La Hatake charlaban a la hermana del pelirrojo, no lloraban pero igualmente ambas se sentían mal por el fallecimiento de Daimaru. 

A decir verdad, tu le dabas consejos a el joven sobre como conquistar a Temari, obviamente sin éxito. Pero lo intentaban. Mejor que nada.
Muy en el fondo quizás incluso te sentiste mal, pues el no pudo declararse adecuadamente como tenia planeado.

Pero aunque tu no sabias, eras la responsable de su fallecimiento.
No debiste ignorar a el pelirrojo para ayudar a alguien más.

─ Era un idiota. ─dijo Temari, tratando de restarle importancia.

Entre ambas sabían que encariñarse en el mundo Shinobi, posiblemente solo traería consecuencias. 

─ No del todo. ─dijiste mientras mirabas al cielo, tirada en la arena después del entrenamiento.

Estabas realmente apresurada de un lado a otro con Daimaru, ¿como?
Pues se te hizo gracioso ver como el trataba de llamar la atención de la rubia y te compadeciste, tratabas de ayudarlo, pero no eras una experta en esas cosas.

─ ¿Cuándo dejaras de ser tan tosco? ─preguntaste en un tono de reproche, estabas recostada en la pared y con los brazos cruzados.

Mirabas al pelimarrón planear su siguiente regalo a la Sabaku No. Un lagarto pequeño, muerto y encima atravesado por un palito de madera.
Nada romántico.

─ ¡Ya veras, llamare su atención! ─dijo orgulloso de su "regalo".

Rodeaste los ojos con incredulidad, sin poder entender el porque tu nuevo amigo hacia esas cosas. Hombres.

─ Se que quizás no es como esos postres que le compras a Gaara, pero es mejor que nada ─contraataco, sacándole la lengua.

─ Pero eso es algo que a el le gusta, no un animal muerto que posiblemente le asuste o peor ─

Ambos estaban renegando mientras caminaban, pues resulto que, como practica inicial te dieron un equipo temporal, y en ese grupo estaba el. Daimaru y otro joven.
Pues esta era una prueba para ver si estaba "a la altura de Gaara".

Por alguna razón, su amigo era enviado a misiones el solo. Siempre regresaba sin un rasguño. 
Y a veces sentías envidia.

─ ¿No crees que esas misiones son un poco mediocres para nosotros? ─preguntó indignado el pelimarrón.

─ A veces pienso que me están subestimando esos idiotas  ─soltaste algo molesta.

─ ¿Tu no eres cercana al Kazekage? ¡Pídele una misión para nosotros! ─sugirió.

─ No hare tal cosa. ─dijiste frunciendo el ceño ligeramente. No estabas dispuesta a ir a rogar, querías ganarte ir a una misión así.

Si había algo que ustedes dos tenían en común, era ese sentimiento de superioridad. Tu al ser un Uchiha y que te otorgaran las misiones más "ridículas", ósea, ayudar a una anciana, encontrar objetos perdidos o cualquier otra cosa involucrada a algo sencillo, era humillante para ti, o eso pensabas.

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"¿Por qué rayos no me saludaste?"
Se preguntó mentalmente el pelirrojo.

No lo habías hecho a propósito, pero estabas tan concentrada en tu conversación con Daimaru que no notaste que el pelirrojo paso a tu lado, dispuesto a saludarte. Pero ni siquiera te mutaste a verlo.

Le molestaba que ella estuviera pendiente de alguien más, estaba molesto, no contigo. Sino por la persona que recibía tu atención.
Si, el pelirrojo tuvo una idea, macabra. Que hasta el mismo se asusto de pensarlo, negó con la cabeza y decidió irse, olvidar lo que sentía.

Estabas emocionada de un lado a otro, Gaara iba detrás de ti.
Desde hace días, no se despegaba de tu lado. Ambos habían estado paseando nuevamente, en sus tiempos libres como siempre.

─ Casi me olvido, ten ─le diste una cajita.

─ ¿Que.. es esto? ─preguntó curioso, con una voz serena mientras lo abría.─ ¿es el almuerzo?

Ella confirmo, asintiendo.
Gaara en ese momento recordó cuando su tío venía con el almuerzo, en ese entonces solo eran ellos dos, pero ahora, solo le quedaba ella.

─ Lo intente... ─desvió su mirada, cruzando los brazos.

Gaara simplemente sonrío y no dudo en ver el contenido de la caja, era Yokan.
Una de sus comidas favoritas.
No dudo en probar aquel dulce tradicional gelatinoso, si era algo hecho por ti. Entonces era perfecto.

─ Esta delicioso, muchas gracias. ─

El joven no podía ver tu expresión, pero aunque no lo supiera. Tu sonreías ante su comentario.

─ Tsk, Como sea... ─sonabas indiferente, o eso intentaste.

─ He hablado con el Kazekage, ─eso llamo tu atención y volteaste─ no me permitió tenerte como equipo.

─ ¿Entonces estarás solo? ─alzaste una ceja, algo curiosa de la situación.

 ─ No, estaré con Temari y Kankuro. ─comentó, pero su tono parecía de desagrado.

Tu tratabas de entender su lazo de odio con su familia, aunque no podías opinar mucho, tu tenías tus problemas con tu familia.
El menor noto tu mirada de decepción al no lograr tu objetivo.

─ Pero, hemos considerado que queremos que vengas con nosotros, como escolta. ─

En realidad, nadie había decidido eso. Solo el.
No le importaba si alguien se oponía, aunque, ¿Quién lo haría? Todos le temían.
Y el creía que su padre, posiblemente también le tenia pavor. Aunque sea el más mínimo...

─ ¿Y eso? Que yo sepa solo es un equipo de tres. ─

─ Es un puesto exclusivo para alguien muy especial ─dijo el pelirrojo con una sonrisa.

Aquello te dejo muda, obviamente el empezó a caminar, buscando el escapar del silencio vergonzoso. Tu solo te reíste, fuiste detrás de el.
Era divertido.

Ibas corriendo detrás de él, pero pronto se convirtió en una competencia por quién superaba al otro. A veces eras algo competitiva con algunas cosas.
Gaara solo te seguía la corriente, igualmente, perdería a propósito. Todo con tal de verte feliz.

Y si, el perdió, pero porque quiso.
Quiso verte sonreír, verte feliz a su lado sin el miedo de que algún día te irías.
El evitaría a toda costa que aquello pasara. No quería pasar un momento lejos de ti.
Y no importaba si tenía que sacar a alguien ahora.

El ese día, había decidido en que se convertiría.
Solo por ti...