ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ
—P R O T E C T O R—
En la travesía nocturna del regreso a su hogar, una fémina tararea por lo bajo la melodía de una canción aleatoria que llegó a su mente.
Su alrededor se veía extraño, las luces en los edificios y postes en la ciudad eran suficientes como para dejarla a la vista de cualquiera. Curiosamente, lo extraño era que no hubiese ningún alma deambulando por la calle, siendo que no era demasiado tarde y solía estar muy transitado a esas horas. Aún así decidió que lo conveniente era apresurar su paso de una forma discreta y no darle muchas vueltas al asunto.
Cómo si se escucharan sus plegarias, observó una que otra persona dentro de algunos locales que se encontraba a su lado y en la calle contraria a la que transitaba. Sin embargo, para desgracia suya, uno de los supuestos compradores en uno de los negocios enfocó su vista en ella.
"Tu noviecita acaba de pasar frente a nuestras narices". Comentó el simbionte.
—En primera, no es mi novia—. Susurró Eddie por lo bajo antes de entregarle ciertos artículos a la Señora Chen—. En segundo lugar—. Acto seguido proporcionó el dinero correspondiente a su compra—, no somos los únicos que se dieron cuenta—. Informó observando cómo del negocio del frente un extraño hombre salió apresuradamente detrás de la chica.
"Tengo un mal presentimiento".
—También yo, amigo—. Concordó antes de recibir el cambio y tomar la bolsa color cartón con las compras. Eddie salió velozmente del lugar dejando confundida a la asiática mayor.
—Este par de idiotas—. Se limitó a decir la señora Chen antes de enfocar su mirada en su celular.
—Y en tercero—. Siguió Brock ya estando en el exterior del local—, solamente es mi vecina y que le haya ayudado con las cajas de su mudanza no significa nada—. Explicó el castaño.
"Incluso yo siendo del espacio, sé que esa ayudadita significó mucho". Se burló el simbionte haciendo hincapié en su versión de la palabra "ayuda".
_________ deja escapar un bostezo de sus labios y cubre los mismos con su mano derecha. El cansancio ya estaba haciendo de las suyas al informarle que era necesario tomar una siesta muy pronto.
Sintiendo como alguien tira fuertemente de su hombro, la mujer detiene su caminar y se tambalea un poco antes de girarse por completo.
—¡Eres una desgraciada!—. Exclamó rabiando un extraño hombre de cabellos rizados. Éste portaba una sudadera marrón, unos pantalones negros y unos tenis más o menos blancos; su rostro se veía fatal y de sus labios se podía desprender un aroma a alcohol y algo más.
Confundida, y a la vez asustada, la castaña alzó una ceja y trató de mantenerse serena—. Señor, creo que está confundido.
—No, querida—. Su cabeza se movió en señal de negación y una extraña sonrisa se formó en sus labios—. Nunca olvido un rostro—. Aseguró él.
"Otro degenerado con la percepción de la realidad alterada". Arrojó su subconsciente ya "normalizada" a que le sucedieran ese tipo de situaciones.
Moviendo abruptamente la mano del individuo de su hombro, la fémina retrocedió unos tres pasos antes de que éste caminara hacia delante y la tomara por el brazo izquierdo. Con su mano libre, apuntó un cuchillo cerca de su rostro.
—Óyeme, escoria.... —. Se atrevió a decir ella antes de ser interrumpida.
—Y créeme, tú tampoco me olvidarás—. Afirmó sin perder la concentración en su anterior oración, antes de transformar su expresión a una macabra. La fémina pasó saliva por la garganta.
Voluntariamente o no, algo impulsó a la mujer a patear una de las piernas del hombre haciendo que éste la soltara y se inclinara hacia abajo para tocar la zona del golpe en un torpe intento de disipar el dolor; a su vez la fémina retrocedía un espacio considerable como para que una misteriosa criatura viscosa y de color negro cayera en posición de cuclillas en medio de ambos.
Abriendo sus ojos horrorizada por la rareza frente a sus ojos, _________ retrocedió tres pasos antes de detenerse al ver como la extraña criatura le echaba una mirada de reojo.
El hombre habló—. Quítate de mi camino, asqueroso parasito....
"Ay, no". Murmuró Eddie sabiendo el pobre desenlace que el hombre tendría.
—... del otro mundo—. Ordenó el desconocido antes de enterrar su cuchillo en el estómago de la criatura.
Asomando su cabeza por encima del brazo de la criatura, la mujer observó cómo la masa simbiótica cubría por completo el arma del asaltante y parte de su mano. Después de eso, la mano del hombre volvió a su apariencia normal y su arma terminó en la mano derecha de la extraña criatura, quien simplemente la incrustó con fuerza en la pared que estaba a su lado, haciendo que el hombre abriera con sorpresa sus ojos y la fémina imitara su acción.
—Qué basura—. Habló finalmente Venom con tono asqueado. Un escalofrío recorrió a la castaña—. Eres un marica al intentar hacerle daño a una mujer—. Lo insultó.
El "agredido" verbalmente pasó saliva por su garganta—. ¿Y-Y tú qué cosa e-eres?—. Balbuceó con temor.
Soltando un suspiro de desagrado, habló—. Cierra los ojos—. Pidió Venom a la castaña, quien obedeció al mandato, pero para sorpresa del extraterrestre, el hombre hizo lo mismo.
Escuchando un grito adolorido, un crujido y gruñido, la fémina abrió sus ojos, dio un giro de ciento ochenta grados y huyó lo más rápido que pudo de ese lugar, creyendo que podía ser la siguiente en sufrir ese destino.
La adrenalina que la impulsaba (generada por su miedo ante los recientes eventos) a correr, la había alejado suficientes calles del lugar donde se presentó el desfavorable desenlace de su agresor.
Observando por encima de su hombro al creer que la misteriosa criatura la había seguido, __________ escuchó cómo el claxon de un vehículo resonó en el ambiente haciéndole imaginar lo que sucedería a continuación. Antes de cerrar sus ojos, pudo observar a su izquierda un par de luces blancas apuntando en su dirección. Después de eso, el sonido del vehículo impactando se hizo presente.
Poco a poco sus ojos se fueron abriendo, un extraño aroma a humo se introdujo en sus fosas nasales, por los extremos de su visión la luz aún estaba presente, sin embargo, delante de ella (que se encontraba ahora sentada en el suelo) yacía la peculiar criatura interponiéndose entre el automóvil y su cuerpo, lo primero que pensó fue que había llegado nuevamente a su salvación, pero rápidamente eliminó esa idea al creer que era demasiado absurda como para ser verdad.
Fueron pocos los segundos que tuvo, pero fueron suficientes para escanear el rostro sombrío y anatomía del extraño ser de residencia no terrestre. Enorme ojos blancos, enormes colmillos.
Sin darle tiempo de reaccionar, Venom dio media vuelta y empujó el vehículo hacia atrás dándole el espacio suficiente para impulsarse hacia el frente e huir de la escena, dejando a la mujer con muchísimas dudas golpeando contra su mente y al conductor en un estado de shock.
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©-MANDALORIANA76
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