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ᘛ 06. ❝ 𝘁𝗵𝗲 𝗺𝗲𝗺𝗼𝗿𝘆 𝗼𝗳 𝗿𝗼𝘀𝗶𝗻𝗮𝗻𝘁𝗲 ❞

ᘛ 06 : : CAPÍTULO SEIS

i. EL RECUERDO DE ROSINANTE

LAS PALABRAS DEL PECOSO SUENAN EN LA CABEZA DE LA CHICA COMO EL ECO lo que provocó que el color rojo en sus mejillas aumentará dandole un perfecto contraste con el color de su uniforme. Desvío la mirada tratando de disimular el color que se le había subido a las mejillas, dentro de su pecho floreció un calor indescriptible la sensación en sus dedos, los nervios de los cuales fue presa. Y todo provocado por unas simples palabras, toda la vida había recibido comentarios de ese tipo inclusive obscenos pero que los comentarios vinieran por parte de Ace hacia que tuvieran un curso distinto.

Su corazón salto de alegría, las palabras se atoraron en su garganta y su cabeza dejo de pensar. Todo pensamiento fue reemplazado por la sensación que empezaba a sentir por Ace.

En cambio el pecoso había estado atento a cada expresión en el rostro de ella. No era muy expresiva pero logró ver con claridad una que otra mueca aparecer en el rostro femenino. De alguna forma le gusto verla.

Azul cuando sintió que estaba más tranquila soltó un suspiro, necesitaba hablar un poco más con Ace tratar de conocerlo más. No sabía el porque lo hacía pero no podía negar que sentía curiosidad por él.

La delgada línea que los separa es la puesta de rejas, lo que les aclara que vienen de mundos muy diferentes. Pero que en su interior ambos sentían que tenían muchas cosas en común.

La vicealmirante desvío la mirada hacia un lado justamente dónde se encuentra un Den Den Mushi de vigilancia. Si lo dejaba fuera de servicio nadie de los guardias que operan las camaras vería lo que está a punto de hacer.

Cambio la dirección de su mirada al pecoso encontrando que este la veía atentamente desde hace unos minutos.

Ace se sintió atrapado pero aún así le sostuvo la mirada, demostrando que no había nadie en el mundo capaz de intimidarlo. Al menos eso quería aparentar realmente sentía que su sistema nervioso fallaría en cualquier momento.

──¿quieres ver un truquito?── cuestiona ella mostrando una sonrisa ladina en su rostro.── va a gustarte mucho.

──¿otro truco?── alzó su ceja. Esa chica no podía sorprenderlo más.── ¿que tantos tienes? es decir, sabes quitar el sonido. No creo que tengas más.

──tengo un truco más impresionante que el que ya te mostré.

Ace lo pensó.

La curiosidad es una de las cosas que más lo a movido desde que es un niño.

──no estaría mal.── murmuró.── adelanté, muéstrame lo que sabes hacer.

──prepárate para ver algo fuera de este mundo.── artículo alzando su brazo derecho.── te dejará sin palabras, ya lo verás.

A continuación la chica hizo un puño y alzo dos de sus dedos de los cuales salió un pequeño rayo de luz el cual terminó por chocar cerca del Den Den Mushi mismo que cayó al suelo.

──y bien ¿que te pareció?── cuestionó.

──no se que vaya sido eso pero ¿cómo lo hiciste?

──habilidades que me dió la fruta rayo rayo.── explico para luego levantarse y sacar la llave que tenía en el bolsillo.── es una larga historia. Gracias a una persona es que obtuve estás habilidades.

──¿que estás haciendo?── cuestionó el al ver que ella ingresa en la celda.

──si vamos a entablar una conversación, tenemos que hablar en la comodidad.── hablo cerrando la puerta detrás suyo. Ace se quedó en silencio.── o la comodidad que nos pueda ofrecer está celda.

──no creo que sea mucha.

──y no lo es.── tras decir esto la joven se sentó a un lado frente a Ace.── ahora sí podemos hablar.

Lo cierto es que apartir de ese momento ninguno de los dos había querido hablar o entablar conversación alguna. El ambiente se había vuelvo distinto de alguna forma el que los estuviera separando las barras de metal les recordaba que no podían cruzar esa línea que desde hace un rato cruzaron.

Ahora no había nada que pudiera separarlos eran uno igual, siendo solamente dos personas rodeados de tantos criminales.

Ace tenía tantas preguntas que hacerle a la pelirrosa pero ninguna era lo suficientemente buena como para preguntar o bueno así pretendía, en realidad quería saber sobre algo más.

──hace rato cuando dormías, mencionaste a dos ¿quien es Rosinante?── pregunto sin rodeos.── claro si quieres decirme, me hablaste sobre Law supongo que...

──Cora-san.── murmuró ella. El solo recuerdo del rubio le dolía mucho.── él fue una persona muy especial para mí, lastimosamente ya no se encuentra en este mundo.

──entiendo, debió ser un tipo increíble.

──el mejor de todos. Cora-san no solo salvó mi vida, también se sacrificó para que pudiera vivir.── se ve las manos intentando no dejar que sus lágrimas caigan.── para mí mala suerte no se porque quiso que viviera, por un lado creo que lo hizo por la D pero por otro creo que había una razón.

──la famosa voluntad de la D ¿por qué crees que te salvó?

──no lo sé, una vez escucho a Law decir que tenía el nombre prohibido y todo empezó desde ahí.── suspiro.── antes de que sucediera todo esto yo nunca dije mi nombre, me hice llamar Azul. Pero mi nombre original no es ese.

──espera ¿no te llamas Azul?

──no, mi nombre real no se lo quise decir a Doflamingo. Ni a nadie de su clan, el único que sabe mi nombre real es Law.

Ace parpadeo varias veces.

Si antes sentía curiosidad ahora era más. Sin duda alguna la chica parecía ser una caja llena de sorpresas.

──¿puedo saber tu nombre?── preguntó.

Azul hizo una mueca.

──aún no es momento para que lo sepas Ace.── confiesa.

──¿quiere decir que me lo dirás?

──tal vez lo haga.── articula y se quitó la gorra de la cabeza.── luego de esa conversación, le confesé a Rosinante que también era una D. Y luego de esto la aventura comenzó.

La chica se quedó en silencio por unos minutos recordando lo que había sucedido luego de ello. Las grandes cosas que había hecho Rosinante con el fin de encontrar una cura para el plomo ambar, las veces que incendio e insultó a los médicos que no los querían atender por temor a la enfermedad.

Ace también se quedó en silencio pensando en lo poco que le había dicho la chica. Había pasado por mucho en una temprana edad, lo peor era que algo le decía que aquello solo era el inicio de una trágica historia.

──para que me entiendas, antes de que Cora-san supiera de la D. Nos trataba muy mal llegó a lanzarnos desde alturas súper altas, me preguntó cómo fue que no morí. Nos golpeaba y así.

──vaya el tipo me recordó al viejo.── admitió el pecoso. De la nada había recordado esos momentos.

──¿viejo?

──luego te digo quien es.

Azul asintió.

──pero bueno hasta entonces no sabíamos porque lo hacía, supuse que nos odiaba.── se encogió de hombros.── luego supo de la D y nos saco a Law y a mí de la isla. Nos amarró como si fuéramos rehenes y nos subió a un velero.












una pequeña Azúl había sido amarrada de pies y manos, por el hermano menor de su jefe. Y su amigo el de ojos grises había corrido la misma suerte que ella.

──¡Rosinante! ¡liberanos!── grito en exigencia.── ¿a dónde nos llevas? ¡suéltame!

El tipo del maquillaje extravagante hizo caso omiso a las palabras del ojigris.

Law siguió exigiendo a gritos que le soltará pero seguía obteniendo el mismo resultado. Silencio.

En cambió Azul decidió buscar por sus propios medios el liberarse. Sabía que el menor de los Donquixote no era especialmente muy listo así que podría encontrar el lado débil de la cuerda.

Azul se especializa en la encontrar los puntos débiles de sus oponentes y sus curiosas manos tantearon los hilos que la sujetan. El error de Rosinante había sido dejar sus manos libres.

Y en pocos minutos había logrado encontrar la parte débil. Se las arreglo para cortar el hilo y así pudo liberarse.

──¡ja! pude hacerlo.── celebro tras haberse quitado las cuerdas.── soy más lista que tú Rosinante.── alardea con las manos en la cintura.

──¡ahora suéltame Azul!── le exigió Law a la pelirrosa.

──¿en qué momento te liberaste?── pregunto el mayor desconcertado.── ¡no hagas eso! ¡quédate quieta!

Azul no le haría caso y tenía todas las intenciones de librar a Law cuando se detuvo a medio caminó.

──¿que esperas Azul? rápido es nuestra oportunidad para escapar.

Lo ignoró totalmente.

──¿por qué nos sacaste de la isla?── pregunto cruzándose de brazos.

Rosinante se había quedado en una mala posición para luego caer de cara.

──voy a buscar una forma para curar su enfermedad.── aclara tras averse levantado.

──no hay cura para el plomo ámbar.── menciona Law.

──debe de haber una cura, solo deben de buscarla. Voy a sanar su enfermedad aunque me cueste la vida.── pronuncia.

Ambos niños se habían quedado callados.

Sobre todo Azul quien no entendía porque aquel hombre perdería valioso tiempo en buscar una cura que no existía.








Azul suspiró.

Nunca había hablado con nadie sobre el tema nisiquiera con Eren quien sabía más de ella que ella misma.

──volviste a quedarte callada viendo a la nada.── le dice Ace.── ¿en qué pensabas?

──recordaba lo que había pasado.── murmuro acomodándose en su posición.── para darte un resumen luego de abandonar la isla. Pasamos seis meses buscando un hospital o medico que quisiera atendernos.── se llevó la mano a la nuca.── como el plomo ámbar es una enfermedad contagiosa o eso creen, nadie se había atrevido a investigarla. A todos los hospitales que nos llevaba los médicos huían cuando Rosinante les decía de la enfermedad. Quemó hospitales y golpeó médicos. Pero nadie nos daba auxilió.

Bajo la mirada sintiendo sus ojos cristalizarse la peor parte de la historia estaba por ser mencionada.

Y Ace sintió una molestia en el pecho al verla tan apagada, sintió la necesidad de cambiar esa expresión por una más sonriente.

──no sigas si ya no quieres.── recomendó.

──dame un minuto.── susurró y suspiró profundamente.── pasamos los siguientes meses de isla en isla, de hospital en hospital. Hasta que un día Rosinante encontró la cura.

──¿y esa era?

──una fruta del diablo llamada Ope Ope.

Azul sintió un nudo aparecer en su garganta, apretó los puños no podía dejar que llorara de nuevo.

──¿una fruta?── dice Ace confundido.── ¿cómo podía curar una fruta del diablo?





Rosinante había encontrado la cura para enfermedad de aquellos dos, después de mucho tiempo lo había logrado.

──¡lo tenemos!── exclamó cargando a ambos niños como si fueran de papel.── ¡Law, Azul! la cura para su enfermedad finalmente la tengo.

──¿si? ¿que es?── pregunto la niña.

──una fruta del diablo llamada Ope Ope, no se cómo voy a curar a los dos pero me asegurare de ello luego. Primero iremos por la fruta.

──¡eso es genial Cora-san!── exclamó Law.

Y Cora-san giro nuevamente con ambos niños en sus brazos. Se había encariñado mucho con aquellos dos.

Y los niños también le habían comenzado a tener afecto al rubio. Después de lo que habían escuchado sintieron que al fin alguien hacia algo por ellos sin motivo o razón aparente.





Una vez más azul se había quedado en silencio a medio relato. Los recuerdos habían llegado uno tras otro pero el que menos quería recordar estaba a punto de llegar.

Ace no la interrumpió ni nada por la mirada que tenía sabía que tenía una lucha interna con los pensamientos.

──vuelves a quedarte callada.── comento con una sonrisa el pecoso.

Azul rie a lo bajo.

Si tan solo el pecoso pudiera ver lo que sucede por su cabeza, sería más fácil hablar de su pasado con él.

──adivinó, vuelves a recordar.

──y no estás equivocado.── lo señaló con su dedo.── continuando, según por lo que Cora-san sabía, esa fruta curaba todo tipo de enfermedad. Era algo así como milagrosa.── hizo un ademán con las manos.── para nuestra mala suerte cuando supo de la fruta el más grave de los dos era Law. Law cruzaba la parte terminal de la enfermedad mientras que el plomo ámbar aún no había avanzado mucho en mí.

──no entiendo, si no avanzó mucho en ti ¿por qué si en Law?

──porque los padres de Law son originarios de Flavance. En cambió mi padre no es de Flavance y eso hizo que en mi ADN solo hubiera una pequeña cantidad de plomo.── explicó.

──que complicados son los términos médicos.── se quejó abrumado.

Azul sonríe divertida.

──y bueno viajamos a la isla donde se encontraba la fruta, y ahí fue donde lo poco que tenia se esfumó.── apretó los labios. Su mirada se había oscurecido levemente.── recuerdo ese día tan bien, cada segundo, cada escena todo. Todo lo que pasamos y escuché.











Rosinante los había dejado dentro de un cofre el frío se podía sentir en las paredes. Law se encontraba en la esquina cubierto por una manta y Azul trataba de mantenerlo con vida. El niño se veía pálido y apenas conciente.

──no te mueras Law.── murmuró.

Pasaron varios minutos, largos y complicados en los cuales se sentía más el frío del exterior.

Hasta que se escuchó movimiento por fuera y la tapa del cofre se abrió, mostrando al rubio.

──¡Cora-san!── exclamó la niña.

──no grites aún Azul.── habló el hombre y tras un chasquido de sus dedos corto todo el silenció.── tengo la fruta y de pasó te traje algo Azul.

──¿a mí?

──si, salgan vamos, vamos.

Ambos niños salieron del cofre y frente al hombre este saco de su abrigo dos frutas una de color amarillo con picos y otra de color rojo con forma de corazón.

──¡uh quiero la roja!── pido la niña.

──no, no, no la roja es de Law. La amarilla es la tuya.── indica entregándole la fruta.

Azul sin pensarlo mucho decidio morder la fruta la cual tenía un mal sabor.

──esa fruta no me gusta.── se quejo.

Rosinante sonrió.

Discutió un poco con Law quien no quería comerse la fruta hasta que lo obligó hacerlo.













──¿que fue lo que pasó?── pregunto Ace ante el silenció.

Azul sacudió la cabeza una vez más había dejado que sus pensamientos se apoderarán de su mente.

──bueno, Cora-san nos dios de comer una fruta para cada uno.── explico.── y parecía que todo iba a salir bien para nosotros pero no teníamos ni idea de lo que sucedería después. Ese día se perdieron tres cosas, dos frutas del diablo y un miembro de la marina. Rosinante falleció, dió su vida a cambio de que nosotros pudiéramos vivir.

Para ese punto las lágrimas ya habían comenzado a salir de los ojos de la pelirrosa con amargura sollozó.

Ace se quedó estático sin saber que hacer nunca fue bueno con las palabras pero quería hacer algo para evitar que ella llorara.

Aunque dicen que no hay mejor medicina para el alma más que llorar y aunque a Ace no le guste llorar, Azul no es como el por lo que debía dejar que llorara para liberar todo eso que a estado guardando en el pecho.

Lo único que atino hacer fue hacerse y como pudo atraer a la chica a su pecho y darle de su calor. Algo le decía que eso era lo que ella necesitaba.






























jane's note's

ya sabemos un poco más sobre Azul y su pasado con Rosinante

me dolió :c

y si yo sufro ustedes sufren conmigo

¿que les pareció?

¿que creen que suceda?

en el siguiente sabremos más acerca de Azul y un poco de Ace sjsjs

hasta la próxima¡<3


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