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𝟎𝟒🍭๑ Un sombrero lleno de ilusión

❄️𝓒𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝓕𝐎𝐔𝐑❄️
A hatful of dreams

➺🎄Llegó mi chocolate y
un sombrero lleno de ilusión.

                       𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐁𝐀 𝐀 𝐏𝐎𝐂𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐍𝐙𝐀𝐍𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐋𝐋𝐄𝐆𝐀𝐑 𝐀 𝐋𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐀 𝐃𝐄 𝐇𝐔𝐄́𝐒𝐏𝐄𝐃𝐄𝐒 𝐘 𝐋𝐀𝐕𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑𝐈́𝐀, el silbido de una canción me llamó la atención. Su ritmo era nostálgico y por algún motivo, me interesó la idea de saber quién era el dueño de esa melodía.

Con paso ligero, seguí el rastro sonoro y descubrí a un chico paseando por la calle central, estaba solo y llevaba consigo un sombrero de copa castaño oscuro, una gabardina color vino que le llegaba a la altura de las rodillas, vestidas con un pantalón a rayas. También poseía un bastón oscuro pese a su corta edad junto con una mochila y una maleta, debía de ser algo más mayor que yo.

Había algo extravagante en él y no solo por la vestimenta que llevaba. Era su sonrisa y su rostro simpático lo que hacían que mis ojos brillaran al contemplarlo porque ese chico miraba al mundo como lo haría un niño. Con ilusión.

Me acordé de Willy Wonka.

¿Qué probabilidades había de que fuera él? Parecía nuevo por la localidad y miraba por los alrededores a cada rato, totalmente fascinado como si nunca hubiera estado allí.

De repente el silbido se transformó en letras y las letras dieron paso a una canción llena de sueños e ilusiones.

Y algo de lamentaciones.

—Tengo una maletita vieja y sucia, tengo un par de botas rotas en mis... —Rodeó un charco de agua—: pies, tengo que abrirme paso con astucia y tengo que ponerme en marcha y triunfar de una vez. —Pero a pesar de eso, estaba demasiado alegre. Su tono de voz resultaba ser de lo más agradable—. La riqueza sé que está en mi chocolate. ¡Ya es hora de que vean mi creación de una buena vez!

Espera, ¿ha dicho chocolate?

—Tengo doce monedas y un sombrero lleno de ilusión. —Lo seguí desde una distancia prudente para que no se diera cuenta de mi existencia y no pude evitar mirarlo con asombro cuando subió al capó de un camión para ir más rápido, aproveché que me conocía la ciudad para dar un atajo por los callejones y llegar a él lo antes posible, de modo que no le perdí de vista.

Cuando atravesamos las calles principales de la plaza, saltó del capó hacia una farola y bajó caracoleando en ella.

—Pero qué sujeto más extraño —dije en apenas un susurro. Me acerqué un poco más pero lo suficientemente lejos para seguir siendo indetectable a sus ojos.

—Un famoso restaurante en cada calle —continuó cantando y dirigiéndose a todos con una gran sonrisa— El Brandino's y el Bar Parisian...

—¿Mapa del restaurante, señor? —le preguntó un comercial.

—¡Oh, gracias! —exclamó el joven castaño y siguió cantando mientras abría el mapa pero en ese momento un niño aprovechó ese instante para lucrar sus botas. Cuando el muchacho quitó la vista del mapa, el niño le estiró la mano para que le diera varios soberanos de plata por su... trabajo—: Tengo un mapa para no perder detalle y ya me han volado dos monedas en un santiamén —continuó su cantar mientras le pagaba y se iba a otro lado.

—Este chico debe de ser Willy Wonka. —Cuidé mis pasos hacia donde estaba el niño pero con cuidado de que no me lucrara la botas a mí también—. Creo que sí es... como me lo había imaginado.

—Si me falta cualquier cosa, ¡la consig...! —Atrapó entre sus manos una gran calabaza que se estrujó en el suelo cuando se asustó por el sonido del tren—: ¡...o!

No pude evitar reírme al ver su expresión.

—Son tres monedas, señor. —La comerciante que se encargaba de vender los vegetales aprovechó la oportunidad de inmediato. Incluso le extendió la mano para que le pagara tal y como había hecho el niño.

El joven la miró decepcionado. No se lo creía pero aún así, cedió.

—Estos precios yo sospecho que altos son —se quejó y le dio unas cuantas monedas.

—Si rompes mi calabaza, la pagas.

—¿Acaba de quejarse cantando? —me pregunté a mí misma. El niño se quedó mirando a mis botas como un depredador lo haría con su presa.

—¡Oh, no, gracias! —Me fui corriendo de allí y me quedé a unos metros detrás del muchacho con el sombrero de copa, simulando que estaba viendo un escaparate lleno de periódicos con los cotilleos recientes de la sociedad.

—Tengo... cinco, seis, siete... —Empezó a contar el dinero que le quedaba en la palma pero en ese instante de distracción, el niño volvió a limpiarle las botas. Cuando el muchacho se dio cuenta, le volvió a estirar la mano y este le dio más dinero—. Son seis monedas y un sombrero lleno de ilusión.

Empezó a emprender la marcha y yo volví a cuidar mis pasos porque la plaza era mucho más abierta y con menos tiendas, de modo que tenía que tener más cuidado a la hora de espiarlo.

—¡Oye, espera! ¡¿Te limpio el abrigo?! —Le siguió el niño.

—No, gracias —le contestó el joven castaño.

—¿Colonia?

—¡No, déjame en paz! —Dejó de caminar para echar a correr. Cuando el niño se rindió, volvió a su paso normal y el tipo extraño entró a la Galería Gourmet.

—Llegué a la Galería Gourmet, soñé con verla yo lo sé. Es justo como dijiste mamá... —Cuando entré lo oí de nuevo. Los alrededores estaban llenos de escaparates con chocolate y todo tipo de dulces. Era un lugar mágico—. ¡Y hay mucho más! ¡Chocolaterías muy famosas hallarás! Ya me vi aquí porque es esto lo que quiero. Hoy despego... —Se paró en seco en una de las grandes tiendas que estaban en reforma. Y luego se quitó el sombrero para lanzarlo al aire. Dio una vuelta al atraparlo entre sus manos y empezó a...

—¿Bailar? —No pude evitar esconder mi incertidumbre puesto que cantar estaba bien pero... ¿bailar delante de todos?

—...O me voy al basurero. Llegó mi chocolate y un sombrero lleno de ilusión. —Volvió a dar otra vuelta y a mover las piernas, todos los transeúntes lo estaban mirando, parecía que estaba en otro mundo—. ¡Sí! ¡Bien! —Sus exclamaciones se oían por todos lados.

—El pobre no se da cuenta de que está haciendo el ridículo —murmuré y me paré en frente del escaparate más cercano observando la escena que estaba montando.

Un policía lo estaba mirando al lado mío, absorto.

—¡Eso es! —Seguía este, ahora estaba jugando con el bastón y cuando había terminado con la canción, se quedó fascinado mirando aquella tienda como si fuera lo más hermoso que había visto en su vida pero a mis ojos solo era un escaparate vacío y lleno de telarañas.

☃️🎄¡Espero que os haya gustado!🎄☃️

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