
#𝟏𝟖 ; 𝓟𝓮𝓷𝓭𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮.
Kankuro sentía un golpe en su orgullo.
Ver como su hermano menor obedecía a la Uchiha y no a el, era frustrante. Le faltaba tacto, o eso le decía Temari.
El grupo caminaba de regreso a Sunagakure, actualmente estaban saliendo de la aldea oculta de las rocas, esta vez les había tocado una misión sencilla.... Escoltar a alguien importante, bueno en realidad, difícil el pelirrojo tenía épocas en las que era realmente inestable.
El trato de liquidar a un señor feudal, por suerte, no logro su cometido. Todo eso ocurrió simplemente por el hecho de que trato de hablar contigo.
Si, hasta eso tenía prohibido cualquier persona. Ponerte un dedo encima.
─ Supongo que después de todo... ¡lo hicimos bien! ─tratabas de sonar segura y acomodabas tu banda de Sunagakure en tu cintura, usabas tu mascara.
Aunque sabías que no era cierto.
Habías diseñado una idéntica a la de tu padre, pues estabas empezando a olvidar como lucía. Sus ojos, los estabas olvidando.
¿Cómo era su estilo de ropa? ¿O como el te trataba como su princesa? Eran recuerdos vagos ahora, había pasado tiempo.
Igualmente, aun tenías algo que te haría reconocerlo, era que el escondía su rostro.
─ Bueno... si esto tu dices... ─dijo Temari, algo nerviosa e incomoda.
Si, la rubia se había distanciado de ti, al igual que Kankuro, tenían prohibido respirar o hablar mucho contigo. Gaara no lo había comentado verbalmente, pero su mirada ya decía bastante.
Tu jugabas con un kunai en tus manos, lanzándolo por el aire y atrapándolo.
─ La próxima, será mejor... estoy segura ─dijo con un tono sereno, o bueno, eso quería aparentar.
─ Ese idiota... me saca de quicio ─murmuró Gaara.
Temblaste al oír esa voz gélida, a veces te costaba creer que el joven niño agradable y tímido que conociste, ahora era frío, indiferente y muy pero muy sádico.
No fuiste la única que sintió miedo, sino sus hermanos también.
Se detuvieron en seco, al mismo tiempo que Gaara.
El titiritero y la rubia, les recorrió una gota de sudor por los nervios. Otra vez el tendría sus arranques y tu, tendrías que hacer algo.
Al despertar ; te pasaste la mano por el cabello. El cual estaba desordenado, bastante como si fueran pelos de escoba.
Te levantaste de tu cómoda cama, estirándote y preparándote para comenzar el día.
Fuiste en dirección al pequeño baño de la casa de el tío del pelirrojo, que tu te adueñaste junto con Gaara de ella.
Claro, tu aun, por algo de "respeto" a pesar de todo, dejaste todo el igual. Bueno excepto las fotos, las retiraste porque el pelirrojo en un ataque de colera, rompió un cuadro.
Pasaste por una habitación oscura, de la cual parecía estar deshabitada, pero al asomarte te diste cuenta de lo contrario.
─ ¿Otras vez sin dormir, eh? ─preguntaste con un tono divertido, o bueno, querías sonar alegre.
Gaara estaba dentro de una bola de arena, la cual se fue desintegrando hasta dejar ver su figura.
Este con una mirada vacía se acerco, pero notaste ese usual sonrojo en sus mejillas, el cual siempre trataba de evitar que vieras.
─ Otra vez sin lograr conciliar el sueño. ─afirmó.
─ ¡mañana entonces me quedare despierta hablando contigo! ─dijiste pero luego bostezaste.
─ No creo que puedas, siempre te duermes temprano ─contradijo el pelirrojo.
─ ¿tan poco confías en mi? ─te hiciste la ofendida.
Gaara solo negó con la cabeza, solo para soltar un bufido burlesco. Era un juego.
Tu siguiéndole la corriente, le intentaste golpear el brazo con el codo, claro que no lo lograste pero igualmente te reíste.
A veces disfrutabas de los momentos en los que el estaba cuerdo, lo querías bastante.
─ ¿no se supone que un matrimonio funciona con confianza? ─preguntaste con un tono divertido.
El pelirrojo abrió los ojos, sus manos le temblaron al oír tus palabras.
Rápidamente giro su rostro, evitando que lo vieras.
Si, el era tu prometido, el Kazekage lo había organizado e incluso había hecho un acuerdo con Konoha. Si, iban a incluirte en la familia solo por poder controlar a veces a Gaara.
A veces, hasta te sentías como un juguete.
Le tenías bastante cariño, se conocían hace bastante tiempo.
Y bueno, quisieras o no, era un acuerdo entre naciones y si, todo para tener dominio del Jinchuriki. Ya sabías que el era el portador de una cola.
─ ¿eh, porque me ignoras? ¿Quieres que me valla? ─preguntaste haciéndote la indignada.
Te diste la vuelta al no recibir una respuesta rápido.
─ Espera... ─te paraste en seco.
Al voltear, sonreíste al verle el rostro. Por fin se digno a verte.
─ ¿eso es un si o un no? ─
─ No, no te vayas, quiero decirte algo...─su tono de voz te hizo estremecer se acerco.
Tu te pusiste nerviosa al verlo acercarse, pero pusiste los ojos en blanco cuando el te tiro una toalla. Y dijo: "Báñate, pero de paso, arréglate el cabello... pareces loca."
Y se volvió a envolver en una esfera de arena.
─ ¡ERES UN PROVOCADOR, GAARA! ─exclamaste con fuerza y te fuiste con la toalla, y con el orgullo por el suelo.
Pensaste que el chico que te empezó a gustar, aun por los red flags, por fin te diría algo romántico. Que podías esperar de alguien que lo habían defraudado y traicionado, tratabas de ser paciente.
Tu lograbas esquivar cualquier ataque de la marioneta de Kankuro, podías notar sus siguientes ataques y casi siempre terminabas rompiéndolos.
Cosa que le dolía a el pelimarrón, amaba sus marionetas.
─ ¡¡LA ROMPISTE DE NUEVO, UCHIHA!! ¡Me desvele arreglándolo y esta roto de nuevo! ─exclamó tomando las piezas de su marioneta.
─ No fue mi intención. ─dijiste algo apenada, ayudándolo a recoger las piezas pero manteniendo una distancia.
─ Supongo que tendré que llevar al cuervo a los exámenes Chunnin. ─
─ ¿A... los exámenes? ─volteaste a verlo.
─ Si, pensé que Gaara ya te lo había dicho... ─dijo algo confundido.
─ Pues no, no ha salido de su habitación. ─
─ Bueno, en ese caso... ─se acerco a ti y te susurro en la oreja: ─ ten mucho cuidado, el esta demasiado...
Antes de que pudiera finalizar la oración alguien hablo: ¿Estoy interrumpiendo algo?
Luego tendrían esa charla, que por ahora estaría pendiente.
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