
#𝟏𝟕 ; 𝐃𝐀𝐈𝐌𝐀𝐑𝐔
¿Esto era realmente el pelirrojo?
¿Un asesino?
"¿Quien soy realmente?"
Se preguntó mientras se jalaba de los cabellos.
Lo había matado. Y con intención.
Pero eso era lo que menos le interesaba, sino en ¿Quién era realmente? y sobre todo: ¿Cómo hacer que todo el mundo creyera en su versión?
No solo lo había matado a el, sino a todos los que lo rodeaban. Eran testigos de su perversa y despiadada acción.
Su atuendo había sido machado de sangre, sangre que el derramo.
─ ¿Gaara, estas bien? ¿Hola? ─Lo llamaste.
El menor reacciono, soltando sus cabellos rojos, habían pasado unos días tras ese suceso. Y la escena aun no desapareció de su memoria.
─ ¿Aun te sientes culpable? ─Le preguntaste mientras le dabas un abrazo.─ No fue tu culpa, el te quiso ayudar
Esa fue la única excusa que le funciono, una historia un poco extraña.
Gaara había contado que "Daimaru noto que estaba algo agotado y quiso ayudarme, se puso en frente mío... Uso su habilidad con el Elemento Tierra: Baile de Arena pero no pudo hacer mucho, el enemigo lo asesino y ya era tarde cuando trate de salvarlo."
Eso dijo. Y explico que la sangre de el difundo cayo en su ropa, pues Gaara lo había cargado en sus brazos y luego lo había enterrado en un "lindo lugar".
En realidad, solo lo tiro al agua y dejo que la corriente se lo llevara.
Que pena.
─ E...Es que siento que pude haber hecho algo en vez de solo mirar, soy alguien fuerte pero... ─
─Todos tenemos un momento de debilidad, estabas exhausto y Daimaru seguramente, hubiera estado feliz al saber que la misión fue un éxito. ─Dijo mientras le acariciaba la espalda mientras lo abrazaba.
─ ¿Lo extrañas? ─Preguntó con una voz afligida.
─ Un poco quizás pero, me alivia que tu estés vivo... ─Confesaste con una voz suave.
Y si, aunque te dolía a medias la partida de Daimaru, peor hubiera sido perder al pelirrojo. Y como no, si el tenía un puesto especial en tu corazón.
Era lo mas cercano que tenías en ese entonces.
Gaara solo podía sentir una ola de alivio, bueno, no del todo.
Sabía que había gente que si pensaban que el lo mato, no podía quedar cabos sueltos.
─ ¡No estas realizando correctamente la técnica! ¡Sino lo haces bien, no sirve de nada, Uchiha! ─exclamó Baki.
─ ¡No es mi culpa que usted sea un idiota y no vea bien! ─refutaste.
Si, de nuevo estabas peleando con tu nuevo sensei, ese idiota que te sacaba de quicio a cada minuto del entrenamiento.
Antes quizás lo hubieras aguantado, pero no había sido tu mejor semana. Daimaru había partido de este mundo, Gaara estaba ¿extraño? por así decirlo y como cereza del pastel, ese idiota con el titulo de Kazekage no desperdiciaba la oportunidad para hacerte sentir inferior.
Oh y para agregar, tras algunas misiones con los Sabaku No, habías obtenido tres Tomoe alrededor de tus pupilas. Nunca olvidarías que tuviste que acabar con personas.
¿Esto, realmente significaba ser un escolta? No, ¿Esto era ser un ninja?
Alguien puso una mano en tu hombro, para que dieras por finalizada la discusión acalorada con Baki. Y no era nadie más que Kankuro, ese joven que ahora usaba últimamente una capucha de color negra, acompañado en su espalda por su títere.
Si, el joven había resultado en ser titiritero.
─ Hey, ¿ya pueden detenerse? ─preguntó con un tono divertido, aunque en realidad, sonaba forzado─ es un muy buen día como para estar molestos.
─ ¿No hay manera de cambiar de instructor? ─preguntaste con desagrado.
─ No, te aguantaras, tonta ─alegó el pelimarrón.
Tu y Baki compartieron una mirada de odio, definitivamente JAMAS podrían llevarse bien ustedes dos.
En eso, los pasos de alguien se escucharon venir, rápidamente Kankuro volteó a ver y noto que era su hermano menor. Aunque el pelirrojo solo paso a su lado y te miro, como si no hubiera nadie más.
Y si, para el no existía nadie más que tu.
Al verle, sonreíste al notar que esta vez, el trajo el almuerzo. Sin duda estabas contenta.
─ ¿Vas a comer? No te he dado permiso. ─dijo con un tono autoritario.
─ Ella va a comer ahora mismo. ─contradijo el pelirrojo con un tono gélido.
El silencio se hizo evidente, una guerra de miradas nuevamente estallo.
Baki, fulminaba a el menor con su mirada pero... tenía miedo, muy en el fondo le temía.
Gaara, esa mirada seria y fría, que te advertía no seguir viviendo si le contradecías.
Finalmente, todo concluyo en que tu estabas comiendo tu almuerzo.
─ ¡Y, bueno, estuvo muy aburrido! ─exclamabas mientras dabas mordidas a la comida. Terminando de contar un poco de tu día.
El pelirrojo te miraba en silencio, escuchaba cada sonido que emitías incluso al comer. Como si estuviera en clase y notando apunte de todo.
─ ¿Suele tratarte así de mal? ─interrogó.
─ A veces... ─por no decir que siempre, evitando conflictos─ pero ya estoy sobrellevándolo.
─ ese idiota... ─murmuró─
─ ¡Eh, venga! No seas muy protector, yo sola puedo defenderme. ─le informaste.
─ Y no lo dudo, pero detesto que la gente te moleste ─comentó con un tono algo gélido.
Tu solo negaste con la cabeza con un sonrisa, volviste a concentrarte en comer tu almuerzo.
─ Creo que yo haría cualquier cosa para que consideraras a Suna como tu hogar. ─soltó.
─ Creo que mientras te mantenga a mi lado, es razón más que suficiente para quedarme ─dijiste con una voz divertida.
Su corazón latió con fuerza ante tus palabras, bruscamente giro su rostro en dirección a otro lado, odiaba ponerse así de todo. No quería que pensaras que el era patético.
A veces solías tener una actitud relajada y fresca al decir o hablar de ciertos temas.
─ ¿Ya te avergonzaste? ─preguntaste con burla.
─ Claro que no. ─negó.
─ ¿Seguro?.
─ Bueno quizás.... ─interrumpido.
─ Eso es un si, tonto.
Gaara se levanto del asiento donde estaban y empezó a caminar, obviamente fuiste detrás para seguir molestándolo.
─¡Hey, espera, aun no acabo de burlarme, Gaara! ¡Espera! ─exclamaste mientras te rías.
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