En este mundo existían varios tipos de personas.
Las buenas.
Y
Las malas.

El padre de Gaara, quizás era alguien terrible. ¿Qué padre quería hacer infeliz a su hijo?
¿Qué padre ordenaría al tío de su hijo a matarlo? 
Eso pensaba Gaara. Su tío estaba en el suelo, repleto de sangre.

¿Cómo era posible que jamás hubiera sido amado? ¿Su madre jamás lo amo?
¿Lo odiaba?

Le costaba respirar ante esa noticia y ver a su tío sin vida no ayudaba.
Todas las personas que vivian en aquella zona fueron desalojadas temporalmente. Aquello no lo sabía Gaara. Aquellas emociones negativas e inesperadas, lo domaron y permitieron que el Shukaku tomara su cuerpo.

A lo lejos, Raza miraba todo con frialdad.
Pero pronto se daría cuenta de su grave error. Pues no pudo controlarlo y el Shukako iba destruyendo todo a su paso y acercándose a las afueras, donde estaban los aldeanos.

¿Por qué se sentía desplazada? ¿Porqué el bebe tuvo que adelantar su llegada a este mundo?
Esa pregunta se hacia la Hatake. Mirando la carpa donde se encontraba su madrastra dando a luz. Escuchaba sus gritos.

Pero ella no podía sentir ni simpatía o preocupación por ella.
Estaba buscando con la mirada a Gaara. Curiosa, pues habían informado que había problemas internos en la aldea y les había pedido a los ciudadanos que salieran.

Pero se empezaron a escuchar pisadas fuertes, el suelo empezó a temblar. No pudo evitar asomarse por la enorme entrada de la aldea.

Se veía algo oscuro pero, a lo lejos se veía una figura. Lo cual la estremeció. 
Detrás de ella, aparecieron Kankuro y Temari.

─ ¡No te asomes, podría vernos! ─exclamó Kankuro. Jalándola del brazo

─ ¡¿Que es eso?! ¿Qué demonios sucede en la aldea? ─preguntó preocupada.

─ ¡Es el Shukaku, ha tomado el cuerpo de Gaara! ─informó nerviosa Temari.

─ ¿Ese es Gaara...? ¿Que rayos? ─ella no dudo en empujar al hermano de Gaara.

Trato de entrar a la aldea pero los ninja no se lo permitían. Ellos tenían que resguardar a los ciudadanos de el Shukaku.

Kakashi quién noto el alborto, salió de la carpa. Cargo a la niña y la regreso. Estaba ansioso y preocupado. Tener que cuidar a su esposa dando a luz y a su hija, era complicado.
Al entrar la bajo, mientras oía sus protestas.

─ ¡Quiero ir por Gaara, ese monstruo se lo comió! ─exclamó tratando de regresar.

─ No iras a buscarlo, debes permanecer aquí... ─informó con seriedad─ no podemos  intervenir en los problemas de la aldea de la arena.

─ ¡Gaara es mi amigo, no puedo dejarlo-..─fue interrumpida, ya que su padre la tomo de los hombros.

─ Tienes razón pero, ¿Qué podrías hacer tu? ─le preguntó con seriedad─ no dudo que eres hábil pero eso no es suficiente.

─ ¡Tu siempre me enseñaste... LOS QUE ABANDONAN A SUS AMIGOS SON PEOR QUE LA ESCORIA! ─exclamó molesta, aquella frase lo tomo por sorpresa y suavizo su agarre.

la niña aprovecho esto lo empujo para luego salir huyendo. Kakashi pudo haber ido por ella, pero... ¿Podría confiar en que estaría bien? 
Miro a su mujer siendo atendida por los médicos y suspiro. Estarían bien...?

No pudo pensar mucho pues se escucho un golpe que los hizo tambalear a todos.

El shukaku había logrado salir de la aldea.
La gente gritaba y salía huyendo del refugio. Mientras el Shukaku destruía todo a su paso. Kakashi no dudo en salir y tratar de defender a todos los que estaban en la carpa. Buscaba a su hija con la mirada. No lograba encontrarla con tanta gente corriendo y gritando.

Parecía una pelicula de Terror. Pero todo empeoró cuando se escucho que el Shukaku emitió un fuerte rugido y no era de menos, pues alguien se había subido encima de el, en su cabeza. Era la Hatake.

─ ¡REGRESAME A GAARA, AHORA MISMO! ─exclamó mientras sujetaba con fuerza la oreja de este.

Como respuesta negativa, el Shukaku movió su cabeza con fuerza. Pero la niña se aferraba con fuerza. No trataba de herirlo, solo que la escuchara.

La escena era algo sorpresiva para todo, el Shukaku empezó a disminuir su tamaño. Calmándose, la niña estaba en el suelo. No pudo defenderse apropiadamente pero lo intento. Su intento era significativo. 

Quizás el Shukaku hubiera tomado el cuerpo de Gaara pero, la voluntad de el menor era fuerte. Pues recordaba y trato de evitar hacerle daño. Aunque sin exito.
Tomo nuevamente el control.

Con la diferencia que la mitad de su cuerpo estaba con aspecto del Shukaku. (referencia en la multimedia).
Trato de acercarse a la niña pero, los aldeanos lo miraban con rechazo y su padre, Kakashi tomo en brazos a la menor. 

El pelirrojo tenía una expresión fría y gélida, pero que parecía la de un asesino. Cosa que estremeció a todos. Se acercaba con pasos lentos hacía Kakashi.

El mayor frunció el ceño y quizó alejarse, no quería que dañara más a su hija.

─ No te atrevas... ─murmuró para luego sonreír con demencia─ ¡NO TE ATREVAS A ALEJARLA!

Si, un estado de locura total era el mocoso. Sus pensamientos estaban siendo influenciados por el Shukaku.
Kakashi ante su orden, no estuvo de acuerdo. ¿Es que acaso quería matar a su hija? No reconocía a aquel chico tranquilo y tímido que fue amigo de su hija.

─ Gaara, ─lo llamó con un tono de voz serio─ no te acerques.

─ ¡No la voy a lastimar... Solo...! ─trataba de decirlo de la manera mas "Amigable."

Aquel aspecto que tenía era preocupante para todos a su alrededor.

─ Solo... ─suspiró y su rostro se ablando─ quiero verla... no quiero... lastimarla.

Nunca había sido su intención lastimarla pero, la necesitaba. Quería verla, quería hablarle. La idea de pelear con Kakashi surgió pero, ¿Acaso es eso lo que quería ella?
No, no. Pero si eso era necesario, lo haría sin dudarlo.

Quería sentirse amado. Quería que alguien lo amara de verdad. No le importaba si tenía que obligarla.