ChΓ o cΓ‘c bαΊ‘n! VΓ¬ nhiều lΓ½ do tα»« nay Truyen2U chΓ­nh thα»©c Δ‘α»•i tΓͺn lΓ  Truyen247.Pro. Mong cΓ‘c bαΊ‘n tiαΊΏp tα»₯c α»§ng hα»™ truy cαΊ­p tΓͺn miền mα»›i nΓ y nhΓ©! MΓ£i yΓͺu... β™₯

πŒπˆππˆπ’π“π‘π€ 𝐃𝐄 πŒπ€Μπ†πˆπ€ πŠπˆπ‘π€πŒπŒπ€π

Durante los meses de verano, no habΓ­a mucho que hacer con respecto a tu trabajo, tus planes de estudio no te llevaron tanto tiempo ya que estabas tan apasionada con esto, por lo que trataste de distribuirlo durante las semanas previas al primero de septiembre.

Ser maestra en Hogwarts, eso era lo que siempre habΓ­as querido.

Caitlyn sabΓ­a que detestabas estar sola en casa todo el dΓ­a, y a veces incluso hasta bien entrada la noche, hasta que ella regresaba de su exigente pero soΓ±ado trabajo.

Estar a cargo tenΓ­a sus ventajas, las cuales Caitlyn no tenΓ­a miedo de aprovechar, por lo que a menudo te llevaba a su oficina, para que ustedes dos no estuvieran separadas todo el dΓ­a durante semanas seguidas.

Cuando estabas allΓ­, ella no se sentΓ­a tan agobiada, ni tan importante.

Ella era la ministra de magia, pero para ti, ella era Caitlyn Kiramman, la prefecta de Ravenclaw que conociste en tercer aΓ±o, con su bufanda atada siempre de forma correcta en su cuello.

La misma Caitlyn Kiramman que pasΓ³ sus aΓ±os de escuela con la nariz en un libro, solo para ser convencida de comer o dormir por su mejor amiga.

Entonces supo que eras mΓ‘s que un mejor amiga, pero le preocupaba que eso cambiara las cosas, cuando tantas cosas ya estaban cambiando.

──¿Quieres el sΓ‘ndwich de atΓΊn o la pasta? ── Preguntaste, cerrando la puerta detrΓ‘s de ti.

Caitlyn levantΓ³ la vista de su extenso papeleo con una pequeΓ±a sonrisa: tu eras la ΓΊnica que nunca tocaba la puerta de su oficina.

──Pasta, porfavor.

Asentiste, dejandola en su escritorio.

──¿Bayas o manzana y plΓ‘tano?

── ΒΏPor quΓ© no te quedas con la manzana, yo con el plΓ‘tano y compartiremos las bayas?

──Eso es perfecto, no puedo creer que no pensΓ© en eso. Ahora, tengo agua y un cafΓ© para que ambas compartamos.

Caitlyn riΓ³.

──En serio _____________, creΓ³ que eh bebido lo suficiente ── se volteo hacia la mesita junto a su escritorio dΓ³nde se encontraban varias tazas vacΓ­as de cafΓ©.

──De todos modos ── te reΓ­ste, acercando una silla al otro extremo de su escritorio. ──Continua.

Por mucho que intentara continuar con su trabajo importante en lo que le quedaba de tiempo, contigo a solo unos centΓ­metros de ella, con la cabeza enterrada en un libro que sabΓ­a que estabas leyendo para planificar tu prΓ³xima lecciΓ³n, no podΓ­a concentrarse, eras tan difΓ­cil de admirar, una distracciΓ³n tan fΓ‘cil y, sin embargo, no se atrevΓ­a a dejarte en casa. No, ella tendrΓ­a que soportar la distracciΓ³n, la forma en que pasabas las pΓ‘ginas de tu libro, la forma en que tus ojos parpadeaban sobre las palabras importantes e informativas, la forma en que tu boca se abrΓ­a ligeramente cuanto mΓ‘s te concentrabas.

Caitlyn sabΓ­a que si hubieras sido consciente de la gran distracciΓ³n que eras, habrΓ­as insistido en quedarte en casa, asΓ­ que hizo todo lo posible por ser lo mΓ‘s discreta posible cuando te observababa; ella robΓ³ miradas sobre la parte superior de sus papeles y fingiΓ³ que estaba pensando profundamente, cuando en realidad simplemente te estaba asimilando.

Como ΓΊltimo recurso, agachΓ³ la cabeza y se quedΓ³ mirando su trabajo, una mirada lo suficientemente fuerte como para quemar a travΓ©s del pergamino, tratando de recordar su ΓΊltimo hilo de pensamiento antes de que regresaras con el almuerzo, pero no pudo.

No habΓ­a nada en su cabeza excepto tΓΊ y esa pasta.

──No has escrito nada en los ΓΊltimos quince minutos ── dijiste, sin levantar la vista de su libro.Β 

──¿A sΓ­? ── preguntΓ³ inocentemente. ──Debe ser solo porque tengo hambre ──  mintiΓ³.

──Bueno, ΒΏte gustarΓ­a almorzar temprano? ── preguntaste, doblando la pΓ‘gina de tu libro para marcar donde lo dejaste.

──PodrΓ­amos ir a Londres, si quieres, ΒΏquizΓ‘s a Hyde Park? ──

Caitlyn sonriΓ³ apreciativamente, asintiendo con la cabeza. Tal vez la comida ayudarΓ­a, y el largo descanso para almorzar que tendrΓ­a contigo. Tal vez entonces no estarΓ­a tan distraΓ­da, pero lo fuera o no, no importaba, no cambiarΓ­a estos dΓ­as por nada del mundo.

──Vamos ── ella tomΓ³ tu mano sobre el escritorio y te dio un apretΓ³n.

BαΊ‘n Δ‘ang đọc truyện trΓͺn: Truyen247.Pro