🍸.- capítulo dos.
—¡No, no, espera! ¡Espera!—le pidió a Freddy, tratando de que deje de apuntarlo con el arma cuando ingresó a la habitación por la madrugada. Chip había salido a verse con alguien y regreso hasta esa hora, eran las cuatro de la mañana.—Soy yo, mi amor, baja el arma, tranquilo. Te recuerdo que tuve que salir hace unas horas, lo siento si te asusté.
Freddy bajó el arma, acostándose en la cama después de dejar salir un suspiro molesto. De por sí no dormía bien como para que ahora casi lo maten de un susto. Se había olvidado que Chip se había ido hace unas horas en lo que él trabajaba en otros asuntos. Odiaba que entraran a su habitación de esa forma. De hecho, ¿Qué hacía Chip en su habitación? Al darse cuenta, agarró una almohada y se la tiró de inmediato.
—¡Oye! ¿Eso para qué, pendejo?
—¡Porque está no es tu habitación, vete!
—¡¿No querías que duerma contigo?!
—¡Nunca dije eso, vete a tu habitación! No me gusta dormir acompañado aún así, fuera—salió de la cama, dandole un golpe en el pecho y esperando a que salga de su habitación. En su bracito llevaba un peluche de osito; con el cabello revuelto y las ropas mal puestas por lo mucho que se movía en la cama a la hora de dormir y si tenía un mal sueño.— ¿Qué esperas?
Chip sonrió.
—Ah, nada. Solo... ¿Sigues durmiendo con un peluche, wey? ¿No crees que ya estás bastante grandecito para eso?
—¡Cállate y vete!—le golpeó con su peluche, empujándolo ahora fuera y cerrando la puerta de su habitación de golpe para volver a la cama. Suspiró molesto, entrando a la cama nuevamente debajo de las sábanas y acurrucándose ahí. Se durmió al instante que su cabecita tocó la almohada.
El mexicano agarró sus cosas y se fue a su habitación que estaba algo alejada de Freddy. Se metió a la misma para cambiarse la ropa y así ya poder dormir un poco hasta la mañana. Eran muy pocas las veces en las que Freddy le pedía que duerman juntos, todas esas ocasiones eran porque el menor se sentía en peligro y le pedía que se acueste para que lo cuide. Chip obvio no se negaba y se iba a acostar con él, estando pendiente así de cualquier ruido fuera de la habitación. Siempre mantenía un arma cerca en caso de emergencia.
Por la mañana, Freddy se levantó temprano así comenzando con su rutina de la mañana, normalmente no despertaría a Chip después, pero esa mañana lo hizo. Después de vestirse con sus típicas ropas formales fue hasta la habitación del mexicano, abriendo la puerta y entrando como si nada para acercarse a la cama. Lo miró durmiendo tranquilo, con nada puesto más que la parte de abajo. Dormía sin camisa... Eso lo sabía desde la primera vez que durmieron en una misma cama. Agarrando una almohada que estaba ahí, le golpeó el rostro con la misma para que despierte.
No iba a despertarlo suave y tranquilo, no. Freddy no era de esos que te despertaban con besitos y palabras bonitas, más bien te daría hasta un golpe para que despiertes. Obvio con el golpe Chip se levantó de repente, agarrando la almohada y mirando de mala forma al Fazbear.
—¡¿Qué pedo contigo, pendejo?! ¡No puedes estar golpeándome cada que quieras!—se quejó, tirándole la almohada de regreso para volver a acostarse en la cama— ¿Qué quieres? Nunca vienes a despertarme.
—Solo quería hacer algo bueno por ti. Parece que eres un malagradecido—se quejó, tirándole la almohada y saliendo de la habitación.— Quería hablar contigo sobre algo, por eso te desperté.
Chip sacó un suspiro pesado y de mala gana, saliendo de la cama para poder ir al baño. Freddy entró una vez más en la habitación, sentandose en la cama para esperarlo. Chip desde el baño lo miró, confundido de que este ahí esperándolo. Lo ignoró y siguió, saliendo del baño al poco tiempo para colocarse una camisa.
—¿Ahora? ¿Qué quieres decirme?
Freddy lo miró, levantándose de la cama para acercarse a él. Mirando hacia arriba al rostro del mexicano, le agarró suave de las mejillas con sus manos, mirándolo detenidamente por unos momentos. Chip frunció el ceño, no logrando entender que es lo que quería hacer con eso.
—Quiero tener sexo contigo—habló por fin, alejando sus manos de su rostro para verlo con una sonrisa— lo estube pensando bastante desde aquel día. Nunca he sido el pasivo durante el sexo, pero según mis hermanos se siente bien, y yo quiero saber—se quejó con un puchero, golpeándole el brazo.
Chip se quedó en silencio, viendo a Freddy al rostro aún sin poder procesar lo que quería decir. ¿Acaso le estaba proponiendo tener sexo? Era su sueño desde que lo vio, pero nunca pensó que ese día iba a llegar así de rápido. Lo seguía mirando hasta que el menor se hartó.
—¡¿Eso es un si?! ¡Dime!
—¡Si, si, claro que sí!—respondió de inmediato.
Freddy había escuchado a sus hermanos hablar de eso en la junta que tuvieron en voz baja, había escuchado que decían que se sentía extraño las primeras veces pero que después se acostumbran y es un placer realmente grande que sienten. Obvio estaban manteniendo relaciones sexuales con sus compañeros de casa. Le causó una gran intriga, teniendo a Chip con él en casa era un desperdicio no intentar algún día.
—Mmh—Freddy lo miró unos momentos. Se sentó en la cama, cruzando sus piernas, haciendo una inspección rápida del cuerpo de Chip por arriba de la ropa. Por la estatura del mexicano, tal vez tenía un miembro grande, así que iba a ser un reto tomarlo entero—Confiaré en ti. En qué harás de todo para que no me duela tanto y que me cuides después como debes.—cruzó sus brazos al decir aquello.
—A-ah, si, si. Claro que si, mi amor—sonrió, acercándose para poder acariciarlo o algo. Freddy se alejó, agarrandole de la muñeca, negando.—¿Qué pasa?
—Mmh, dije que accedía a tener sexo contigo, pero no te dije cuando—le sonrió.—todavía no estoy listo para que alguien me toque de esa forma, yo te diré cuando, incluso puede ganárselo de alguna manera.
—¿Ah?
Freddy rió, saliendo de la habitación para ir a la planta de abajo. Chip lo siguió de inmediato.
—No, no, ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué es esa mamada de ganarme una cogida, wey?—le preguntó mientras lo seguía hasta la cocina donde Freddy sacó todo para hacerse un café.—Responde, wey.
—Chip, tener sexo conmigo no es fácil—respondió, mirándolo.—tener sexo conmigo es... Complicado, y te lo diré de la forma más directa—se acercó a él—nadie ha logrado que me venga, es difícil para mí venirme.
—¿Nunca has tenido un orgasmo entonces?—Freddy negó—Vaya... Será un lindo reto a completar entonces, pequeño. Yo bien podría hacerte venir con los puros dedos. — admitió con una sonrisa, sabiendo bien sus capacidades para hacer que Freddy disfrute.
— ¿Ah, si? — le agarró de la camisa, bajando así al otro para verlo al rostro de mejor forma.— quisiera verte intentando hacerme venir, será divertido para ambos.— admitió, dandole un pequeño beso en la mejilla.
El mayor estaba feliz de eso, por fin podría poner sus manos sobre el cuerpo del Fazbear. Admitía que era lo que más deseaba desde el primer día que se mudó con él, verlo todos los días en la casa le hizo tener hasta erecciones de solo pensar en lo que podría hacerle. Freddy era muy lindo en todo lo que hacía, Incluso se podría decir que por el aburrimiento comenzó a dejar la puerta de su habitación medio abierta mientras dormía solo para que Chip lo vea.
Se cambiaba con la puerta de su armario abierta, sabiendo en ocasiones que Chip lo estaba viendo, por lo que se quitaba la ropa más lento para que pudiera apreciarlo más tiempo. Sonreía cada que lo hacía ya que Chip no tenía ni las más mínima idea de que Freddy ya sabía que estaba ahí espiando.
Freddy ya iba a irse hasta que recordó una última cosa.
— Ah, y deja de ver a ese chico con el que tienes sexo ocasional. — avisó, volteando para verlo mejor. — no solo él, con todos. No quiero que te veas con nadie más, no quiero que tengas sexo con nadie más que conmigo, ¿Entendido?
— Si, si.
— También quiero que te hagas unos exámenes antes. Solo por precaución. — explicó, dandole palmaditas en su pecho antes de irse de ahí.— tengo que irme a una reunión con mi madre en una hora... Lo que significa que tienes que venir conmigo.
— ¿No pudiste haberme avisado antes? — preguntó, molesto de que se lo diga apenas en ese momento. No le agradaba cuando Freddy hacia eso. No le daba tiempo para nada sin tener al Fazbear detrás de él diciéndole que se de prisa porque están llegando tarde.
— En vez de quejarte deberías de irte a vestir. — lo miró, saliendo de ahí para hacer algunas cosas antes de irse a casa de su madre para la reunión. Chip no perdió tiempo, fue a su habitación para vestirse así como siempre debía de hacerlo cuando habían ese tipo de reuniones.
No le agradaba el estilo elegante con trajes costosos, se le hacía increíblemente incómodo.
Freddy siempre le decía que era obligatorio, y lo era, todos lo usaban para las juntas importantes. Chip suspiró al verse al espejo, bajando las escaleras para poder avisarle a Freddy que estaba listo. El menor estaba por ir a verlo, por lo que chocaron, Freddy chocando contra el pecho de Chip por accidente.
— Lo siento. — Freddy se disculpó. — es hora de irnos. No quiero llegar tarde. — avisó, dirigiéndose a la salida de la enorme residencia y hacía uno de los autos que tenían. Chip siempre era el que conducía, Freddy podía hacerlo, pero le pedía al mayor que lo haga por él. Ya era una costumbre entre ellos así que no había problema.
En la casa de la señora Fazbear; la mujer esperaba paciente a la llegada de sus otros hijos. En casa ya tenía a alguno que otro, pero faltaban unos cuantos. Mirando la hora, dándose cuenta que tal vez llegarían tarde, y no entendía bien el porque de ese retraso si había avisado una semana antes de la reunión que se iba a realizar ese día.
Al llegar, Freddy se disculpó por la tardanza con su madre, tomando asient dónde siempre y manteniendo a Chip de pie detrás de él como solían hacer. Chip no solo trabajaba con Freddy en los negocios, pero también tenía como tarea secundaria protegerlo de cualquier cosa por lo que debía de estar alerta a cualquier cosa sospechosa. Se tomaba en serio su trabajo, no permitía que nadie se acercara a Freddy estando fuera atendiendo el trabajo, primero tenían que pasar por él antes de entrar con el Fazbear. Nunca lo dejaba solo en esos lugares no importaba si la otra persona decía que eran asuntos personales entre ambos, no podía dejar la sala por seguridad.
Freddy al principio lo encontraba desesperante, con el tiempo se fue acostumbrado, tanto que no notaba que estuviera ahí mientras hablaba de negocios con otra gente.
La junta se extendió algunas horas más debido al retraso de algunos integrantes de la familia. El punto de la reunión fueron las ganancias que se generaron en el último mes a parte de las nuevas reglas que se iban a implementar para una mayor seguridad para ambas familias.
— Freddy, te irás con Chip a México en una semana para revisar el estado del negocio que se está creando. Está creciendo bastante rápido que es necesario que estés ahí para que todo salga como lo indico. — su madre explicó. Freddy solo asintió a pesar de que quería reprocharle. No quería ir a México con Chip, era de las cosas que más odiaba.
Era el viaje a aquel país que le estresaba de vez en cuando, además de las insinuaciones que hacen acerca de ellos dos y su relación como compañeros de trabajo. Chip siempre decía que no tenían nada entre ellos, que solo eran negocios, sin embargo; muy dentro de él quería decir que si tenía algo con Freddy, solo que el miedo de ser golpeado por el Fazbear era mayor.
Freddy miraba de vez en cuando a otros de sus hermanos, parecía que ya estaban acostumbrados a estar con aquellos hombres. Podía notar la forma en la que se miraban o se agarraban. Aunque lo venía venir de parte de varios de sus hermanos, no era algo que puedan evitar. Freddy suspiró, levantándose cuando la junta finalizó.
— Chip, te recuerdo que te dejo a cargo de mi hijo cuando se vayan a México. No lo pierdas de vista y manténlo siempre cerca. — la mujer le pidió a Chip quien solo asintió con una sonrisa, agarrando la mano de Freddy.
— Claro que si, señora. No sé preocupe, su hijo estará a salvó conmigo como siempre. — le respondió sonriendo, acariciandole la mano a Freddy quien pronto sintió algo de incomodidad con aquella acción, más no lo dió a notar.
Le había dicho a Chip que debía de ganarse esa noche especial, y se estaba arrepintiendo de su decisión. No estaba listo, ¿Por qué pensó que iba a estar listo cuando ni siquiera se atreve a tocarse él mismo? No recordaba la última vez que mantuvo relaciones sexuales con alguien o que se haya tocado. Fue hacia demasiado tiempo que no recordaba como se sentía hacerlo.
Tenía miedo. Sería su primera vez como la persona de abajo y le aterraba el pensar que Chip sería agresivo con él. Aunque Chip le diga que sería lo más suave posible, era obvio que iba a doler. No estaba listo para tener algo adentrándose en él. Era imposible que algo así entre en su cuerpo, solo pensar en eso le hacía temblar los muslos.
En el camino a casa, Chip conducía y mantenía una mano sobre el muslo de Freddy. El menor intentaba no prestarle mucha atención a la posición de su mano, pero era imposible por la forma en la que ocasiones le apretaba el muslo. Chip no se daba cuenta, solo estaba atento al camino a casa, su gran mano; era lo suficientemente grande para rodearle el muslo, las venas que se resaltaban y el tatuaje que tenía.
La pierna de Freddy moviéndose un poco para quitar la mano de ahí, pero quedándose quieto cuando la mano subió aún más. Cubrió su boca con su mano, mirando a la ventana. Su muslo tembló de repente, captando la atención del mayor.
— ¿Qué tienes, corazón? — le preguntó.
— Nada. — respondió de inmediato.
— ¿Nada? Estás temblando.
— Solo tengo algo de frío, es todo. — respondió una vez más sin dejar de ver por la ventana. El silencio que se formó después de eso fue algo incómodo y más para Freddy. Chip todavía no lograba conectar los puntos y ver hacia abajo a su mano.
Así fue hasta que llegaron a casa. Freddy se bajó primero del auto, entrando rápidamente a la residencia para encerrarse en su habitación. No le dió tiempo a Chip para reaccionar. El mayor se quedó extrañado con la reacción de Freddy, cerrando después la puerta de la residencia.
¿Por qué Freddy se escondía de él ahora?
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