COMO era de esperar, él ya se tenía que marchar a su casa, Outer Banks
Lo siento. De verdad -me dijo pero negué entendiéndole-
En serio, JJ. Te entiendo, tienes a tu familia allí -le dije, me refería a sus amigos no al imbécil de su padre-
Es imposible discutir contigo. ¿Puedes ser más perfecta? -me preguntó a lo que yo negué sonriendo- espero verte pronto. Tienes mi número ¿verdad?
Sí. Te llamaré en cuanto pueda -le dije sonriendo-
Espero verte pronto, esposa -me dijo y sonreí. Hasta yo noté el brillo en mis ojos-
Hasta pronto, JJ. Te quiero -le dije-
Y yo a ti. Ven aquí -me dijo sonriendo, nos abrazamos y luego nos besamos para luego dejarle ir. No se crean que me puse depresiva. Nos llamamos todos los días, hablamos de todo y si él es sincero, no se ha acostado con otras, al igual que yo. Pasaron unos meses más hasta que una brillante idea cruzó por mi cabeza-