
𝟭𝟮. 𝖶𝖾'𝗅𝗅 𝖬𝖾𝖾𝗍 𝖠𝗀𝖺𝗂𝗇
—C A P Í T U L O D O CE—
Nos Veremos Otra vez.
❝Todavía recuerdo todo lo que dijiste.
No soy soldado, pero estoy luchando,
¿Puedes oírme a través del silencio?
No me rendiré porque habrá un día.
Nos veremos otra vez.❞
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de naranjas y rosados mientras Willow, Sonic, Knuckles y Tails caminaban en silencio por un camino polvoriento. Las sombras de los árboles a su alrededor se alargaban con el paso del tiempo, y el cansancio empezaba a hacerse evidente en sus rostros.
Willow iba en silencio, con la vista fija en el suelo, abrazándose a sí misma para combatir el aire fresco del atardecer. Tails y Knuckles caminaban a su lado, preocupados pero sin atreverse a interrumpir sus pensamientos. Sonic, quien usualmente lideraba el grupo con su actitud despreocupada, se encontraba más callado de lo normal, lanzando miradas furtivas a la chica de vez en cuando.
El zorro de dos colas rompió el silencio finalmente.
—¿Estás segura de que no quieres descansar?—preguntó con voz suave, mirando a Willow con preocupación.
Ella negó con la cabeza, sin levantar la mirada.—No... si nos detenemos ahora, no llegaremos antes de que anochezca—respondió, aunque su tono dejaba claro que su mente estaba en otro lugar.
Knuckles suspiró, cruzando los brazos.
—Chica, no tiene sentido forzarte si no puedes ni mantenerte en pie—dijo con brusquedad, pero con una pizca de preocupación en su voz.
—Estoy bien—insistió Willow, apretando los dientes.
Sonic se detuvo y giró hacia ellos, con las manos en la cintura.
—Deberíamos hacerle caso, al menos por ahora. Londres no se va a mover de lugar—dijo, intentando aligerar el ambiente, pero sus palabras cayeron en el vacío.
El grupo siguió avanzando, hasta que un destello dorado rompió el aire justo frente a ellos. Un círculo de luz chispeante se abrió en mitad del camino, su resplandor iluminando sus rostros sorprendidos.
—¿Qué es eso?—preguntó Knuckles, alzando los puños como reflejo instintivo.
—Un portal—dijo Tails con los ojos bien abiertos—. Pero... no lo abrimos nosotros.
El portal se estabilizó, mostrando una imagen del otro lado. Era una tranquila calle frente a un hospital, y al centro de ella, de pie, estaba una figura conocida.
—¿Maddie?—murmuró Sonic, acercándose con incredulidad.
La mujer al otro lado del portal agitó la mano, su rostro reflejando alivio al verlos.
—¡Sonic! ¡Chicos!—exclamó, su voz cálida alcanzándolos incluso a través de la distancia.
Willow, quien había estado al final del grupo, levantó la mirada al escuchar su voz. Por un instante, su corazón dio un vuelco, pero al confirmar que no era la figura que esperaba ver, su expresión volvió a apagarse.
El erizo azul no perdió tiempo. Dio un salto hacia adelante y atravesó el portal. Al llegar al otro lado, aterrizó con gracia frente a Maddie, quien lo recibió con una sonrisa aliviada y un abrazo, aunque sus ojos mostraban preocupación.
—¿Qué estás haciendo aquí, Maddie?—preguntó Sonic separándose, confuso pero feliz de verla.
—Estaba preocupada por ustedes—respondió ella, sin vacilar—. Miré la explosión en el cielo. Cuando no regresaron como siempre lo hacen, Tom y yo pensamos que algo malo les había pasado. Así que hice todo lo posible para abrir este portal y encontrarlos.
Del otro lado, Tails miró el portal con cierta sorpresa.
—Maddie hizo esto... ¡Eso es increíble!—dijo Knuckles antes de avanzar hacia el círculo de luz.
Tails se encogió de hombros, sonrió y lo siguió. Ambos atravesaron el portal, dejando a Willow sola unos segundos.
Ella observó el círculo brillante con el corazón encogido. Parte de ella se resistía a cruzarlo. Sentía que cada paso hacia adelante era otro paso alejándose de aquel que había perdido. Apretó los puños, respirando con dificultad.
—Willow, vamos—la voz de Sonic resonó desde el otro lado, amable pero firme.
La chica levantó la mirada, viendo las caras preocupadas de los tres esperándola junto a esa tal Maddie. Su pecho se oprimió al darse cuenta de que esas miradas no eran de lástima, sino de genuino cariño. Con un tembloroso suspiro, avanzó hacia el portal y lo cruzó.
El aire fresco del otro lado le dio la bienvenida, junto con el saludo cálido de Maddie, quien no dudó en rodearla con los brazos.
—Hola, jovencita. Sonic me habló sobre ti... Gracias a Dios estás bien—murmuró la mujer, sosteniéndola con fuerza.
Willow, sorprendida al principio, finalmente dejó caer su máscara. Las lágrimas comenzaron a correr por su rostro, y sus sollozos escaparon sin contención mientras se aferraba al abrazo de Maddie.
Sonic, Tails y Knuckles se acercaron, formando un círculo alrededor de ella para darle consuelo. En ese momento, bajo el cielo teñido de naranja, no había palabras. Solo el silencio, el alivio, y la promesa implícita de que no tendría que cargar su dolor sola por el momento.
El hospital estaba en calma, con el típico sonido de los pasos de enfermeros y el murmullo de conversaciones lejanas en los pasillos. El equipo colorido y Maddie ingresaron al edificio, caminando con determinación hacia la habitación donde Tom descansaba. La preocupación por su estado era palpable en sus rostros.
Cuando llegaron a la puerta de la habitación, Maddie giró el picaporte y comenzó a entrar con Sonic, Tails y Knuckles detrás de ella, pero Willow se detuvo en seco, quedándose en el pasillo.
—¿Willow?—preguntó Maddie, dándose la vuelta al notar que la chica no los seguía.
Willow apretó los labios, insegura. Miró hacia el suelo, respiró hondo y finalmente levantó la mirada hacia Maddie.
—¿Puedo... pedirte algo?
—Claro, lo que necesites—respondió Maddie con dulzura.
—Tu celular—pidió Willow en voz baja—. Necesito llamar a alguien.
Maddie la miró con curiosidad pero no hizo preguntas. Sacó el teléfono de su bolsillo y se lo entregó.
—Aquí tienes. Tómate el tiempo que necesites.
Willow asintió agradecida, apartándose unos pasos mientras los demás ingresaban a la habitación. Con las manos temblorosas, marcó un número que sabía de memoria. Se llevó el teléfono al oído y esperó.
El tono de marcado apenas sonó dos veces antes de que una voz conocida respondiera.
—¿Hola?
—¿Jimbo?—pronunció temblorosa.
—¿Willow? ¿Dónde estás?—la voz de Jimbo era firme, aunque había una clara preocupación en ella.
La chica tragó saliva, sintiendo que un nudo se formaba en su garganta. Miró hacia la puerta de la habitación donde los demás habían entrado, dudando por un momento. Finalmente, con un movimiento rápido, volvió al pasillo y extendió el teléfono hacia Maddie, quien había quedado justo en el umbral, vigilándola desde lejos. Maddie entendió la situación de inmediato.
—Yo me encargo—le dijo con una pequeña sonrisa tranquilizadora antes de tomar el celular—Hola, soy Maddie—dijo mientras se alejaba un poco para darle espacio—. Escucha, estamos en un hospital cerca de Londres. Willow está aquí, pero... creo que necesitas venir.
Dragoste, aunque no podía escuchar la conversación completa, sintió un peso aligerarse de sus hombros al saber que alguien más estaba tomando el control por ella. Se abrazó a sí misma mientras miraba por una ventana cercana, tratando de ordenar las emociones que bullían en su interior.
Maddie volvió al cabo de unos minutos y le devolvió el teléfono.
—Él vendrá por ti—le aseguró suavemente. Luego le acarició el brazo con ternura—. Ahora, ¿quieres entrar a la habitación?
Willow negó con la cabeza ante la pregunta de Maddie.
—No... esperaré afuera—dijo en un murmullo.
Maddie la miró con comprensión y asintió, dándole una suave palmada en el hombro antes de entrar a la habitación con el resto.
Willow suspiró, dejándose caer en una de las sillas en el pasillo. Se balanceó ligeramente, haciendo que sus pies colgaran y jugaran con el aire, golpeando la parte inferior de la silla con el talón. Había algo reconfortante en ese pequeño movimiento, un intento de distraerse de todo lo que había pasado.
El tiempo pareció alargarse mientras observaba el ir y venir de médicos y enfermeras. En su mente, los recuerdos de la nave, la explosión y las últimas palabras de Shadow seguían apareciendo como un bucle incesante. Se sentía perdida, pero no lo suficiente como para no notar el repentino alboroto en el pasillo.
—¡Jovencito, no se puede correr aquí!—gritó alguien, una voz autoritaria pero no molesta.
Willow alzó la mirada y giró hacia el origen del ruido. Allí, un hombre de cabello castaño y complexión delgada y atlética, se disculpaba apresuradamente con el señor que lo había regañado. Pero, cuando sus ojos hicieron contacto con los de Willow, todo pareció detenerse por un instante.
—¡Willow!—exclamó James, corriendo hacia ella.
Willow se levantó de inmediato de la silla, casi sin creer lo que veía. Cuando Jimbo llegó a su lado, la envolvió en un fuerte abrazo, levantándola ligeramente del suelo.
—¡Dios, estás bien! Estás bien—murmuró él, con una mezcla de alivio y angustia en la voz.
Willow cerró los ojos y se aferró a él con fuerza, sintiendo cómo un nudo en su pecho finalmente se deshacía.
—Jimbo...—susurró, su voz temblorosa—No sabía si me ibas a encontrar.
—Por supuesto que te encontraría—dijo él, apartándola un poco para poder verla a los ojos—. No importa dónde estés, siempre te voy a encontrar.
De repente, su mirada se endureció al notar el rastro de sangre seca en la herida que cruzaba el rostro de Willow. Levantó una mano, con cuidado, para tocar la zona, pero se detuvo en el último momento.
—¿Quién hizo esto?—preguntó, su voz baja pero cargada de preocupación y una furia contenida.
Las palabras hicieron eco en la mente de Willow, llevándola de vuelta a ese instante con Shadow. Recordó claramente cuando él había preguntado lo mismo, con esa mezcla de enojo y vulnerabilidad en su mirada. El pensamiento la golpeó como una ola, y por un instante su mente se llenó de imágenes del erizo oscuro, de sus palabras, su humor, de su sacrificio.
Willow bajó la mirada, tragando saliva para contener las lágrimas que amenazaban con salir.
—Es una larga historia—dijo al final, sin mirar al chico directamente—. Pero no importa ahora. Solo... no quiero hablar de eso todavía.
James suspiró, entendiendo que no debía presionar.
—Está bien—dijo suavemente, acariciándole el cabello—. Pero cuando estés lista, te escucharé.
Willow asintió, agradecida por su paciencia, y volvió a abrazarlo. En ese momento, el peso del mundo pareció disminuir un poco.
—¡Willow!
El sonido de su nombre hizo que Willow y Jimbo se separaran rápidamente. Ella giró hacia el pasillo y allí, acercándose a pasos apresurados, vio a Katherine, su hermana mayor. Su postura rígida y la intensidad en su mirada hicieron que Willow asumiera lo peor.
—Katherine... yo...—intentó hablar, temiendo el regaño que sabía que merecía por haberse puesto en peligro, por haber desaparecido sin dejar rastro.
Pero Katherine no le dio tiempo a decir nada. En lugar de eso, cerró la distancia entre ellas y la abrazó con fuerza, sus brazos envolviéndola como si nunca quisiera dejarla ir.
—Estaba tan preocupada por ti—murmuró, con la voz quebrada mientras acariciaba el cabello de su hermana—. Creí... creí que algo terrible te había pasado.
Willow se quedó quieta por un momento, sus ojos abiertos y sus manos temblando a los costados. No era el regaño que había anticipado, sino algo mucho más tierno y doloroso a la vez. Lentamente, sus brazos se alzaron y rodearon a Katherine, aferrándose a ella como si también temiera perderla.
—Pensé que nunca te volvería a ver—continuó Katherine, su voz cargada de emoción—. ¿Cómo pudiste preocuparte tanto por los demás y olvidarte de lo mucho que importas? Te quiero tanto, boba. Por favor, no vuelvas a hacerme esto.
Las palabras de su hermana rompieron algo dentro de ella. Todo el peso que había estado cargando desde la nave, desde el sacrificio de Shadow, cayó de golpe. Un sollozo desgarrador escapó de su pecho, y sus piernas flaquearon, pero Katherine la sostuvo firme, negándose a soltarla.
—Se fue—murmuró Willow, su voz entrecortada por las lágrimas—. Él... él murió. Nos protegió, me protegió... y murió.
Katherine frunció el ceño, confundida por sus palabras, pero no la interrumpió. Solo la abrazó más fuerte, permitiendo que Willow llorara.
—Me prometió que vendría—continuó la castaña, con los ojos hinchados por las lágrimas—. Me dijo que terminaría todo y me buscaría, pero no lo hizo. No pudo...
James observaba la escena desde un lado, con el corazón roto al ver a Willow tan vulnerable. La chica que siempre parecía tan fuerte ahora estaba completamente derrumbada, como si su mundo se hubiera quebrado en mil pedazos.
—Estoy aquí contigo, Willow—susurró Katherine, apretando un beso en la frente de su hermana—. Todo va a estar bien. Estoy aquí, siempre estaré aquí.
—Lo extraño—confesó Willow entre sollozos, con el rostro hundido en el pecho de su hermana—. Lo extraño tanto...
Katherine cerró los ojos, sintiendo cómo las lágrimas también se acumulaban en los suyos. No entendía exactamente lo que había pasado, pero sí sabía una cosa: su hermana estaba rota por dentro, y haría todo lo posible por ayudarla a reconstruirse.
—Lo sé, pequeña—susurró, meciendo suavemente a Willow como si intentara calmarla—. Lo sé. Llora todo lo que necesites, yo estoy aquí.
Y mientras el pasillo permanecía en silencio, roto solo por los suaves sollozos de Willow, tanto Katherine como Jimbo se prometieron en silencio no dejar que ella volviera a sentirse sola jamás.
Aunque uno de los dos no cumpliría.
La habitación del hospital estaba abarrotada de emociones. Tom, con un brazo enyesado y una sonrisa cansada, observaba al grupo con calidez mientras Maddie no soltaba su mano. Sonic y Tails estaban sentados en el suelo, mientras Knuckles permanecía de pie cerca de la ventana, con los brazos cruzados. Katherine y James estaban junto a Willow, quien se mantenía apartada, sentada en una silla, con las manos en su regazo y una expresión melancólica.
La charla comenzó con las hazañas de cada uno.
—¡Fui decisivo en la batalla!—exclamó Knuckles, golpeándose el pecho con orgullo—. Si no hubiera sido por mi fuerza, no habríamos podido mover ese timón cuando lo hicimos.
—Sí, claro—se burló Sonic con una sonrisa—. Aunque también te vi golpeando una pared porque "te miró raro", Knuckles. Eso no ayudó mucho.
—¡Esa pared me faltó el respeto!—protestó el equidna, apretando los puños—. Además, ¿y tú? Ni siquiera viste venir esa oleada de robots hasta que ya te tenían atrapado y aquel erizo te salvó.
Sonic rió con cierto nerviosismo, rascándose la nuca.
—Ok, ok, tienes razón—admitió—. Pero al final funcionó, ¿no? Lo logramos.
—Sí, también gracias a mí—dijo Tails con una sonrisa confiada—. Logré desviar el láser y evitar que destruyera la Tierra.
—¡Eso es cierto!—añadió Sonic, dándole una palmada en el hombro a Tails—. Tú fuiste increíble allá arriba.
Maddie, desde su lugar, miraba al equipo con admiración y una sonrisa orgullosa.
—Es increíble escuchar todo lo que lograron juntos—dijo, conmovida—. Pero no puedo imaginar lo difícil que debió ser para ustedes.
Tom miró a Willow, quien estaba en silencio, escuchando con la mirada fija en el suelo.
—¿Y tú, niña?—preguntó suavemente—. ¿Cómo fue para ti?
Willow alzó la vista lentamente, y el peso en su mirada llamó la atención de todos. Se tomó un momento antes de responder.
—Fue... mucho—comenzó, escogiendo cuidadosamente sus palabras—. Al principio, todo era confuso. Shadow... Shadow no confiaba en mí, y yo tampoco confiaba en él. Pero luego, cuando todo empezó a transcurrir y complicarse, me di cuenta de que estaba atrapado en su propio dolor.
El silencio llenó la habitación mientras Willow hablaba.
—Estaba lleno de ira y culpa... pero detrás de eso, había alguien que solo quería cumplir una promesa—continuó, recordando las palabras que Shadow, a María y la oportunidad que ella le había pedido que le diera al mundo—. Al principio, no entendía por qué se preocupaba por mí, pero me protegió tantas veces... incluso cuando no tenía motivos para hacerlo.
—¿Te protegió?—preguntó Maddie con sorpresa.
Willow asintió, su voz bajando al recordar.
—Cuando estábamos en la nave, él fue quien me rescató. Me envió con el equipo colorido...
—¿Equipo colorido?—repitió Sonic con el ceño fruncido. Tom y Maddie lo reprendieron con la mirada por interrumpir a la chica—Perdón, Wills. Continúa—pidió con una sonrisa nerviosa.
La chica medio sonrió por el acrónimo de su nombre, sintiendo la mirada de James sobre ella. Él también la llamaba así.
Continuó—Me sacó del peligro. Incluso cuando la situación era desesperada, no se rindió.
—Eso suena a un Shadow protector—murmuró Sonic, cruzando los brazos, pensativo.
—Lo fue—admitió Willow, con un atisbo de una sonrisa triste—. Y al final... al final decidió sacrificarse. No lo hizo solo por lo que prometió, lo hizo por todos nosotros.
Knuckles frunció el ceño, procesando lo que acababa de escuchar.
—Es extraño pensar que alguien como ese erizo...—murmuró, pero luego asintió, como aceptando algo dentro de sí mismo—. Supongo que, al final, no era tan malo como creíamos.
—No, no lo era—dijo Willow con firmeza, alzando la mirada hacia todos—. Era alguien bueno, aunque no lo creyera de sí mismo. Solo necesitaba una oportunidad para demostrarlo.
El grupo quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de Willow. Finalmente, Tom rompió el silencio con una sonrisa cálida.
—Él hizo algo que muy pocos harían—dijo, mirando a todos—. Y todos estamos aquí gracias a eso.
Willow inclinó la cabeza, una melancolía que no podía ocultar reflejada en sus ojos.
Katherine, que había estado en silencio, colocó una mano en el hombro de su hermana, ofreciéndole apoyo.
—Es difícil perder a alguien así—murmuró—. Pero estoy segura de que él está feliz de que tú estés bien, que estés aquí, Willow.
Willow no respondió, pero agradeció el gesto con una leve inclinación de cabeza. Su mente seguía recordando los momentos que había compartido con Shadow, aferrándose a ellos como un consuelo en medio del dolor.
Katherine, James y Willow salieron de la habitación tras despedirse del equipo y de los Wachowski. Katherine caminaba al frente, con pasos firmes y una expresión aliviada. James la seguía, haciendo algunos comentarios casuales para intentar aligerar el ambiente. Willow, en cambio, iba un poco detrás, con los hombros ligeramente caídos, sumida en sus pensamientos.
De repente, una voz resonó detrás de ella.
—¡Hey, Willow!
Ella se detuvo, levantando la cabeza con cierta sorpresa antes de girarse. Sonic estaba ahí, caminando hacia ella con las manos detrás de la cabeza, pero había algo diferente en su actitud: no era el típico Sonic despreocupado, parecía un poco... nervioso.
—¿Sonic? ¿Qué haces aquí?—preguntó Willow, inclinando la cabeza con curiosidad.
El erizo se rascó la nuca, esquivando su mirada por un momento antes de cruzar los brazos detrás de su espalda.
—Solo quería... ya sabes, decir algo antes de que te vayas—comenzó, con un tono que parecía titubear—. Porque, ya sabes... no pudimos conocernos bien, Señorita—soltó, acompañando la frase con una risita nerviosa mientras miraba al suelo un segundo y luego alzaba la mirada hacia ella.
Willow lo observó con un toque de sorpresa y luego sonrió suavemente. Era extraño ver a Sonic en ese estado; su habitual confianza había dado paso a un lado más vulnerable y, de alguna manera, tierno.
—Sonic...—murmuró ella, cruzando los brazos mientras lo miraba con calidez—. Supongo que no, pero... aún hay tiempo, ¿no crees?
—Eso espero—dijo Sonic, y su sonrisa se amplió un poco, aunque todavía parecía algo nervioso. Se rascó la mejilla antes de continuar—. Entonces... ¿crees que nos volvamos a ver?
Willow no respondió de inmediato. Lo miró con una expresión serena, pero en su interior, había una certeza que no podía ignorar.
—Claro que sí—respondió finalmente, su voz tranquila pero firme—. No sé cuándo ni cómo, pero estoy segura de que nos volveremos a ver.
Sonic soltó un suspiro, como si se quitara un peso de encima, y sonrió con algo más de confianza esta vez.
—Eso es bueno... muy bueno—dijo, balanceándose un poco sobre sus talones—. Bueno, yo... ya sabes, cuídate mucho, ¿sí?
Willow asintió, y por primera vez en un rato, su sonrisa fue genuina.
—Lo haré. Y tú también, Sonic.
El erizo levantó una mano en un gesto rápido de despedida, y luego dio media vuelta.
—¡Nos veremos pronto, Señorita!—exclamó antes de desaparecer corriendo por el pasillo, dejando tras de sí un leve eco de su voz y una corriente de aire.
Willow lo siguió con la mirada hasta que desapareció, y por un instante, su corazón se sintió un poco más ligero. Giró hacia adelante al escuchar la voz de su hermana llamándola desde el final del pasillo.
—¡Willow! ¿Vienes o qué?
—¡Ya voy!—respondió mientras apuraba el paso para alcanzarlos.
Mientras salía del hospital con Katherine y James, el recuerdo de Sonic y su breve pero sincera despedida la acompañó. Quizás las cosas no habían terminado, después de todo.
El bullicio del aeropuerto envolvía a Katherine, Willow y James mientras se dirigían a la terminal. Kate, siempre tan organizada, ya estaba frente al mostrador de boletos, asegurándose de que todo estuviera en orden antes de tomar el vuelo de regreso. James, en cambio, se mantenía cerca de Willow, caminando a su lado mientras echaba un vistazo al reloj.
—Oye, ¿te sientes mejor?—preguntó Jimbo, sin saber si debía mencionarlo, pero no quería que ella pensara que estaba ignorando lo que había sucedido.
Willow asintió, pero no podía evitar sentir una especie de vacío dentro de ella.
—Sí, claro—respondió, pero con una sonrisa algo apagada. Luego, suspiró. —Es solo... esto es un montón de cambios, ¿sabes? A veces parece que todo se mueve tan rápido.
Jimbo la miró, sin saber si debía dar una respuesta o simplemente escuchar. Lo que sí sabía es que quería que se sintiera mejor.
—Lo entiendo—dijo, sintiendo que tal vez Willow no estaba buscando palabras, sino más bien alguien que la escuchara. —Creo que... bueno, tal vez las cosas nunca sean fáciles, pero, eh... al menos no estás sola. Nunca lo estarás.
Willow lo miró, sorprendida por la sinceridad de sus palabras. Había algo en la forma en que las dijo que la hizo sentir un poco más ligera.
—Gracias, Jimbo. —Se quedó en silencio un momento, buscando la forma de agradecerle de otra manera. Algo más sincero. Pero el sonido de los anuncios de la terminal la distrajo, y al levantar la vista, vio a Kate acercándose con los boletos en mano.
—Vamos—dijo la adulta, dándole una sonrisa. —Ya tenemos todo listo.
Jimbo asintió y se levantó, mirando a Willow con una ligera sonrisa en el rostro.
—Vamos, ya nos vamos de aquí—dijo, intentando añadir algo de ligereza al ambiente.
Mientras caminaban por el aeropuerto, Kate iba un poco adelante, concentrada en su teléfono y en las direcciones del vuelo, dejando a Jimbo y Willow caminar juntos. Jimbo no podía dejar de sonreír, aunque trataba de parecer tranquilo. Miraba de reojo a Willow, y aunque intentaba disimular, la cercanía de ella hacía que su corazón latiera un poco más rápido.
De repente, con un leve temblor en la mano, el chico alcanzó la de Willow y la tomó suavemente. Willow lo miró sorprendida, pero James, al notar su mirada, se puso nervioso, rascándose la nuca y sonriendo de una manera torpe.
—No, no es... es que, ya sabes... —comenzó a decir, intentando encontrar las palabras, pero estaba tan nervioso que las palabras no salían como quería—. Es para... para cuidar que no te vayas a escapar otra vez —dijo al final, su tono un poco más bajo, pero intentando mantener su tono relajado.
Willow no pudo evitar sonrojarse ligeramente al ver su nerviosismo. No dijo nada, pero sonrió con calidez mientras caminaban juntos hacia el avión, el aire entre ellos lleno de una silenciosa conexión.
-Willow con un Mr. Loverman en la mochila que perdió-
I'M MR.LOVERMAN
AND I MISS MY LOVER, MAN
-se acuerda de su pana el Shadow-
A este capítulo le queda como anillo al
dedo la canción de In The Stars de Benson Boone, pero tenía que cerrarlo con
la canción del título🤧
Sáquenme de una duda: miré un video en TikTok de la escena en la que encierran a Shadow en un jaula (después de la explosión) y está viendo las llamas en la base.... Banda, estaban quemando la evidencia... ¿No habrán quemado el cuerpo de María?🫠
Es lo que suponía la persona del video, y está bien cruda la conclusión, pero tendría sentido por la cara triste, dolida y asustada con la que Shadow miraba las llamas 😭
En la película hicieron ver cómo que el ring que usaron era el último que les quedaba, pero quizás se referían a los que habían alcanzado a tomar cuando hicieron el plan para entrar al cuartel de G.U.N. ?)
Ni idea, a ver con qué salen en la próxima película
Les aviso que después del epílogo habrá un apartado de curiosidades de esta historia (cosas que se resolverán o explicarán en el siguiente libro, referencias que metí y que no notaron, etc.) que afectarán el futuro de la historia a pequeña o gran escala.
Además del apartado de "curiosidades", habrá uno de "extras". No daré detalles, pero les va a gustar :)
Se viene lo bonito ✨
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©-MANDALORIANA76
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