❄️𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓣𝐄𝐍❄️
᯽The magic of chocolate᯽

➺🎄Descuide. En unos veinte minutos
se cansará y le saldrá por atrás.

         𝐓𝐎𝐃𝐀 𝐋𝐀 𝐆𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐒𝐄 𝐄𝐌𝐎𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐁𝐀 𝐀𝐋 𝐕𝐄𝐑 𝐂𝐎́𝐌𝐎 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐄𝐒 𝐇𝐎𝐌𝐁𝐑𝐄𝐒 𝐘 𝐙𝐀𝐂𝐇𝐀𝐑𝐘 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐙𝐀𝐁𝐀𝐍 𝐀 𝐕𝐎𝐋𝐀𝐑.

Pero lo que más me gustó fue el rostro asustado de Zachary.

—¿¡Qué clase de brujería es esta, bruja!? —me preguntó entre el desdén y el asombro.

—¡Se llama magia, primo! ¡Disfruta!

Zachary me miró con odio.

—¿Ah, sí? —me preguntó con sarcasmo—. ¿Y por qué no te tomas uno de esos... y me acompañas, listilla?

No le contesté porque mi atención recayó de nuevo en Wonka.

—¿¡Cómo es que podemos volar por la magia de una mosca!? —Prodnose estaba alucinando.

—Descuide —le explicó Willy—: En unos veinte minutos se cansará y le saldrá por atrás. —Dio una vuelta irónicamente

Sabía a lo que se refería.

—¿¡Qué dice!? —vociferó horrorizado el señor Fickelgruber. En realidad él también lo sabía.

—¡Quiere decir que saldrá por el pompis! —Prodnose tenía la mala costumbre de explicar lo que ya sabíamos por razones obvias.

—¡Sí! —gritó Fickelgruber acalorado—. ¡Entendí a lo que se refería! —Su flequillo no paraba de moverse de arriba abajo.

—¡Violet! —vociferó Zachary pero parece ser que no lo había oído. ¿Habéis leído algo? Porque yo no—. ¡Violet, no te hagas la inocente conmigo! ¡Cuando baje de aquí más vale que corras!

Seguía sin escuchar nada. Vaya, por un momento pensé que tenía que ir al otorrino.

—¡Está completamente loco, Wonka! —se enfadó Slugworth, fulminando a Willy desde las alturas. Poco a poco llegaba al techo cristalizado de la bóveda—. ¿Qué persona cuerda querría un chocolate que te haga volar?

—¡Descubrámoslo! —Willy estiró el brazo con el tarro y los Hoverchocs empezaron a salir por sí solos—. ¿Os parece?

La gente se acercó a nosotros entre risas y con una gran emoción. Le dejaron a Wonka algo de dinero para luego atrapar entre sus manos un bombón que, inmediatamente, se los llevaban a la boca. Segundos después la magia que poseía cada uno de ellos los hacía volar.

Bailaban, reían, formaban grupos con las manos cruzadas.

Era, sin duda, un espectáculo.

—Felicidades —le sonreía a Willy al ver que sus ojos empezaban a brillar al contemplar cómo su sueño poco a poco cobraba vida después de tanto esfuerzo—. Estás más cerca de conseguir tu sueño.

Wonka dejó de mirar alrededor para centrar su atención en mí.

Me sonrío.

—Te lo debo de agradecer a ti porque...

Sus palabras se cortaron por el silbido de la policía.

—Está bien, damas y caballeros, aquí no hay nada que ver —dijo uno de ellos. Se trataba del jefe—. Solo un grupo de personas desafiando las leyes de la gravedad. —Le quitó a un guardia una varilla alargada para atrapar a la gente—. ¡A pescarlos!

Qué pena que no estaba mi hermano Fritz para darle una buena lección de ciencia.

—No, no, es solo mi chocolate el motivo —Intentó explicar Willy—. No hay nada de malo en ello.

Otro policía se acercó a él.

—Interfiere con la situación de otros negocios, por eso me veo en la obligación de pedirle que se vaya y también... —Miró de reojo a su bolsillo—: de confiscar sus ganancias.

Rápidamente le quitaron el dinero.

—¡Pero...! —exclamó Wonka—. ¿Por qué hace eso?

—Tranquilo, es para una buena causa, niños enfermos y cosas así —dijo el policía que le quitó todas las monedas. Llevaba consigo a una monja que no paraba de flotar.

No me lo creí por su tono despreocupado de voz.

—Pero este chico se ha ganado el dinero gracias a su propio esfuerzo. —No me podía quedar callada—. No le hagáis esto...

—Lo siento, las reglas son las reglas —explicó el oficial mirándonos a mí y a Willy de reojo.

—Tranquila, Violet. Está bien... pero gracias por preocuparte por mí —murmuró Wonka pero sabía que no estaba bien, se veía desilusionado. Miró al policía—. ¿No... puede dejarme una moneda? Yo... debo pagar mi alojamiento.

Ni siquiera podía mirarlo así.

El oficial se apiadó de él.

—Tenga.

—Muchas gracias. —Incluso con poco, ya se sentía agradecido. Eso decía mucho de él pues Willy era una persona humilde.

Cuando se iba a ir, puse mi mano sobre su muñeca, captando su atención de nuevo.

—¿Sí?

—¿Puedo? —le pregunté mientras dirigía mis ojos hacia su mano. Él aceptó con algo de confusión así que aproveché para abrirle la palma con mis dedos y depositar en ella algo de mis ahorros del mes, siempre guardaba una pequeña parte de ellos en mis bolsillos.

—Oh, yo no... no puedo aceptarlo, Violet. —Fue a devolverme el dinero pero me negué.

—Willy, no te derrumbes ante las dificultades. Solo quiero que sepas que aquí estaré para ayudarte y —pausé, por fin podía decirlo sin que Lejía me interrumpiera—: también tienes un hogar en la casa de mi tío que es donde vivo yo, mi hermano Fritz y Zachary.

—Eso es un gesto muy bonito de tu parte y con gusto lo aceptaré si a tu familia tampoco le importa, pero todavía le debo dinero a la Señora Fregoso por su hospitalidad, se lo prometí... con esto me servirá. Te lo agradezco de corazón y tengo que decirte algo que...

El chocolatero iba a decir algo pero parece que invoqué a mi primo con tan solo nombrarlo.

—¡Te arrepentirás de esto, Violet! —Lo llevaba un guardia cual preso mientras pedaleaba—. ¡Te lo prometo!

—Oh, mira cómo tiemblo. —Fingí una sonrisa apenada al mismo tiempo que hacía que mi cuerpo temblara.

Luego, me dirigí de nuevo a Wonka.

—¿Decías?

Willy me miró con la misma sonrisa.

—No importa. Solo quiero que sepas que tu primo y los demás estarán bien en cuanto...

—Ya sé —le interrumpí algo avergonzada por algo tan natural—. Pero ¿era eso lo que querías decirme?

No, no era eso.

—Bueno, no es... se me hace tarde..., debería volver con la Señora Fregoso.

Eso era una excusa pero sabía que no se sentía a gusto, al menos no del todo así que decidí no presionarlo.

—Está bien, te acompaño.

☃️🎄¡Espero que os haya gustado!🎄☃️

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