Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝟬𝟴. 𝖨 𝖶𝖺𝗇𝗍 𝖳𝗈 𝖢𝗁𝖺𝗇𝗀𝖾𝖽 𝖬𝗒 𝖬𝗂𝗇𝖽

—C A P Í T U L O O C H O—

Quiero Cambiar de Parecer.

AQUELLO QUE OCULTAMOS, LOS ENGAÑOS, LAS MENTIRAS, SEAN NORMALES O "BLANCAS", TARDE O TEMPRANO SALEN A LA LUZ, Y NOS TOCA PAGAR POR LAS CONSECUENCIAS.

Un joven de cabello castaño estaba sentado sobre una silla frente a una mesa simple. Una lámpara encima de esta proyectaba una luz cálida que contrastaba con la oscuridad del cuarto. Frente a él, una mujer de largos cabellos cruzaba los brazos con una expresión que mezclaba severidad y preocupación. 

Kate lo miraba con intensidad. Ella sabía que Willow y James siempre se cubrían y ayudaban entre ellos, sin importar las circunstancias.

—James Cassian—pronunció su nombre con un tono que hizo que el chico tragara saliva. 

—Genial, hoy moriré—murmuró, agachando ligeramente la cabeza como si aceptara su destino. 

Kate no reaccionó ante el comentario. 

—Me dijiste que Willow estaría con tu madre y contigo ayer por la noche—comenzó, repitiendo las palabras exactas que James había usado—. Pero en cambio, anoche me encontré a tu madre en el supermercado y a ti deambulando por las calles con tu skate. 

James apretó los labios y desvió la mirada, sintiendo cómo su pecho se tensaba. 

"Eres un estúpido." La voz de Willow resonó en su mente, recriminándole el evidente error en su coartada. 

—Esperamos a mi madre en casa. Dijo que haría la cena porque Willow tenía tiempo sin quedarse con nosotros—intentó explicar con rapidez, pero la inseguridad en su tono era notoria—. Además, cuando me viste, seguramente iba a encontrarme con ella. 

Kate arqueó una ceja, escéptica. 

—James, te vi entrar a una tienda de cómics, salir con un par de bolsas, ir por una nieve que terminaste tirando, y luego una señora mayor te compró otra porque parecías a punto de llorar. 

El chico se sonrojó violentamente. 

—¡Acosadora!—acusó, más avergonzado que indignado. 

—Jimbo, ¿dónde está mi hermana?—preguntó, esta vez relajando un poco el tono, pero sin perder la firmeza en su mirada—. ¿Sabes que el mundo es peligroso? ¿Y si le ocurrió algo? ¿O si necesita ayuda? 

El semblante del chico se ensombreció. Sus hombros cayeron, y su voz salió más baja de lo habitual. 

—No sé dónde está. 

—James... 

—No, en serio—interrumpió rápidamente, levantando la vista hacia ella—. No sé dónde está Willow. No me dijo a dónde iba ni lo que haría. 

Kate lo miró fijamente. Había sinceridad en sus ojos, y eso la desconcertó aún más. 

—Aunque tenga una idea—continuó James, desviando la vista con inquietud—, estoy seguro de que no fue a eso

—¿"Eso"?—repitió Kate, frunciendo el ceño. 

—Sabes que Willow no cree que lo que pasó con sus padres fue un accidente. Ha estado investigando todo este tiempo. Tú lo sabes—le recordó, mientras el peso de las palabras caía sobre ella como un golpe frío. Kate tragó con dificultad, consciente de cuánto había descuidado a su hermana. 

—¿Qué fue lo último que te dijo sobre eso? 

—Nada. Hace más de un mes que no me menciona nada ni me pide que la cubra—contestó, dejándose caer contra el respaldo de la silla—. He intentado convencerla de que lo deje, pero tú sabes cómo es. Tiene el corazón intranquilo. No confía en nadie. Solo quiere la verdad, justicia. 

Kate pasó las manos por su cabello, tratando de contener el torrente de emociones que la invadía. Las lágrimas nublaban su visión.

—Estoy haciendo todo mal—murmuró, mordiéndose la uña del pulgar. 

—No es tu culpa—replicó James, intentando reconfortarla—. Ella habría encontrado una manera de hacer aquello, y lo que sea que esté haciendo en estos momentos, incluso si no la hubiéramos ayudado. Nadie puede detenerla. 

Kate guardó silencio por un momento, dejando que las palabras se hundieran. Finalmente, preguntó: 

—¿Qué decía su último mensaje? 

James sacó su celular, desbloqueándolo con rapidez, y se lo mostró. La pantalla mostraba un mensaje corto que Kate leyó en voz baja: 
"James, no llegaré a casa. No puedo explicarte mucho, pero estoy bien. Cuida a mi hermana, por favor."

Kate negó con la cabeza, dejó caer el celular sobre la mesa y se hundió en la silla, su mente corriendo a mil por hora. James se levantó y se posicionó a su lado, inclinándose para mirarla con preocupación. 

—Esa negación es porque tienes una idea, ¿no?—preguntó él. 

Kate alzó la vista, sus ojos serios, pero llenos de determinación. 

—La tengo. 

—¿Cuál es? 

—¿Crees que tu madre te deje acompañarme a Londres? 

James parpadeó, atónito. 

—¿A Londres? 

Kate se levantó, su mirada fija en un punto lejano. 

—Si Willow está buscando algo, Londres es el lugar donde lo encontraré primero. 

Durante el traslado al continente europeo, Willow había alcanzado a leer en el gafete del hombre mayor que su nombre era Doctor Gerald Robotnik. Él y su nieto, aparentemente buscando recuperar el tiempo perdido, decidieron pasar el viaje en una sesión de convivencia utilizando dispositivos de realidad virtual. Ambos estaban sentados uno al lado del otro, mientras Roca mantenía el rumbo fijo de la nave y Shadow vigilaba a Willow con la misma intensidad de siempre.

La castaña movía sus pies ligeramente hacia arriba y hacia abajo, un gesto que delataba su aburrimiento, mientras abrazaba su mochila contra el pecho. En su mente, un torbellino de pensamientos la hacía cuestionar sus decisiones. ¿Por qué había decidido ayudar a Shadow a encontrar su "hogar"? No lo sabía con certeza... o quizás sí, pero se negaba a aceptar la razón.

Su atención se desvió a su familia. Extrañaba a Kate, su hermana mayor, y sabía que, al regresar a casa (si es que lo hacía), le esperaba un castigo monumental. Sin embargo, eso poco le importaba ahora; solo quería volver a verla y abrazarla. También extrañaba la calidez de Jimbo, quien siempre había estado para ella. A veces su dulzura le parecía empalagosa, pero ahora se sentía reconfortante en su recuerdo. Por último, el peso de la ausencia de sus padres cayó sobre ella con fuerza. Las imágenes que había visto de la niña rubia al morir despertaron memorias de su propia tragedia. Un nudo se formó en su pecho, obligándola a exhalar profundamente para intentar aliviar la presión.

Shadow, siempre observador, notó el cambio en el semblante de la chica. Su aburrimiento había sido sustituido por tristeza. Recordó el mensaje que había leído en el celular de Willow, dirigido a "Jimbo", y supuso que estaba pensando en su familia.

—Usa tu celular—dijo el erizo de pronto, sacándola de sus pensamientos.

—¿Qué?—preguntó Willow, desconcertada.

—Que uses tu celular—repitió Shadow, aún sin mirarla—. Pero ni se te ocurra avisarle a nadie lo que estamos haciendo, o lo destruiré.

Willow frunció el ceño ante la amenaza, pero no dijo nada. Abrió su mochila y sacó el dispositivo.

—Genial, voy a quedarme sin batería y ya usé la de repuesto—murmuró con un leve puchero.

—Puedes cargar tu celular en la nave—intervino Roca desde el asiento del piloto, llamando la atención de la chica.

—¿De verdad?

—¡Claro! Esta nave tiene de todo, incluyendo un espacio para cargar celulares—respondió Roca acercándose con una sonrisa mientras extendía su mano hacia ella—. ¿Puedo?

Willow parpadeó, sorprendida por el gesto, pero terminó asintiendo. Le entregó su celular junto con el cargador, y Roca se encargó de conectarlo.

—Gracias—murmuró Willow observándolo.

—No hay problema—respondió el hombre con amabilidad, mostrando una amplia sonrisa—. En un rato estará listo. ¿Tienes hambre?

Willow abrió la boca para responder, pero su estómago la delató con un rugido audible. La chica bajó la cabeza, sonrojada por la vergüenza.

—Voy a preparar unos burritos para los tres—anunció Roca, apartándose para cumplir su promesa.

Willow, todavía avergonzada, miró a Shadow.

—Qué agradable sujeto.

El erizo soltó un ligero resoplido, sin apartar su mirada seria de la escena. Aunque no dijo nada, Willow aprovechó el momento para intentar suavizar su relación con él.

—Oye, Shadow—lo llamó, buscando su atención.

El erizo inclinó la cabeza hacia ella.

—¿Qué?

—Cuando esto termine... —comenzó, pero dudó un momento antes de continuar. "Si es que no te meten a prisión, te llevan a otro lugar o te vas", pensó—. Deberíamos ir a un concierto de Sabrina Carpenter.

Shadow arqueó una ceja, incrédulo ante la propuesta. El recordar que no habría un "después" al cobrar su venganza, era algo que le generaba una rara sensación al ver a Willow. La chica lo hacía debatir en que si realmente eso sería lo que María hubiera querido para la Tierra, pues no todos eran culpables y Willow entraba en ese grupo.

—¿Y por qué iría a un concierto contigo?—preguntó ignorando su inquietud.

—Porque a los dos nos gusta Sabrina Carpenter. ¿No es obvio?—respondió con una sonrisa animada.

El erizo frunció ligeramente el ceño.

—¿Cómo es un concierto?

Willow sonrió ampliamente, sintiendo que había captado su interés.

—Es una experiencia increíble. Hay un montón de personas en un estadio, la artista canta en un escenario enorme con luces, bailarines, músicos... Y a veces "arresta" a alguien.

—¿Arresta?—repitió Shadow, confuso.

—Sí, por ser demasiado lindo, linda o adorable. Quizás tú termines arrestado.

—No soy adorable.

—Claro que lo eres. Terriblemente adorable—bromeó Willow, alzando las cejas—. Aunque seas medio frío.

Shadow desvió la mirada, incómodo con el comentario, pero no lo negó.

—Por favor, no sigas humillándote.

—¡Oye!—exclamó Willow, inflando una mejilla en un gesto de indignación—. Qué grosero.

Shadow dejó escapar un suspiro, y aunque intentó mantener su semblante serio, una leve sonrisa amenazaba con asomarse en su rostro.

Tuvo que morderse la lengua.

El agente Roca regresó con un plato en cada mano, con dos burritos en uno de ellos. Se acercó primero a Willow, ofreciéndole el de ambos con una sonrisa cálida.

—Aquí tienes, jovencita. Espero que te guste.

—Gracias—respondió Willow mientras tomaba los dos burritos con cuidado. El aroma le provocó un hambre aún mayor, pero antes de darle una mordida, se volvió hacia Shadow y le ofreció uno de los burritos que había recibido.

—Ten el tuyo.

Shadow la miró con desconfianza primero, luego dirigió una mirada analítica al burrito y después al agente Roca.

—¿No le echaste nada raro?—preguntó, con una ceja levantada.

Roca se detuvo en seco, sorprendido por la acusación.

—¡¿Qué?! Claro que no. No le haría algo así a una niña.

—Más te vale—gruñó Shadow, estrechando los ojos y apuntándolo con un dedo—, porque si algo le pasa, no vivirás para contarlo.

Roca soltó un bufido, indignado, y alzó su burrito hacia Shadow para que lo viera.

—¡Te lo demostraré!—exclamó antes de darle un mordisco exagerado al suyo. Mastica un momento y luego traga, señalando su boca—. ¿Ves? Aquí sigo. No pasa nada.

Willow no pudo evitar reírse ante la escena. Entre la reacción teatral de Roca y la seriedad implacable de Shadow, la situación le resultó curiosamente tierna.

—Tranquilos, los dos. Roca no tiene pinta de ser el tipo de persona que hace algo de esa gravedad, aunque esté del lado de su jefe—comentó mientras le daba una mordida a su burrito, disfrutando del sabor.

Roca sonrió, satisfecho con su "demostración de inocencia", mientras Shadow seguía observándolo con recelo, aunque finalmente tomó el burrito que Willow le ofrecía.

La chica sacudió la cabeza con una sonrisa divertida, pensando para sus adentros que, a pesar de las tensiones, había algo entrañable en la forma en que interactuaban.

Después de un rato de convivencia, el agente Roca llevó a Willow al centro de mando de la nave, donde le enseñó una consola que dirigía ciertos aspectos del funcionamiento de la nave. A pesar de no entender todo lo que Roca le explicaba, la curiosidad de Willow era evidente, y al cabo de un rato, se sentó en una de las sillas cercanas mientras él seguía explicando los controles. Sin darse cuenta, el cansancio acumulado por el viaje y los eventos recientes le ganó, y se quedó profundamente dormida allí mismo, abrazando su mochila.

Roca sonrió al notar que Willow estaba dormida, y con cuidado ajustó una manta que había encontrado cerca para cubrirla. Luego, se retiró silenciosamente, uniéndose al nieto del Doctor Gerald, Ivo, en otra sección de la nave. Ambos se dirigieron a revisar detalles relacionados con su llegada y unos trajes especiales que iban a necesitar para ciertas fases del plan.

En otro rincón de la nave, el Doctor Gerald llamó a Shadow. La figura del erizo se recortaba contra las luces parpadeantes de los paneles mientras se acercaba al hombre mayor.

—Shadow, ¿aún sigues firme en nuestra decisión?—preguntó Gerald con voz calmada, aunque sus ojos lo observaban con intensidad—. ¿Sigues comprometido con lo que vamos a hacerle a la Tierra con el Cañón Eclipse?

Shadow asintió sin titubear, cruzando los brazos sobre su pecho.

—Sí. Quiero venganza.

El anciano lo estudió por un momento antes de hablar de nuevo.

—¿Y la presencia de la niña? ¿Crees que no interferirá en lo que tenemos planeado?

El erizo dejó escapar un leve bufido antes de responder.

—Willow fue quien se ofreció a ayudarme en la base. Desde el principio supo que buscaba justicia y venganza contra G.U.N. Me apoya, así que no será un problema.

El Doctor lo miró con un esbozo de duda en su semblante.

—Entonces, ¿por qué la ataste en la base?—preguntó con un tono inquisitivo.

Shadow frunció ligeramente el ceño, como si le molestara la pregunta.

—Tuvimos una diferencia de ideas. Pero eso no afecta nada. Willow entiende lo que queremos hacer y está de acuerdo.

Lo que Gerald no sabía era que, aunque Shadow afirmaba con convicción que Willow estaba de acuerdo con el plan, en el fondo sabía que no era verdad. Willow creía que su venganza se limitaba a castigar a G.U.N., y no tenía idea de que el Cañón Eclipse estaba destinado a destruir la Tierra.

Gerald guardó silencio por un momento antes de preguntar algo más, su voz baja pero penetrante:

—¿Crees que... has reemplazado a María con Willow?

Shadow levantó la mirada hacia el profesor, y algo oscuro y tenso brilló en sus ojos.

—No. María no es reemplazable. Ella era única. Willow no es más que alguien... insignificante. Solo está aquí porque decidió seguirme.

El profesor lo observó detenidamente, buscando algo más allá de las palabras de Shadow, pero no insistió.

—Muy bien, Shadow. Solo recuerda que incluso en los planes mejor trazados, hay variables que pueden cambiar el resultado.

Shadow no respondió, aunque esas palabras resonaron en su mente mientras sus ojos se desviaban por un momento hacia donde Willow dormía profundamente en la consola.

Lo que el erizo no sabía era que Willow no estaba dormida. Había despertado poco antes y, sin quererlo, había escuchado una parte de la conversación, desde que se pronunció el nombre de la niña rubia. Cuando las palabras "insignificante" llegaron a sus oídos, sintió un dolor agudo en el pecho, como si algo invisible se hubiera quebrado en su interior.

Mantuvo los ojos cerrados, fingiendo que seguía dormida, mientras la tristeza se acumulaba en su pecho. Por un instante, había creído que Shadow podría verla como una nueva amiga, pero esas palabras acababan de destruir esa esperanza.


































Le hicieron un Edit a Shadow y María en TikTok con la canción "Te juro que te amo" y el acomodo de las escenas quedó tan bien que me partió el corazón 😭😭

De puro coraje la voy a añadir a la playlist😞

¿Qué tanto hacía Willow en sus investigaciones? En algún momento se enterarán.

Willow no es insignificante para Shadow,
sólo que es un cerrado de cabeza, ya saben. Además, lo dijo porque en el fondo sabe que el anciano es un desgraciado y no la quiere poner en peligro (curioso, porque lo está desde que se conocieron :v).

Se viene el "Guacamole Vengador", "Que Gabriela los mate a los dos. No es un trofeo que puedan tener"🗣️



▌│█║▌║▌║ ║▌║▌║█│▌

©-MANDALORIANA76

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro