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𝐄𝐏.𝟏 › ANNIVERSARY WALK

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romance juvenil, comedia romántica
extensión: 1200 palabras
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⠀ ⠀❛❛⠀𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎⠀❟❟⠀

Sunghoon y Heeseung cumplían dos años de noviazgo, y durante ese tiempo habían creado una  "rutina de celebraciones mensuales" que incluía ver películas que significaban mucho para ellos y pedir su comida favorita. Sin embargo, este año decidieron romper con la rutina y hacer algo diferente. La idea de una aventura al aire libre los emocionaba, pero al mismo tiempo les generaba un poco de dolor de cabeza.

Durante dos semanas, discutieron sobre el plan. Al principio, ambos estaban un poco indecisos a la idea de salir de su zona de confort. Habían hecho muchas promesas de que esta vez sería diferente, pero cada vez que se acercaba el día, surgían excusas. La comodidad de su hogar, las películas que ya habían visto y el olor de la comida a domicilio eran tentaciones difíciles de ignorar.

Finalmente, después de muchas quejas y un par de "charlas serias", decidieron que valía la pena intentar. Así que, con un poco de nerviosismo pero también con un poco de emoción, se encontraron en Inwangsan. La montaña se alzaba majestuosamente ante ellos, y aunque la idea de subirla parecía abrumadora, la belleza del paisaje prometía ser una recompensa gratificante... o intentaban convencerse de ello.
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La pareja bajó del auto, mirando hacia la montaña y suspirando en silencio. Heeseung llevaba una mochila con provisiones para el camino, mientras que Sunghoon cargaba la mochila que el mayor había preparado. Ambos se miraron mutuamente y, como si se tratara de comunicación telepática, negaron al mismo tiempo ante la idea de volver a casa.

Después de unos segundos estirando las piernas y comentando lo bonito que era el paisaje, así como lo encantador que se veía el clima otoñal, comenzaron con su plan de un día diferente. Aunque ninguno quería rendirse, también deseaban hacerlo. Tenían una rutina monótona que solo implicaba ir a la universidad, al trabajo, a casa y a dormir, para que el día siguiente fuera igual. Incluso conducían a la universidad, a pesar de que estaba a diez calles de donde vivían. Aunque frecuentaban el gimnasio una o dos veces a la semana, eso era muy diferente, ya que tenían una rutina de ejercicios y sabían cómo afrontarlo. Ahora... solo tenían una montaña frente a ellos y senderos que no sabían a dónde los llevarían.

Al principio, ambos permanecieron en silencio, procesando la idea de lo que iban a hacer y arrepintiéndose de haber tomado decisiones cuando su energía estaba por las nubes.

— Se ve lindo —dijo Heeseung, mirando al menor a su lado, quien también lo observó.

— Es muy lindo, es... diferente —sonrió Sunghoon, volviendo su mirada al paisaje y al sendero que seguían.

— ¿Crees que es muy tarde para arrepentirme? —preguntó Heeseung en un tono bajo, riendo levemente mientras se pasaba la mano por la nuca, una señal de su nerviosismo.

— Ya comenzamos, no lo dejemos ahora —respondió Sunghoon, tomando la mano del mayor con una confianza que sorprendió a ambos. El repentino gesto hizo que las mejillas de Heeseung se sonrojaran.— ¿Te avergüenza que tome tu mano? —rió Sunghoon, alzando una ceja con una sonrisa traviesa.

— Cierra la boca —se quejó Heeseung, mirando hacia el frente mientras trataba de disimular su sonrojo. No pudo evitar sonreír también.

Tras ese pequeño intercambio de palabras, continuaron caminando en silencio, disfrutando del suave murmullo de la naturaleza y el sonido de sus pasos sobre el sendero. La brisa fresca acariciaba sus rostros, y aunque fingían que no les gustaba la idea de caminar y respirar aire fresco, ambos sabían que lo estaban disfrutando más de lo que habían pensado.

Al cabo de unos minutos, ambos se detuvieron frente a un cartel que les indicaba que uno de los caminos era plano y el otro empinado. Como si se tratara de un chiste del destino, el sendero plano estaba cerrado por un árbol que había caído.

Ambos suspiraron al mismo tiempo, mirándose y riendo levemente.

— Parece que el destino quiere que tomemos el camino empinado —comentó Sunghoon, intentando restar importancia a la dificultad del sendero.

— O que simplemente somos unos tontos por no haberlo pensado antes —Heeseung bromeó, señalando el árbol caído.

— Bueno, si tenemos que subir, vamos a hacerlo juntos —dijo Sunghoon con determinación, apretándole la mano a Heeseung.

— Sí, juntos —respondió Heeseung, asintiendo con su cabeza— ¿Y si mejor me cargas? —sonrió ampliamente hacia el menor.

Luego de quejas de parte de Heeseung, comenzaron a subir, y aunque el camino era empinado y —desesperadamente— desafiante, cada paso se sentía más ligero como si se estuvieran acostumbrado. El mayor se detuvo en secó, haciendo que el menor lo mirara confundido.

— Si llegamos a la cima, ¿qué me prometes? —preguntó Heeseung, buscando una motivación.

— Te prometo que te llevaré a la mejor heladería de la ciudad —dijo Sunghoon, guiñándole un ojo, lo que hizo que Heeseung riera.

— Eso suena bien. Pero, ¿qué hay de una película? —preguntó Heeseung, tratando de mantener la conversación liviana mientras buscaba respirar adecuadamente.

— Podemos ver una película en casa —Sunghoon se rió, disfrutando de la idea de recompensarse después de la caminata.— O un beso en la cima, lo que prefieras.

— ¡Ah! No digas esas cosas —se quejó, riendo ruidosamente mientras golpeaba suavemente el brazo del menor.

— Nunca te gustan mis planes —rió bajo, jalando al mayor de la mano para seguir caminando.

A medida que avanzaban, el camino se volvía más empinado, pero también más hermoso. La vegetación se hacía más densa y el aire era más fresco. Finalmente, después de un esfuerzo considerable, llegaron a un punto panorámico que les dejó sin aliento... ya sea por la subida o por lo hermoso que se veía.

— Mira eso —dijo Heeseung, señalando el paisaje. El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y morados.

Heeseung se quedó maravillado. Sunghoon miró el paisaje por unos segundos, para luego mirar a su novio, sonriendo por lo lindo que se veía.

— Es increíble —susurró el mayor, sintiendo una oleada de felicidad que combinaba la belleza del paisaje con la compañía de Sunghoon.

— Sí, lo es —respondió Sunghoon, sintiendo su corazón feliz por el simple hecho de estar juntos.

Ambos se sentaron en una roca, disfrutando del momento en silencio, dejando que la belleza del lugar los envolviera. Al cabo de unos minutos el mayor regañó a Sunghoon por no hacerle recordar que habían llevado comida, haciendo que el menor se disculpara en broma y se quitará la mochila

Comieron entre plática y quejas, prometiendose mutuamente que jamás volverán a hacer un plan así. Luego de algunas fotos, grabar algunos videos del paisaje y que el mayor se quejara porque ahora debían bajar, estaban nuevamente tomados de la mano, siguiendo el mismo recorrido.

Al cabo de unos minutos, casi a la mitad del recorrido, se toparon con un cartel que decía que no debían tirar basura, deteniendose allí al no estar seguros si habían guardado la basura en la mochila.

— Es broma, ¿verdad? —se quejó Heeseung, mientras veía al menor revisar la mochila.

— Ah... no, tenemos que volver. —respondió mientras se colocaba la mochila nuevamente.

Heeseung fingió llorar y suspiró con fuerza, tomando aire y tratando de recomponerse, pero fallando a los pocos segundos. Al parecer una caminata de aniversario era un buen plan... pero no para ellos.

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