008. doomed
CHAPTER EIGHT
❝condenado❞
yellowjackets season one | act. one
📍¿?, 1996
LOTTIE HABÍA ENCONTRADO un cadáver en el ático de la cabaña y las chicas mandaron a Theo a enterrarlo unos metros alejado de la casa. Van lo había ayudado y Lottie los había acompañado como si necesitara asegurarse que realmente estaba enterrado.
Estaba seguro de que ya lo había hecho, ¿por qué tenía la pala en la mano?
Elevó la cabeza, examinando el lugar con atención y se dio cuenta de que estaba solo. No había rastro de la cabaña, de sus pisadas o de algún animal. Lo único que se escuchaba eran las hojas moviéndose gracias al viento y nada más.
¿Dónde estaba?
-¿Lottie? -llamó, mirando entre los árboles-. ¿Van? ¿Dónde están?
Escuchó un crujido detrás de el y se giró con la pala en las manos. Su corazón empezó a latir más rápido y sus nudillos se tornaron blancos gracias a la fuerza.
-¿Hola?
Faltó un crujido más para que Theo saliera corriendo. Sentía las ramas de los árboles cortarle la piel pero siguió corriendo hasta que encontró la cabaña. Sus pulmones ardían y la pala se le había caído pero no le importó. Entró al lugar encontrándose con todo vacío, excepto por la silueta de su hermana, abrazando sus piernas en el suelo.
-Lottie -susurró, acercándose hacia ella-. ¿Dónde estabas? ¿Dónde están las demás?
Lottie se tardó en subir la cabeza y cuando lo hizo, sus ojos estaban inyectados de sangre. Theo retrocedió asustado, viendo que su hermana tenía una herida en la frente.
-¿Lot?
-¿Por qué vinimos, Theo? -dijo ella, con voz cansada-. Papá te pidió que me cuidaras y ahora estamos en medio de la nada y probablemente nos vamos a morir de hambre. ¿Qué vamos a hacer? No quiero morir.
Lottie se acercó hacia el, con sangre cayéndole por la boca.
-No me dejes morir, Theo. No quiero morir.
Theo tropezó y cayó de espaldas cuando se despertó, bajo las mantas que Shauna había conseguido y se sentó, con la respiración agitada. Solo había sido un sueño, igual que los otros. Había estado teniendo pesadillas con el lugar y siempre que se despertaba a media noche, se encontraba con Lottie completamente despierta viendo fijamente la escalera hacia el ático.
Ese día, Natalie la acompañaba, tratando de convencerla que se durmiera.
-Creo que aquí pasaron cosas malas -susurró Lottie antes de acostarse.
Natalie miró hacia arriba un tanto asustada y luego se giró, dispuesta a irse a dormir pero al ver a Theo despierto pegó un salto.
-Dios.
-Perdón -susurró el, un poco más calmado-. No quería asustarte.
-Está bien -negó, metiéndose en el saco de dormir-. Deberías dormir.
-Tuve una pesadilla -murmuró el, con una mueca-. No se si quiero volver a dormir. No tengo sueño.
Natalie pareció pensarlo un poco pero sonrió burlona.
-¿Tienes miedo?
-Sí -dijo el rodando los ojos con una sonrisa-. Lottie tiene razón, este lugar tiene... algo. Hay vibras extrañas.
-Los dos están igual de locos -rió Natalie en voz baja-. Es de familia.
Si supiera.
Theo sonrió y miro el techo del lugar con aburrimiento.
-Tu también deberías dormir.
-Yo también tuve una pesadilla -confesó ella sin mirarlo-. No quiero dormir.
Theo se quedó en silencio un minuto y luego quitó las mantas que tenía encima para ponerse de pie y extenderle la mano a Natalie.
-¿Vamos al lago?
-Son como las tres de la mañana -dijo Nat divertida.
-¿Y? -dijo el, alzando los hombros-. Estamos varados en quien sabe donde. Aquí no hay reglas que seguir.
Natalie se relamió los labios y tomó la mano de Theo. Los dos se pusieron zapatos antes de salir de la cabaña sin hacer ruido. Caminaron en silencio hasta el lago, donde se sacaron todo menos la ropa interior y se lanzaron al agua.
Nat miró a Theo sacudir la cabeza y le lanzó agua pues la había salpicado. El chico rió y se quitó el agua de la cara con las manos.
-¿Quieres hablar de tu pesadilla?
-Solo si tu me cuentas la tuya -contestó Natalie, nadando de espaldas alrededor de el.
-No sé como explicarlo -dijo Theo, viendo sus manos bajo el agua-. Lottie se estaba muriendo y yo no... Me estaba preguntando porque vinimos y pidiéndome que no la dejara morir.
Natalie dejo de flotar para mirarlo con preocupación. Theo sonrió.
-Se le llegara a pasar algo no me lo perdonaría. Siempre ha sido mi responsabilidad cuidarla y mi padre me encargo preocuparme de que nada malo le pase, por eso estoy aquí.
-Solo eres dos años mayor -dijo Nat con una expresión extraña-. No deberías ser responsable de ella.
-Ya lo se -murmuró-. No tengo mucha opción. Yo me crié solo, no quiero que ella sienta que no tiene a nadie. Si puedo ser un soporte lo voy a ser. Te toca.
-Estábamos de vuelta en el avión -dijo Nat, evitando la mirada del contrario-. Solo que, en vez te estar tu a mi lado estaba mi padre. Me dijo que no debería tener miedo porque ya tenía sangre en mis manos.
Theo alzó las cejas pero no dijo nada, escuchando atentamente. Natalie tardó en volver a hablar.
-El... murió hace dos años. Puede que sea mi culpa hasta cierto punto. Es decir, fue un accidente pero...
-No se lo que paso pero dudo que haya sido tu culpa si tenías quince -dijo el, hundiéndose hasta el cuello-. No tienes que contarme.
-No iba a hacerlo -dijo ella intentando sonreír.
Theo sonrió y le lanzó agua.
-Idiota.
Nat rió y empezó a lanzarle agua ella también. Theo se hundió y nadó bajo el agua el más tiempo que pudo. Cuando salió, Natalie estaba un par de metros alejada.
La rubia lo miro con burla.
-Te va a comer un tiburón.
-Es un lago, pedazo de idiota -rió Theo, nadando de vuelta-. Aquí hay pescados chiquitos.
-Deberíamos hacer una caña improvisada y probar suerte. Mataría por comer un plato decente.
-Yo solo quiero cheetos -se quejó Theo, recordando el hambre que tenía-. Esto es horrible.
-Deberíamos estar en un hotel con desayuno buffet ahora mismo -dijo Natalie, volviendo a flotar-. Ya habríamos ganado y estaríamos celebrando en un bar en el que entramos con ID's falsos, al menos la mayoría. Bailaríamos toda la noche y beberíamos hasta vomitar.
Theo se dejó flotar a su lado y sonrió.
-Luego de la fiesta iríamos todos a un McDonalds a las seis de la mañana.
-La buena vida -murmuró Nat.
-La buena vida -repitió Theo un poco más desanimado.
No intercambiaron más palabras. Los dos se quedaron en silencio, lo suficientemente metidos en sus propios pensamientos como para molestarse en interrumpir al otro. Cuando el cielo empezó a teñirse de rojo se salieron del agua fría para secarse un poco con las camisetas y ponerse ropa antes de volver a la cabaña.
No entraron, se sentaron en las escaleras frente a la puerta, cada uno apoyado en un pilar y Theo le extendió un cigarrillo. Nat lo tomó y agradeció con un gesto. El mayor encendió el cigarro de Nat y luego el suyo propio y los dos se quedaron ahí hasta que el resto despertó.
Nadie hizo preguntas, ni siquiera Lottie, pero Theo escuchó a varias murmurar, creando teorías de porque los dos estaban despiertos desde tan temprano.
Theo estaba recostado en un pilar de la cabaña viendo a Jackie cruzada de brazos y de piernas. Se le notaba el aburrimiento en la cara pero el no se molestó en decirle algo. Tomó su libreta y su lápiz y empezó a dibujar.
Comenzó haciendo las líneas de la cabeza y siguió con el cuerpo. Estaba un poco sorprendido de que Jackie no había notado que la estaba dibujando pero no lo comentó y se concentró en su trabajo. Estaba terminando el cabello cuando el grito de Van lo interrumpió.
-¡Oye! ¡No sabes lo que haces con eso!
Subió la mirada y vio como la pelirroja le intentaba quitar la escopeta a Travis de las manos. Jackie agregó un:
-Está siendo estúpido.
-No, lo estúpido es que tenemos un arma y no la estamos usando -dijo Travis antes de golpear la mano de Van y disparar hacia un árbol.
Quería darle a una ardilla pero no lo funcionó.
El disparó resonó por el lugar y Theo dejo sus cosas en el suelo antes de ponerse de pie y quitarle el arma bruscamente.
-¿Eres estúpido? Podrías haberle dado a alguien. Tratemos de no usar todas las jodidas balas en un día.
-¿Qué demonios? -dijo Natalie apareciendo junto al resto.
El entrenador salió de la cabaña con las muletas improvisadas,
-Oye. Dame eso. Theo, dame el arma.
-¿Qué carajos tengo que ver yo? -preguntó, extendiéndole la pistola-. Fue este idiota, no yo.
-¿A quien le dices idiota? -preguntó Travis poniéndose de pie y haciéndole frente a Theo.
Era un poco más alto que el chico Matthews pero no es que le importara mucho. Había peleado con chicos el doble de grandes que Travis y había ganado.
-No quieres pelear conmigo -negó Theo.
-Theo -llamó Lottie rascando su brazo con ansiedad.
El chico le arregló la camiseta a Travis y le sonrió sarcástico.
-Deja de comportarte como un idiota y te dejaré de decir así. Es muy simple.
Antes de que el chico Martinez pudiera decirle algo, Theo le entregó el arma al entrenador y fue junto a su hermana. El entrenador sacó el cartucho usado del arma y suspiró.
-Es un arma peligrosa y la manejaremos como tal. ¿Entendido? Dicho esto, Travis tiene razón. Nos quedamos sin comida y todos lo estamos sintiendo. La buena noticia es que... mi padre solía llevarme a cazar ciervos cuando era niño. ¿La mala noticia? Sí, me queda una maldita pierna. Lo que significa que si queremos comer, uno de ustedes va a tener que aprender a usar esto.
Una vez todos estaban en la cabaña, se pusieron se sentaron en la entrada, Taissa se levantó primero pues iban a ir por turnos para ver quien tenía mejor puntería. La escopeta no tenía balas pero iban a poner una moneda encima y la idea era que no cayera al suelo.
-Inhalación profunda -dijo el entrenador-, luego exhalación completa y listo.
La morena apuntó y cuando apretó el gatillo la moneda cayó al suelo por lo que maldijo en voz baja.
-Está bien, no es una competencia.
-Pero va a haber un ganador, ¿verdad? -preguntó Jackie con una sonrisa.
-Muy bien, Jackie -dijo el entrenador suspirando-. Te toca.
Mari aplaudió mientras la capitana del equipo apuntaba con el arma. Misty puso la moneda encima de la punta y se alejó. Se le cayó antes de poder apretar el gatillo. Taissa se largó a reír a carcajadas.
-Esto es imposible.
-Muy bien -Theo rió en voz baja mientras el entrenador hablaba-. Vamos, sigamos. ¿Matthews? Vamos.
-Estoy bien -negó Theo.
-¿Te da miedo? -preguntó Jackie burlona.
-No tengo que darte explicaciones -dijo Theo sonriendo sarcástico-. Simplemente no quiero.
Travis le quitó el arma a Jackie y se giró hacia su hermano.
-Javi, ven a probar esto.
-Vete al carajo -dijo el menor, antes de irse entre los arboles.
Travis rodó los ojos y apuntó con el arma. Misty nuevamente dejo la moneda y cuando apretó el gatillo, esta se quedo exactamente donde estaba.
-Y así, señoritas, es como se hace.
La mayoría le levantó el dedo corazón. El entrenador llamó a Natalie que había estado algo alejada del grupo y Travis le entregó el arma. La rubia apuntó con el arma y se notaba nerviosa por lo que Travis decidió decir.
-Con calma, como dijo el hombre.
La moneda cayó pues Nat estaba temblando levemente y maldijo en voz baja.
-Que pena -se burló Travis-. La próxima vez podemos hacer algo en lo que seas buena. Doblar la ropa o chupar...
Theo se levantó de golpe y le dio un empujón a lo que Travis copió su acción, más brusco aún.
-¿Que carajos quieres?
-Quiero que dejes de comportarte como un maldito niño por una vez en tu vida -dijo Theo molesto-. ¿Sabes lo inmaduro que eres? Tienes diecisiete años, Martinez, deberías saber algo de respeto básico. ¿O tu papito no te enseñó?
-Porque a ti te enseñaron mucho, ¿no? Los dos tienen una buena reputación en la escuela, Matthews. Todos aquí lo saben, ¿es por eso que la defiendes? -Travis se acercó aún más-. Son tal para cual, tu eres un acosador y ella es una put...
Van, Taissa y Lottie se metieron, alejando a los dos chicos pues Theo estaba apunto de golpearlo y se notaba. Las primeras dos alejaron a Travis mientras que Lottie obligaba a Theo a sentarse.
-¿Que hablamos de las peleas? -preguntó Lottie en voz baja y Theo rodó los ojos, tratando de calmarse.
Nat tomó el arma, con los brazos tensos.
-Lo haré de nuevo.
-¿Puede hacer eso? -preguntó Jackie.
-Uhm... -el entrenador tragó saliva-. Creo que voy a permitirlo.
-Es injusto -dijo Travis pero nadie le hizo caso a lo que el bufó.
Misty puso la moneda sobre el arma y Nat apretó el gatillo, sin dejarla caer. Las chicas comenzaron a aplaudir y Travis se levantó y se fue, molesto.
Una vez pasaron todos, fueron al bosque y Van junto a Laura Lee ayudaron a poner latas sobre un tronco caído. Eran cinco los que quedaban.
-Ahora que hemos reducido el campo, así es como continuaremos. Una ronda final para todas las canicas. Tienen cinco objetivos, cinco disparos cada uno. ¿Mari? ¿Comenzamos?
-Solo una idea... -dijo Laura Lee-, ¿no deberíamos ahorrar balas?
-Sí -asintió el adulto-. En teoría. Pero por suerte para nosotros, el chiflado que vivía antes aquí estaba esperando el apocalipsis.
Mari disparó, sin darle a la lata y Theo tapó sus oídos. Aún así logró escuchar la voz de Travis.
-Las latas. Tienes que apuntarle a las latas.
-¡Cállate!
-¿Te gusta ser así? -preguntó Natalie.
-Si vuelves a fallar -dijo Travis-, ¿pedirás otra oportunidad?
Mari siguió disparando y a la tercera le dió a la lata. La chica se levantó y le dio el arma a Travis que le dio a las latas las primeras tres veces y la última fallo. Natalie se burló.
-Tan cerca, Flex.
-¡No me llames así! -gritó, apuntando a la chica con la escopeta.
Theo se levantó de su lugar y le arrebató el arma antes lanzarle un puñetazo con todas sus fuerzas. Travis cayó al suelo con la mano en la cara y giró la cabeza para mirar al mayor, que lo apuntaba con el arma.
-¿Quieres que te dispare? ¿Te gusta tener un arma apuntándote, Travis?
Natalie tomó el arma desde el cañon y obligó a Theo a bajarla. El chico tomó un respiro y soltó su agarre, entregándole la escopeta a Natalie. Travis no parecía querer levantarse pero Theo lo agarró de la camiseta y lo levantó bruscamente antes de chocar su hombro contra el y largarse.
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