⊱✿⊰𝕍𝕀𝕀𝕀
MINHO'S POV
El revoltoso mar que se encontraba en mi interior se calmó y los sollozos de ella se extinguieron por completo. Permanecía entre mis brazos y, honestamente, mi cuerpo se sentía súmamente confortable envuelto de su calor y gentileza, como para querer separarme.
Dirigí mi mirada hacia abajo, posando mis ojos en su delicado rostro, descansando sobre mi pecho.
presenciar su llanto destrozaba cada fibra de mi existencia. Si tan solo pudiera deshacerme de la impotencia que retenía en mí y poder hacer algo por ella. No era un simple deseo, sino una necesidad imperante, calmar su dolor de algún modo. Ansiaba obtener su confianza... y la cercanía de su corazón.
Un corazón abierto es como un suave susurro en medio de la noche, un dulce eco que se desliza por los rincones más profundos de mi alma. Un refugio donde nuestras más profundas emociones se esconden del mundo. Un jardín secreto al que no cualuqiera puede acceder, en el cuál se escuchan suspiros de alivio en medio de la soledad aguda. Estaba más que dispuesto a derramar mi propia sangre y lágrimas si ello pudiese extinguir el fuego que arde dentro de ella y traerle paz de alguna manera.
—MinHo, perdón—dijo ella en un susurro.
Y eso fue lo único que me hizo falta escuchar para abrir los ojos, y darme cuenta de todo.
Inspiré profundamente, permitiendo que mi amor por ella se convirtiera en fuerza impulsora. Mis manos acariciaron su cabello con ternura, buscando transmitir todo el cariño y calma que habitaban en mí. Quería que sintiera que no estaba sola, que tenía a alguien dispuesto a enfrentar cualquier tormenta a su lado.
Las palabras brotaban de manera incesable en mi mente; sin embargo, elegí esperar el momento adecuado. Sabía perfectamente que las palabras vacías no serían suficientes para sanar ninguna de sus heridas.
Con ese compromiso grabado en mi corazón, suspiré suavemente y cerré los ojos, abrazándola con más fuerza.
—No es tu culpa. Nada de esto es culpa tuya—intenté tranquilizarla. Mis ojos exploraron los suyos por un momento, y pude ver todo un universo en ellos.—Ahora estoy contigo—acabé por decir, sonriendo de la manera más sincera posible, intentando infundirle algo de tranquilidad.
Al parecer, unos segundos después, pareció tomar conciencia de nuestra vulnerable posición estando en la calle. No pude evitar soltar una pequeña risa al verla ruborizarse por completo y alejarse, poniendo distancia entre nosostros.
—Gracias, por quedarte conmigo. Yo...—No terminó su frase, pero igualmente la entendí.
—No tienes por qué darme explicaciones de nada. Soy una persona muy paciente—expliqué, indicándole con la mano que comenzáramos a caminar hacia mi coche, el cual se encontraba un poco más arriba.
Caminamos en silencio, un silencio bastante cómodo, hasta llegar a mi coche.
—¿Puedes poner tu dirección en el GPS?—pedí.
—Claro, ya voy.
Nuestro trayecto empezó y me di cuenta de que nos dirigíamos hacia Seocho-gu. Me sorprendió, ya que era una zona de imponentes rascacielos y las más costosas viviendas, donde residían los ejecutivos más importantes de toda Corea.
—¡Anda! ¿Vives en Seocho-gu?
—Ah... Sí—contestó ella, algo dudosa ante la razón de mi pregunta.
—Que coincidencia, yo vivo en Seongpa-gu.
—¿Seonpa-gu?—Inquirió ella sin poder ocultar su cara de asombro.—Que sorpresa, no esperaba que vivieras ahí.
—Yo tampoco lo espereba de ti. Supongo que nos queda mucho por conocer del uno al otro—concluí sonriendo, a lo que ella respondió con una sonrisa abierta y radiante, la más sincera y brillante que jamás habían admirado mis ojos. Sentía que era insuficiente para recibir esa gran sonrisa que ella me regalaba sin pedir nada a cambio.
Me consideraba la persona más afortunada del mundo.
Nuestro viaje continuó en un agradable silencio, con ella a mi lado balanceando sus pies sin cesar.
—Oye, MinHo.
—A su servicio señorita Lee—rei.
—Que caballeroso puedes llegar a ser, jamás me lo habría esperado en un principio—dijo, en un intento de molestarme. Fijé mi vista en ella durante unos segundos, pero al instante la volví a dirigir a la carretera.
—No te entiendo—me hice el tonto.—Siempre soy caballeroso.
—Bueno... si lo eres con todos, pierde su encanto especial—me desafió, a punto de estallar en risas.
—Te equivocas—la corregí.—No soy caballeroso con todos, solo con quien considero que lo merece—ella aparto su vista de la ventanilla y me observó atentamente, cruzando los brazos y mirandome burlonamente.
—Vaya, vaya—dijo en un tono más suave de lo habitual.—¿Debería considerarme especial?
Continué conduciendo con una sonrisa juguetona en mis labios, aunque ella no podía verla debido a mi mascarilla, mientras le lanzaba una mirada cómplice.
—Creo que eso es algo que debes descubrir por ti misma—respondí en un tono enigmático.—Pero te aseguro que hay algo en ti que me hace querer ser caballeroso... Algo que despierta mi deseo de protegerte y cuidarte.
No estaba seguro de mis palabras; el temor de que mis sentimientos quedaran demasiado expuestos inundaba todo mi ser. Sin embargo, estaba decidido a reunir todo el coraje necesario para no permitir que mis propios miedos me consumieran.
Al escucharme, Hana apartó la mirada por un momento, seguramente sintiendo el peso de mis palabras. Luego, volvió a encontrarse con mis ojos y una chispa de emoción iluminó su expresión..
Revisé mis pensamientos una y otra vez, buscando las palabras precisas que pudieran transmitir la profundidad de mis emociones sin dejar espacio para malentendidos. Ansiaba que supiera cuanto significaba para mí, pero también temía a su reacción y posible rechazo.
Respiré hondo, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Reduje la velocidad y aunque no podía mirarla demasiado o acercarme a ella físicamente, quería que la conexión entre nosotros hiciera presencia para ella también.
La miré a los ojos con determinación y sentí su mirada penetrante, llena de curiosidad y expectativa. El silencio llenaba el espacio entre nosotros, aumentando la tensión en el ambiente.
Finalmente, rompí el silencio con voz firme pero llena de ternura.
—Quiero que sepas que eres alguien especial para mí—dije lentamente, asegurándome de que cada palabra llevara consigo la carga de mi amor y vulnerabilidad.—Créeme cuando digo que... sea lo que sea que sienta por ti, es totalmente profundo y genuino.
Vi como sus ojos se llenaban de sorpresa y emoción, y mi corazón se llenó de esperanza. Aunque mis latidos seguían siendo acelerados, sentí una extraña calma al expresar lo que pretendía, en un inicio, guardar para mí mismo.
—No puedo negar que tengo miedo—continué con honestidad, dejando que mi lado débil asomara en mis palabras.—Pero estoy dispuesto a enfrentar esos miedos, si me dejas estar a tu lado y aprender junto a ti.
Mientras hablaba, sentí como la tensión en el aire se disipaba gradualmente, como si realmente mis palabras hubieran podido adentrarse en el interior de ella. Ya no había espacio para el temor.
Después de pronunciar mis palabras, sentí un peso levantarse de mis hombros. No sabía cual sería su respuesta, pero al menos había sido valiente y había dejado que mis sentimientos fueran conocidos.
—MinHo, eres una persona increíble—dijo en un susurro.—Por ahora... no puedo expresar con palabras cuanto significas para mí en este momento.
La entendía por completo, así que solo sonreí acariciando su mano por unos segundos para reconfortarla y seguir con nuestro camino.
El ambiente del coche se volvió cálido y acogedor, como si el tiempo se detuviera a nuestro alrededor.
La complicidad y consexión entre nosotros se intensificaba a medida que avanzábamos por las calles de Seúl.
—Por cierto, te he interrumpido antes—le recordé.—¿Querías decirme algo?
—¿Yo?—Dijo dudosa, hasta que por fin pareció acordarse.—¡Es cierto! Era sobre tu mascarilla—dijo determinada, aunque pareció arrepentirse por un momento.—Quiero decir, entiendo que la sigas llevando... es solo que quiero que sepas que no te juzgaré por tu apariencia ni nada por el estilo. Ya sabes, alguna cicatriz, deformación o marca de nacimiento—habló tan rápido que no pude evitar reírme.
—No te preocupes, si tanto querías ver mi lindo rostro solo me lo tenías que pedir—dije burlonamente dandole una palmada en la cabeza.
—No estoy ni en lo más mínimo interesada en ver tu cara—se defendió.—Es solo que me preocupaba que te sintieras inseguro conmigo.
—Que considerada, no tengo problema con mostrar mi rostro contigo... Son solo precauciones—aclaré.
—¿Precauciones?—Preguntó ella sin entender mucho, pero ya habíamos llegado, así que evadí su pregunta.
—¿Es aquí?—Pregunté dudoso al ver el enorme edificio.
—Eh...sí. Gira hacia la derecha, abriré el parking subterraneo para que puedas meter tu coche.
—¿Debería aparcar dentro? Pensaba que solo pasaba a dejarte.
—Oh, ¿estás ocupado? Pensé que sería de mala educación no invitarte a pasar después de tantas molestias e incidentes—explicó ella.
—De hecho estoy muy ocupado y tengo muchas cosas que hacer, pero puedo hacerte un hueco en mi ocupada agenda—dije alzando mi barbilla en alto, aplicando la de hacerme el interesante justo como Changbin me explicó el día anterior.
—Entonces perdón, puedes ir a ocuparte de tus cosas—dijo ella haciendo ademán de abrir la puerta y bajarse. La sujeté del brazo de inmediato y me aclaré la garganta.
—Quería decir, que si tanto insistes, estoy dispuesto a invertir mi tiempo en ti—ella rio sutilmente sin ocultar que se burlaba de mí.
—Aprecio tu tiempo, pero seguro que tienes demasiado trabajo que hacer y no quiero molestar. Así que, muy humildemente, rechazo tu valioso tiempo.
—¡Pues no!—la obligué a sentarse de nuevo, y giré a la derecha como me dijo en un principio.—¡Yo!... Yo rechazo que rechaces mi tiempo, además, tengo mucha sed. Necesito agua fresca, o si no me convertiré en una pasa—aunque ella no pudiera verlo, estaba rojo de la vergüenza y no sabía como disimular que mi intento de hacerme el interesante se tornó en todo lo contrario. Y el hecho de que ella se estaba carcajeando como nunca no ayudaba demasiado.
—Está bien Señor Pasa deshidratada, aceptaré que gastes de muy—enfatizó sárcasticamente—valioso tiempo en mí.
—Así me gusta, al fin utilizas tu diminuto cerebro de manera adecuada.
Ella solo rodó los ojos mientras hacia una pequeña mueca.
Finalmente llegamos, así que bajamos del coche y seguí sus indicaciones hasta llegar a su puerta.
Al abrir la puerta me golpeó un fuerte aroma, que indudablemente era de lavanda. Y la razón de ese fuerte olor eran las múltiples macetas distribuidas por las paredes de todo el pasillo de la entrada. Ni siquiera pude prestar atención a las pantuflas que me ofrecía ya que estaba demasiado inmerso en lo bonita que se veía solo la entrada.
—¿Vives sola?—Al fin pude pronunciar algo.—Es jodidamente precioso, ni siquiera he entrado y ya estoy totalmente relajado. Es fascinante—dije sin dejar mi alucine aparte.
—Vivo con mi mejor compañero Goro, así que técnicamente no vivo sola.
Ella rio ante mi peculiar reacción y me invitó a adentrarme. El sisito era sumamente enorme para una sola persona. Lo primero que llamó mi atención fue la peculiar moqueta distribuída por todo el suelo de la casa, era de un color rosa grisáceo, que extrañamente combinada con las flores de lavanda y las cortinas traslucidas que tapaban el enorme ventanal que daba a un bonito balcón.
—Puedes sentarte aquí mientras traigo algo para beber—me señalo uno de los sofás, así que me senté ahí.—El baño está en la puerta del fondo, sientete libre de ir—concluyó sonriendome. No pude moverme del sitio, ya que estaba demasiado entretenido observando cada foto y cada libro a detalle.
Me decidí a levantarme del sofá, y con mucha curiosidad comencé a explorar la sala de estar. Mis ojos se posaron en una estantería llena de libros, y mi mirada se detuvo en los títulos de medicina que destacaban entre los demás libros. Acercándome, tomé uno de ellos y lo hojeé rápidamente, examinando algunas ilustraciones y leyendo algunos párrafos; sin embargo, no entendí ni una sola palabra de lo que había escrito.
Mientras seguía explorando los libros y pensando en lo muy interesada que tendría que estar hana en la medicina, mi atención se desvió hacia las fotos que adornaban las paredes. Había una serie de instantáneas de Hana y su mejor amiga, la que supuse que era su familia y su adorable Goro. Las sonrisas y miradas capturadas en las imágenes expresaban una gran historia de amistad y amor.
No pude evitar sentirme intrigado por la historia detrás de cada foto, ya que todo en su casa parecía sentirse demasiado personal e intímo. Me detuve frente a una foto en particular donde Hana sostenía a Goro y lo miraba tan felizmente que podría sentir que su sonrisa demostraba que el pequeño era alguien más de la familia para ella. Al ser padre de tres, no tuve dificultad en sentir la enorme vínculo entre ellos dos.
Seguía contemplando a detalle cada fotografía y libro, dándome cuenta de que todo el cuidado que había puesto en su hogar me había revelado una parte de su personalidad e historia, que me intrigaba cada vez más.
Continuaba inmerso en mi tarea de analizar la sala, y de repente mi mirada se detuvo en una foto rota en un marco. La imágen mostrabaa Hana junto a los que supuse que eran sus padres, pero una grieta atravesaba el vidrio, dividiendo la fotografía for la mitad. Me pregunté como se habría dañado de esa manera y la razón por la que, simplemente, no le cambió el vídrio. Por un instanté me paré a pensar en que significado podría tener; teniendo en cuenta, desde nuestro primer encuentro en la cafetería, lo cuadrada que era ella para cada mínimo detalle.
Justo en ese momento, Hana regresó con dos bebidas en una bandeja, interrumpiendo mis pensamientos.
regresé al sofá y ella se sentó a mi lado, ofreciéndome una de las bebidas.
—Es limonada casera, pruébala y dime que tal—me invitó a beber primero.—Pero, primero deberías de quitarte la mascarilla. ¿No es mi casa un lugar demasiado seguro como para tomar precauciones?
Me quedé estático por unos cortos segundos, todo pasaba por mi mente demasiado rápido. Hana en ningún momento pareció reconocerme, aunque me hubiera hablado sobre como Min le había hablado inténsamente sobre Stray Kids estos últimos días.
Podía acobardarme y largarme, o confíar en ella y su sensatez.
Y por primera vez, consideré el posible hiatus or encima de una carrera estable.
El que arriesga no gana, decía el viejo arrugado que solía darme la clase de economía.
—Claro, por supuesto. No hay ningún problema—dije, quizás, demasiado nervioso.
—¿Quieres que me de la vuelta?—Preguntó, mostrándose algo preocupada por mi bienestar.—No quiero forzarte a hacer nada, está bien si no te sientes prepara-.
—Hazlo tú—la interrumpí con más seguridad que nunca.—Quiero que descubras mi cara por ti misma.
Ella se acerco un poco, apoyando una de sus rodillas en el sofá para ponerse a mi altura, se le notaba algo confundida; aunque dispuesta a hacerlo.
Yo también me acerqué, con el corazón más palìtante que nunca, permitiendo que Hana se acercara aún más a mí y posara sus delicadas manos en los costados de mi rostro.
Con sumo cuidado, Hana retiró suavemente la mascarilla, revelando, al fin, mi rostro descubierto.
Pude sentir a la perfección el ligero roce de sus manos y la proximidad de nuestros cuerpos, lo cuál me generó una mezcla de nerviosismo y emoción.
Hana no se separó en ningún momento, y parecía estar examinando mi cara meticulosamente. Finalmente, levantó la mirada y nuestros ojos se encontraron. Pude admirar a la perfección y en primer plano la expresión de sorpresa que ilustraban sus ojos al verme por primera vez sin mi característica mascarilla.
—Eres... hermoso—susurró ella, sin apartar su mirada de la mía.
Y por primera vez en mucho tiempo, un halago se sintió lo suficientemente real, como para guardarlo en mi corazón.
Sonreí como un completo idiota, agradecido por que un cumplido haya salido de su boca.
Sentí como si realmente algo se hubiera forjado entre nosotros.
Me ha encantado demasiado escribir desde el punto de vista de Minho, voy a llorar TT
No se que tan obvio sea, pero espero que las referencias de El jardín secreto y King the land (el beso del episodio 8 es tan ·&$?=?%$·$%) se pillen perfectamente.
Hay una canción en específico que me ha inspirado para escribir este capítulo en concreto, y es Can't help falling in love de Haley Reinhart
Nada más que añadir y muchas gracias por leer!!!
Besitos muakmuak
❁ Con mucho amor, Vin.
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