Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐨𝐜𝐡𝐨

Jeager
Levi Ackerman.

Pasaba aquel paño por el trozo de madera repleto de polvo, limpiando y deshaciendo el sucio que se había creado ahí. Intentaba de despejarlo lo más que podía, dejándolo impecable, como había dejado esta sala de estar; limpia. Me senté, dejando todos los organizadores en su lugar, sabiendo que llevaba un buen rato limpiando con los demás. Era la primordial tarea que quería enseñarle aquel niño, quien debería estar más que abatido, limpiando lo más seguro los establos de los caballos. La disciplina y el orden, era fundamental en un buen soldado, el seguir las reglas que se le imponen, le crea el respeto y valor por las mismas que se les dan. Siempre, pese a mi mala crianza, y el lugar donde crecí, fui muy disciplinado, y respetaba quien se ganara ese hueco en mi interior, muy pocos tienen mis respetos o admiración, muy pocos. Sabía que la noche había caído, y que no había más que limpiar, pero mi obsesión por mantener todo limpio, estaba a otro límite. Me gustaba la organización, y ver que algunas cosas en este lugar, no estaban así, me estresaba. Desde siempre fui así, organizado, y con un buen rasgo sobre la limpieza, eso dejaba mucho que decir sobre una persona.

Me quite todo, y me metí bajo la ducha, restregando mi cuerpo con el agua. Haciéndome sentir más fresco, luego de estar limpiando y nada más que eso. Moje mi cabello, y también lo restregué. Me quede un rato bajo la ducha, sabiendo la complicada situación en la que me encontraría, siendo tutor de un niño, uno impulsivo con confusión sobre su mismo ser. Estaba seguro que quizás su hermana pudo haber sido la mejor tutora, nada más y menos ella es lo único que tiene, pero algo impidió eso, y es que necesita mano dura, y ella a pesar de lo fuerte que es, no lo es. Imagine sus ojos, y la forma en la que siempre me besaba bajo esta agua. Su manera de amarrarme en sus encantos y en su lujuria, era una que no había podido encontrar nunca, y es que después de todo, solo ha sido ella con quien he estado siempre, como si mi fidelidad pese a todo le perteneciera, pero no estábamos juntos, algo detenía ese paso, y ella sabiéndolo, aún parecía tener esperanza; porque yo era quien detenía todo. Termine de ducharme, y me seque, vistiéndome con ropa cómoda, para pasar la noche. Estaba algo agotado, pero aún así, el sueño no me alcanzaba, como si algo me hiciera falta, o quizás: alguien.

Aún las cosas estaban tensas, y siendo abrumadas. Lidiábamos como una situación ajena a nuestros conocimientos, y también sentía dudas que albergaban en mi. No entendía mucho, pero quería hacerlo. Me limite a quedarme en mi espacio mental, y procesar lo que sucedía. Salí de mi habitación, caminando por los pasillos, no mucha gente salía de noche, pero yo me dirigiría a la oficina de mi comandante, e amigo. Con cuidado me asome a la habitación de la mujer que yacía en mis pensamientos, pero quede confuso cuando noté que estaba vacía, que ella no estaba ahí, ni siquiera su almohada. Vagamente cerré la puerta de su habitación, y continué caminando, Adeline de seguro debía estar donde extrañaba estar, junto a su hermano, y era masoquista de su parte el querer dormir en el suelo, solo por estar a su lado, pero a la vez, era un acto de amor puro. Me paré frente aquel gran puerta, abriéndola al girar la manecilla, para así, visualizarlo a él sentado en su escritorio, leyendo unos papeles. Cerré la puerta, y con pesadez empecé a caminar, había un gran silencio, ademas de mis pasos, que se detuvieron cuando me senté en la silla frente a él, pero aún así, no me miraba.

-¿Pasa algo, Levi?-me preguntó Erwin, mirando los papeles, releía y releía sin detenerse.

-No.-dije sin importancia, mirándolo.

-Parece que algo te está inquietando.-comentó, recostándose de su silla, y continuando con su lectura, mientras que yo, coloque mi pierna derecha encima de mi muslo izquierdo, cruzándome de brazos.-O quizás quieras cuestionarme mis próximas decisiones, ¿no es así?-me preguntó.

-Quiero saber que planeas con el niño.-afirme, viendo como en si, dejaba los papeles aún lado, mirándome detenidamente; capté su atención.

-Creo que quedó muy claro en la corte.-dijo, volviendo a tomar sus papeles, leyendo, lo cual me molestaba ante su manera tan capciosa de actuar.

-Erwin.-lo llame.-Nunca he dudado de tus capacidades, he aceptado cada una de tus decisiones y ordenes, pero quiero saber, ¿qué crees que resultará esto?-volví a preguntarle.-Estamos hablando sobre un niño de quince años que conlleva el poder de un cabrón titán.-dije, a lo que Erwin nuevamente me miró.

-Le ayudaremos, así aprenderá a controlar sus poderes.-decía, de una manera pasiva.

-No conocemos nada sobre un titán igual a él, ¿como le haremos?-volví a preguntarle.-Pareces que tienes todo perfectamente calculado.-hablé con molestia, ante notar su poca importancia.-¿Estás consiente que la elite real está ansiosa de que hagas un mal movimiento para arrancarte la cabeza?-le pregunté, viendo como él aún así, parecía no importarle.

-Estoy consiente, Levi.-dijo, nuevamente con esa neutralidad.-Te ves abrumado, parece que estás cargando con muchas cosas.-dijo, dejando los papeles en el escritorio.

-Intento de entender a donde quieres dirigirte.-justifique.-Quiero saber cómo harás que esto funcione sin que sigamos sacrificando a los que están a nuestro alrededor.-añadí.

-¿O que sacrifiquemos a Adeline?-me preguntó, lo cual lo volvió amargo.-Estás llegando a tu límite, por no aceptar tus emociones y sentimientos que decaen en ti.-decía, dejándome sin palabras.-Levi, eres un adulto, y con grandes capacidades de inteligencia, pero no comprendo como no tienes una simple situación resuelta.-decía, cruzándose de brazos.

-No puedes opinar en eso, cuando tú dejaste ir a la mujer que amabas, y tuviste que ver cómo se conformaba con el cabrón del comandante de la policía militar, Erwin.-mi justificación había tensado sus músculos, e incluso vi como su expresión decayó.-Joder, que me he ido de la línea... -musité, colocando una seria expresión, sabiendo que le había ofendido.

-¿Qué te hace pensar que es lo correcto que la dejes conformarse con él?-me preguntó, mirándome detenidamente.-No puedes aceptarlo, eres fuerte, pero ella te debilita.-me decía, fría y amargamente.

-Tú no sabes lo que ella me hace sentir, Erwin.-le dije, incómodo ante ver cómo quería introducirse en mis emociones, pero él me miró detenidamente, con esa expresión de sabiduría en sus ojos.

-Levi, te conozco más que todos aquí.-dijo.-Yo he visto cómo te tensas cuando pasa por tu lado, yo he visto al soldado más fuerte decaer arrodillado por unos ojos que sólo desearían que lo miraran a él.-comentó, mientras que desvíe la mirada.-Cuando supe que sería comandante, cuando supe lo que conllevaría mi trabajo, temí en no poder dividir el tiempo para una familia, para una esposa. Justamente no me equivoque, pero en lo que tampoco me equivoque; fue en que ella eligiera con quien hoy en día esta, en lo único que me arrepiento, fue en no haberla podido amar más de lo que algún día hice, para que hoy pudiera estar conmigo sin importar el poco tiempo que le diera.-decía, entristecido, y nostálgico.-Pero saber que ella está bien, que vive con plena felicidad, me llena el vacío que su ausencia dejó. Aún así, estoy seguro que por alguna razón, aunque intentes, no puedes hacerlo Levi.-afirmaba, como si supiese.

-Han pasado años en que he podido hacerlo, puedo hacerlo.-dije, de una manera llena de orgullo.-Por la única razón que he tenido.-dije.

-¿Y cuál es esa?-me preguntó, curioso, mientras que yo solo pensaba en esos ojos color avellana.

-Porque la amo.-dije con sinceridad.-Siempre la he protegido, desde que ma conocido en mi ciudad natal subterránea, siempre la he protegido.-añadía, recordando.-Inclusive cuando la encontré años después, y ella era capaz de cuidarse, mi propósito en ella es cuidarla.-musité.

-Puedes amarla y cuidarla.-me interrumpió él.-No permitas que tu orgullo, que la frialdad que llevas dentro, te retenga a amar libremente como algún día deseaste ser amado.-me levante con cuidado de la silla, mientras que él me observaba.

-Espabilas demasiado.-dije, viendo como él sonreía de lado.-Iré a dar una ronda, y caeré rendido, estoy cansado.-decía, evadiendo el tema, aislándome de él, dándole la espalda.-Deberías hacer lo mismo, llevas con la misma ropa de esta mañana.-le comentaba, abriendo la manecilla de la puerta, pero no sin antes recoger una sábana que estaba envuelta en aquel sofá.

-Descansa, camarada.-me dijo él, despidiéndose, mientras que asentía.-Levi, espera.-me pidió, a lo que me pare en seco antes de salir de la habitación.-Eres un buen hombre, no tengo duda, pero deberías de tan solo aclarar tu pasado, para poder acceder a tu futuro. Es la única manera en la que puedas hacer lo que te haría feliz.-me aconsejo, y vagamente asentí, para así, cerrar la puerta a sus espaldas, y dejarle solo nuevamente.

Me quede parado en la puerta, solitario, pensando en esas palabras que había dicho. Quizás Erwin tenía razón, era un hombre sabio, y con muchos conocimientos, como siempre he dicho y pensado, confiaba plenamente en sus decisiones, aunque no las lograra entender del todo bien, yo lo seguía. Camine nuevamente por esos pasillos, los cuales estaban iluminados por las velas en las paredes. La ausencia se notaba, los soldados debían estar descansando. Día a día, algunos se iban, con miedo a perder sus vidas en las expediciones, y algunos prevalecían con más valentía para albergarse en el sendero de la vida fuera de su burbuja. Empecé a dirigirme hacia donde creía que debía ir, bajando las escaleras al solitario calabazo de este cuartel. Podía decir, que hasta incluso ese pedazo de habitación, estaba plenamente limpio, porque no podría soportar verlo con algún tipo de mugre que estorbara en un leve rincón mi obsesión por la limpieza. Abrí con cuidado la puerta, y es que había un gran silencio detrás de esa puerta, y en cuanto vi aquella escena, me quede helado desde allí. Apreté con fuerza la sábana, y no me moví, como si quisiera guardar aquella imagen en mi cabeza.

El cuerpo de Adeline estaba tirado en el suelo, veía como ella estaba acostada, con su cabeza acomodada en una almohada. Tenía una ella cómoda, pero sus equipos aún lado de ella, en caso de cualquier emergencia. Su pecho subía y bajaba, mientras que su cabello estaba suelto, pero peinado, como siempre. Con cuidado cerré la puerta a mis espaldas, y camine hacia ella, mirando como sus ojitos estaban cerrados, mientras que su boca entre abierta, soltando leves suspiros, se veía cansada, e incómoda en el suelo. Con suavidad, abrí la sábana y la eleve en el aire, para así acomodarla encima de ella, era una noche fría, y lo menos que quería era que se enfermera. Con cuidado me incorpore de cuclillas, para así, mirarla con detenimiento. Era perfectamente hermosa, no había manera de describir la belleza de esta mujer. Si mis ojos habían visto a una mujer de tal manera, era a la que me dio la vida, que hoy ya no estaba aquí, y luego de ella, estaba esta, esta joven mujer que me elevaba en el aire con alas para volar, mi corazón, era suyo; aquí, y en la otra vida. Me removí, sentándome en el suelo y colocando mi espalda en la pared, observando al otro lado de las rejas, como aquel niño me observaba con confusión ante mi acción.

-Si que te jodí la cara.-le dije ante ver como tenía vendajes en sus mejillas.-Espero que no haya ningún tipo de rencor.-le dije a Eren, quien me miraba con un poco de timidez, como si me temiera.

-Entiendo el porque lo hiciste.-me dijo, mientras que dirigió su mirada a su hermana.-Ella me explico todo.-dijo, a lo que asentí, él realmente era un crío.

-Eren.-le llame.-¿Estás preparado realmente para la disciplina que llevarás sobre tus hombros?-le pregunté, en un tono bajo.

-Si.-respondió, sin ni siquiera procesar lo que le había dicho, lo cual me hizo fruncir el ceño.

-No es solo tener confianza y seguridad en su mismo, es saber entender que cualquier tipo de error que cometas, traerá una consecuencia colateral que no estará en tu control, pero si en tu conciencia.-le decía.-Mi gente confiara en ti, incluso yo deberé aprender a confiar en ti, porque créeme, no hay una pizca de confianza en lo que eres ahora mismo.-él me miraba, e escuchaba con atención.-No solo tú vida está en riesgo, esta elite lo está si fallas.-añadí.

-Entiendo... -susurraba cabizbajo, inseguro de si mismo, y mi intención era que tuviera capacidad para entender, para procesar y no ser una persona impulsiva.

-Mañana empezaremos con tus entrenamientos, las tareas de hoy conllevaban a la disciplina que como soldado debes tener.-le explicaba.-La disciplina es algo que te define, no estuviste tres años en vano con Keith Shadis, créeme que el respeto que crearas por tu organización, te hará sentir agradecido en unos años por nuestros arduos trabajos contigo.-continuaba diciéndole.

-Pareces tener mucha experiencia.-dijo, mirándome.-Tú, realmente eres un capitán.-opinó, como si me idolatrara.-Entiendo porque muchas personas confían en ti, y en tus habilidades.-decía.

-Pero la mitad de esas personas ni siquiera saben lo difícil que es ser así.-le interrumpí.-Es por eso que tú mismo debes ver, para que puedas entender lo difícil que es ser un soldado, y salir allá afuera para poder intentar de entender lo que no podemos, el ser humillados por cosas sin mentalidad que solo piensan en exterminarnos.-continuaba diciéndole.-Creen que tú eres nuestra esperanza, pero yo no lo creeré hasta verlo.-musité, observando cómo él cabizbajo veía como su hermana se removía, pero ella estaba profundamente dormida.

-No quiero decepcionarla.-decía él, mirándola, mientras que observé sus verdosos azulados ojos; no eran iguales que los de ella, pero ellos realmente se parecían físicamente.-Ha sacrificado mucho de ella para que yo pueda estar aquí, con vida. Lo menos que quiero es arruinar lo que tanto le ha costado.-musitó cabizbajo, mientras que yo, miraba detenidamente a su hermana.-Quiero devolverle todo lo que ha hecho por mi, cada segundo, cada invierno, cada día caluroso, cada fría noche que tuvo que caminar hasta el refugio para darnos un pedazos de pan.-continuó diciendo, con impotencia en su voz.

-Ella merece el cielo.-dije espontáneamente, mientras que la mire detenidamente, y como sus ojos estaban abiertos, mientras que se veía soñolienta, ella me miraba ante lo que dije.-Se merece más que el cielo.-dije, levantándome con cuidado del suelo, viendo como ella pareció haberse quedado helada ante lo que yo dije.-Eren, intenta descansar. Mañana será un día largo.-le dije con honestidad, para así ver como él asentía, recostándose en su camilla, y yo no tarde en apresurarme a salir por la puerta, sabiendo que ya estaba algo cansado, pero joder, mira que no pude.

Orgullosamente espere a que Eren se recostara, que pasaran varios segundos para en si yo acercarme nuevamente a donde ella estaba, y colocar mi peso nuevamente en la pared. Ella aún tenía sus ojitos abiertos, y miraba algún punto pérdida, pero solo se que ella se incorporó, para así sentarse a mi lado, y colocar la sábana alrededor de nuestros hombros. Ambos nos quedamos viendo a Eren, quien estaba recostado, y profundamente dormido. Había sido un día largo para él, y mientras él dormía, sentí como ella llevo su cabeza a mi hombro, recostándose. Sabía que al pasar de los minutos, se había quedado dormida nuevamente, y yo, no podía entender como debía hacer las cosas para poder ser feliz, sin ser egoísta con ella. Pese a todo, no merecía sentirse más confusa de lo que ya se sentía, pero no había manera de desprenderme de ella, sabiendo que no era sano para su bien, que era egoísta, y que estaba dañando algo que quizás pudiera hacerla feliz. Y es que, no podía estar sin ella, sabiendo que era la única mujer en la tierra que me hacía elevarme hasta el cielo, que hacía que mis ojos brillaran, y que mis músculos se tensaran, esta mujer era el amor de mi vida, en esta, y en la otra vida.

───

Próximo capítulo: Capitán.
Eren empieza sus entrenamientos, chocando con una realidad que no enfrenta, mientras que Levi pone de su parte para que pueda acoplarse.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro