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𝐭𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

Abandona un sueño.

La brisa removía mi cabello ante la pérdida de altitud, logrando engancharme en aquella pared del muro exterior. Desde aquí, podía escuchar el gran bullicio de los soldados en tierra. La mayoría de ellos, eran nuevos reclutas que apenas habían logrado unirse a la legión, pero hoy, no sería el día de su suerte para ser la primera expedición en la que se albergan. Aquellos titanes de dos metros se acercarían en varios minutos, nos haría perder ventaja que no pudieran equilibrar la pelea. Si perdíamos a los caballos, estábamos acabados. Mi mano estaba entrelazada con la de Adeline, quien estaba enganchada a mi lado examinando el lugar. Debíamos buscar ventajas que nos ayudarán a poder combatir al titán bestia, ese que debía estar disfrutando de este espectáculo. Llevando mi mirada a Adeline, podía denotar la expresión de mueca en su rostro en cuanto removió su brazo derecho. Grace había logrado vendar el corte que Reiner provocó cuando traspasó su hoja contra la piel de Adeline. No había logrado profundizar, pero que estuviera una leve abertura aún era capaz de incomodar la movilidad de esa extremidad. Ambos nos deslizamos con suavidad por la pared, cayendo en una caída firme. Desconoceríamos los movimientos de los que estaban en el interior, y eso pareció perturbarla en cuanto elevó la mirada, para luego bajarla hasta a mi, y observarme. En un fuerte impulso, la abracé.

-Levi... -murmuró mi nombre en el oído, el haber sido inexpresivo todo este tiempo, acostumbro a que las personas no esperara un tipo de afecto de mi parte, pero no podía evitarlo con ella; Adeline me abrazó, haciéndome sentir su calor e incluso suave aroma.-Cuando esto termine, yo también quiero pedirte algo.-musitó, acaricie su espalda y con lentitud me distancié de ella.

-Adeline, necesitamos tu conexión con la realeza. Difiero de las órdenes de Erwin, y cuando sea necesario, volverás al muro.-le dije, apretando sus brazos, manteniéndola cerca de mi.-Necesito protegerte.-indique, mirándola fijamente a los ojos, pero ella denegó.-¡Adeline! ¡Esto no se trata sobre mi o sobre ti, se trata de que la humanidad también te necesita!-le grite, viendo como se quedó desconcertada ante mi actitud.

-La humanidad también necesita al soldado más fuerte.-musitó, mirándome mientras que baje mi cabeza, aún apretando sus brazos.-Es por eso, que si decidimos vivir hoy, al final del día podremos continuar con nuestros sueños.-afirmó, con la cabeza en alto, mientras que eleve mi mirada para observar sus ojos color avellana.-Tú volverás a mi con vida, esa será la única manera de que yo pueda volver contigo. La única manera para que podamos... -eleve mi mirada al igual que ella, se empezaban a escuchar los pasos de los titanes, lo cual hizo que nos distanciáramos.

-Vamos.-le pedí, alentándola a impulsarse para retomar la vista.-¡Ahí están!-le indique, señalando los titanes de tres y dos metros acercarse por el oeste.

-¡Ahora!-me aviso Adeline para impulsarme con fuerza en cuanto desplegó a uno de los tres titanes alrededor del campo, deslizando con un fino corte la capa de su nuca, una acción que copie para rematar a los otros dos, deslizándome para caer en el tejado, dando una leve vuelta que me hizo afirmar mi posición.

-¡El capitán Levi y la capitana Jeager! ¡Ahora, vámonos!-aviso uno de los reclutas nuevos, alentando a que los caballos continuaran siguiéndolos, se veían seguros con nuestra presencia.

-¡Encárguense primero de los más pequeños, antes de que se mueva el titán bestia!-les avise altamente, sintiendo como la sangre de aquel titán se evaporaba en mi rostro, desapareciendo.-¡Y no quiero bajas, no se atrevan a morir!-les pedí, observando cómo huían.-Maldita sea, que patético. Los débiles mueren demasiado pronto, se hubieran quedado allá arriba.-musité, elevando la mirada para observar a Erwin en el muro.

-No los subestimes. Nosotros también fuimos débiles.-me pidió Adeline, quedando a mi lado, observando cómo los reclutas se escondían en los tejados, escapando de los titanes pequeños.

-El mono aún no se mueve. Ni el cuádruple.-comente, observando desde aquí su inmovilidad.-Son tan feos.-añadí.

-Levi, el titán de cuatro patas tiene algo en su espalda. No puedo distinguirlo desde aquí, pero en el muro, pude ver unos barriles.-me decía ella, mirando al horizonte.-Creo que es una arma, la usara en nuestra contra. Muy pronto, están esperando una señal, es la única razón por la cual no se han movido. Me preguntó si Erwin pudo descifrarlo.-comentaba, la miré, estaba pensativa.

-No lo sé.-opiné.-Lo único que se, es que debemos pensar una manera estratégica en la que podamos llegar a ese mono.-le comenté.-Es imposible llegar a él desde aquí, pero, desconocemos qué tipo de armaduras podría recrear. Quizás, igual al titán hembra o acorazado, pueden cristalizar su nuca. Será difícil sacar el cuerpo qué hay adentro.-pensaba, inclinándome mientras veía como los titanes de dos metros empezaban a caer.

-Están peleando, Levi.-musitó Adeline, mirándolos, pero no fue suficiente para que ella confiara en ellos, porque se impulsó con su equipo de maniobras tridimensionales.

Me quede detenido, necesitaba analizar todas las posibles jugadas para que avanzáramos. Era un capitán, mi deber estaba en defender a mi escuadrón, a esos soldados que me necesitaban, pero la orden de Erwin había sido clara y muy precisa. No sabía que estaba sucediendo allá en el interior, pero estoy seguro que él debió haber dado la orden de inmovilizar al titán acorazado. Erwin sabía nuestras desventajas, por eso estaba desde la altura del muro observando cómo podríamos caer, en lo que se ingeniaba para llevarnos a una apuesta que aseguraría nuestra supervivencia. Era alto, aquel titán de una gran altura y sin duda musculatura. Sería difícil enfrentarlo o combatirlo, era por eso que me utilizaba en esta ocasión, yo era el único que podía enfrentarlo de una manera ágil, la única razón por la cual estaba utilizando a Adeline, era para ser una distracción que pudiera evitar que el titán bestia se enfocara en mi cercanía, pero era imposible, Erwin no sería capaz de que algo lastimara a Adeline, debía aún estar inseguro de sus decisiones, era por eso que Adeline estaba aquí, y no allá, donde debía estar, con su hermano. Erwin no sabía cual sería su próximo movimiento, esa era la única razón por la cual estábamos perdiendo, porque él estaba debatiendo con sus propias decisiones. Sentía la grata necesidad de confiar en su juicio, pero a la vez, hubiera deseado quebrarle las piernas y que se quedara sentado en su maldito escritorio.

Levante mi mirada, observando a Adeline impulsarse a otro tejado, cayendo sutilmente en cuanto rescato a uno de los reclutas. Me quede inmóvil en cuanto escuché un fuerte rugido, uno que se pudo escuchar con claridad desde aquí. Provenía del interior, las cosas allá tenían que estar igual que aquí, desesperante y sin ningún tipo de jugada a nuestro favor. Volví a retomar mi mirada en Adeline, ella pareció también preocuparse por lo que sucedía en el interior. Su rostro se llenó de sangre que brevemente se evaporó, pero verla desconcertada mientras miraba al cielo me hizo dirigir mi mirada hacia allá. Había algo, un barril sobrevolando el muro, y cuando dirigí mi mirada al horizonte, el titán bestia junto al otro se habían movido. Pensé, lo que Adeline había dicho tenía precisión, el hecho de que no se hayan movido luego de aquel estruendoso grito, era extraño, por lo tanto, ahí tenían a su arma más letal. No era cualquier arma, era la causante de que Berthold allá estado ausente todo este rato, porque él estaba en ese maldito barril. Nuevamente observe al titán bestia, pareció sentarse muy paciente. Ese maldito empezaba a molestarme por completo. El hecho de que Erwin siguiera analizando su jugada, me quitaba tiempo para aniquilarlo de la manera adecuada.

-Adeline, ¿como va todo?-le pregunté, algo agitado ante la molestia de la tensa situación.

-Los reclutas parecen estar asegurando los caballos, pero, no sé cuánto tiempo puedan soportarlo.-me comentó, desde el otro tejado, pero en ese instante su rostro se alumbró al igual que todo el ambiente.-¿Qué carajos?-se preguntó ella, y ante la gran ventisca que nos abrumó, me cubrí rápidamente al igual que ella.-¡Lo sabía, era el colosal!-aviso ella, mientras que la intensidad de la luz desvanecía, pero aquello había detonado.

-Ya terminamos de limpiar aquí. Los únicos titanes que quedan, son los de allí al frente. ¿Pero de que forma vamos a derrotar al titán bestia?-levante mi mirada, observando al soldado Claus aún lado de Adeline, mirando el horizonte.-Está muy tranquilo y sentado por allá. Sin mover un solo dedo.-opinaba.

-Parece que no tiene las pelotas para enfrentarnos. Bueno, yo creo que ningún titán las tiene.-comenté.

-Ustedes descansen un poco. Nosotros terminaremos con los titanes que faltan.-nos pidió, por lo cual asentí, girando mi mirada nuevamente hacia el muro.

-Carajo. ¿Y esas explosiones? ¿Qué habrá pasado con todos los de allá? ¿Como estará Hange y los demás? No creo que Grace deba estar en campo de batalla, Erwin debió denegar que viniera. Quizás deba ir a revisar si todos están... -me quede observando con sumo detenimiento el roce de esas fracciones de rocas, que se multiplicaron a medida que pasaban las otras.-¡Adeline, agáchate!-grite en cuanto le brisa nos golpeó, con fuertes brumas de rocas fragmentadas.

-¡Levi!-grito ella, bajándose al suelo, y es que, una gran bruma rojiza se esclareció, era eso sangre.-¡Los soldados!-grito aterrorizada en cuanto escuchó el bullicio de gritos.

-¡Ve con los cadetes, ahora!-le pedí, impulsándome en el aire.-¡Carajo! ¿¡Están bien!?-pregunté agitada, pero me obligué a bajarme en cuanto nuevamente una fracción rocosa se dirigía nosotros.

-¡Ahhhhh!-cubrí mi cabeza, escuchando los fuertes gritos de esos compañeros más adelante, no podía retroceder, era así como debía ser todo.

-¡El titán bestia está lanzando rocas! ¡Soldados, retírense hacia la muralla con los caballos!-avisaba mientras corría, acercándome a los cadetes nuevos, quienes temerarios se removieron, y es que Adeline también los alentaba, ayudándoles.-¡Ahora, y no olviden cubrirse!-les pedí, chocando mi pierna con uno de esos cadetes tirados en el suelo, lloroso.-¡Levántate! ¿¡Quieres morir!?-le pregunté agitado, empujándole.

-Levi.-Adeline chocó con mi cuerpo, se veía abrumada.-¿Murieron no es así?-me preguntó en un tono desesperante, pero solo observe cómo aquel hombre bajo de altitud, llegando a nosotros.

-Comandante.-le llamaron, con un tono tan suave, le respetaban, creían que su salvación estaba en sus manos.

-¿Cuál es la situación?-pregunte, acercándome a él, observando fijamente su opaca mirada.

-La peor de todas. El titán destruyó las casas de al frente, con sus proyectiles de roca. Si continúa arrojándonos, terminaremos en campo abierto. No quedará ningún lugar para refugiarnos.-respondió Erwin de una manera serena, mientras que todos esos soldados creaban un gran bullicio.

-¿Entonces nos retiramos al otro lado de la muralla?-le pregunté, pero él denegó.

-El titán colosal se dirige hacia nosotros, además viene incendiando todo a su paso. Aunque pudiéramos sellar la muralla y evadir, los proyectiles, habrá que dejar los caballos. Si retrocedemos, ya no habrá oportunidad de ganar.-detalló, haciéndome entender.

-¿Qué le pasó a Hange y a los demás? ¿Eren y Grace están a salvo?-le pregunté, sabiendo la magnitud de esta situación, pero Erwin se veía muy sereno.

-No lo sé, pero la gran mayoría se encontraba en el radio de la explosión.-me quede detenido delante de él, queriendo cuestionar la serenidad de sus palabras, pero no era momento de estar en desacuerdo, a pesar de que Adeline estuviera igual de preocupada-Ese ataque fue realmente devastador, el titán bestia envió a sus titanes más pequeños para poder arrinconarnos en un solo lugar. Por eso, los primeros escuadrones en caer fueron los de Dick, Marlén y Claus. Ya que su objetivo era acabar con los pequeños, en resumen, los únicos que quedan de este lado de la montaña son ustedes, los cadetes de la legión, la capitana Jeager, el capitán Levi y yo, su comandante.-indicó, viendo como todos los cadetes le miraban.

-¿Y bien Erwin? ¿Tienes listo un mejor plan?-le pregunté, para levantar la mirada en cuanto las estructuras de la muralla cayeron por un fuerte impacto.

-¿Eren?-Adeline alzó la vista, y esto era lo que nos faltaba, que el titán de Eren estuviera enganchado inconsciente en el maldito muro.

-Oye, ¿ese que está ahí es Eren?-me pregunté desconcertado.-No puede ser, ¿como término arriba de la muralla? ¿Él lo lanzó?-continuaba cuestionado, refiriéndome al titán colosal, quien parecía estar divirtiéndose con ellos allá adentro.-Cada vez los ataques del titán bestia caen más cerca. Muy pronto no podremos huir.-le dije a Erwin por el lanzamiento de rocas que se acercó a nosotros, manteniéndonos visible.-Erwin, si no tenemos una oportunidad para contraatacar, entonces pensemos un plan para escapar. Sube junto a Adeline y que despierten al inútil de Eren, que él los lleve cargando a ti y a cuánta gente pueda. Así al menos alguien sobrevivirá.-

-¡Oye, se te escaparon los caballos! ¡Era tu único trabajo!-grito uno de los cadetes, dirigiéndose a otro sentado en el suelo tembloroso, él mismo joven a quien quise alentar para que avanzara.

-¡Cállate, ya no tiene ninguna importancia!-gritaba.-¡Los de la legión eran increíblemente fuertes y todos murieron como moscas! Tú lo sabes tan bien como yo, ¿de que sirve proteger a los caballos si ya no va haber nadie que pueda escapar en ellos?-justificaba, tan temeroso.

-Si los cadetes y los sobrevivientes del escuadrón de Hange usan los caballos, serían la carnada para el titán, y mientras los distraemos, tú junto a Adeline y Grace podrán escapar encima de Eren.-le dije a Erwin, viendo como me miró desconcertado, pero pareció mirar atrás de mi, donde estaba Adeline.

-Levi, ¿y que harás tú mientras escapó?-se preguntó Erwin, mirándome con la misma expresión que antes.

-Voy enfrentarme al titán bestia. Lo alejaré de ustedes y...

-No lo harás.-me interrumpió, dejándome con la palabra en la boca.-Creí que lo habíamos hablado, ¿vas abandonar tu sueño?-se preguntó, haciéndome abrir los ojos grandemente.

-Erwin, si tú y Eren regresan con vida, no todo estará perdido. A estas alturas, es el mejor resultado que podemos esperar, al menos no será una gran derrota. Y para ser honesto, dudo mucho que algunos de nosotros logre escapar de aquí con vida.-le decía, observando alrededor.

-Pero, Levi... -Adeline estrechó su mano hacia mi, pero tímidamente la bajo, al igual que su cabeza.

-Adeline, subirás al muro. Asegúrate de que Eren y los demás estén bien.-Erwin se dirigió a ella con una voz seria y firme, haciendo que ella levantara la mirada para observarlo, y denegar...-Adeline, es una orden.-recalcó Erwin.

-¡Yo soy quien ordenó! ¡No ustedes!-dijo, en un tono alto y molesta, señalando fuertemente a Erwin, hasta que su dedo tocó el hombro de este, de una manera profunda.

-Oye, oye. Escúchame, por favor.-le pedí, aislándola de este, pero Adeline se abrumó y empujó, intentando de que no la agarrara.

-¡No voy a verte morir, Levi!-grito, temblorosa.-¡No puedes hacerme esto!-volvió a decirme, mirándome fijamente a los ojos, era algo que nunca había visto de su parte hacia mi, era miedo.-No puedo perderte.-musitó, logrando que pudiera sostener sus manos.

-No deseo morir hoy.-le dije, acariciando sus brazos, ella yacía cabizbaja, me apretaba fuertemente para que no la sostuviera.-Cuando esto termine, huiremos juntos de aquí. Encontraremos un gran lugar donde solo tú y yo podamos estar, nos casaremos, seremos felices y tendremos hijos. Lo prometo.-le dije, viendo sus ojos abiertos grandemente como platos, así que me acerqué y le di un profundo beso en la frente.

-Erwin, te esperaré junto a Grace.-le indicó ella a este, mientras que él la miraba detenidamente, afligido a lo que había comentado.

-Adeline, espera.-la detuvo suavemente aún lado suyo, brazo con brazo, hombro con hombro, pero no se miraban.-Gracias.-agradeció ha este.

-No, no te despidas. Hoy no consagrarás tu corazón, hoy no.-le pidió ella a él, cabizbaja.-Vuelve al muro en cuanto termines aquí.-le pidió, empezando a caminar hacia el muro.

-Entendido.-musitó Erwin, viendo como yo, Adeline se impulsaba con el equipo de maniobras tridimensionales.-Ahora, pensemos en un modo para contraatacar.-me pidió, mientras que me quede observando como Adeline se detenía en el titán de Eren.

-¿Hay una forma?-le pregunté, viéndole desconcertado, y él, asintió nuevamente tranquilo.-¿Y por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué te quedaste con la maldita boca cerrada?-le pregunté, molesto.

-Porque Adeline lo hubiera impedido. Y si este plan funciona, tal ves tengas la oportunidad de matar al titán bestia, pero para realizar el plan, moriremos los cadetes y yo.-decía, mientras que recibimos una bruma de rocas, creando que los cadetes continuaran gritando.-Es tal como dijiste Levi, de cualquier modo, la mayoría terminara muriendo aquí. De hecho, lo más probable es que esos titanes los maten a todos. Si ese es el caso, al menos deberemos hacer una apuesta que nos acerca más a la victoria.-Erwin se removía, dirigiéndose hacia los restos de una casa abandonada.-Para que esto funcione, es necesario llevar a los cadetes a su muerte. Así que, como un buen estafador, los convencerá con unas labias de mentiras. Si yo mismo no estoy en la vanguardia, ninguno de ellos va obedecerme.-lo seguía, mientras lo escuchaba, hasta que se detuvo frente a mi.-Por lo tanto seré el primero en morir, y aunque estuve tan cerca de ese sótano, jamás sabré lo que había ahí.-culminó.

-¿Qué?-le pregunté desconcertado, viendo como se sentaba agotado en un banco fragmentado de las ruinas.

-En verdad, deseaba entrar a ese sótano. Todo lo que he hecho hasta ahora, fue porque pensaba que este día llegaría. Creía que podría comprobar si tenía razón, muchas veces pensé que sería más fácil morir, pero entonces, recordaba el sueño que compartía con mi padre. En este momento, todas las respuestas están al alcance de mi mano.-se frunció, estaba realmente frustrado delante de mi, decaía.-Se encuentran tan cerca, sin embargo Levi. ¿Puedes ver a nuestros compañeros? Ellos están aquí observándonos. Quieren saber qué pasó con los corazones que consagraron, porque todavía no ha terminado esta guerra.-comentaba, recibiendo alrededor de nosotros los impactos de rocas quebrando las estructuras de las casas.-Supongo que el sueño que tengo en la cabeza, no es solo uno egoísta e infantil. ¿Verdad?-me preguntó, y con firmeza le miraba, así que me incliné ante él, como todo un líder que era.

-Has luchado con valentía y honor. Si no fuera por ti, la humanidad no hubiera llegado hasta este punto. Ya tome mi decisión.-dije afligido, teniendo los azulados ojos de Grace en mi mente, con su grata sonrisa.-Renunciarás a tu sueño y a tu vida. Guiarás a esos cadetes directos al infierno. Y dejarás que yo me encargue del titán bestia.-afirme, viendo como él abría sus ojos grandemente, viéndolo mirarme aturdido.

-Gracias, Levi.-agradeció, cabizbajo.-Ahora, dejó todos mis sueños en tus manos. Entre ellos, la vida de Grace y la del hijo que espera.-musitó, levantándose con valentía.-Después de todo, me lo prometiste.-indicó, y yo, aún me quede de rodillas sintiendo como me temblaban.-Esta será nuestra última operación, ¡todos en formación!-gritaba él, me levante, pero mi mano no dejaba de temblar.-¡Será un ataque frontal a caballo! El objetivo, rodear al titán bestia. Por supuesto, nosotros nos convertiremos en el blanco. En el momento en que el titán vaya a lanzar los proyectiles, lanzaremos las bengalas de humo. Así disminuirá la precisión de su puntería. Vamos a distraer al titán bestia, mientras que el capitán Levi será quien acabe con el. Ese es todo nuestro plan.-me mantenía a su lado, viendo las líneas de soldados observarlos desconcertados y aturdidos.-Si nos quedamos aquí parados, moriremos aplastados por esas rocas. Así que prepárense de inmediato.-les pedía, pero ninguno de esos niños se movía.

-Comandante díganos, ¿vamos a morir?-se preguntó aquel niño delante de él, con un tono rojizo, él temblaba y sudaba, mirando directamente a Erwin.

-Exacto.-afirmó Erwin, mirándolo.

-Entonces, ¿como no tenemos modo de escapar nos pide morir luchando?-le preguntaba.-Claro, si sobrevivimos, entonces no importa desobedecer sus órdenes. ¿O me equivoco comandante?-volvía a preguntarle, pero Erwin mantenía su manera firme.

-Lo lamento, pero así es. Esta batalla no tiene sentido, no importan los sueños o esperanzas que tengan. Tampoco importa si su vida estuvo llena de privilegios o no. O si las tocas de ese titán nos aplasta por igual, de todos modos, algún día moriremos. Por lo tanto nuestra vida no tiene sentido. ¿Que pasará con los compañeros que consagraron sus corazones? ¿Esos soldados dieron su vida en vano?-se preguntó, creando un silencio entre todos. -¡Claro que no! ¡Nosotros somos los que le damos sentido a su sacrificio! ¡Todos nuestros soldados, lucharon con valentía, el deber que tienen los sobrevivientes es recordar a los caídos! ¡Aunque terminemos muriendo aquí, los vivos le darán sentido a nuestra muerte! ¡Es la única forma en la que podemos revelarnos contra la crueldad de este mundo, así que mis soldados, prepárense!-les grito, tensándolos a todos, pero esas palabras habían sido la adecuada para que esos niños se movieran, le seguirían hasta el infierno.

-Erwin.-lo llame algo desconcertado.-No detallaste cómo llegaré al titán bestia.-comente, inclinándome en el suelo mientras revisaba mis equipos de maniobras tridimensionales.

-Exactamente con lo que estás revisando ahora.-respondió tan sereno, dejándome confuso.

-¿Qué? ¿Como quieres que me acerque con el equipo de maniobras tridimensionales?-pregunté, mirándole.-¡El titán está en campo abierto! ¡No hay árboles ni casas para usarlos!-dije en un tono alto, viendo como denegó.

-No es cierto, hay unos pilares con la altura que necesitas. Alineados perfectamente. Utiliza a esos titanes, y hazle una emboscada al titán bestia.-señaló a la fina línea de titanes que aún yacían parados, haciéndome quedar boquiabierto.-Levi, levántate, por favor.-me pidió con una suave voz, mientras que veía a los cadetes empezar a montarse en sus caballos.-Esta es nuestra despedida.-indicó, mirándome detenidamente a los ojos, pero nuevamente me sentía helado.

-Erwin.-lo llame, pero él llevo su brazo izquierdo hacia mi hombro, apretándome con fuerza, haciéndome sentir tenso por su tacto.

-Levi, muchas gracias por confiar en mi. Por nunca cuestionarme. Has sido mi soldado más leal, mi soldado más fuerte. Es por eso, que hoy debo decírtelo. No me arrepiento de todo lo que hice, de haberte sacado de ese mundo. Volvería a ir, volvería arrastrarte y poner tu cabeza sobre la suciedad del agua.-musitaba.-Levi, fuiste ese hermano que nunca tuve. La familia que necesite, el amigo que me refugio de todo. Gracias Levi.-volvía agradecer, viendo la firmeza en sus ojos-Lo último que te pido, es que cumplas tu promesa.-pidió, y me coloqué cabizbajo ante sentir como paso por mi lado, soltando su agarre.

-Lo prometo, Erwin.-firmemente levante la cabeza, escuchando una risa de su parte, una reconfortante, pero era momento de avanzar.

Camine, pero de una manera muy vaga. Y aunque deseara retroceder, ya no podía hacerlo, fui yo quien tomó esta decisión. Yo era quien debía seguir en pie, quien debía avanzar. Apreté mis equipos de maniobras tridimensionales. En este momento, era lo único seguro que tendría para avanzar, si fallaba, si no calculaba mis posturas y movimientos, esta distracción no valdría la pena. Me detuve, me detuve para escuchar a Erwin, como incitaba a esos niños avanzar. Me era extraño él como mis manos aún temblaban, como si sintiera el apretón de su toque en mi hombro. Respire hondo, porque el primer movimiento que realice, fue engancharme en la pared del muro, queriendo observar las altitudes adecuadas para contraatacar. Desde aquí, podía ver todo con determinación, pero lo que no estaba preparado de ver, era como mis compañeros iban a una muerte segura. Nadie estaba preparado para morir, ni siquiera yo, en este momento lo único que deseaba es que las cosas no tuvieran que tomar este amargo rumbo, pero era lo único que teníamos al alcance de nuestra mano para apostar a una victoria que no creíamos posible. Me impulsé, me impulsé bruscamente para apretar las hojas de la manera en la que lo hacía, una manera vertical que me daba acceso a una cortada más profunda por el enfoque de fuerza en una sola capa de piel. Debía aniquilarlos, porque era una desventaja para los que aún vivían.

Me abalancé hacia un titán, en cuanto culmine con otro. Erwin tenía razón, sería como una alineación de pilares en las que podría sostenerme, pero mientras más avanzaba, más mi cuerpo perdía la energía. Podía ver las verdosas bengalas reflejarse en el cielo, mientras que deslicé mis hojas en las bucs del tercer titán al que me sostuve, mientras que su cuerpo se desvanecía, era capaz de escuchar con claridad el gran bullicio que tenían los soldados en esas líneas frontales. Gritaban, estaban gritando y aclamando la vida que no podrán tener, pero entre esas aclamaciones, sentía como en mi, algo profundo empezaba a reflejarse. Un sentimiento de hermandad, un cariño hacia un amigo. Todo empezaba a desmoronarse, al igual en que los titanes que alineaban al titán bestia. Gruñí, gruñí sin más mientras seguía avanzando viendo la cantidad de rocas someterse entre sus líneas. No quería, pero me era imposible no reflejar a Erwin entre la multitud de personas exclamando nuestra victoria, mientras que él sonreía, pero ahora, esa era la imagen que nunca podría ver. Porque era aquí, donde Erwin decaía junto a esos soldados, haciéndome gritar en el aire en cuanto vi las rocas tumbar el caballo. Arrastre mis hojas, con ese mismo sentimiento en que algo en mi interior se arrastró, un sentimiento hueco que me hacía reflejar que Erwin, era mi hermano.

-No puedo creer que me casaré. Es que, se siente como si fuera ayer el que estuviera casi muriendo en la ciudad subterránea. Estar viva, es un privilegio.-musitaba Grace, tan contenta, con ese brillo que le hacía única, mientras que caminaba junto a ella.

No. No podía estar pensando en eso, no podía reflejar la mirada de esa mujer en mi campo de memorias en este preciso momento. Porque estaba siendo capaz de observar con cada detalle, como el titán bestia continuaba en bien, arremetiendo una gran bruma de rocas a los que aún gritaban, a los soldados que aún peleaban. Sosteniéndome de un inmóvil titán, del penúltimo al que podría tumbar, observe sus cuerpos despedazarse en miles de pedazos. Sus caballos sufrieron los mismos fuertes impactos, esas rocas rasgarían tanto sus pieles, que serían capaz de recrear un hoyuelo, al punto de desangrarse y morir en agonía. Lo estaba viendo todo. Las bengalas no podían cubrir la visibilidad de ver lo que más aborrecía, a mis compañeros morir en batalla por un sacrificio. Y este sentimiento de impotencia, de rabia, sería uno que no escasearía hasta que pudiera derrotar al hombre que estaba en el interior de ese titán. Así que, en cuanto al titán en el que estaba siendo el último luego de arremeter contra en el que estuve, me arremetí entre la bruma verdosa de bengala, sintiendo mi rostro estar empapado de sangre. Me eleve, me eleve y enganche mi gancho hacia el cuerpo de este, pero fue aquí que sentí una energía de impotencia recorrer cada parte de mi cuerpo, esa que sentí el día en que perdí a Furlan e Isabel. Sus ojos me miraron, podía ver trascender el miedo por mi presencia, no le quedó más remedio que moverse y gruñir, estirando su brazo para capturarme en su mano, pero no lo permití. Solté mi gancho de su cuerpo, deslizándome en un rodeo de círculos alrededor de su brazo, cortando por completo el asqueroso pelaje.

-Me gustaría que fueras el padrino de honor. Solo si tú quieres, después de todo, eres mi amigo, Levi. Mi amigo más fiel.-me detuve con Grace, escuchando bastante bullicio en el interior de la cafetería, donde deberían estar todos los cadetes en aquel gran festín, pero me dirigí en observar cómo ella me miraba, con mucho respeto de por medio, así se basaba nuestra gran amistad.

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Próximo capítulo: El día en que el sol dejó de brillar.

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