𝐖𝐞𝐝𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐒𝐮𝐢𝐭
Llevaba el ramo en mis manos para lanzarlo acorde a la tradición según mi madre, iba buscando a Tae para que me acompañe y entonces te vi marcharte de la fiesta.
Sin querer choqué con Tae y le pregunté que había pasado, él parecía perdido, como si tu partida fuera causada por él.
—¿Por qué Rosie se fue?—me atreví a preguntar.
—Es duro de explicar... te lo digo después de la fiesta.
Al llegar a la casa intentó evadir el tema pero lo confronté, ahí me reveló que fue lo que pasó contigo. ¿Por qué me ocultaste tus sentimientos Chae?.
No llegué a despedirme de ti pero... gracias por estar a mi lado en todo momento... aún sabiendo que mi felicidad equivaldría a tu dolor.
Ya han pasado quince años desde que te fuiste, aún puedo oír aquellas notas en las cuales te despediste de mi y aceptaste que le correspondía a alguien más, a aquel que considerabas tu hermano.
Que dura es la vida, mientras yo estaba pasando por el día más feliz de mi vida, tu estabas tocando la pieza para despedirte de mí.
Mientras reviso el celular, oigo pasos acercarse hacia mí; eran Tae y nuestro hijo, Junkyu.
—¿Lista para irnos Jen?—me pregunta Tae.
Asiento en respuesta.
Me siento mal por tener que hacer esto Rosie, no quiero ir a ver como te entregas a ella, no quiero verte con nadie más que no sea yo.
—¿Estás bien mamá?—pregunta Junkyu. Vuelvo a asentir.
—Jun, hijo, ¿podrías dejarnos a solas un momento?—se metió Tae.
El joven obedece y sale del cuarto cerrando la puerta, en cuanto el silencio reina en la habitación Tae se dispone a romperlo. Se sienta a mi lado en la cama aún en silencio.
—Jen—susurra—Ya han pasado quince años desde que se fue—dice—Hay que ir a verla.
—Lo sé—susurro—Pero ¿y si ella no quiere verme?.
—Jen, no tienes que hacerlo si no quieres—espeta—Pero estaría bueno que acompañes a Rosie en su boda; recuerda que ella estuvo en la nuestra tocando.
—Está bien... vamos.
Tae me sonríe para luego dejar un beso en mis labios y decirme que debemos partir o los lugares se ocupan.
¿Era así como te sentías aquella vez pequeña?.
Subo al auto acompañada de Junkyu quien no dudó en preguntarme que me pasaba, entre bromas y chistes nos dimos camino a la catedral.
El lugar estaba colmado de gente, algunos familiares, otros desconocidos con cámaras y micrófonos, los servidores aguardan al sacerdote afuera del templo y siento como Junkyu me toma el brazo.
—¿La tía Chae es alguna cantante famosa o que?—pregunta ansioso el castaño.
—Desde que se fue a Melbourne su vida cambió totalmente—respondió Tae—Pasó de ser una pianista cualquiera a ser una de las solistas más famosas del mundo.
El joven Junkyu no podia ocultar su sorpresa, saber que llamaba tía a una artista súper famosa lo emocionaba demasiado; pero él no era el único que se emocionaba por ver a Rosé.
Entramos a la catedral buscando unos buenos lugares para sentarnos, nos colocamos en los sitios de en frente para tener mejor vista, de la nada, Tae se esfumó.
Junkyu estaba ansioso por conocerte pero aún no apareciste en el altar, estar sentada aquí en frente viéndo todo el altar y la estética que adoptó el templo para esta ocasión me hace acordar a mi boda, a aquella vez en la que te vi sonreír por última vez.
Tae aparece nuevamente y no dudo en regañarle por desaparecer de la nada, este me susurra algo al oído que me heló la sangre.
¿Estás segura Rosé?.
Me levanto del asiento y voy al lugar al que Tae me indicó, entre disculpas llego hasta lo que parece una habitación poco cuidada; de aquí salían varios servidores y también una señora que no dudó en dedicarme una mirada fea.
Abro la puerta y logro verte, estás tan preciosa como aquella vez Rosie, te ves tan jodidamente bien con ese traje.
Te giras a verme y no puedo evitar lanzarme a tus brazos. Ha pasado tanto tiempo desde que no te sentía tan cerca.
—¡Por Dios Rosie estás hermosa!—me atrevo a decir. Rápidamente me arrepiento de haber abierto la boca—Yo eh- perdona es solo que-
—No te preocupes Jen—respondes—Ya todo esta bien en serio... ¿puedes creer que me casaré con alguien que no amo?.
—¿Que? ¿A qué te refieres Chae?—pregunto asustada.
Comienzas a acercarte peligrosamente hacia mí—Es que yo...—susurras—Nunca he podido olvidarte...
—Olvidemos el mundo por un rato—digo.
Sin pensarlo dos veces me abalanzo a tus labios sin dejar de pensar en cuanto te he extrañado, el mundo no existe para nosotras, ahora solo somos tu y yo Rosé.
—¡Jen!—oigo a alguien llamándome.
—Tierra llamando a mamá, responde por favor—oigo a Junkyu.
Era todo producto de mi imaginación.
—¿Que sucede?—me atrevo a preguntar.
—La ceremonia está por empezar—espeta Tae.
Asiento nuevamente mientras me obligo a mirar hacia el frente, ahí estabas tú; parada a la izquierda del sacerdote, de veras que estos quince años no te han afectado.
Sigues siendo hermosa, como cuando nos conocimos; no puedo evitar sonreír al verte, sé que estás nerviosa, puedo verlo en tus ojos. En un instante, nuestras miradas se encontraron después de mucho tiempo; por favor sonrieme Rosie.
La gente empezaba a pararse mientras la música sonaba; te dediqué una última sonrisa para ver a tu futura esposa.
Me quedo helada al ver a tan hermosa joven, aunque el velo le cubra gran parte de su rostro puedo ver como se acerca sonriente al altar.
—Hermanos y hermanas, sean todos bienvenidos a la casa del señor—inicia el sacerdote—En esta ocasión celebramos la unión de estos dos jóvenes en santo matrimonio.
Un fuerte deja vu me ataca al escuchar aquellas palabras, ¿era así como te sentías aquella vez Rose? ¿Como pudiste soportarlo?.
Después de tanto tiempo te vuelvo a ver sonreír; tanto he esperado para verte otra vez y me lastima saber que a partir de ahora le pertenecerás a alguien más.
¡Perdón por no haberte amado cuando tenía la oportunidad! ¡Perdoname por haberte lastimado!.
El momento de los votos llegó, por favor, no hagas lo que yo he hecho, no digas nada de eso.
Te das vuelta quedando cara a cara con la joven quien aún se ocultaba bajo el velo, lentamente le vas sacando la prenda dejando ver a la afortunada.
Vaya que tienes buen ojo Rosé.
—Yo Kim Jisoo—inició—me entrego a ti Park Chaeyoung, para amarte y respetarte, para apoyarte y acompañarte en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y la pobreza, en tus mejores proyectos y en tus peores momentos, en tus días de felicidad y en tus días grises y todos los días de mi vida... hasta que la muerte nos separe...
Eso fue hermoso, por favor no llores Rosie.
—Yo Park Chaeyoung—respondiste—me entrego a ti Kim Jisoo para amarte y respetarte, para apoyarte y acompañarte en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y la pobreza, en tus mejores proyectos y en tus peores momentos, en tus días de felicidad y en tus días grises, cumpliendo tus sueños o fracansando y aprendiendo de ellos, y todos los días de mi vida... hasta que la muerte nos separe...
¿Por qué me lastimas de esta manera?.
—Si hay... alguien que se oponga a esta unión—habló nuevamente el sacerdote—Que hable ahora o calle para siempre.
Y el silencio se hizo presente en el templo.
Quiero gritar, quiero decir que tu eres de mi propiedad, quiero mandar a volar a todo el mundo y escapar contigo, quiero desaparecer contigo, quiero eso pero ya no puedo... ya no puedo hace quince años.
—Ya que nadie se opone—volvió a hablar el padre—Park Chaeyoung... puedes besar a la novia.
Sonriente te le acercas mientras ella hace lo mismo, con una última mirada unen sus labios en un suave y conmemorativo beso.
El publico empezó a aplaudir y las lágrimas no tardaron en salir.
¿Era así como te sentiste? ¿Como soportaste esto Rosie? ¡Dime que aún lo sientes!.
—Mamá—me habla Junkyu—¿Estás bien?... Estás llorando.
—S-si h-hijo e-es s-solo q-que—respondo entre sollozos—s-sie-siempre l-lloro en la-las bo-bodas...
Cuando se separan, logro ver como estás sonriendo genuinamente Rosie, me alegra saber que ahora serás feliz por el resto de tu vida. Me alegra saber que tienes a alguien más.
(...)
Ya en la fiesta, me aparto un rato de mi familia, tengo tanto en la cabeza que está empezando a dolerme, observo la fiesta desde el balcón mientras espero que todo se acabe.
—¿Problemas con Tae?—oigo tu voz detrás mío.
—De hecho no—respondo—tienes buen gusto Chae.
Te acercas quedando justo al lado mío.
—¿Y eso?.
—Kim Jisoo, embajadora global de Dior, actriz y solista surcoreana—digo—sin nombrarte a ti; solista, embajadora de Saint Laurent, compositora y productora.
—Si... fue algo loco pero a la vez bonito— respondes.
—Explicate.
—Después de que me volví a Melbourne, Jisoo estaba de gira mundial—relataste—entonces un día ella me escuchó tocar y el resto se cuenta solo.
—¿Que irónico cierto?—digo—Tu desconcierto es notorio Chae—asientes—Hablo de que, mientras yo vivía el día más feliz de mi vida, tu estabas lastimandote solo para acompañarme.
—Yo...—suspiraste—Te había prometido que estaría contigo en el día más feliz de tu vida... ahí estuve.
Ahora fue mi turno de suspirar.
—Gracias por eso, no cualquiera lo haría.
—Lo sé... ¿Y tu hijo?.
—Han pasado muchas cosas desde que te fuiste Rosie Posie.
El silencio se apoderó de las dos, sin embargo no era incómodo, era más bien un silencio en el cuál nos decíamos todo aquello que queríamos escuchar, pero a la vez no había nada.
—Yo—susurraste—los extrañé a ambos...
Sin mediar palabra me abalanzo a ti abrazándote como si el mundo se me fuera a acabar, como si la vida me la fueran a quitar, como si fueras mía de verdad.
Las lágrimas no tardaron en salir y no puedo evitar sollozar, he extrañado tanto esta sensación de paz y calidez que me transmitía tu compañía.
Me duele saber que ya no me perteneces, pero estoy feliz por que has conseguido a alguien que si tuvo el valor de amarte.
—Ven a bailar antes de que la fiesta acabe—dices una vez nos separamos.
—Tal vez luego—respondo.
Solo asentiste en respuesta y bajaste a continuar con la fiesta, por mi parte creo que me quedaré aquí un momento más.
Rosé, me has dado los mejores momentos de mi vida, me cuidaste y alegraste cuando lo necesitaba, nunca demostrabas tu dolor y eso es algo que admiro mucho en ti, déjame decirte que, te dejaré ir...
Ambas estamos casadas y no podemos seguir amándonos de esta manera, te dejaré ir como tú lo has hecho conmigo, no voy a interferir, no voy a apartarte de mi.
Nunca olvides que te amo Rosie Posie.
Nunca olvides que en otra vida somos; señora Park y señora Kim.
❝𝐄𝐬𝐭𝐮𝐯𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐞𝐥 𝐝í𝐚 𝐦á𝐬 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐳 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚... 𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐲𝐨 𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚ñé 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐮𝐲𝐨...❞
×Fin×
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro