𝒸𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ
𝚙𝚛𝚘𝚖𝚎𝚜𝚊

Despertó varias horas después con un dolor de cabeza que podía competir con un martillazo en el cerebro.

La desgracia es que no lo mataba, solo lo dejaba con aquel incesante dolor.

— Ay mi cabecita. — Se queja por lo bajo.

Mira a su alrededor con duda, este no era el espacio que le habían dado y no quería ser irrespetuoso e invasivo.

Trata de levantarse pero sus piernas ya no son lo suficientemente fuertes para sostenerlos.

Abrió los ojos con incredulidad.

¿Desde cuando era tan débil?.

Normalmente cargaba rollos pesados de tela todo el dia sin parar y ahora estaba más flácido que un fideo cocido.

— ¿Dormiste bien?. — Se sobresalta al escuchar la voz del mago que se encontraba en el marco de la puerta.

Lo que más resalta es aquella ropa blanca, manchada con suciedad y polvo junto a ese olor a carne quemada y metal.

— Si, gracias... — Afirma, sin poder apartar la mirada de las prendas. — La guerra es terrible.

El comentario sorprende al rubio, entreabre los labios para contestar pero vuelve a sellarlos en una línea recta.

— Mi padre... trabajaba junto al emperador, de hecho estuvo cuando la guerra empeoró. — Explica soltando un suspiro tratando de sostenerse en la cama para poder sentarse. — El no quería usar a los magos como arma pero... ¿quien escucha a un solo hombre?.

— Suena a que es un hombre de principios.

— Es más recto que una regla. — Dice con burla. — Cuando le dije a lo que me quería dedicar casi me estrangula.

— ¿Hablas del servicio de limpieza?. — Una risa abandona los labios de Mika negando con la cabeza.

— Soy diseñador y costurero. — Baja la mirada a sus manos, jugueteaba con ellas. — Mi vida está entre las telas e hilos, me apasiona lo que hago.

La nostalgia inunda su corazón, tantas experiencias y sentimientos comienzan a rondar su mente ocasionando un ambiente más apagado.

— Te cuento un secreto. — El mago toma la palabra acercándose a él para después, poniéndose de rodillas. — Soy teñido.

Se queda en blanco unos segundos para después comenzar a reír a carcajadas junto a él.

— ¿Que clase de secreto es ese?. — Dice entre risas.

— Uno que te hace reir.

Una sonrisa aparece sus labios, el tiempo parece detenerse ante sus miradas cómplices y corazones acelerados.

— Howl.

— Finalmente dijiste mi nombre.

El calor comienza a aparecer en sus pómulos, desviando la mirada hacia la pared. Curiosamente habia un monton de cuadros y pinturas que iluminaban el lugar.

— ¿Este lugar siempre fue tan colorido?. — Pregunta, observando al mago.

— Trato de que mi habitación se adapte a mis gustos.

— ¿Tu que?. — Apenas puede procesar la información, el rubio parece no darle importancia pero Mika está a punto de desmayarse.

— Sophie me dijo que te habías quedado dormido en el suelo.

— Si, eso creo. — Ni siquiera es capaz de recordar qué fue lo que pasó después de toser. — Parece que me estoy haciendo débil.

Howl cambia su expresión a una más preocupada cuando logra ver los ojos de Mikhael.

Ahora parecían más oscuros de lo usual, las ojeras parecen contonearse al rededor de sus ojos y su piel parece perder color.

— Mika.

— ¿Si?.

— ¿Recuerdas que paso después de que nos conocimos por primera vez?. — Eso deja pensando al chico, en realidad no tenía noción de que había pasado después de haber dejado a Sophie en casa.

— No realmente. — Aclara tomándose el mentón en una pose pensativa. — Solo recuerdo haber despertado al día siguiente porque me caí de la cama.

— ¿Nadamas?.

— Nadamas.

— Entiendo. — Murmuró el rubio. — Por favor descansa, te dejare usar mi habitación todo el tiempo que lo necesites.

— ¿Y tu donde dormirás?

— No te preocupes por ello y duerme.

Antes de que pudiera protestar algo el mago se toma la libertad de envolver su cuerpo en cálidas sábanas y cómodas almohadas.

— Vendré en la mañana para ver como estas.

— Apenas nos conocemos. — Dice relajándose en el calor de la cama. — Pero me tratas con familiaridad.

— ¿En serio?.

— Si, como si ya nos hubiéramos conocido. — Su ceño se frunce al no entender ni su propio cuerpo ni las emociones que poco a poco comenzaban a salir. — Le pregunte a Calci pero me mando al diablo, demonio grosero, mañana le voy a esconder la leña.

El mago suelta unas risas antes de acariciar su cabello con cuidado.

— Por favor tenle paciencia, está inquieto ante tu presencia.

— Como si le pudiera hacer algo. — Farfulló molesto.

— Lo puedes tocar. — Recuerda Howl.

— Buen punto.

Se siente cómodo, la voz de Howl se siente tan amena que a penas puede mantener los ojos abiertos. Con un impulso que desconoce, acaricia el bonito rostro del mago.

Sorprendido ante el tacto tan delicado que recibe, Pendragon acaricia el dorso de su mano con un toque suave, perdido en el calor de su palma. 

— Tus ojos son bonitos. — Dice en un hilo de voz. — Es como ver las estrellas.

Finalmente se queda dormido, el relajante ambiente se ve empañado por la cara seria del mago. Aprieta la mano de Jones contra su pecho aferrándose a él con fuerza.

— Te curare, lo prometo... estaremos juntos lo más pronto posible.

Si tuvieran un escritor favorito de fanfic ¿Quién sería y por que yo? KSHSKSKW ya hablando enserió
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