Si es así... te haré llegar al cielo, sin tener que fallecer.
—Entonces enseñame lo que tus manos son capaces de hacer.
Acorto la distancia que a nuestros labios separan uniéndonos en un lento y desesperado beso, me arriesgo a explorar casa milímetro de tu boca. Con una mano te aprieto el cuello haciendo que sueltes un leve gemido; oh querida, apenas si estamos iniciando.
La lluvia comenzaba a caer lentamente golpeando el cristal de la ventana. Seguí besándola tan desesperadamente que no me reconocía, tenerla a mi merced era lo que tanto anhelaba.
Los besos en instantes subieron de tono a unos más salvajes, ambas estábamos listas para lo que se viene. Corto el beso tratando de recuperar un poco de aire para continuar con mi tarea de amarte.
Vuelvo a besar esos cálidos labios por milésima vez en la noche, esta vez hice un esfuerzo para desabotonar mi camisa y lanzarme a ti y sentir tus suaves manos recorrer mi piel.
En medio del beso una de mis manos se escapa hasta tu ropa, tiro de esta intentando arrancarla y así tener más acceso a tu suave y hermosa piel, corto el beso otra vez para sacarte ese estorbo que llevas sobre ti. Que hermosa obra de arte la que ven mis ojos.
Vuelvo a unir nuestros labios de manera intensa, nunca creí necesitar a alguien de esta manera... ¿quién lo diría?.
Haces que yo pierda la cabeza preciosa, he enloquecido al verte, y ahora que te tengo a mi
merced, podré saborear del fruto del árbol prohibido, aquel que condenó a Adán y Eva para que fueran expulsados del Edén. La tentación es fuerte y no tengo miedo de caer en ella.
—Eres tan bella—susurro—me traes loca Chaer...
Comencé a besarla con mas intensidad que la vez anterior, realmente la quería.
No creo haberme preparado, para una situación tan indefensa contigo...
Mi ChaeRyeong... ¿quieres saber que es lo que quiero?... Te quiero a ti.
Doy besos cortos en su cuello subiendo delicadamente hasta su oreja; me detengo un momento para susurrarle más cosas.
—Eres hermosa... y eres aquello que siempre deseé...
Oigo sus jadeos, está jodidamente excitada.
—Por favor hazlo, ya no me hagas esperar—susurra en mi oído dejando otra mordida en este.
"Tengo tantas emociones encontradas... pareciera un efecto mariposa dentro de mi corazón."
—Hazlo YeJi—jadeó.
Era lo único que me faltaba oír para dejar un camino de besos por todo su cuerpo...
En esta noche... yo, Hwang YeJi, le demostré todo mi amor a Lee ChaeRyeong...
(...)
La lluvia no cesaba y Chaer seguía despierta, eran casi las tres de la mañana pero aún así no podía evitar sentir tanta felicidad.
Y es que ella, nunca se había sentido tan amada.
Ver como YeJi le expresaba todo lo que sentía en una sola noche fue suficiente para que ella cayera accidentalmente en las garras del amor.
Y es que era imposible no enamorarse de la mayor, era simplemente perfecta y ella lo sabía más que nadie.
Oía unos leves ronquidos provenientes de su contraria quién yacía dormida al lado suyo abrazada a su desnudo cuerpo.
La castaña acariciaba suavemente el cabello de su contraria recordandose a si misma el por qué le gustaba tanto aquella mujer.
Tal vez era por aquella vez que la defendió de sus bullys a los nueve años, o tal vez era aquella vez en la que se besaron por primera vez a los diez y siete.
YeJi siempre ha sido muy atenta con Chaer, pero lo suyo, simplemente no podía ser.
"Pérdida en la oscuridad... tú eres mi luz..."
Unas lágrimas resbalaron por la mejilla de la castaña, se habían demostrado todo el amor que se tienen, pero ninguna era capaz de admitirlo.
Se abrazó más al cuerpo de su contraria, hundiendo la cara en su cuello, dejando otro beso en este.
ChaeRyeong ya no quería pensar en el mañana, quería disfrutar sus últimos momentos con su YeJi...
La mañana había llegado y consigo traía a una soñolienta YeJi quién al sentir un cuerpo a su lado, no dudó en esbozar una gran sonrisa al recordar todo lo sucedido en la noche anterior. Cuidadosamente se levantó de la cama para no despertar a Chaer.
Tanta era su emoción que olvidó que andaba desnuda por la habitación, vio las prendas tiradas por el suelo, se agachó a recogerlas tratando de buscar que ponerse.
En sus manos tomó una de las prendas de la castaña, la observó detalladamente mientras acercaba la prenda hasta su rostro. Aspiró el olor de aquella castaña tratando de no olvidarlo jamás.
Se acercó quedando a la orilla de la cama viendo a ChaeRyeong dormir. Se veía tan pequeña, tan vulnerable.
YeJi admiró cada parte de su rostro, la observaba tan bobamente, como si quisiera grabarse las finas facciones de la castaña.
"Tus ojos habían chocado con los míos... accidentalmente me había enamorado... Tus palabras, no tenían intención de sanarme... pero fueron más que suficientes..."
—No sabes cuanto te amo Chaer...
La azabache acarició suavemente la mejilla de su menor, dejando un beso en esta.
Beso que hizo que la mayor despertara.
—¿Yaetteong?—preguntó soñolienta—¿Qué haces despierta?.
YeJi sonrío antes de responder—Me andaba preparando para ir a mis clases.
La castaña la miró extrañada.
—Pero YeJi... Te graduaste hace un mes.
Pero parece que YeJi había olvidado aquel pequeño detalle.
—Bueno...—habló dudosa—¿Qué te parece si te levantas, te das una ducha y vamos a dar un paseo?.
—¿Y si mejor nos quedamos a ver películas?—respondió Chaer.
—Vamos, te cargaré hasta el baño.
—Mejor bañame también.
La mayor soltó una carcajada al escuchar a su amiga, pero aún así se acercó a esta extendiendo sus brazos, a los cuales ChaeRyeong subió rápidamente.
—Eres tan dulce Yaetteong.
Ambas chicas se observaron un momento. Ambas lo querían, así que la castaña tomó la iniciativa.
Acaricio la mejilla de la mayor para luego dejar un suave beso en sus labios.
Así encaminandose al baño, a repetir lo de anoche... a amarse ciegamente...
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