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𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐮𝐧𝐨

Sangre Ackerman.

Estaba detenido, observando cada una de las estructuras sobre la Iglesia que estaba adelante. Por varios momentos, creí que no llegaríamos hasta acá a tiempo, pero confiar plenamente en las capacidades de Hange, me hace entender que por más alocada que sea, también es cuerda. Mi compañera se distanció de mi, parecía querer encontrar la entrada a nuestro destino, pero parecía ser una Iglesia muy común. Me escabullía, observaba todo, inclusive lo más mínimo. Había un gran silencio, parecía que nadie estuviese alrededor, pero eso no implicaba que estábamos solos. Enfrentarnos a esa élite tan perversa, sería un gran reto para estos chicos. Estaban tensos. No lo admitirían, pero sus expresiones brotaban la tensión que sentían. Pedí silencio, llevando mi dedo entre mis labios, murmuraban y eso empezaba a molestarme. Ellos asintieron, este lugar era temerario, y muy solitario. Me distancié, tenía mi equipo de maniobras tridimensionales, estaba preparado igual que ellos para cualquier cosa. Examinaba, todo el lugar, mientras que los chicos vigilaban. Incluso los arbustos parecían sospechosos, pero no había nada ahí, rebusque y pisotee. Me quede detenido, observando esos fragmentos de carreta que habían en la parte trasera. Inclinándome, obtuve en mis manos con detenimiento aquellos equipos de maniobras tridimensionales sueltos. No estaban dañados, pero la estructura me hizo identificar de quien podría ser.

-Estás aquí.-murmure, observando ese equipo, el cual pertenecía sin duda alguna a Adeline.-¿Pero dónde?-me preguntaba, observando todo el lugar, hasta que escuché pasos vagos atrás de mi.-¿Dónde te tienen estos bastardos?-continuaba preguntándome.

-Capitán Levi.-escuché el llamado de Armin, mientras que yo sostenía aquel equipo de maniobras tridimensionales.-Hay mucha sangre seca en el interior de la Iglesia, parece ser que hubo un forcejeo antes de que llegáramos.-comentaba él.

-Este equipo es de Adeline. Ella está aquí, debieron haberla torturado.-le comenté, enseñándole el equipo de maniobras tridimensionales, el cual hizo que quedara sorprendido.-¿Habían sogas alrededor?-pregunte, mirando de reojo como él asentía.-Entonces si.-musité.-La torturaron, donde sea que esté, debe estar mal herida.-le decía, viéndolo impresionada, sabía lo importante que era ella para él.

-¿Por qué la torturarían? ¿Qué quieren saber ellos?-se preguntaba Armin, confundido; él giró su mirada, escuchando pasos, distinguiendo a Grace, quien nos miró detenidamente.-Yo, no creo que haya razón para que la torturen. Son unos... unos enfermos... -comentó desilusionado.

-Es algo que no entenderías, Armin. Nadie lo entendería, solo Levi y yo.-musitó Grace, observando el equipo de Adeline.-Levi, ¿crees que Leandra... -Grace detuvo su pregunta, pues me levante de una manera fría y muy cortante, mi expresión denotaba la inquietud que sentía ante la pregunta que haría.

-No.-afirme antes de que ella pudiera preguntarme.-Leandra no la mataría. Ni siquiera lo intentaría, por más que quisiera. Ella sabe, que solo por tocarle un pelo, le haría pedazos.-musité, pasándole a Armin el equipo de maniobras tridimensionales.-Pero, Adeline es fuerte. Debe habernos dado tiempo. Por eso el forcejeo, ella peleó.-indique.

-Es por eso que me pidió traer aquellas armas, ¿capitán?-se preguntó Armin, y yo, asentí.-Sabía que estarían aquí. No fallo en eso.-comentaba Armin, y yo asentí por eso.

-El enemigo estará preparado para cualquier cosa. No me extrañaría que tengan un haz bajo la manga, pero lo único que no puedo predecir es lo que utilizarán en nuestra contra.-comentaba.-Kenny me conoce, su hija mucho más, van a tener un pie más adelante, pero intentaremos ganar.-musité, viendo como Armin asentía.

-Deben tener precaución con ella. Es muy sigilosa.-musitaba Grace, observando a Armin.-No creo ser competente para pelear contra ella. Nunca lo fui. Incluso aunque ella fuera más pequeña.-decía Grace, avergonzada.

-No te subestimes.-le pedí, viendo como ella levantó la mirada.-Es por eso que Erwin se enamoró de ti. Eres fuerte.-comente, viéndola sonrojada por eso.

-¡La encontré!-escuché un chillido provenir de la Iglesia interior, provocando que impulsara a Armin y Grace caminar en esa misma dirección de donde Hange alertó su descubrimiento.-Es una compuerta secreta.-me adentré al interior, observando a Hange inclinada, abriendo una compuerta, la cual estaba tapada con un tapiz; los demás, también observaban.-Adeline, Eren e Historia deben estar acá abajo, con los enemigos. Solo espero que la zona sea como predije.-decía ella, abriendo demás la compuerta, mostrando un tipo de bajada con escaleras, parecía un sótano.

-Espero que los regalos que nos tomamos la molestia de coger nos sirvan de algo.-comente, observando cómo Armin preparaba la defensa de barriles que habíamos recreado de camino aquí.

-Ya está listo.-me afirmo él, a lo que asentí, dirigiéndome a Hange quien yacía ansiosa por adentrarse ahí.

-¿Están todos listos para ensuciarse las manos?-pregunte, pero un gran silencio se regeneró por parte de todos ellos, quizás fue un poco insensible.-Diría que si.-afirme por ellos.-Recapitularemos el plan.-dije, levantándome para observarlos a todos.-Kenny y su gente deben estar esperándonos, ellos saben que veníamos. Estarán ocultos, sus defensas serán imprevistas, como las de nosotros. Cuando bajemos, lo primordial será lanzar las pólvoras. Si la estructura es como Hange lo describió, tendremos ventaja para utilizar los equipos de maniobras tridimensionales, con eso nos camuflaremos con la pólvora. La cual Sasha encenderá a través de sus lanzamientos con las flechas.-comentaba, viéndola asentir.-Tan pronto Mikasa, Grace y yo, nos adentremos entremedio de la pólvora lanzarán las señales de bengalas, mezclaremos las pólvoras, estarán confundidos.-indique, todos estaban de acuerdo.-Concentremos nuestra mente en derrotados. No importa que.-añadí, para permitir que Hange se adiestrara en bajar por esas escaleras.

-Levi, sería correcto que sepamos la cantidad de enemigos a los cuales nos estaríamos enfrentando.-me comentó Grace, deteniendo mi paso para poder darle añadidura a su opinión.

-Tienes razón.-afirme.-Cuando me adentré, les rodearé y contaré. Les indicaré en voz alta cuántos son. Si es una cantidad superior, no se levanten, ya no podremos retroceder.-musité.-Bueno, es hora de bajar al infierno.-añadí, viendo como todos parecieron tensarse, pero yo estaba más que listo para esta pelea.

Creamos silencio, debía admitirlo, por un momento me tense de igual manera ante la gran oscuridad a la que nos avecinábamos por ese pasaje. Iba adelante, estaba dispuesto a darle frente a los enemigos, dispuesto a proteger a estos chicos. Mi único objetivo, era sacarlos con vida de aquí, como mismo los adentre. Si, eso implicaba a Eren e Historia, confiaban en mí, ellos confiaban en la legión de exploración; no podíamos defraudarles, ya le habíamos hecho pasar por un infierno. Me mantuve alerta, pero había una gran oscuridad, mientras más bajábamos, más tensión había entre nosotros. Éramos capaz de escuchar nuestras gruesas respiraciones, esas que delataban lo temerarios que estábamos por acecinarnos a un campo no solo desconocido, si no, enemigo. Nuestros pasos eran huecos, nos podrían también delatar en cualquier cercanía que el enemigo tuviera en este pasaje, pero solo parecíamos ser nosotros en el. Intentaba mentalizarme. Si sufrís de mis emociones, podría arriesgarme innecesariamente o incluso, uno de estos chicos podría salir heridos, pero confiaba en que juntos, vivirían y pelearían a mi lado, era por eso que estaban aquí, porque Erwin los eligió; él confiaba en ellos, en sus rasgos, en sus habilidades. Camine con lentitud, poniendo mi mano adelante, interrumpiendo el paso de Grace y Hange, las detenía, antes de cualquier cosa imprevista.

Había una puerta, pero a través se podía ver algún tipo de iluminación, no tarde en observar por la abertura lo que nos esperaría. Observe con detenimiento aquella estructura. Ese azulado cristalino y blancuzco, estaba por todos lados. Parecía ser que Hange nuevamente no se equivocaba, la impresión de su rostro la pude detallar ante la gran iluminación que había aquí. Además de eso, el silencio abrumador era solo un abismo para caer en el engaño del enemigo. Me adelante, sigilosamente le di una señal a Sasha, su tensa mirada se dirigió a mi, pero no falló y preparo sus flechas. Al igual que Armin preparó los barriles, hice un conteo, uno muy bajo y lento. Todos procesaban el hecho de que había que pelear, y no me quedó más opción que delatarme ante los enemigos con un fuerte golpe, uno que hizo que mi patada abriera la puerta con brusquedad, rompiendo la cerradura que nos impedía pasar al otro lado. Pasamos, con mucha brusquedad y ruido, lanzamos los barriles que se rodaron por sí solos hasta el final del camino, creando que Sasha lograra acertar en su tiro con la flecha. Toda la pólvora salió, al igual que los enemigos de Kenny en cada estructura, este era el momento, el momento que estaban esperando. Impulsivamente me eleve, con mi equipo de maniobras tridimensionales cómo Mikasa y Grace, impidiendo que el enemigo pudiera vernos a través del color de las bengalas mezclándose con la pólvora. Lo estaban haciendo bien, al igual que mi impulso entre las esquinas, pudiendo ver y contar de espalda a cada uno de esos soldados que peleaban para Kenny Ackerman.

-¡Hay treinta y cinco en las columnas!-grite fuertemente, traspasándome por la pólvora, queriendo pasar desapercibido.

-¡Seguimos con el plan, los mataremos a todos aquí!-indicó una voz, pero Mikasa y yo tomábamos la delantera para atacar a los primeros secuaces de Kenny.-¡Dispérsense, rodeen a cada uno grupo, no dejen que se acerquen al rehén!-apreté mis dientes por ese comentario, sabía que los demás se unirían, pero entre la pólvora quería buscarla, necesitaba hallarla.

-¡Capitán Levi!-me giré instantáneamente, fallando en mi ataque contra aquellos hombres, por la voz gritona de Armin.-¡Es Adeline!-abrí mis ojos, sintiendo mi corazón palpitar fuertemente, me detuve en aquella columna.

Todo se volvió lento. Cada ataque, el que Jean hizo contra aquel hombre, matándolo, al igual que Sasha lanzando una flecha al que quería atacar a Connie, mientras que él despedazaba a otro. En cambio, yo no me moví cuando la observe a ella tirada en el suelo. Su piel relucía pálida, parecía un muerto. Había un gran bache de sangre a su alrededor, su cabello suelto. Ella estaba ahí, la mujer que me estremecía, estaba ahí. Me impulsé, no podría llegar a ella sin dar pelea, así que Mikasa me siguió, confiando todo en mis manos. Con velocidad, queriendo encontrar a mis dos mayores oponentes. Manche mis espadas de sangre en dos fijos movimientos, dos hombres cayeron cuando traspasé mis espadas por sus estómagos, dejando salir todas sus tripas, y el fluido de sangre, haciéndolos agobiarse en el dolor, para luego caer al vacío de la muerte. Trascendí por la pólvora negra, para apretar con mucho más fuerza mi espada para ejecutar a los próximos tres que yacían parados en las columnas observando todo a su alrededor. Corte sus cuellos en un solo movimiento, haciéndoles tener el mismo destino, los lleve directo al infierno, manchando mi ropa de su sucia sangre. Esta fuerza era inexplicable, pero no quería ni siquiera seguir a la rubia mujer que huía de mi. Me obligué a bajar de altitud, al igual que Mikasa, los dos juntos, para rescatar a Adeline, pero fue imposible cuando escuché esa risa justo en el momento en que ambos rozamos nuestras manos con el cuerpo inmóvil de Adeline.

-¡Mikasa!-grite, impulsándome a su cuerpo cuando pude distinguir entre la pólvora, no solo a Kenny Ackerman querer arremeter contra mi, si no, aquella temeraria mujer a quien esperaba.

-Hola, Levi.-me cubrí en aquella columna, impidiendo el ataque de Kenny, incluso de Leandra, mientras sostuve a Mikasa a mi lado.-No tengo tiempo para ti, así que no puedo permitir que pasen. Que remedio, jugaré contigo.-esbozo él, recargando su arma.

-Capitán Levi, yo me encargaré de ella.-musitó Mikasa a mi lado.-Vamos a pelear. Los dos somos fuertes. Somos Ackerman.-indicó con tanta seguridad por lo que había confesado horas atrás, ella apretó sus espadas, lo cual me hizo sentir confiado de lo que decía; y si ambos éramos Ackerman realmente, entonces, esto era una pelea de nuestro propio linaje.

-Mikasa.-la llame, escuchando las maniobras de Kenny y Leandra acercarse.-Confió en ti.-musité, obligándome a abandonarle en esta situación en la que ambos estábamos involucrados.

Baje de altitud en ese preciso segundo que Kenny se impulsó en la columna para quedar a mi altura, pero quedó engañado, como Leandra cuando con sus azulados ojos observó cómo Mikasa obtuvo ventaja de ella cuando también bajo de altitud como yo. Impulsivo intente de atacar a Kenny, pero fue un ataque inmóvil y en vano, a diferencia de cómo Mikasa y Leandra se golpearon fuertemente con sus armas, ambas impulsándose e empujándose con distancia. Yo, baje la mirada. La sangre de Adeline parecía continuar acumulándose en ese mismo bache, la rabia e impotencia por no poder llegar a ella, empezaba abrumarme por completo, mucho más cuando Kenny en un parpadeo pareció lograr tomar ventaja de mi. Lo había perdido de vista.-¡Te enseñe que al perseguir un enemigo, no podía mirar solo al frente!-escuché su voz, mira adelante viendo como él había llegado hasta mi, logrando disparar una columna de madera que yacía a mi alrededor, obligándome a detenerme en otra columna. Se acercó, tenia velocidad a pesar de ser un viejo, incluso antes de que pudiera esquivar su golpe, me había atacado, rozando mi mejilla con su navaja, cortándome. Venía tras de mi, no me estaba dando acceso a poder llegar a Adeline. Cambié la mirada, observando cómo Mikasa y Leandra se combatían. Ambas eran rápidas, eran eficaces, pero no había ventaja sobre la otra, no me quedó más remedio que entrometerme.

Mikasa me vio, pero me acerqué a ella con velocidad, estrechando mi mano con fuerza. Ella abrió sus ojos grandemente, no entendía que haría, pero confío en mi, apretando su mano contra la mía y con fuerte impulso en un giratorio, hice que se abalanzara con más fuerza hacia Leandra, empujándola y haciéndola perder altitud cuando golpeó sus piernas contra su estómago. Los azulados ojos de Leandra la miraron inquieta, y en ese instante, al igual que yo me abalancé a Kenny para lanzar esa arma escondida, Mikasa también lo hizo con Leandra cuando supo que tanto ella como Kenny, nos dispararían. Lance esa bolsa, esa bolsa cubierta de pólvora y un líquido que Armin recreó para una fuerte detonación. Nos dio ventaja, porque ambos dispararon y crearon que se detonara en llamas, y así, con esa misma furia, Mikasa y yo las traspasamos para atacar a nuestros oponentes. Con fuerza, choque mi espada contra la navaja de Kenny, pero la deslicé eficaz por su costado. Lo corte, al igual que Mikasa logró inmovilizar a Leandra, quien desapareció entre la bruma de la pólvora. Gruñí, girándome con brusquedad, pero Kenny tampoco estaba. Esta era mi única oportunidad. Baje de altitud con rapidez, no pude ni siquiera caer de la manera adecuada, pero mi único centro en este momento, era esa mujer en el suelo.

-¡Adeline!-grite impulsivamente, estrechando mi mano para llegar hasta ella, pero en ese momento de la bruma polvorosa, sobresalió aquella temeraria mujer quien me miró con mucho remordimiento, mientras agitada sobresalía sangre de todo su brazo.

-No des un paso más.-me detuve en seco, viendo como Leandra sacaba su arma, apuntando justo en la cabeza de Adeline, quien no se removía.-Se acabó.-afirmó, mientras que saque mis espadas, mirándolo, apretando mis dientes.

-¿Y cuando dije que empecé?-pregunte, viendo como ella se sobresaltó, cuando atrás suyo, Mikasa entre medio de la misma pólvora, reapareció, golpeándola con sus piernas en la espalda, impulsándola a caer fuertemente delante de Adeline, para yo ir corriendo hasta ella.-¡Se acabó, aquí y ahora!-afirme, chocando mi espada con la navaja que sacó de su pantalón, mientras que Mikasa se deslizó al suelo.

-¡Adeline, despierta!-pidió, desesperada e inconsciente de que Adeline estaba mal herida.

-¡Me canse de que las cosas sean como tú decidas, Levi!-grito Leandra, empujándome, mientras arremetió su navaja en contra de mi, pero logré esquivarla, a pesar de que con todo y eso, me proporcionó un corte en el hombro.-¡Vas a morir, junto a todos!-exclamo, sacando su arma, para dispararme, y en ese momento, el roce de una hoja, traspaso de reojo conmigo, hasta que llegó al hombro de Leandra.-¡Ah!-grito esta, haciéndome mirar atrás, como Adeline girada, la observó con una gruesa respiración.

-¡Capitán, cuidado!-me baje, observando como aquella rubia mujer agarró con fuerza a Leandra, separándola de mi, y desapareciendo entre la bruma de pólvora negra que aún yacía sobre nosotros.-¡Yo iré tras ellas!-indicó Mikasa, sin darme tiempo de detenerle, ella solo se levantó del suelo, y se impulsó en el aire.

-Vamos, levántate.-le pedí a ella, con suavidad en mi voz, mientras veía sus ojos color avellana mirarme con mucho cansancio.-Adeline, maldita sea. Me estabas volviendo loco.-musité, sosteniéndola con fuerza contra mi cuerpo.

-Yo sabía que vendrías por mi.-esbozo en mi oído, sosteniéndose de mi, mientras que sentía la debilidad de su cuerpo, aún estaba inconsciente.

-Y siempre lo haré, incluso aunque muera.-musité, observando su pierna izquierda estar sujetada a una venda, pero aún así, la sangre sobresalía.-¿Lo has entendido?-le pregunté, elevándome con ella con el equipo de maniobras tridimensionales, sin esperar que me respondiera, ella sabía que siempre sería mía.

-¡Hange!-entremedio de la bruma, mientras sostenía a Adeline contra mi, observe detenidamente el cuerpo de Hange inmovilizado en el suelo, con la estructura a su lado cubierta de sangre.

-¡Ahora, retírense al último punto de defensa! ¡Nos reagrupáremos!-indico aquella rubia mujer, obligando que los pocos soldados que quedaran, la siguieran, pero ante la presencia de Kenny, empuje a Adeline junto a mí al otro extremo de la estructura para bloquear su ataque.

-¡No estorbes más, enano!-pidió él, con una mano en su costado, lo había lesionado como quería, como realmente quería hacerlo.

-Mierda.-maldije, bajando de altitud ante ver como huían, tocando suelo junto a Adeline, a quien continué aferrando a mi cuerpo.-¿Hange está bien?-grite, observando cómo Armin y Moblit la socorrían, observando cómo Grace junto a Mikasa corrían hacia mi, estaba delante del punto de escape que la gente de Kenny cerró, nos impidieron el paso.-¿Tú estás bien?-le pregunté a ella, observándola media aturdida, aún estaba soñolienta.

-Yo... yo solo se que soy una Reiss... -murmuró, tocando su cabeza confundida, y en ese momento, Mikasa se detuvo llorosa frente a ella.

-Adeline, creí, creí que... -Mikasa cabizbaja no pudo describir cómo se sentía ante la presencia de Adeline, quien solo levantó su mano, tocando su hombro.-Ah... -Mikasa se estremeció ante su toque, observando como Adeline la miraba detenidamente a los ojos.

-Mi hermanita.-esbozo Adeline, intentando de sonreír, pero su aspecto débil le hacía lucir terriblemente mal.-Todo están aquí, gracias.-musitó, observando como todos miraban su presencia, bajando la cabeza; Adeline estaba sentida, parecía dolida.

-Maldición, debimos haber guardado explosivos.-comente yo, mirando aquellas mallas, mientras que sostenía a Adeline, no quería soltarla por nada del mundo.

-Ha sido un infierno. Pero estamos aquí.-comentó Grace, observando a Adeline, quien se quedó en silencio, parecía procesar todo lo que había pasado, podía incluso notar un moretón en su mejilla; no había duda, Leandra la hizo pedazos.

-¿Qué? ¿Es un titán?-me pregunté ante una fuerte iluminación, ese destello con los mismos colores de una transformación, fue tan fuerte, que bloquee la visualización de Adeline para cubrirla.

-¡Eren!-grito Mikasa, desesperada por lo que estábamos visualizando, hasta que incluso el suelo pareció empezar a tambalear, y eso, me preocupo más de lo que debería.

-¿Esto, se derrumbará? ¿No?-se preguntaba Sasha, observando cómo del techo las piedras se quebraban, cayendo hacia nosotros, nos inclinamos y protegimos la cabeza, estábamos inmóviles y sin muchas opciones.

-¡Capitán, el agujero!-levanta la mirada ante la alerta de Armin, pudiendo ver cómo un agujero del hecho, el cual yacía tapado, se quebró, dándonos un escape para llegar a Eren.

-¡Armin, Moblit, lleven a Hange y a Adeline al exterior!-indique, removiéndome para poder hacer que Adeline caminara, pero está en seco se detuvo, aunque eso implicara que su pierna siguiera sufriendo una fuerza que no necesitaba retomar en este momento.-No te estoy preguntando, te lo estoy ordenando.-indique, mirando detenidamente como Adeline parecía denegar.

-Tú eres mi superior, pero Eren es mi hermano.-musitó ella, sosteniendo con fuerza mi mano.-Esta también es mi pelea.-me quede afligido deteniéndola, porque por alguna razón, quería besar fuertemente esos labios que tanto extrañe, pero solo gruñí, haciéndole a Armin una señal para que avanzara.

-Yo me encargaré de protegerlos.-asentí ante la responsabilidad que asumió Grace para escoltar a Armin y Moblit, quienes sostenían a una inconsciente Hange.

-¡Suerte!-deseo Armin, empezando a caminar junto a Moblit, aislándose de nosotros mientras que Adeline y yo nos mirábamos detenidamente.

-Maldición, después de todo, no quiero tenerte lejos de mí nunca más.-me queje, apretando a Adeline contra mi.-¡Chicos, a la cuenta de tres... dos... uno!-avise, haciendo que nos impulsáramos a la vez para adentrarnos a ese hoyuelo, ese por el cual nos deslizamos con fuerza, sintiendo como todo se tambaleaba.

-Capitán, ¡ahí están!-indicó Mikasa, adelantándose ante sobresalir del hoyuelo del que estábamos, y no pude evitar seguirla con la misma rapidez, para observar el bullicio que había en ese extraño lugar, pero luego de mucho tiempo, pude ver a Eren e Historia, sanos y salvo.

-¿¡Estás bien!?-le preguntó Mikasa a Historia, sosteniéndola debido a esa fuerte ventisca que la removió del lado de Eren, mientras que caí suavemente, soltando de mi lado a Adeline, quien detenida en seco, observando a Eren amarrado de ambos brazos mirándola.

-¡Dame las llaves!-le pedí a Historia, viéndola aturdida, procesando el hecho de que todos estábamos aquí, pero ella nos dio las llaves e hice que Connie y Jean me siguieran para soltar a Eren.

-Capitán... chicos... -él nos miraba con sus llorosos ojos, mientras que yo sujetaba con fuerza la llave, logrando abrir la cerradura de esta.

-¡Connie, rápido!-le pedí a este, pasándole la llave, mientras que observaba al gran titán frente a nosotros, era abrumador, era muchísimo más grande que los demás con los que nos hemos topado alguna vez.

-¡Déjenme, tienen que irse capitán!-pedia Eren, desesperado, había un gran corte en su frente, la sangre se desbordaba por todo su rostro, aún así me miraba desesperado.

-¡Cierra la boca, idiota! ¡Hay un titán y enemigos con armas de fuego! ¡Tu hermana va perder una pierna y está aquí! ¡Así que cierra la boca!-comentaba Jean, quien me miró temerario ante la mención tan preocupante que hizo sobre Adeline, a quien Eren se giró para observar cómo yo, pero ella yacía frente a Historia e Mikasa, cubría a esas dos, a quien ciertamente una crió como hermana y otra, era verdaderamente su hermana.

-¡El techo, cuidado!-nos alertaron las chicas atrás de nosotros, todo se estaba quebrando, caeríamos juntos, ¿así sería nuestro destino?

-¡Atrás!-incite a los chicos, retrocediendo cuando logramos soltar a Eren, pero este me obligó arrastrarlo cuando estaba inmóvil, llegando hasta las chicas, mientras que él se levantó, observando todo, yo me a posicione aún lado de Adeline, quien abrumada observaba todo.

-¡No tenemos escapatoria!-expresaban los chicos, sumamente asustados, la fuerte iluminación de las llamas de aquel titán nos estaban dejando sin visualización de poder ayudarnos con un escape, estábamos atrapados.

-Lo siento, chicos. Capitán, Adeline, lo siento.-murmuro Eren, lloroso, arrastrándose hacia el suelo, pero deje de mirarle, esa impotencia suya lo llevaría a la ruina.-Soy un inútil. Yo nunca fui la esperanza de la humanidad.-se menospreciaba, y yo, lleve mi mirada a Adeline, quien lo miraba detenidamente mientras que su cabello, al igual que el de todos no dejaba de flotar por la brisa de aquella transformación.-¿Armadura?-se preguntó Eren.

-¿Te crees el protagonista de una tragedia? ¿Acaso hiciste algo tu solo una vez?-le preguntó Jean, a su lado, con esa arrogante voz.

-No seas negativo. No es la primera vez qué pasó algo así.-opinó Connie, más relajado que el chico alto de su lado.

-¡Aunque no quiero que sea costumbre!-expresó Sasha, con su voz temblorosa, de la misma manera que el piso aún se removía, ella se mantenía atada a la pared.

-Yo llevaré a Eren.-indicó Mikasa, acercándose a este, mientras que yo sentí como Adeline tocaba mi mano, entrelazando sus dedos con los míos, ella alzó su mirada, para mirarme con detenimiento.

-Es inútil. No podemos escapar.-decía Eren, tan firme y asegurado de lo que decía.

-Entonces, ¿esperamos a morir quedamos o que nos aplaste, porque somos enemigos de la humanidad?-le preguntaba Historia, mientras que Adeline dejó de mirarme, pero sostenía mi mano con la suya mucho más fuerte.

-Eren.-ella lo llamó, llamó a su hermano con su suave voz.-Recuerda porque estamos aquí. Recuerda que esto, lo empezaste tú.-musitó ella, como si supiera algo que nosotros no, y Eren la miró con sus ojos abiertos grandemente como platos.

-Siento tener que hacerte esto siempre. Elige la opción que prefieras.-expresé, viéndole mirarme, pero de todos, de absolutamente todos, mi comentario fue el que pareció tocarle.-Yo estoy listo para morir.-indique, mirando nuevamente los ojos de Adeline y sin pensarlo, sin arrepentimiento alguno, lleve mis labios a los suyos con fuerza, con esa necesidad de sentirla.

-¿¡Qué!?-escuché de fondo, todas sus voces se mezclaron en una, absolutamente todas.-¡Jean, ya no tienes oportunidad!-escuche, mientras que besaba a Adeline, hasta, distanciarme de ella, viéndola impresionada, por lo que había hecho.

Yo nunca tuve esperanza en este mundo, desde que nací, siempre he visto la perdición a través de otras vidas, hasta el día en que la conocí, pero aún así; nunca fui capaz de amarla libremente sin temor a perderla. Y aquí estaba. Una vez más a su lado, sin predecir qué sucedería, qué decisión nos llevaría a salir con vida de aquí, al menos por una vez más. Así que mientras la miraba, escuché el fuerte grito de impotencia de Eren, ese mismo que lo llevó a retomar la fuerza para levantarse. Él nos dio la espalda, mientras que parecía sostener algo en su boca, algo que ingirió. Porque en ese momento, tapé mi vista y la de Adeline cuando el destello de su transformación nos abrumó. Inquietos, observamos cómo su titán se trascendió hasta recrearse frente a nosotros, cubriéndonos como un gran y fuerte escudo. La tierra continuaba tambaleándose, todo se quebraba frente a nosotros, pero él no impedía que nada nos dañara, era por eso que yo fielmente difería de lo que había dicho, Eren era la esperanza de la humanidad, era nuestra única esperanza. Algo extraño salía de él, como si lo estuviera desarrollando desde sus músculos, pero fue la esperanza de salida que nos dio para una larga vida. Aferré el cuerpo de su hermana contra mi, esperando cubrirla de todo lo que pudiera, pero ese día debí entender algo, que por más que quisiera, nunca podría cubrirla de lo que su hermano se convertiría, inclusive aunque la perdiera, nunca la salve de que ella peleara junta a él. Después de todo, esa chica a la que amaba y sostenía junto a mi, era la hermana de Eren Jeager, el chico que sacrificó su libertad para dárnosla a nosotros. Sin represalias.

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Próximo capítulo: La reina de las murallas.
Luego de que Rod Reiss se convirtiese en titán, la pelea sigue al escuadrón hacia la muralla exterior de Ovrud.

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