❄️𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄❄️
᯽The secret laundry᯽

➺🎄Un momento de estupidez seguido
por un eterno remordimiento.

━━━¿𝐄𝐒𝐓𝐀́𝐒 𝐁𝐈𝐄𝐍? —me preguntó Willy mientras hacía un intento por levantarse.

Nos habíamos tirado de lleno en un cesto grande donde se almacenaba la ropa y las sábanas sucias, como si fuéramos en realidad unos trapos estropeados.

—Sí, creo que sí. ¿Qué hay de ti?

—Bueno. Estoy tan bien cómo se sentiría alguien cuando lo tiran por la basura —bromeó en un claro intento para apaciguar el nerviosismo.

Cuando salimos, nos sorprendió ver a varias personas mirándonos.

—Vosotros debéis de ser los nuevos —nos dijo un señor mayor—. Mi nombre es Abacus Crunch, contador certificado, o al menos eso era, ahora...

—Dirige este sitio —lo interrumpió una mujer con la piel morena y corpulenta—. Y mejor lo obedecéis u os la veréis conmigo. —Nos estrechó la mano a modo de saludo—. Soy Piper Benz, ingeniera de oficio.

—Ella es la señorita Lottie Bell —continuó el anciano, observando a una joven de cabello oscuro recogido con un velo blanco.

—Hola... —dijo Lottie en apenas un susurro casi inaudible.

—Hola, yo soy Violet.

—Y yo me llamo Willy, Willy Wonka. —Incluso desaliñado tras la caída, seguía poniendo poses encantadoras.

Lottie se limitó a sonreír tímidamente.

—Ella no habla mucho —nos explicó Piper.

Un gran estruendo se oyó a nuestro lado.

Un hombre corpulento y castaño se nos acercó a nosotros. Llevaba una pajarita en su cuello. Parecía cómico.

—¡Y yo soy Larry Chucklesworth! —Cuando hizo una pausa con una pose melodramática, su pajarita tembló y silbó—. ¡Y soy comediante!

—Bueno... —susurró Abacus.

—¿También os engañaron, verdad? —preguntó Willy a mi lado.

Todos asintieron.

—Me temo que todos nos vimos en la necesidad de un hospedaje barato y omitimos leer la letra pequeña. —Abacus dijo todo lo que los demás no podían decir o no querían admitir.

Miré de reojo a Willy.

¿Por qué no llegó a leerla?

—Un momento de estupidez seguido por un eterno remordimiento —se confesó Piper como si estuviera dando palabras físicas a sus propios pensamientos.

—¡Como mi tercer matrimonio! —gritó entre risas Larry. —Nadie se rio—. Ay, perdón. Siempre hago eso.

—Así es... —Parecía que Abacus estaba cansado de sus bromas.

—Demasiado. —Y Piper también.

—Pero solo estuve cansado una vez y jamás funcionó —siguió diciendo Larry pero Willy lo interrumpió sin querer al divagar él mismo en sus propias ideas.

—Tiene que haber alguna salida aquí. —Empezó a explorar la estancia y a subir las escaleras en busca de algún recoveco.

—Eso es —le seguí yo—. Tiene que haber algo que pueda funcionar. Ventanas, incluso, donde entra el aire. —La estancia estaba iluminada y entraba cierta brisa aunque no la suficiente.

—Hay barrotes por todas las ventanas, ya hemos buscado. Además, hay un perro en la puerta. —Genial, Piper no conservaba ni una pizca de esperanza.

—Tidels... —Me acordé de la mascota de Lejía. Era como su dueño pero sabía que no era culpa del animal ser así, todo era por culpa de ese monstruo de casi dos metros de altura.

—Sí. —Abacus se ajustó las lentes antiguas, me recordaba a mi tío Drosselmeyer, cuánto lo extrañaba y a Fritz... ¡Incluso a Zachary! Tenía miedo de no volver a verlos—. Y aunque lograran salir, ese contrato es sólido.

—¡Pero ella no firmó ningún contrato! —Willy estaba verdaderamente arrepentido por mí—. Ella no debería de estar aquí.

Le puse una mano en el hombro para tranquilizarlo.

—Tranquilo, estaremos bien. —Aunque no estaba muy segura.

—La Señora Fregoso hará lo que haga falta para deshacerse de cualquier persona que le caiga mal o vaya en contra de su juicio. —Piper explicó lo que pensaba del asunto sin dudarlo—. Además, tú estabas presente cuando tu amigo firmó el contrato ¿no es así? Apuesto lo que sea a que también lo estuviste cuando se pusieron violentos con él. Esa mujer es un monstruo pero también es inteligente y no te iba a dejar suelta sabiendo que eras testigo de sus infames actos.

Tenía sentido.

—Así que sea como sea, si no estáis cuando pasen lista, la señora Fregoso llamará a la policía, os traen de vuelta y os cobra mil extra por la molestia. —No me gustaba que Piper fuera tan intensa pero era sincera.

Y mejor ser sincera que la bruja mentirosa de la señora Fregoso.

—Pero saldrá perdiendo, ¿no? La policía se dará cuenta que es una abusadora —Empecé a explicar lo primero que se me ocurrió y que, sin embargo, me parecía lo más lógico—: Esto es mano de obra esclava. Fijáos —Les señalé—. Parecéis sacados de una novela de Charles Dickens en plena revolución industrial.

Willy meditó.

—Es cierto. Yo sería algo así como Oliver Twist.

Le guiñé un ojo.

—¿Y qué hace Oliver Twist, Willy?

—Oh, Violet. —Me guiñó un ojo también. Noté que los demás nos miraban a mí y a Wonka respectivamente con una ceja alzada como si no comprendieran a los que nos referíamos—. Ya sé adonde quieres llegar. El señorito Twist es un experto en cabrear a los malos.

—A los malos y desdeñados como lo es la Señora Fregoso —continué yo con una sonrisa—. Hasta que...

—¡Hasta que...! —exclamó Willy.

—¡Está bien, chicos! —vociferó Piper—. Es hora de volver a la realidad y a trabajar.

Sí, definitivamente no me gustaba que fuera tan intensa y directa.

—¡Todos a trabajar! —Parecía ser que Abacus era el que hacía motivar a los demás y no Larry—. ¡Vamos! —Se dirigió a nosotros y movió el cesto—. Por favor, acompáñenme. A vosotros os toca el jabón.

Nos llevó hasta un pasillo donde el aire estaba totalmente embriagado por una fragancia, la brisa transportaba pequeños fragmentos químicos similares al color de la arena.

Willy y yo entrecerramos los ojos al traspasar el pequeño pasadizo y nos encontramos en una estancia repleta de sábanas sin lavar sobre innumerables cestos.

Kilos, kilos y más kilos de ellas.

Era un desastre.

☃️🎄¡Espero que os haya gustado!🎄☃️

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