¡POGUELANDIA!
SONREÍ al ver a mi marido, el cual aún me hacía sonreír como una tonta enamorada, pintar la bandera de la isla.
Miré a nuestra pequeña hija en mis brazos y luego volví a mirarle colocar el objeto en lo alto de una palmera
¡Quedó perfecto, J! -le grité viéndolo bajar de nuevo-
¿Y esta preciosidad que opina? -el rubio pasó un brazo por mi espalda y una de sus manos acariciando su pequeña mejilla-
Creo que no estaba muy pendiente a eso, está en sus sueños más profundos -le recordé levantando la mirada para verle siendo hipnotizada por sus labios. JJ rió al darse cuenta y terminó por besarme-
¿Esto no será demasiado para Clarisse? -preguntó en burla aún a escasos centímetros de mis labios cuando la menor se removió entre mis brazos-
Creo que podrá soportarlo -afirmé dejándole un casto beso de nuevo-
SIGO sin ser la mejor en esto -reí mientras caminaba hacia el mar junto a Kiara-
Estoy segura que eres mejor que yo -me respondió. Ambas nos miramos cómplices y comenzamos a mirar el mar en busca de algo que comer-
Creo que ahí hay algo -señalé con la lanza en mi mano. Las dos intentamos cazar la raya hasta que ella pudo capturarla y nos pusimos a saltar y chillar como dos locas. Al menos aquí nadie nos miraría raro o nos llevaría al psicólogo- ¡Y tú diciendo que se te daba mal!
Suerte, supongo -se encogió de hombros con una sonrisa divertida-
Suerte -asentí con la cabeza en burla-
JOHN B, te toca. ¿Verdad o reto? -preguntó Sarah-
Muy bien. Verdad -se levantó el nombrado para tomar el sobrero improvisado-
Si pudieras empezar de nuevo, ¿cambiarías algo? -le preguntó Sarah con una leve sonrisa-
Sacaría el oro antes que Ward -señaló JJ-
Escondería mejor la cruz -añadió Pope-
Puede que no le gritara asesino a Ward -siguió Kiara-
No me hubiera puesto de parto en mitad de una isla desierta -me uní soltando una pequeña risa-
Robaría unas botellas de ron antes de saltar del barco -nos dijo John B-
¿Por qué no las robaste? -le preguntó JJ siguiendo la burla mientras la menor seguía entre sus brazos-
¿Porque peleaba a vida o muerte? -le recordó John B-
Antes de cruzar la calle, miraría a ambos lados -finalizó Cleo sacándonos una risa-
Sí, culpa mía -afirmó él sacando más risas aún-
Te toca, jefe -le recordó ella-
Vale, Kie, ¿verdad o reto? -le preguntó John B colocándole el sombrero-
Verdad -aceptó ella tras rodar los ojos-
Si pudieras ir a casa de tus padres en Figure Eight Island ahora mismo, ¿volverías? -le preguntó John B-
Ni de coña -respondió Kiara segundos después-
Lo secundo -la señaló Sarah-
Ni de coña -negó John B-
¡Brindis! -celebró JJ tomando su copa de coco para beber- ¡por ni de coña!
Aunque una duchita... -comenzó Cleo-
No estaría mal -finalizó Pope-
JJ, ¿verdad o reto? -preguntó Kiara mientras le daba el sombrero y este lo colocaba en la cabeza de su hija sacándonos una pequeña risa a todos por la diferencia de tamaño-
¿En serio tienes que preguntarlo? -contestó el rubio-
Salta. Nadie ha saltado aún -Kie señaló el acantilado que teníamos al lado-
¡No le des ideas! -me quejé en burla aún notando la mano de JJ acariciar mi espalda-
ASÍ terminamos viendo al rubio subir acercándose a la punta del lugar
No será capaz -negó Cleo interrumpiendo los gritos eufóricos de los demás-
Que no, ¿eh? -le retó el rubio señalando el mar-
Ten cuidado -le pedí sin evitar sonreír sujetando con cuidado la cabeza de Clarisse para apoyarla contra mi pecho-
¿Superpeligroso sin nada a cambio? Saltará -afirmó Pope. Abrí la boca sorprendida soltando una risa cuando le vi caer al agua y dejé soltar una gran carcajada cuando todos corrieron hacia él sin importarles mojarse-
La verdad, creía que iba a morir -confesó JJ volviendo a salir del agua. Le di un leve empujón cuando sacudió su pelo cerca mío pero terminé peinando su pelo y regalándole una sonrisa- ¿te he impresionado?
No necesitas dar acrobacias para impresionarme -le respondí recibiendo un largo beso en respuesta. Me separé riendo cuando los demás comenzaron a formar ruidos y burlas. Este mes aquí no había sido tan malo-
DESPUÉS del silencio que se formó en la cena, nos fuimos a dormir.
Bueno, o al menos los demás ya que yo no podía.
¿En qué piensas tanto? -noté al rubio abrazar mi espalda dejando un par de besos por mi hombro y cuello-
Sé que te gusta mucho esta isla, a mi también, pero le echo de menos -afirmé en voz baja-
¿A Nick? -me preguntó a lo que yo me giré para verle y asentí con la cabeza-
Es la única persona en mi familia que se preocupa por mí y a pesar de estar pasándolo bien en este paraíso, no me imagino como debe sentirse él -me encogí de hombros-
Tal vez me quiera dar una paliza por llevarte a una isla sin su consentimiento -trató de bromear a lo que yo sonreí abrazándome más a él. Ambos soltamos un quejido a la vez tras escuchar el llanto de la menor que despertó a los demás-
Lo siento -les dije tratando de levantarme-
Ya voy yo -afirmó JJ levantándose tras dejar un beso en mi frente. Sonreí mientras notaba mis ojos cristalizarse por la felicidad tras verle tomar a la bebé entre sus brazos y comenzar a moverse de un lado a otro haciendo caras graciosas para cesar su llanto-
ME desperté confundida por el llamado de Cleo.
Me levanté despacio y luego abrí los ojos sorprendida al ver una avioneta recorriendo el cielo alrededor de la isla.
Eh, chicos, despierten -les pedí a los restantes. Acaricié el brazo del rubio con cuidado para no despertar a la menor sobre su pecho y señalé el cielo-
John, despierta -le pidió JJ pasando por su lado despertándolo. Comenzamos a caminar hacia la orilla del mar aún asombrados-
¿Qué hacemos? -les pregunté-
¡Eh! ¡Estamos aquí! -John B respondió mi pregunta tratando de llamar la atención del vehículo. Sarah y Kiara repitieron su acción mientras yo miraba con una mueca la cara de decepción de JJ-
Todo lo que venga ahora, lo vamos a superar juntos, ¿vale? -le recordé dejando un pequeño beso en su hombro descubierto. Miré a la menor con un pequeño pucherito ante los gritos de los demás y la tomé entre mis brazos para tratar de calmarlos-
¡Estamos aquí! -saludó Sarah-
Chicos, nos ve -nos avisó Kiara segundos después-
Va hacia el estanque. Vamos -pidió John B empezando a correr hacia el lugar seguido de las dos-
Vamos -le pedí estirando mi mano libre para dar con la suya. JJ me miró y luego entrelazó nuestros dedos para luego comenzar a ir hacia la avioneta-
Hola -un hombre con gafas de sol salió de allí-
¡Eh! Nos largamos de aquí. ¡Por fin nos largamos! -celebró Pope-
Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? -nos preguntó el hombre. Algo de él me daba mala espina-
Unos cuantos náufragos -respondió John B-
Lo tacharé de la lista de la compra -contestó él colocándose las gafas- un momento. Tengo justo lo que necesitáis. Ideal en una isla desierta. ¡Botiquín y ron! Ahí va
Gracias -respondí por educación-
¿Qué hacéis aquí? ¿Habéis hundido un barco? -nos preguntó aún desde las pequeñas escaleras-
Saltamos de uno -resumió John B- del de su padre
Suegros, tío... Inaguantables -comprendió el hombre- bueno, ya os podéis relajar. Jimmy os va a rescatar. Contad conmigo
Chicos, ¡viva por Jimmy! Vamos -celebró Cleo mientras comenzaban a caminar hacia las escaleras-
Bienvenidos al Pez Volador -nos presentó Jimmy- soy Jimmy Portis, seré vuestro piloto. ¿Eso es todo? ¿Solo siete?
Ocho -corregí acomodando a la menor en mis brazos-
Sí -me dió la razón John B- ¿será demasiado peso?
No. Puede que sí, pero creo que no le pasará nada a mi viejo pez -le restó importancia Jimmy- si no, tiranos a alguien por la borda
¿Nos fiamos? -levanté la cabeza para ver a JJ-
Todos tienen tantas ganas de volver a casa -se encogió de hombros soltando mi mano para comenzar a caminar. Suspiré y comencé a subir las escaleras pero parando un momento para volver a mirar a la isla. Este pausa de nuestra vida actual había sido una buena y corta etapa que nunca olvidaremos-
¿QUÉ hacía tan mar adentro? -preguntó JJ cuando todos nos colocamos donde pudimos entre las cajas:
Hago de guía turístico en San Vicente -respondió Jimmy- buscaba dónde ver peces
¿Qué peces? -preguntó el rubio-
Pues lo típico. Guajus -respondió Portis a lo que yo fruncí el ceño. Si alguna clase de pesca me ha enseñado JJ, es que esos peces no están por aquí- más vale que os agarréis a algo. Da muchos botes al despegar
Lo siento -miré a mi hija con una mueca divertida tomándola lo mejor posible con un brazo para luego agarrar un soporte del techo con la otra-
Pues tendrá muchas historias que contar desde que era una cría -señaló Cleo sacándome una pequeña sonrisa-
NO hay guajus en septiembre -JJ habló en voz baja girándose para vernos- no hay, ¿entendéis? Sea quien sea este tío, pescador no es
Puede que aquí aparezcan antes -trató de sacarle el lado bueno Pope-
¿En el Caribe? -pregunté algo extrañada-
No, ya veo qué pasa aquí -respondió Sarah- trabaja para mí padre, y habrá estado buscándonos todo este tiempo
Vale, lo vamos a averiguar -nos dijo el rubio comenzando a buscar con la mirada- empezad a buscar algo como... Pistas
¿Por qué presiento que algo saldrá mal? -murmuré cuando JJ miró la bolsa de Jimmy. Le hizo una seña a John B y se volvió a colocar en su lugar-
Eh, Jimmy -lo llamó John B-
Sí, ¿qué pasa? -preguntó él-
¿Desde cuándo la tienes? -comenzó a distraerlo-
Hará diez años -respondió Portis aún pendiente a la conducción. John B lo estaba consiguiendo distraer mientras yo miraba atentamente lo que JJ hacía. Había un libro llamado “La pérdida de el Dorado” y un par de cuadernos y otras cosas-
El Coastal Venture, joder... -murmuró Sarah viendo una foto- estábamos en ese barco. Con Eberhimi y la cruz
¿Nos estaba buscando? -trató de comprender Cleo-
Exacto -afirmó JJ-
Trabaja para mí padre -añadió Sarah-
Mejor que os agarréis a algo. Tenemos turbulencias -nos dijo Jimmy tras movernos un poco-
Sea lo que sea, va a pasar ya. Mirad -nos dijo Kiara mirando por una de las ventanas el lugar al que íbamos-
Parece que sea Barbados. He estado con Terrance -nos dijo Cleo-
Vale, somos siete, y él, uno -nos dijo JJ- yo atacaría la cabina
Vale, ¿ y luego quién pilota esto? -le recordé-
He visto a Pope con los simuladores -me respondió él-
Piloté el avión fumigador de mi tío -se excusó Pope- no es lo mismo
No hay tiempo para contemplarlo -negó Kiara-
¿Se te ocurre algo? -replicó JJ-
Sobrevivir -le respondió-
¿Y si esperamos a que aterricé de modo seguro? -sugirió Pope- y nos escabullimos. Si vienen a fastidiarnos, los machacamos
Me gusta lo de machacar -afirmó JJ-
Devuelve esto -señalé las cosas de Portis. John B volvió a tratar de distraerlo pero esta vez se dió cuenta de que JJ colocaba el libro y lo empujó. La avioneta perdió estabilidad ya que el conductor no conducía sacándonos gritos por el miedo-
¡Por favor, pilota! -pidió Pope cerrando los ojos-
Sujetad algo, creo que acabaremos en el mar -les dije. Segundos después a pesar de querer sujetarnos a algo, caímos al mar chocando los unos con el otro mientras el agua comenzaba a hundirnos- JJ, despierta, vamos
¿Estáis todos bien? -preguntó Pope mientras el rubio se despertaba a mi lado-
Sh...tranquila, no pasa nada -traté de tranquilizar a Clarisse dado que había comenzado a llorar por el susto y los gritos. A veces me replanteo en qué momento se me ocurrió quedarme embarazada pero luego lo olvidó al recordar que quise construir una propia familia que me quería tanto como yo a ellos-
Salgamos antes de que se hunda -nos dijo Pope mientras John B abría la puerta de una patada-
Oh, no, no vienen en son de paz -nos dijo John B tras ver que unos hombres comenzaban a correr hacia la orilla del mar-
Más bien en son de guerra -añadió Pope-
Tenemos que salir de aquí -les recordé preocupada-
La llevaré yo, ¿vale? -me dijo JJ tomando a la menor- probablemente no le guste este baño improvisado pero es mejor que morir
Ten cuidado -acepté besando la mejilla de la menor viéndolo saltar al agua despacio. Los demás siguieron su acción pero yo miraba preocupada a Kiara- lo vamos a salvar, ¿verdad?
Sigue siendo una persona -me recordó ella. Miré a ambos lados y luego la seguí hasta los asientos delanteros para ayudarla a tomar a Jimmy ignorando los gritos de los demás-
Lleváoslo -les pedí a la gente que nos rodeaba al llegar a la orilla. Suspiré cansada y miré a Kiara-
¿Estás bien? -me preguntó a lo que yo asentí con la cabeza-
¿Y tú? -miré a Jimmy acostado en la arena-
Gracias -nos respondió-
Nos has mentido -le recordó Kiara- ¿Quién eres?
Dios mío -murmuró Portis cuando más gente comenzaba a venir hacia aquí- tenéis que iros de aquí
Vamos -tomé la mano de Kaita para comenzar a correr lo más rápido posible- acabamos de llegar y ya estamos corriendo. Esto es un récord
Ven -tiró de mi mano para escondernos tras unos barriles. Permanecimos en silencio pero un hombre nos encontró y llamo a sus compañeros consiguiendo atraparnos-
¡Suéltenos! -pedí tratando de patearlo pero eran más fuerte que nosotras-
¡Dejadnos! -Kiara trató de seguir mi ejemplo pero consiguieron llevarnos a una furgoneta y meternos en esta-
Te hemos salvado la vida -miré a Portis el cual se había acercado-
Lo sé. Lo siento -Jimmy nos miró a ambas- intentaré ayudaros, ¿vale? Os juro que no sabía que sería así. Mirad, si no lucháis, su hacéis lo que os dicen, puede que no os hagan daño
¿Qué te ha prometido Ward? -preguntó Kiara-
¿Quién? -respondió confundido- seguid mi consejo. Haced lo que os digan. Buena suerte
Hijo de puta... -murmuré suspirando-
Gracias por ayudarme a sacarlo... -me respondió Kiara-
No seas tonta, tanto las cosas buenas como malas las tenemos que pasar juntas -le di una media sonrisa pegándome más a ella cuando un chico se sentí frente a nosotras para vigilarnos-
HABÍAMOS llegado como a un gran campo con una casa gigante.
Me habían separado de Kiara y encima me habían encerrado en una habitación.
Pensé como haría JJ para salir de aquí pero al escuchar pasos fuera supe que no podría si habían guardias esperando al otro lado.
Y por si eso ya fuera poco, me habían hecho ducharme y ponerme un ridículo vestido de seda.
El mismo guardia que estaba fuera me acompañó hacia las escaleras donde vi a Kiara
Tengo que decir que nos vemos bastante bien para estar secuestradas -murmuré mientras la abrazaba con rapidez dejando atrás la preocupación de si estaba bien o que habían hecho con ella-
¿Disculpe? -preguntó Kiara cuando llegamos a la habitación que nos indicaban y vimos a un hombre de espaldas. Una mueca de asco se presentó en mi cara al ver a Rafe-
Tienes que estar de coña -suspiré de nuevo-
¿Qué hacéis aquí? ¿Estáis intentado meteros en mi trato? -se acercó a nosotras-
Me preguntaba si saltarina chispas entre vosotros -le interrumpió la voz de otro hombre-
¿Tú quién eres? -le preguntó Rafe-
¿Yo? Me llamó Carlos Singh -respondió él- un placer conocerle, señor Cameron. Y señorita Maybank, señorita Carrera, me disculpo por haberlas traído de un modo tan brusco. Pero, por favor, vengan. Siéntense. Vengan, no muerdo
Un modo busco -repitió Rafe tras entrar a el otro cuarto- ¿y conmigo qué?
Si, señor Cameron, falsos pretextos. Pero el fin justifica los medios, me temo -respondió el tal Carlos- siéntese. Tenemos mucho de qué hablar
¿Nos puede decir que hacemos aquí? -pregunté sentada junto a Kiara de brazos cruzados-
Señorita Maybank, señorita Carrera, señor Cameron, compartimos ciertos intereses -respondió Singh- objetivos
¿Esto no es por la cruz? -preguntó Rafe-
Sí que lo es -afirmó él- tangencialmente, se trata de la cruz, pero también de algo mucho más grande que la cruz. Por órdenes de magnitud, la conclusión de una gran misión. Verán, cuenta la historia que hace 450 años, un soldado español salió de la cuenca del Orinoco con unas pocas cuentas de oro. Y cuando le preguntaron de donde venían las cuentas, el soldado español dijo que se las dio una pacífica tribu indígena que vivía en una ciudad de oro. El Dorado. Y durante los siguientes 450 años, la gente intento encontrar ese oro. Lo intentaron. Conquistadores, caballeros, capitanes de barcos, tribus, naciones enteras. Todos luchando entre sí por llegar al final del arcoíris. Miles de vidas se acumularon en la pila de la fiebre del oro. Y ahora es mi turno. Me toca a mí finalizar la misión. Cerrar el círculo de una misión que ha durado casi 500 años. Puede que sea la mayor misión de la historia del hemisferio occidental. Y vosotros tres jugaréis un papel en la misión. ¿Qué me decís, señoritas? ¿Les interesa la historia?
Soy más de pensar en el futuro -le respondió Kiara-
Soy más de...no pensar -me encogí de hombros-
No me he enterado de una sola palabra. ¿Vas a filosofear mucho más? -preguntó Rafe-
Va al grano, ¿no es así, señor Cameron? -preguntó Carlos-
Vale. ¿Qué necesitas de nosotras? -pregunté cansada de tanto esperar-
Creo que vuestros amigos y ustedes poseen algo que me ayudará a conseguir lo que quiero -respondió Singh-
¿Y qué es? -preguntó Kiara-
Un antiguo manuscrito -le dijo él- un diario, en realidad
Al menos de que sea el que escribí con siete años, no me suena -mentí-
NO sé de qué estás hablando -añadió Rafe-
Esto es absurdo. No sabemos nada de un diario -siguió Kiara-
¿Cómo si pudieron averiguar que la cruz iba en el Merchant? -preguntó Carlos-
Mire, queremos ayudarle, pero no sabemos sobre eso -le respondí-
Confiaba en que no dijerais eso -nos dijo Singh- porque, por desgracia, no me lo creo. Sus amigos y usted no habrían encontrado la cruz sin él
¿Este? Este ni es mi amigo -negué con la cabeza-
No podemos ser todos amigos -negó Carlos-
Mira, esto es absurdo, ¿vale? Me largo -se levantó Rafe- no sé nada de un diario, así que...
¿Le parezco idiota, señor Cameron? -preguntó Carlos cuando se topó con un guardia de seguridad. ¿De verdad quería que les respondiera esa pregunta con sinceridad?- ¿Le parezco idiota? Usted tiene la cruz. Antes, ellas y sus amigos tenían la cruz. Uno de los tres tiene el diario. Y, si de verdad no sabe, le sugiero que las convenza para que me lo diga. Cuando tenga el diario, podrán marcharse
Y así nos encontrábamos de nuevo en una habitación los tres juntos. Qué diver, ¿verdad?
Si no queréis que le estrangule, les aconsejo apartarlo de mi vista -les dije tirándome a la cama. Fruncí el ceño al reconocer una voz por la ventana y miré a Jimmy siendo rodeado por un grupo de gente. Carlos nos miró desde abajo y sacó una pistola yendo hacia Jimmy. Tapé mi boca al escuchar un tiro y bajé mi mano para tomar la de quiere-
Dejaos de rollos. ¿Tenéis el diario? -nos preguntó Rafe mientras nos alejábamos de la ventana-
No -le respondió ella. No era del todo mentira, no lo teníamos aquí-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro