𝟎𝟒
¿¡QUE MIERDA!?
-¿Qué se supone que te dijo Yeji?
Espero por todos los santos que la idiota esa no le haya dicho a Jungkook lo que yo sentía por él.
El chico permanecía serio, a mi me temblaban las manos y estaba moviendo la pierna sin control.
Sentía que me iba a desmayar.
-Me dijo que estabas teniendo problemas con tu ex.
¿¡Eh!?
Pude jurar que tenía la cara roja de rabia.
¿Porque mierda esa plástica le habría dicho eso?
Ohhh ya se, seguro que para demostrarme que ella me tenía en sus manos y en cualquier momento podría decirle mi secreto a Kook.
Que hija de puta.
Le sonreí un poco al pelinegro y este solo mantuvo su semblante serio.
-¿Por qué se lo dijiste a ella y no a mi que soy tu mejor amigo?
El chico se levantó de su asiento al frente mío para acomodarse a mi lado para estar más cerca, me tomó de las manos y me miró esta vez con un poco más de tristeza.
-¿Bogum te está molestando de nuevo? ¿Dime Tae? ¿Quieres que hable con él?
-Yo.... -mis manos estaban temblando y no pude evitar empezar a llorar.
El chico me abrazó con fuerza y dejó un pequeño beso en mi mejilla.
-Lo siento tanto....
-No te preocupes Tae, yo voy a hablar con ese hijo de puta.
-¡No! -grité y Jungkook me miró con las cejas fruncidas- Esta bien, yo hablé con él y me prometió que no iba a molestar más.
Pareció comerse mi mentira y solo asintió para volver a abrazarme más fuerte.
.....
-¡QUE HIJA DE PUTA!
Grite y restrallé contra la pared un jarrón de cristal.
Estaba tan enojado, me sangraba las manos por haber estado golpeando la pared como animal hace unos minutos.
Respiré con calma y pude escuchar la puerta de mi departamento abrirse.
Me alarmé.
El único que tenía llave de la casa era Jungkook.
¿Que hacía aquí si ya lo había visto en la mañana?
No siquiera tuve tiempo de procesar mis propias preguntas cuando el pelinegro hizo presencia en mi sala y me encontró en el piso con el rostro mojado, vidrios y algunas otras cosas que había lanzado en el piso y las manos ensangrentadas.
No sabía la verdad que iba a decir.
-¿Qué pasó?
Sinceramente no quería responder, no siquiera quería mirarlo en ese momento.
-Déjame solo.
Pedí con la poca paciencia que todavía me quedaba.
-Tae....
-!Vete Jungkook!
El chico soltó las bolsas que traía en las manos y se lanzó en el piso y me abrazó con fuerza, con tanta que sentía como me lastimaba por tanta presión.
No importó cuanto golpeé su espalda el solo permaneció allí parado como una roca sin inmutarse si quiera.
Quería que entendiera mi deseo de estar solo.
¿Pero que iba a hacer?
Después de todo seguía siendo el amor de mi vida.
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