⁰¹. 𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓮𝓵 𝓹𝓪𝓼𝓽𝓮𝓵.
— Que tipo tan molesto y por lo visto un muerto de hambre.
Ada siempre tan honesta, no pudo evitar soltar una carcajada ante su comentario.
— Se veía que era Oficinista. — Menciona Luis apagando su cigarrillo. — Solo las oficinas destruyen así tu rostro. Lo mismo le paso a Nanamin.
— No nos cuentes tus cosas de otaku.
— A mi tambien me gusta.
— Tu callate, Suyin
Las cajas con los pequeños felinos estaban dentro de la camioneta, solo faltaba cerrar el local.
— Yo lo pondré, tu ve a sentarte. — Luis toma el candado en sus manos y se dirige a la cortina.
— Estoy bien todavía podía hacerlo.
— Es mejor así, ya hiciste demasiado cargando a los gatos.
— Supongo. — Murmuró desanimado.
— ¡Todo listo! ¡Vamonos!
Una pequeña mueca se posó en su rostro mirando la ventana del auto, ahogándose en sus pensamientos y preocupaciones.
Aunque rápidamente recuperó su compostura y sonrió.
— Si.
Las emociones de Leon estaban alborotadas, no sólo se había probado el mejor emparedado de su vida, si no que sus pensamientos se llenaban del "chico pecas" como había comenzado a llamarlo.
— Ilumíname o eliminame. — Murmuró con la cara pegada al escritorio.
— Te vez horrendo. — Halago Hunnigan con sarcasmo. — Mucho más que ayer.
— Hunnigan creo que me enamore.
— ¿Eh? Los pen-
— Y antes de que digas una idiotez, si existe.
— ¿Bien, quien es la desafortunada?
— Es un "el".
— Reformulo. — Pausa acomodando sus lentes. — ¿Quién es el desafortunado?
— Es de una cafetería-
— ¡No me digas!. — Lo Interrumpió. — ¡Es Coffe and Kitty! ¡Dios amo esa cafetería!
— Aja. — La mujer carraspeo la garganta recobrando su postura. — Bueno, el chico de la cafetería fue amable y solo-.
— Estas hablando muy rápido. — Habla con disgusto. — Calmate o no me hables.
— Lo siento.
— Pero si te gusta el chico, tienes competencia. — Menciona mientras buscaba algo en su teléfono.
— ¿Qué quieres decir?
— Esto.
En la pantalla había un grupo social donde veneraban a él ahora conocido "chico pecas", estaba repleto de fotos de él y por alguna extraña razón sus manos.
— No si lo conquistó primero. — Hablo tomando su saco y cartera para correr hacia la cafetería. — ¡Te encargo mi papeleo!
— ¡No!
— ¡Gracias!
Ahora sabía que hacer, su sonrisa se ensanchó al ver al chico con delantal y una pequeña manguera regando sus plantas.
¡Era tan lindo!
— ¡Pecas!
— ¿Eh?. — El pelinegro miro al frente encontrándose con un agitado Leon que lo miraba con ojos brillantes.
— Yo... no me malinterpretes, de hecho las pecas son bonitas bueno solo si estan en ti y-.
— Scott. — Lo detuvo un poco mareado, el rubio hablaba demasiado rápido.
Suspiro con fuerza como si esa pequeña acción le diera valor y titubeo, jugando con sus manos. — Me dijiste que si regresaba me dirías tu nombre.
— ¿Es así?. — Se burló un poco haciendo crecer el rubor en el rostro del rubio.
— Bueno, pensé que-
— Suyin. — Habló interrumpiendo al nervioso Kennedy.
— ¿Qué?
— Mi nombre es Suyin Wong.
¡Sección Nueva: Entrevista!
— Leon que se siente estar enamorado.
— Diría que me gustaría poder disfrutar a lado de Suyin.
¿¿¿???
— Suyin ¿esperas tu romance de película?
— No se si llegue a tiempo para mi.
¿¿¿???
— No más preguntas o me quitaré la vida.
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