
sʏᴍʙɪᴏsɪs (𝗉𝖺𝗋𝗍𝖾 𝗎𝗇𝗈)
—S I M B I O S I S—
Parte 1/2.
EL TRABAJO ES UN ACTO DE COMPROMISO Y ESFUERZO CONSTANTE, Y EN ALGUNOS CASOS, COMO EL DE UN SOLDADO DE LAS FUERZAS ESPECIALES, EXIGE HABILIDADES EXTREMAS TANTO FÍSICAS COMO MENTALES. Este rol demanda disciplina, resistencia y la capacidad de mantenerse firme ante situaciones de alto riesgo, siempre enfocado en proteger y servir con dedicación y valentía.
Pero, ¿quienes los protegían a ellos?
__________ observa a su alrededor compañeros cayendo y otros defendiendo. No importa cuantas veces haya pasado por esto, ni si era una de las mejores en su trabajo, todas las veces seguiría teniendo miedo.
—¡NO LOS DEJEN AVANZAR!—. Escuchó el grito de su Capitán, seguido de un disparo.
La herida fue repentina, y de inmediato, sintió un dolor punzante recorriendo todo su cuerpo.
—¡JONES!—. Gritó el hombre de rasgos afroamericanos.
A medida que intentaba enfocarse, todo a su alrededor empezó a volverse borroso, como si estuviera mirando a través de un cristal empañado. El mareo se apoderó de ella, y la visión se le hacía cada vez más vaga. Su corazón latía con fuerza y su respiración se volvió irregular, como si no pudiera obtener suficiente aire. El sudor comenzó a resbalar por su frente, y sus manos temblaron. Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía bien. La confusión se mezclaba con el miedo, mientras la oscuridad comenzaba a envolverla. No sabía si sería capaz de mantenerse consciente, pero lo único que podía hacer era tratar de aferrarse a la realidad, aunque todo a su alrededor se desvanecía lentamente.
Uno, dos, tres. Alcanzó a distinguir como su cuerpo rebotó contra el suelo, mientras a lo lejos siluetas borrosas corrían y disparaban sus armas de fuego contra los enemigos.
De repente, un fuerte resplandor la envolvió y todo a su alrededor cambió. La mujer abrió los ojos de golpe, y por un momento, no supo dónde se encontraba.
Su respiración seguía agitada, pero ya no sentía el dolor ni el mareo. Miró a su alrededor y reconoció las paredes de su hogar, el techo familiar, y el sonido suave de millones de gotas cayendo en el exterior. Se sentó, confundida, y tocándose el rostro, se dio cuenta de que ya no estaba herida. Pero la sensación de caos, de estar al borde de la inconsciencia, todavía persistía en su mente. Le costaba creer que todo eso había sido real.
¿Había estado soñando? ¿O era todo una visión? Sus manos seguían temblando, y la confusión le nublaba los pensamientos. Respiró profundo, intentando calmarse, pero el eco de lo sucedido parecía seguir vibrando en su cuerpo.
Después de un par de segundos de parálisis, se levantó de la cama, aún sintiendo que la pesadilla podría atraparla de nuevo.
Caminó tambaleante hacia el baño, como si estuviera buscando algo que le diera sentido a lo que acababa de vivir. Cuando entró, encendió la luz y el brillo cegador la hizo entrecerrar los ojos. Se acercó al lavamanos y, al mirarlo, algo la detuvo en seco. Encima de la tapadera de la taza, estaba su arma, perfectamente colocada, como si hubiera sido puesta allí con precisión. No recordaba haberla dejado allí, ni siquiera tenerla cerca.
Su pulso se aceleró, y al alzar la vista, se encontró con su reflejo en el espejo. Pero algo no estaba bien. Su cara, que inicialmente era la suya, comenzó a distorsionarse. Los ojos se agrandaron, oscureciéndose hasta volverse completamente negros, como si una sombra los hubiera devorado. Su piel palideció y, de repente, una viscosa sustancia negra se deslizó por su rostro, cubriéndolo. Los músculos de su mandíbula se tensaron, y un par de colmillos afilados emergieron de las encías, acompañados de una grotesca sonrisa. Donde estuvo su rostro, ahora se veía una máscara de furia y terror.
El reflejo, ya no humano, la miraba de vuelta con una intensidad desbordante, como si la estuviera desafiando, y una voz gutural, ajena, comenzó a resonar en su mente.
"No grites". Pronunció el extraño monstruo en un tono lento y enfatizado, resaltando la autoridad y el poder en cada palabra.
Además de que la escena le produjera escalofríos, su pánico la obligó a denegar la solicitud de la criatura; dio un estruendoso grito que mezclaba horror y desesperación , el sonido fue acompañado por un rayo en el exterior.
Sus manos buscaron a tientas el arma a su izquierda. En un instante, su textura le dio una falsa seguridad y, sin pensarlo dos veces, apretó el gatillo.
Las primeras balas impactaron con un estruendo ensordecedor, rompiendo la calma de la noche. El espejo estalló en mil pedazos, reflejando fugazmente rostros y sombras que se retorcían antes de dispersarse en el aire. Fragmentos afilados volaron por la habitación, cortando el silencio con un siseo metálico. Pero cuando el eco de los disparos se apagó, el vacío lo llenó.
El monstruo no estaba allí, ni en el espejo roto ni en la habitación. Solo su propio reflejo destrozado, multiplicado en cientos de fragmentos, lo observaba al frente y desde el suelo, cada pedazo replicando su mirada perdida y temblorosa. Y entonces, en lo más profundo de su mente, la risa resonó de nuevo, como un eco burlón que no podía escapar.
"Ingenua". Se burló descaradamente.
"No lo maté". Pensó en su subconsciente. Su cuerpo nuevamente se paralizaba.
"Y no podrás, ________". Aseguró siseando, el extraño rió.
—¿Cómo sabes mi nombre?—. Preguntó ella, su tono de voz fue como un susurro cargado de miedo.
"Te observo desde hace tiempo". Respondió la voz, deslizándose a través de sus pensamientos. "Yo te salvé".
—¿Me salvaste?—. Repitió, temerosa de la información que estaba por venir, y de saber que su fantasía no había sido un sueño de ficción.
"Yo curé tu herida". Su voz sonó más fuerte, aturdiéndola por unos segundos, al mostrarle nuevamente la imagen de ella cayendo al suelo, pero esta vez añadiéndole a la escena como una extraña masa viscosa se deslizaba por el frío suelo hasta adherirse a su mano y penetrar su cuerpo. La mujer jadeó en su lugar.
—¿Quién eres?—. Cuestionó ella, dudando si realmente quería la respuesta de su "salvador".
La risa de Venom resonó de nuevo, profunda y retumbante, mientras las sombras en la habitación parecían cobrar vida. Una masa oscura y viscosa comenzó a surgir desde la penumbra. Poco a poco, la sustancia se alzó, tomando forma ante sus ojos aterrorizados.
De la oscuridad se materializó la cabeza del simbionte, con sus ojos blancos y alargados que irradiaban una malevolencia palpable. La piel negra y brillante del monstruo se movía como si estuviera viva, y la enorme boca se abrió para dejar ver una hilera de dientes afilados que goteaban saliva.
"Yo soy Venom". Se presentó en un tono que le produjo una descarga eléctrica en la columna vertebral. "Y tú eres mía". Sentenció, marcando así el inicio de una unión entre ambos.
Ay, Venom, a mí también sálvame 🫦
Ahre KAJSKABSKA
Anisoka-wizards
Espero te haya gustado cómo va dando forma la sugerencia que me diste, fue bastante fácil, porque en sí ya estaba el boceto en borradores para una historia así, pero como no sé cuándo me dará el tiempo para sacarla a la luz, pues la pongo en los OS por mientras jsjs
Si esto es de su agrado, no se olviden en comentar, así me motivan a seguir escribiendo con más rapidez :)
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©-MANDALORIANA76
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