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¿...May Parker fuera mordida por la araña?

══════◄•• 𝕎𝕙𝕒𝕥 𝕀𝕗...? ••►══════


«Por Asgard»


⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯


La historia puede cambiar.

En el universo que conocen, los Vengadores, los héroes más poderosos del planeta, se unieron para la batalla.

Uniendo fuerzas, lograron parar la invasión de Loki a la Tierra, salvando a las personas de la tiranía del dios de las mentiras.

Pero en otro universo, esto nunca llegó a pasar.

En su locura, Hank Pym asesinó a cada uno de los integrantes de la Iniciativa Vengadores, con el fin de vengarse contra Nick Fury, debido a la muerte de su hija: Hope van Dyne.

Pero esa es una historia de la cual ya han escuchado hablar.

Loki, príncipe de Asgard y rey legítimo de Jotunheim, logró su objetivo.

Sin la intervención de los Vengadores, para el dios de las mentiras no fue ningún problema el apoderarse de cada una de las naciones de Midgard.

La Tierra se encuentra bajo su mando... por ahora.

Después de todo, los héroes siempre buscan la manera de alzarse.

Pero aún falta un poco para que esto ocurra.

Ya que esta historia toma lugar... justo cuando la situación comenzó a empeorar...

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Dos personas se encontraban caminando hasta la habitación del menor.

May Parker... y Peter Parker.

Ambos habían escuchado un sonido, por lo que May caminaba seriamente hasta la habitación, mientras el joven niño de ocho años trataba de detenerla.

— Probablemente no sea nada, probablemente sean las aves... — dijo el pequeño Peter, tratando de detener a su tía — ¿Algunas vez escuchaste aves que suenan como ladridos de perros? Yo lo hago todo el tiempo. Es totalmente normal, definitivamente no vale la pena investigarlo...

Pero May no siguió escuchándolo.

Abrió la puerta del pequeño Parker de golpe...

Observando lo que había dentro.

Peter soltó una ligera risa, mientras sonreía nerviosamente.

— Su nombre es Sándwich — presentó Peter.

May se dio la vuelta y caminó hasta el pasillo.

— Llamaremos a control de animales — dijo la señora.

— ¡¿Qué?!

— Lo animales no están permitidos en este edificio, Peter — dijo May — Sabes muy bien eso.

— Vamos, tía May — dijo Peter — Él podría quedarse esta noche.

— Voy a llamar ahora antes de que nos desalojen... — dijo May, comenzando a teclear en el teléfono de la casa — Ben se llevaría una gran sorpresa si eso pasa antes de que llegue...

— ¡May!

— Y saca esa cosa de tu cama, probablemente tenga pulgas.

— ¡Sándwich no tiene pulgas!

Peter caminó hasta su cuarto y se sentó en su cama, empezando a acariciar al perro.

Este podía escuchar los noticiarios del Daily Bugle:


"Finalmente se ha identificado la identidad del asesino de Tony Stark, el héroe conocido como Iorn-Man. El autor es Hank Pym, quien..."


Pero el joven no le prestó atención, mirando al perro.

— Tú me dirías si tuviera pulgas, ¿verdad, Sándwich?

Pasaron los minutos hasta que los de control de animales llegaron.

Estos se llevaron al perro, mientras Peter miraba todo con una expresión de molestia.

Una vez se fueron, May cerró la puerta y se giró, viendo a su sobrino sentado en el sofá.

— Peter, no podemos tener un perro — le dijo May.

— Lo que sea... — murmuró Peter, dándose la vuelta.

Directo hacia su habitación.


***


El día siguiente fue uno normal para el joven Parker.

Pero seguía molesto por lo ocurrido en el día anterior.

Cuando llegó a su apartamento, comenzó a caminar hasta su habitación, viendo como May estaba sentada en el sofá.

— ¿Cómo estuvo la escuela? — preguntó May.

— Bien — respondió Peter, caminando por el pasillo — Aprendimos todo sobre los perros y lo geniales que son y cómo todos deberían tener uno.

— Eso es lindo — dijo May, sin dejar de mirar la televisión.

Peter tiró su mochila en su cuarto y se tiró en su cama, observando el techo.

Extrañaba ese perro.

Entonces, se dio la vuelta y observó algo que estaba en su escritorio.

Una pecera... con un pez dentro.

Rápidamente, caminó hasta May y se sentó a su costado, mirando también le televisión.

— ¿Me compraste un pez? — preguntó Peter.

— No es exactamente un perro, pero es todo lo que podemos tener — dijo May, cambiando de canal.

Peter soltó una gran sonrisa y le dio un fuerte abrazo a su tía.

— ¡Muchas gracias, tía May! — exclamó el niño.

— De nada, Peter.

— Lo llamaré como tú.

— No, por favor.

— En tu honor.

— No.

— May, el pez.

— Peter...

— ¿"May the fish be with you" suena bien? — preguntó Peter — No tengo idea... pero lo usaré a partir de ahora.

— Los tiraré a los dos por el inodoro si continúan así.

Ambos rieron después de eso, listos para seguir viendo la televisión...

Pero algo ocurrió.

El canal de televisión se vio interrumpida por un mensaje a nivel mundial.

Uno... de un tipo con cuernos en su casco.


"Buenas tardes, mis leales súbditos. Es con gran orgullo que me encuentro hoy ante ustedes para anunciarles que en el transcurso de un día... las naciones de la Tierra han hecho a un lado sus diferencias y se han unido... bajo mi manto" 


— Tía May, ¿quién es él? — preguntó Peter.

— No tengo idea... — respondió.


"La verdad de la que la humanidad no habla es que anhela ser sometida. El seductor encanto de la libertad los limita. Despoja de dicha sus vidas..."


En ese momento, una extraña nave asgardía pasó por el costado de la ventana del apartamento.

Esto asustó a Peter, quien abrazó los brazos de su tía, quien también estaba asustada.


"Fueron creados para ser gobernados... y yo he venido... para ayudarles a cumplir..."


"Con su destino"


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Las calles se encontraban en completo silencio. Naves asgardianas comenzaban a sobrevolar por las mismas, a una gran y sorprendente velocidad. La gente temía por su vida. Nunca habían recibido una invasión de tal magnitud.

Otro reino había llegado y los había dominado.

Pero aunque pareciera que la esperanza se iba de sus vidas... no significaba que fuera el final. Los humanos se mantienen fuertes ante la adversidad.

O mejor dicho... todos los mortales se mantienen fuertes ante la adversidad.

Un grupo de rebeldes se encontraban caminando por entre las sombras de aquel amanecer. Corriendo y saltando por los edificios. Eran lo que llamaban ladrones. Robaban para los humanos necesitados.

Los asgardianos habrán sido los que se apoderaran del planeta Tierra, pero no todos obedecían obedientemente a su rey Loki.

— ¿Qué rayos es eso? — dijo uno de los asgardianos, en uno de los puestos de vigilancia que había por toda la ciudad.

Este veía como unas sombras se movían por la oscuridad. Eran los rebeldes que estaban buscando.

Intentó avisar, pero antes de que pudiera hacer algo... fue noqueado por una persona.

Por alguien de su pueblo.

Lady Sif.

La asgardiana saltó y aterrizó enfrente de los rebeldes, los cuales se aliviaron al verla. Aunque no todos estaban felices.

— ¿Están bien? — preguntó Sif, viendo a todos.

Uno de los ladrones se quitó la máscara negra que tenía, permitiendo ver su cabello blanco.

— Todos nos encontramos en una pieza — dijo Walter Hardy, el ladrón conocido como Cat — Pero nos hubiera servido tu ayuda cuando todo el almacén estalló.

— Les dije que mantuvieran el perfil bajo. ¿Qué acaso no pueden hacerlo?

— ¿Y tú sí? ¿Con ese traje tan...?

— Disculpa, pero este es un atuendo honorable de...

— ¡Hey! ¡Oigan! — exclamó otra persona, quitándose la máscara — ¿Pueden dejar estas discusiones para después? Tenemos que irnos. Ya.

Ella era May Parker...

Pero en ese instante, dos naves asgardianas aparecieron de pronto y los alumbraron con sus luces, sorprendiéndolos.


"¡Es Lady Sif! ¡Atrápenla!"


— ¡Maldita sea! — exclamó Sif — ¡Sepárense!

— ¡Nos vemos en el escondite! — gritó Cat, empezando a correr.

Todos los presentes empezaron a huir despavoridos, de un lado a otro. Tenían suerte de que Cat los haya entrenado y también que les hubiera dado esos guantes gancho que siempre usaba para saltar por los edificios.

May Parker saltó del edificio y disparó aquel garfio, el cual se pegó en un edificio y le permitió balancearse hasta una terraza cercana, aterrizando en esta como pudo. Luego, se puso de pie y siguió corriendo, mientras una nave asgardiana la perseguía.

No podía permitir que la atrapen.

De su cinturón, sacó lo que era una granada cegadora. Sin dudarlo, saltó de esa terraza y lanzó la granada hacia los dos asgardianos que conducían esas naves, dejándolos prácticamente sin visión.

Lastimosamente, May no pudo disparar a tiempo su cable, logrando balancearse ligeramente hasta estrellarse en medio de la calle... y rompiéndose una pierna en el proceso.

— ¡Cara...! — exclamó, comenzando a arrastrarse en el suelo.

No podía perder esta oportunidad, por lo que sin pensarlo... sacó la tapa de alcantarilla de su sitio y entró dentro, cayendo un par de metros hasta el suelo.

El olor era horrible y apenas podía soportarlo, pero no había nada más que pudiera hacer. Solo respirar agitadamente, mientras miraba como la nave pasaba rápidamente por la calle.

Los había perdido.

Finalmente pudo respirar tranquilamente. Iba a ser complicado que la encuentren aquí...

— ¿Qué...?

Al alzar la vista, pudo ver un montón de residuos tóxicos y radiactivos tirados a varios metros de donde estaba ella. Eso no podía ser bueno... definitivamente no era algo bueno.

Tenía que salir de allí como fuera si no quería desarrollar alguna mutación rara.

Trató de pararse, pero cuando apoyó su mano sobre la escalera de metal... vio como una araña caminó hasta ella...

Y la mordió...

May soltó un grito y mató a la araña golpeando su mano contra la pared, lo que provocó un eco... y un pequeño sonido.

Esto espantó a la castaña, que se quedó mirando todos los residuos...

Y como si fuera una escena de una pesadilla, cientos de arañas salieron de los residuos y fueron directamente hacia ella. Con todas sus fuerzas, May intentó quitárselas, pero no podía. Cuando se sacaba una, llegaban tres. Fue cuestión de segundos antes de que se cubrieran por completo.

Cerró los ojos, esperando su muerte... pero, en ese instante, vio una sombra bajar hacia donde estaba ella.

La sombra de Lady Sif.


***


May despertó.

No sabía cuanto tiempo había pasado, pero ya no estaba en la alcantarilla... ahora estaba en uno de los escondites de la rebelión.

Levantándose lentamente, sintió como toda su cabeza le daba vueltas. Miró a un costado de su cama, viendo su mesa de noche y notando la pecera encima de esta.

— Hola, May — dijo May al pez — Te ves apetitosa...

El pez simplemente nadó un poco, como si tratara de huir de la pecera.

Tambaleándose un poco, May logró abrir la puerta de su cuarto, pudiendo ver todo el escondite.

Era un gran edificio hueco abandonado, con una pantallas que daban a una computadora. En ese lugar, varios de los rebeldes se encontraban hablando entre sí. Al igual que algunos de los niños se encontraban sentados hablando cerca.

— ¡May! — exclamó Peter, levantándose y acercándose a su tía. Este era seguido por otra niña de cabello blanco.

Era obviamente hija de Walter Hardy.

Rápidamente, la castaña le dio un fuerte abrazo a su sobrino, alegre de que despertara.

— ¡Estás bien! — continuó Peter, feliz.

— Sí, eso creo... no sé que clase de magia asgardiana me hizo esa mujer, pero... mi pierna se encuentra bien.

— Que bueno...

— ¿Qué estás haciendo?

— Estamos ayudando a repartir las provisiones — dijo la joven Felicia Hardy — De hecho, tenemos que seguir...

— Sí, claro — dijo Peter.

El castaño se despidió de su tía y siguió a Felicia.

May se les quedó mirando. Felicia Hardy era la hija de Walter Hardy y ese tipo, realmente, no le agradaba nada. Su hija parecía querer seguir sus mismos pasos, por lo que a veces deseaba que su sobrino no se acercara mucho a ella.

Pero no podía hacer mucho en ese apartado.

Intentó seguir caminando, pero una fuerte punzada en su cabeza hizo que se apoyara en la pared. Sintió que le iba a dar una fuerte jaqueca, pero... de un momento para el otro, el dolor se fue. Eso fue muy extraño.

Trató de seguir avanzando, pero... su mano se había quedado pegada a la pared. Eso la sacó mucho de onda. Intentó quitarla con toda sus fuerzas, pero sentía que iba a arrancar el muro.

Sus quejidos y esfuerzos eran escuchados por varios de los rebeldes, quienes la veían con extrañeza.

May respiró hondo, tratando de calmarse... y entonces, finalmente pudo sentir como su mano se despegaba de la pared, cosa que la alivió... hasta que sintió algo viscoso. 

Al abrir los ojos, vio como de la punta de sus dedos, una especie de sustancia pegadiza salía, asustándola por completo y tirando de esa red, destruyendo la pared.

Esto la asustó. Ella nunca tuvo tanta fuerza. No podía creerlo. Tanto fue su asombro que terminó cayendo al suelo, completamente sorprendida.

Al lugar se acercó Lady Sif, quien también vio todo lo que pasó.

— ¿Eso es normal aquí en Midgard? — preguntó Sif.

— No... creo... — respondió May, sobándose la cabeza — ¿Qué me pasó?


***


Los análisis no mentían. Su cuerpo había sufrido un cambio. Y uno verdaderamente grande. Las computadoras nunca mentían.

May se encontraba en una habitación apartada, sentada en una camilla, mientras Sif, Walter y otro científico veían los datos de su cuerpo. Aunque bueno, este otro científico no era otro que...

— Esto es algo sin precedentes — dijo Norman Osborn — Tu ADN se ha mezclado con el de una araña.

— Por favor, dime que no le saldrán ocho patas — dijo Walter.

— No, el ADN humano se mantiene como el dominante, pero lo que sea que le pasó en esa alcantarilla le dotó de habilidades — dijo — Como si fuera una especie de supersoldado.

— Raro...

— ¿Qué clase de habilidades? — preguntó Sif.

— Fuerza, velocidad, agilidad. Todo el combo de superhumanos — contestó Osborn — Además de que... parece que puedes pegarte a las paredes y disparar una especie de telaraña orgánica.

— Había hecho cosas asquerosas, pero esto lo supera todo — dijo May, mirando sus manos — No sé que me pasará ahora.

— ¿Qué te pasará ahora? — preguntó Walter — Ahora eres más fuerte. Antes Sif era la única superhéroe que teníamos de nuestro lado, pero ahora, contigo, tenemos oportunidades para lograr ganar.

— No soy una superhéroe.

— No. Ahora eres una guerrera — dijo Sif — Y sería un gran honor para mí luchar a tu lado.

— T-Tampoco soy una guerrera. Oigan, hasta hace unas semanas mi mayor habilidad era preparar albondigones. 

— Deliciosos albondigones — dijo Norman.

— Gracias — dijo — ¿Y ahora quieren que me enfrente cara a cara con esos tipos locos? 

— May Parker. Todos los Nueve Reinos se encuentran en gran peligro. Desde Asgard hasta Alfheim — habló Sif — Ninguno podrá contra el poder del ejército de Loki. Y si no hacemos algo para derrotarlo, millones sufrirán.

— Pero...

— Sé que puede dar miedo el campo de batalla, pero tenemos una gran responsabilidad con los dones que nos otorgaron. Es verdad que yo sirvo a Asgard, pero Asgard no es una persona, es un pueblo. Mi pueblo. Y ese pueblo sufre bajo el mandato de Loki... así que te pido a que me ayudes a liberarlos de su opresión. Del mismo modo que cuentas hasta mi último aliento de vida para proteger Midgard.

— Whoa...

— ¿Todos los asgardianos hablan como si dieran discursos? — preguntó Walter.

— Bueno... podría intentarlo, ¿sabes?

— Me gusta que pienses así — dijo Sif, dándose la vuelta — Le pediré a alguno de los de aquí para que te hagan un atuendo digno para...

— Perdona, ¿qué? ¿Un traje como el tuyo?

— Claro, ¿qué tiene de malo?

— Ah... ¿no podrían hacerlo más parecido al de, no sé, Capitán América? 

— A mí me gustaba el traje del Capitán América — dijo Norman — Siempre coleccionaba los juguetes que sacaban de él.

— Yo también.

— Veré si pueden hacerlo — dijo Sif, retirándose.

— ¿En serio quieres hacerte un supertraje? — preguntó Walter.

— ¿Viste como reaccionó cuando te quejaste del suyo? — preguntó May —No quiero tener una pelea con esa mujer sobre eso.

Cuando Sif salió de la habitación, giró y se encontró con dos jóvenes.

Peter y Felicia, quienes habían estado escuchando la conversación.

— ¿Qué hacen aquí? — preguntó Sif.

— ¿Mi tía es una superhéroe? — preguntó Peter.

— Es ahora una guerrera de Midgard.

— Eso es cool — dijo Felicia — ¿Tendrá supertraje y todo?

— Pues sí. Iba por eso.

— ¿Podemos acompañarte? — preguntó Peter — ¡Quiero ayudar con el diseño!

— ¿Sabes de diseño de trajes?

— No lo sabe — interrumpió Felicia — Pero podríamos darte ideas.

Sif se lo pensó...

Realmente, no sabía muy bien como era que los midgardianos se vestían aquí, así que...

— De acuerdo, pueden acompañarme — dijo Sif — Pero hagámoslo rápido.

Los dos jóvenes sonrieron y la comenzaron a seguir.


***


Lady Sif, Norman Osborn, Walter Hardy y May Parker se encontraban en lo alto de un tejado, repasando el plan que iban a efectuar.

— Gracias a la información de Frandal, sabemos que tienen a una gran cantidad de prisioneros en el sótano de la torre Oscorp — dijo Sif — Así que el plan es simple.

— Debemos causar una gran distracción — dijo Walter — Varias joyerías se encuentran cerca. Activo las alarmas remotamente y nos escabullimos dentro.

— Yo conozco la infraestructura de Oscorp como la palma de mi mano — dijo Norman — Podré guiarlos y, con suerte, encontrarme con mi hijo.

— Habrá guardias adentro, por lo que May y yo los defenderemos — dijo Sif — La ruta de escape es simple...

— Nos robamos varias de las naves que están cerca y escapamos lo más rápido que podamos — dijo Walter — Muy bien... ¿todos entendieron el plan?

— Yo tengo una pregunta... — dijo May, mirando la ciudad...

Con su nuevo traje...

— ¿Por qué rayos mi traje es así de ridículo? — preguntó Parker, dándose la vuelta.

— Peter y Felicia me dijeron que te gustaría — respondió Sif — Ellos se encargaron del diseño.

— ¿Mi hija? ¿Felicia? — preguntó Walter — Ella no sabe nada sobre diseños de trajes.

— ¿En serio confiaste en niños para que te hagan mi traje? — preguntó May.

— Ese Parker es una mala influencia...

— Lo mismo puedo decir de tu hija.

— ¿Por qué no nos calmamos? — preguntó Norman.

— Lamento si no te gustó el traje — dijo Sif — Le informaré a Peter cuando volvamos.

— Err... mejor no, olvídalo — dijo May — Está bien.

Los cuatro caminaron hasta la nave asgardiana que tenían. Esta era algo grande. Con forma de barco nórdico, pero con la gran diferencia de que flotaba en el aire.

Allí se subieron, empezando a avanzar a gran velocidad por las calles de la ciudad, en dirección de la torre Oscorp.

— Esperemos que tu tecnología funcione... — dijo Sif.

— Funcionará — dijo Norman — Confía en mí.

Presionando un botón, toda la nave asgardiana activó un sistema de camuflaje que les permitió pasar desapercibido.

Ninguno de los asgardianos que vigilaban podían verlos. El plan empezaba con buen pie.

Siguieron volando por el lugar... hasta finalmente llegar a la torre Oscorp, donde estacionaron la nave justo en uno de los edificios de en frente.

— No hay tiempo que perder — dijo May — ¿Cómo activarás las alarmas?

Walter Hardy simplemente sonrió y sacó un control remoto de su bolsillo.

Presionó un botón... y varias explosiones comenzaron a ocurrir en aquellas joyerías. Los asgardianos se sorprendieron por aquello, comenzando a correr a revisar aquellos lugares.

— No esperaba que fuera tan llamativo — dijo Sif.

— Funcionó, ¿no? — preguntó Walter — Ahora, démonos prisa y entremos.

— ¡Sí!

Los cuatros bajaron por el edificio gracias a los ganchos, dejando la nave allí.

Justo allí... aunque no la dejaron sola.

Porque de debajo de unas sábanas, dos jóvenes salieron y miraron a todas partes.

— ¡No hay moros en la costa! — dijo Peter.

— Ya lo sé, Parker — dijo Felicia, saliendo de la nave.

— No puedo creer que te siguiera en esto.

— Quiero ayudar a mi papá.

— ¿No los ayudaremos quedándonos en el escondite?

— ¿Siempre eres así de aburrido? — preguntó Felicia, mirando por la cornisa.

— No soy aburrido...

— Lo eres — le dijo — ¡Ahí están!

Desde donde estaba, podía ver como aquel equipo de cuatro entraban por una de las ventanas del edificio.

— ¿Cómo los seguimos...? — se preguntó Felicia.

— ¡¿De verdad vamos a seguirlos?! — exclamó Peter.

— Ajá...

— ¿Y si mejor los esperamos en la nave?

— No seas aburrido — dijo Felicia, tomándolo del brazo — Vamos.

— Ay...

Los dos jóvenes comenzaron a bajar por las escaleras del edificio.

¿Cuál era su plan? Realmente... no tenían uno.


***


En la habitación donde habían entrado, Norman Osborn se encontraba hackeando una de las computadoras que tenían. Parecía estar consternado.

— Acabo de desactivar el sistema de seguridad — dijo Norman, suspirando — Pero no tengo acceso a las cámaras.

— Entonces tendremos que ir con cautela — dijo Walter.

— Y la única forma de llegar al sótano es mediante un elevador, en el centro del edificio.

— Nos encontramos en una de las esquinas... veamos...

— Nos seguimos apoyando en el plan — dijo Sif — May y yo causaremos una distracción en el otro lado del edificio. Combatiremos cuanto podamos. Ustedes tienen que darse prisa y rescatar a los prisioneros.

— ¿Qué? — preguntó May.

— Definitivamente estás loca — dijo Walter — ¿Cómo quieres que las dejemos solas contra un ejército?

— No te preocupes, mortal — habló Sif — Los guerreros de Asgard no se dejan derrotar tan fácilmente.

— Pero yo soy de la Tierra — dijo May.

— Y estarían peleando contra... contra guerreros de Asgard que tampoco de dejarán vencer — dijo Norman.

— No pierdan la fe — dijo la asgardiana, empezando a caminar — Vamos, mujer de las arañas.

— No me llames así... — suspiró la mujer de las arañas, siguiéndola.

Walter y Norman solo se vieron entre sí, poniéndose de pie y comenzando a caminar.

Había que seguir con el plan.


***


Cuando Peter y Felicia entraron por la puerta de la torre Oscorp, no sonó ninguna alarma ni nada por el estilo. Y tuvieron suerte que la distracción fuera lo suficientemente grande como para que soldados de la entrada también fueran a ver.

Allí pudieron observar como habían varias espadas y escudos tirados, al igual que lanzas y demás cosas.

— Que cool — dijo Felicia, levantando un escudo — ¿Cómo me queda?

— Te queda bien — dijo Peter, intentando levantar una pequeña espada — ¿C-Cómo me queda... a mí?

— Lo tuyo no son las armas — le respondió, dejando el escudo en el suelo y agarrando una daga — Creo que lo nuestro son armas pequeñas...

— Sí... — dijo el castaño, agarrando una resortera y unas piedras — Yo creí que tendrían pistolas o algo así...

— Supongo que en eso les ganamos.

En ese momento, el sonido de dos guardias se pudo escuchar.

Peter y Felicia se miraron entre sí, corriendo y ocultándose justo detrás de varias cajas de madera, donde parecía que los asgardiandos guardaban sus armaduras.

Fue entonces que, de las escaleras de emergencia, dos soldados bajaron y comenzaron a caminar por el lugar.

Estos bostezaba y dormitaban. Parecían aburridos.

— Te dije que Skurge era un aburrido — dijo uno de los guardias — Nunca tiene algo interesante que contar...

— Y siempre está presumiendo... — dijo su compañero.

— ¿Qué tiene que presumir? ¿Que vigila las cámaras? Hasta una cabra podría hacerlo.

— "El trabajo de un guerrero honorable" ¡Pero si solo es el conserje!

Los jóvenes podían escucharlos...

— Ugh... — murmuró Peter — Ya me dio pena ese tipo...

— Peter, mira — dijo Felicia.

Ella miraba el mapa de las instalaciones Oscorp pegada en la pared. Allí se podía ver como el cuarto de las cámaras de seguridad estaba subiendo esas escaleras que esos guardias habían bajado.

— Muy bien, debemos distraerlos para llegar a la sala de cámaras — dijo Felicia — La pregunta es cómo...

— Creo que sé cómo... — dijo Peter, poniéndose de pie.

Apuntando su resortera hacia el vidrio de la atención al cliente, Peter disparó una piedra que dio directamente hacia el lugar. No rompió el vidrio pero sí llamó la atención de los guardias, quienes fueron a revisar.

Peter y Felicia no perdieron el tiempo, comenzando a correr hacia las escaleras, subiéndolas y dirigiéndose hacia la zona de cámaras de seguridad.


***


Sif y May finalmente llegaron a donde se realizaría el combate. Y ese lugar era el gran comedor del edificio.

— Muy bien, estamos aquí — dijo May, por su intercomunicador — Activa el sistema de seguridad del comedor.

Lo estoy haciendo — respondió Norman — Mucha suerte. A las dos.

— Gracias...

De pronto, una alarma empezó a sonar en el comedor. Era un aviso para que todos los guerreros asgardianos fueran a aquella zona y atraparan a las intrusas.

— No tardarán en llegar... — dijo Sif, alzando su espada — ¿Estás lista?

— ¿Te soy honesta? Para nada... — dijo May — Nunca he peleado contra un ejército.

— Solo asegúrate de golpearles fuerte en la cara.

— ¿Solo con eso?

— La mayor debilidad que poseen los asgardianos... es que en gran cantidades, no saben pelear en espacios cerrados.

— Ya veo... entonces nos irá bien.

— No te confíes... también solemos sorprender a nuestros enemigos.

— ¿Decídete, no? ¿O son buenos o son malos?

De la puerta al comedor, un montón de asgardianos armados entraron al lugar. Cuando vieron a las dos heroínas, corriendo rápidamente, intentando atacarlas.

— ¡Por Asgard! — gritó Sif, corriendo hacia ellos.

— ¡Por...! ¡Por Delmar! — exclamó May, sin saber que decir.

Disparando sus telarañas hacia el techo, May Parker logró impulsarse y aterrizar sobre dos asgardianos, tumbándolos en el suelo. Luego, alzó la cabeza y le dio un fuerte golpe a otro guerrero, tumbándolo sobre varios soldados.

Sif golpeó con el mango de su espada a uno de los guerreros, para después girar y golpear a otro con su escudo, tirándolo. Luego, viéndose cara a cara con uno, esquivó dos estocadas que intentó darle. Se protegió con su escudo de una, para después acercarse y atravesar al asgardiano con su espada. 

May, entonces, comenzó a disparar una gran cantidad de telarañas por todas partes, envolviendo y entorpeciendo a los guerreros, quienes caían al suelo.

Por el momento, tenían la ventaja... pero el comedor estaba empezando a llenarse. Y cada vez más comenzaban a rodearlas.

Solo esperaban que Walter y Norman pudieran terminar esto a tiempo.


***


Los dos hombres se encontraban descendiendo por un elevador, dirigiéndose hacia el sótano del lugar.

— Así que... ¿no hay escaleras? — preguntó Walter — ¿Por qué?

— Se supone que nadie debería de entrar aquí — dijo Norman — Es un lugar donde guardamos... información y...

— ¿Avances científicos?

— Algo por el estilo. Hace unos años tuvimos un incidente con un... bueno, no importa. 

El elevador bajó, justo en el centro de una gigantesca habitación.

Y cuando las puertas se abrieron, cuatro guerreros asgardiandos los esperaban. Aunque lo que ellos no esperaban era que una granada cegadora les diera de lleno, dejándolos ciegos.

Fue entonces que Walter se acercó y golpeó a uno de ellos, para después saltar y envolver un cable en el cuello de otro, tumbándolo en el suelo y dándole un golpe que lo dejó inconsciente. Luego, fue donde el tercero y le dio una patada en el mentón, logrando tumbarlo, para después envolver al cuarto con su cable, logrando tirarlo en el suelo, sin poder moverse.

— Vaya que eres ágil... — dijo Norman.

— Sí, pero...

— ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?! — dijo el primer soldado que golpeó, quitándose el casco — ¡Hice la señal con el arma!

Este se trataba de Fandral.

— Perdona, no la vi — sonrió Walter.

— Mentiroso...

Toda la enorme habitación estaba rodeado por grandes cuartos donde se supone que irían computadoras. También habían cuartos donde había material médico. Cuartos donde también habían trajes extraños y planos sobre sustancias químicas.

Estas habitaciones estaban bloqueadas por campos de fuerzas.

Y dentro de estas... habían personas. Muchas personas. Casi la misma cantidad por habitación. Parecía que apenas podían mantenerse de pie.

— Les dije que eran muchos — dijo Fandral.

— Sí... pero no esperaba que tantos... — dijo Walter.

— ¡¿Harry?! ¡Harry, ¿dónde estás?! — preguntó Norman, acercándose a cada una de las habitaciones.

Mientras se acercaba, presionaba cada uno de los paneles, permitiendo desactivar los campos de fuerzas y dejando salir a los atrapados.

Fue cuando llegó a una de las habitación que finalmente pudo ver a su hijo de 9 años.

Desactivó rápidamente el campo y se le acercó, dándole un fuerte abrazo.

— Harry, Harry... — dijo Norman — Gracias al cielo que estás bien.

— Hola, papá — dijo Harry, sonriendo — Te extrañé.

— Y yo a ti, hijo. Y yo a ti...

Walter y Fandral terminaron de liberar a los demás prisioneros, notando como eran demasiados.

— No creo que todos quepan en el elevador — dijo Waler.

— Los sacaremos poco a poco — dijo Fandral — No dejaremos a nadie atrás.

— Ni siquiera sé sí habrán suficientes naves para todos.

— Después nos preocupamos por eso.


***


La pelea en la cafetería continuaba.

Uno de los guerreros trató de atacar a Sif por la espalda, pero May disparó una de sus telarañas y lo tumbó en el suelo. Pero entonces, alguien se le apareció por la espalda y envolvió sus brazos alrededor de su cuello, para después tirarla al piso.

Sif quiso ir en su ayuda, pero tuvo que cubrirse con su escudo por una lanza. Esta arma atravesó su escudo protector, por lo que ya no le iba a servir de mucho. Alejó a su atacante con una patada y lanzó su escudo contra otros más.

Luego fue directamente hacia el tipo que tenía a May y le cortó el brazo, para después patearlo y alejarlo.

— ¡Tenemos que seguir moviéndonos! — dijo Sif — ¡Sigue moviéndote! ¡Sigue luchando!

— ¡¿Hasta cuándo?! — preguntó May, golpeando a otro sujeto — ¡No veo ninguna ruta de escape!

— ¡Si tenemos que morir aquí, que sea con honor!

— ¡Oh, vamos!


***


En la sala de cámaras de seguridad, se podía ver a un sujeto pelón, con extraños tatuajes, viendo la batalla que sucedía.

Parecía estar emocionado, mientras comía palomitas.

Y en la entrada del lugar, los dos niños estaban allí, viendo al sujeto.

— Tenemos que deshacernos de él — dijo Felicia.

— ¿Hablas de matarlo?

— Sí.

— No podemos matarlo.

— ¿Por qué no?

— Es malo...

— Bien, bien... ¿y entonces qué?

— No lo sé.

— Podríamos noquearlo. Y así sabremos donde están los demás.

— Necesitamos un plan...

— Creo que tengo uno — exclamó Felicia — Distraerlo. Si hacemos ruido, podríamos atraerlo hacia algún lugar en específico. Después le apuñalaré en la pierna con la daga y una vez en el suelo, tendremos que envolverlo como podamos y...

La peliblanca pudo escuchar un sonido, lo que la hizo voltear... solo para ver como Skurge caía al suelo, completamente inconsciente.

Volteó a ver a Peter, notando como este sonreía, con la resortera en sus manos.

— Mi plan funcionó — dijo el castaño.

— Sí que lo hizo... — dijo la peliblanca — Tienes muy buena puntería, Peter.

— ¡Gracias!

Felicia y Peter pasaron por encima del cuerpo de Skurge y se subieron a las dos sillas que había allí, pudiendo ver las cámaras de seguridad.

Entonces, Peter pudo ver la cámara del comedor.

— ¡Ahí está May! ¡Y Sif! — exclamó — ¡Están peleando contra muchos!

— Sí... no la pasan nada bien...

— Tenemos que ayudarlas.

— Pero, ¿cómo?

Los dos niños vieron todos los botones que había en el tablero.

Luego se miraron entre sí, como entendiendo lo que debían hacer.

Para al final...

Empezar a presionar todos los botones.


***


Sif bloqueó otra estocada con su espada, pero por detrás suya, uno de los asgardianos llegó y le atravesó la pierna con su lanza.

Esto hizo que gritara de dolor.

May quiso ir a ayudarla, pero muchos asgardianos la tenían atrapada. Lo único que podía hacer era recibir los puñetazos de esos tipos, mientras intentaba disparar toda la telaraña que podía de sus dedos, aunque ya empezaba a dolerle.

Fue en ese momento que... las luces del comedor comenzaron a parpadear, al mismo tiempo que sonaban las alarmas y se apagaban. Para que después unas puertas metálicas se cerraran en la entrada del comedor, aplastando a algunos, para después abrirse.

Los guerreros quedaron confusos ante esto, cosa que aprovechó May para liberarse rápidamente. Luego, usando sus redes, fue directamente hacia Sif, embistiendo a los asgardianos que la intentaban matar.

Y sin perder el tiempo, las rodeó a las dos en un campo de telaraña. Pero claro, los asgardianos no iban a tardar en romperla.

— ¡¿Qué está pasando?! — preguntó May.

— ¡No lo sé! ¡No creo que sea Osborn!

— ¡Tenemos que salir de aquí ahora!

— ¡Sí!

Alzando su espada, Sif hizo un agujero en el suelo, provocando que ambas mujeres cayeran un piso abajo. Después, May cargó a Sif con un brazo, mientras que con el otro disparaba sus telarañas y empezaba a balancearse por el lugar.


***


— ¡Están escapando! — dijo Peter.

— Pero donde está mi papá... — murmuró Felicia, viendo en todas las cámaras de seguridad — ¡Lo encontré!

Entonces, en una de las cámaras de seguridad, pudieron ver un gran grupo de personas se empezaban a dirigir a la salida de la torre.

— ¡Tenemos que irnos de aquí! — dijo Felicia.

— ¡Sí!

Los dos jóvenes se bajaron de sus asientos, aterrizando encima del cuerpo inconsciente de Skurge y se fueron de allí, lo más rápido que pudieron.


***


En la salida, Walter y Frandal comenzaban a subir a las personas dentro de una gran nave asgardiana, mientras que Norman colocaba el sistema de camuflaje afuera de la misma.

Lastimosamente, el tamaño de la nave no iba a ser suficiente para tantas personas.

— ¡Frandal! ¡Tú vete con ellos! — gritó Walter, bajándose de la nave — ¡Nosotros nos subiremos en otra!

— ¡Por Asgard! — exclamó Frandal, mientras encendía la nave y se iba volando lo más rápido de allí.

— ¡Los demás! ¡Síganme!

Waltar y Norman comenzaban a correr... mientras veían a dos pequeñas personas salir de la torre Oscorp.

— ¡Whoa! — exclamó Walter, al ver a su hija.

En ese momento, una ventana se destruyó en la torre. De allí cayó May, con Sif en sus brazos. Ambas aterrizaron en medio del camino, agotadas por el combate.

Allí, May alzó la vista...

— ¡Whoa! — exclamó May, al ver a su sobrino.

— Hola — dijo Peter, nervioso.

— ¡¿Qué están haciendo aquí?! — preguntó May y Walter, al mismo tiempo.

— ¡No tenemos tiempo para esto! ¡Tenemos que escapar! ¡Ya! — gritó Sif.

Era cierto. Los asgardianos se acercaban.

Tomando a sus críos en sus brazos, todos comenzaron a correr a la nave asgardiana más cercana. Los civiles comenzaron a subir como pudieron, mientras Sif la encendía.

Pero los asgardianos ya habían llegado y empezaban a lanzar sus lanzas y flechas.

— ¡Enciendan esta cosa y váyanse! — gritó May, bajándose de la nave — ¡Yo los distraigo!

— ¡Tía May! — gritó Peter, tratando de ir por ella, pero siendo detenido por Norman.

Sif encendió los motores y comenzó a acelerar rápidamente.

Avanzó algunas cuadras...

Pero la suerte no estaba de su lado.

Un poderoso disparo dio de lleno en la nave, estrellándola contra un edificio. 

Era uno de los Helicarriers de los que Loki se apoderó.

May quiso ir hacia ellos, pero un tipo con un gran maso la golpeó de lleno, tumbándola en el suelo.

— ¿Eso es todo? — preguntó el asgardiano.

El golpe la había mareado por completo, por lo que no iba a poder defenderse del siguiente ataque.

El asgardiano alzó su maso, intentando aplastarla con su arma.

Y estuvo a punto de hacerlo... si no fue porque alguien se abalanzó sobre él.

No una persona...

— ¿Sándwich? — preguntó May, viendo al perro morderle el brazo al guerrero.

— ¡¿Qué clase de bestia infernal es esta?! — se quejó el asgardiano, golpeando al perro en el suelo.

— ¡Oye!

El asgardiano alzó la vista y solo pudo ver un puñetazo dándole en la cara.

— ¡No lastimes a mi perro!

El guerrero cayó al suelo, completamente inconsciente.

— Sin resentimientos... ¿verdad? — preguntó May al animal, el cual solo le lamió la cara — Claro...

Tomándolo entre sus brazos, May salió de allí, esquivando la lluvia de balas que caía en su dirección.

Balanceándose como pudo, llegó hacia donde se había estrellado la nave asgardiana, viendo como esta estaba hecho añicos... y toda la tripulación estaba afuera. Además de que el ejército de Asgard los tenían rodeados.

Sin pensarlo mucho, aterrizó en medio de estos dos bandos, dejando al perro en el suelo, el cual fue directamente hacia Peter, empezando a lamerle la cara.

— ¡¿Por qué no lo hablamos?! — preguntó May.


"¡Creo que la hora de hablar se acabó, señorita!"


De entre los soldados, una persona apareció.

Un dios... el rey de Asgard.

Loki.

— Así que son la rebelión... debe ser un gran placer para ustedes estar presentes ante el rey de Asgard — dijo Loki, sonriente — Es una pena que tenga que ser en estas circunstancias.

— Voy a llenar tu cara de telarañas — dijo May.

— Eso es asqueroso... pero, ¿qué puedo esperar de seres inferiores como son ustedes, los humanos? Deben estar agradecidos que vine aquí a complacerlos...

— ¿Encarcelando y matando a los que se pusieron en tu contra?

— Los habladores siempre existirán en cada reino. Es necesario silenciarlos...

— Estás loco, Loki... muy loco.

— Es normal que pienses eso... no estás en mi posición. Pero no importa... pronto, todos ustedes estarán muertos...

Sif salió de la nave como pudo, cayendo de rodillas en el suelo. No podía caminar por la gran herida en su pierna... pero podía escuchar la voz de Loki, por lo que sabía que estaban en grandes aprietos.

Solo le quedaba una última opción...

Un milagro...

— Heimdall... escúchame... sé que... tú solo escuchas al rey de Asgard y que lo obedeces fervientemente... — dijo Sif — Pero tan solo mira todo lo que está pasando... todo el dolor y muerte que este tipo está causando a los Nueve Reinos...

Loki alzó sus manos, a los que los soldados alzaron sus armas, apuntando a todos.

— Si no lo derrotamos, estaremos perdidos... todo por lo que Odín luchó habrá sido en vano... la muerte y destrucción invadirán Yggdrasil y Asgard caerá en desgracia... ¿eso buscas? ¿Buscas nuestro final? ¿Eh?

May apretó sus puños...

— ¿Este será... el final de Asgard? El Ragnarok... ¿acaso quieres que ocurra? ¿Así quieres que todos los mundos recuerden a la gran nación de Asgard? ¡Respóndeme! ¡Heimdall! ¡HEIMDALL!

— Mátenlos — dijo Loki, bajando la mano.

¡HEIMDAAALL!

Y el milagro pasó...

Una gran y gigantesca luz cayó sobre todos los ciudadanos de allí, desapareciéndolos, al mismo tiempo que dejaba una gran marca en el suelo.

Una marca que revelaba quién había sido el que los había salvado.

— Heimdall... — murmuró Loki — Búsquenlo... y prepárenlo para que responda a mis preguntas...


***


El escondite de la rebelión parecía estar en celebración. Algunos de los que estaban allí se habían reencontrado con sus seres queridos, al mismo tiempo que nuevos niños aparecían y empezaban a jugar con otros.

Peter jugaba con ellos, al igual que Felicia y Sándwich.

May los observaba, feliz de saber que su sobrino estaba bien... aunque también molesta con él por haberse puesto en peligro.

— ¡Hey! ¡Estamos de celebración! — exclamó Norman, entregándole una copa — ¿Por qué la cara larga?

— Mi esposo no estaba entre los prisioneros — respondió May, tomando un trago — Estoy perdiendo la esperanza de encontrarlo...

— Oye, si ese tal Ben es como me contaste, estoy seguro que aparecerá. Yo tuve la suerte de encontrar a mi hijo... así que creo que tú también podrás encontrarlo.

— Sí... sí, eso espero...

— ¿Interrumpo algo? — preguntó Walter, acercándoseles.

— Solo hablábamos de la mala influencia que es tu hija — dijo May.

— Para tu información, si mi Fel no hubiera ido en nuestra ayuda, estarías muerta — le respondió — De hecho, estoy seguro que tu sobrino la entorpeció.

— Tú de verdad no quieres tener esta discusión.

— Vamos, vamos, calmémonos un poco — dijo Norman — Walter, ¿un trago?

— De hecho, no — dijo Walter — Finalmente tenemos comunicación con el líder de la rebelión. Quiere hablar con nosotros.


***


En una habitación apartada, los miembros importantes se encontraban presentes. Estos eran Sif, May, Norman y Walter. Habían recibido una llamada importante por parte de su líder.

Nick Fury.


"He recibido reportes acerca de cómo Loki perdió a una gran cantidad de prisioneros esta mañana"


— Creo que fuimos nosotros — dijo Sif, sonriendo.


"Me alegra escuchar que tuvieron éxito, pero no hay tiempo para celebrar. Debemos prepararnos para la guerra"


— ¿Qué quieres decir? — preguntó Walter.


"¿Por qué no dejo que él se los diga?"


En ese momento, Fury se hizo a un lado... dando paso a otra persona.

A un hombre con estrellas y barras.

— ¡¿El Capitán América?! — exclamó Norman, sorprendido.


"Es un placer hablar con todos ustedes. El director Fury me acaba de informar acerca de todo lo que está sucediendo aquí y, aunque sigo sin entender bien lo que ocurre, sé que el mundo necesita mi ayuda. La de todos nosotros... por eso he decidido hablar con ustedes"


— ¿Qué es lo que pasa? — preguntó Sif.


"Si queremos detener a Loki, debemos de tomarlo por sorpresa. Atacarlo cuando se encuentre en uno de los helicarries de los que se hizo posesión. Pero no podemos hacerlo solos... necesitamos la ayuda de Lady Sif y de... bueno, Spider-Woman"


— ¿Spider-Woman? ¿Se refiere a mí? — preguntó May.


"Sería un gran honor para mí pelear a su lado"


Lady Sif y May se miraron entre sí, al mismo tiempo que sonreían.

— Muy bien, Cap — dijo May — ¿Cuándo es la pelea?

Cuando se sabe como acaba un camino, no siempre se suele decir todos los detalles de lo que pasa de por medio.

Los humanos siempre han podido mantenerse firmes. Han logrado anteponerse a la adversidad. Esa fuerza los ha hecho únicos. Poderosos. Indestructibles.

La esperanza... es lo que los mueve. La esperanza por un mundo mejor.

La esperanza por un mañana.

Bueno, bueno, bueno!!!! 

¡¿Qué tal les pareció este capítulo?! ¿Un poco largo? Bueno, es que sí lo es jajaja. 

La mayoría de capítulos tendrán más o menos esta duración.

¿Y bien? ¿Qué tal les pareció la participación de los asgardianos en todo este conflicto? Tomé como base ese capítulo de What If...?, para contar lo que sucede antes de lo visto al final de la primera temporada de esa serie. Durante ese tiempo que Loki gobierna la Tierra.

En fin, si les gustó este capítulo, denle a la estrellita, comenten y compartan!!

Nos vemos!

Publicado el 08/11/22

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