15. Javon Walton.
Título: kisses, camera and don't smile.
Advertencia: ninguna.
Palabras: 1190.
Javon Walton.
Hacer enojar a tu novia mientras ella está a kilómetros de distancia no es algo que recomendaría al 100 % a alguien.
Laidie estaba atravesando una de las etapas más sensibles en una mujer, el período. Y yo no había sido de las personas más comprensibles con ella al decirle que no le compraría un golden dalmata para que sea nuestro hijo.
¡Pero yo estaba pensando en la mentalidad y estabilidad de mi próxima criatura! Yo no estoy en casa con Laidie, casi nunca pues lo nuestro es un gran secreto y cada uno mantiene su mente en sus trabajos, el cachorro-hijo me saldría con unos tremendos daddy issues. No iba a aceptar eso.
Pero bueno, regresando al momento de hoy en día. Aquí estoy. Llegando tarde al vuelo que me llevaría directo a Londres nuevamente, lugar donde se encontraba mi hogar y la chica que tenía a mi corazón envuelto entre sus manos.
Si cualquiera me viera diría que soy patético, pero esto es el amor, aténganse a las consecuencias.
—Javon, ¿dónde estás? —preguntó mamá desde la otra línea de llamada.
¿Cómo le explicas a tu madre que viajarás a la otra parte del mundo para ir a rogarle perdón a tu novia de hace dos años y que nadie sabe sobre su relación? No puedes, te degollaria ahí mismo igual, o peor, que cuando pierdes su tupper favorito.
Un largo “ehhh” salió de mi boca mientras entregaba mis maletas y pensaba seriamente en qué contestar.
—Salgo de vacaciones, besos a los chicos. Te amo, mamá. —y colgué.
Sí, tal vez no había sido la mejor manera de afrontar la situación. Pero hey, no soy bueno afrontando situaciones, por algo estoy rumbo a Londres duh.
—Aquí tiene su boleto, señor. Es por la puerta 512, le deseo un buen viaje. —mencioné un “Gracias” a la señora de ventanilla y fui directamente a la puerta designada, casi corriendo pues ya llegaba tarde (igual que siempre).
Al momento de subir, fui en primera clase y me concentré en intentar dormir durante las próximas horas de viaje. Esto sería agotador...
horas después.
Tuve razón todo el maldito tiempo. Fue agotador.
Pero valió la pena pues el aire veraniego es imcr- ¿aire veraniego? Oh, oh.
—Disculpe, señor. —llamé la atención de la primera persona que vi saliendo del aeropuerto. El señor se detuvo y me observó con una sonrisa, dándome un asentimiento para continuar. —¿Dónde estamos exactamente?
—Oh, estamos en Atenas, Grecia.
“QUÉ, QUÉ.” Mi cara se desfiguró totalmente, peor que en cualquier pelea, ¿cómo miércoles había terminado en Grecia?
Esto es demasiado, ¿el aeropuerto se está haciendo pequeño o por qué siento que me falta aire?
¿Por qué...?
Narradadora.
Y Javon se desmayó. En pleno aeropuerto internacional de Grecia.
Las personas a su alrededor corrieron a socorrerlo rápidamente y a una de ellas se le ocurrió la maravillosa idea de arrojarle agua.
Funcionó perfectamente pues aquel joven de apenas veinte años se despertó al instante, con una cara de angustia al no comprender lo que estaba sucediendo a su alrededor. El hombre a quien antes le había hablado le tendió una mano para que pudiera levantarse tranquilamente.
Todos aplaudieron por eso, y Javon no pudo estar más desconcertado. Pero sonrió con amabilidad igualmente, pensando que esto ya no se podía poner más raro.
Hasta que una chica le tomó una fotografía y mencionó en alto que él era Javon Walton. A la mierda con el efecto sorpresa, todo se volvió un caos después.
Al parecer no le importaba si no le conocían, él era famoso y eso bastaba. Sonrió tanto ese día que hasta le dolieron los cachetes luego y agradecía al de arriba que aquel señor de la primera vez volviera a socorrerlo, quitándolo de aquel lugar en esta ocasión.
—En serio muchísimas gracias, señor. No tengo maneras de agradecer. —había murmurado Javon con tanta pena.
El señor, aún desconocido, sonrió con compasión.
—Tranquilo, muchacho. Ese lugar se volvía sofocante para todos, ¿estás bien?
—De maravilla. Pero por si acaso tendría mi-
—Tú maleta está a lado tuyo, niño.
Javon volvió a sonreír con agradecimiento y agarró sus cosas para buscar con urgencia su celular. Debía pedir ayuda a gritos y centellas.
—Nena, a que no sabes qué paso... Bueno, pero no me grites, fue una confusión... ¡Claro que no vendría a tu lugar favorito sin avisarte solo porque sí, nena!... Bueno, ¿qué dirías si en realidad te digo que por culpa de una señora terminé aquí en vez de Londres?... ¡Laidie, te juro que fue su culpa! Se arruinó la sorpresa... Sí nena, yo te espero aquí... ¡Si, si, prometo no moverme de aqui!... Bien, yo también te amo.
Javon colgó la llamada con Adelaide, él tenía las mejillas sonrosadas porque sabía que su novia lo había regañado mucho peor que su madre y que aquella mirada de burla del señor era por eso.
Un día más para esa pulga aventurera.
Adelaide Holland.
Corría con desesperación por todo el aeropuerto de Grecia, había tardado más de un día en llegar aquí y era todo completamente culpa de mis hermanos y de Javon también.
Ese chico no se salvaría de mí, ¿cómo va a confundir los boletos de viaje? ¡La de las momentos random en esta relación era yo! Javon era muchísimo más crítico mentalmente para saber diferenciar unos boletos.
—¡Meg, por favor, ya no soy tan joven como antes! —escuché que exclamaba Tom detrás mío. Se escuchaba terrible.
—¡Ve a pilates con Daya! ¡Ella tiene mejor condición física y tienen la misma edad! —Tom bufó detrás mío y mis otros hermanos no duraron ni un segundo en burlarse con risas estruendosas.
Zendaya estaba a mi lado para cuando me detuvo con un brazo, señalando a Javon recargado en una camioneta. Sonreí con alivio y corrí como nunca hasta él, solamente para abrazarlo.
—Dios mío, ¿estás bien? —murmuré en su cuello, sentí su sonrisa y sus brazos rodeandome.
—Si, Laidie. Estoy- ¡auch!
Está de más decir que le pegue con mi bolso. Ahora que sabía que estaba bien, debía dejar salir mis molestias ante tantas preocupaciones que me había generado. Lo odio.
—Eres —un golpe—. Un —otro—. Insensible. —y uno más. —¡¿Cómo vas a confundirte así y desmayarte luego?! ¡¿Sabes lo muy preocupada que estaba?! ¡Tu mamá no sabía que hacer! ¡Tu representante se volvió loca y yo-
¿Estaba besándome enfrente de toda mi familia para callarme? Dios mío, claro que estaba haciendo eso ¡y yo le estaba siguiendo el beso! Pero no pueden culparme, sus labios eran adictivos.
Pero la fantasía se arruina en el momento en que mis hermanos salen de su burbuja y gritan un “¡¿QUÉ?!” demasiado fuerte.
Javon y yo nos separamos con cara de asustados y al instante sentimos un flash de alguna cámara. Específicamente la que Zendaya me había dicho que iba a usar para guardar recuerdos familiares de este viaje.
—Ay, no sonrieron. —escuché como se lamentó.
Tom, Paddy, Sam y Harry seguían en shock, igual que sus parejas, mientras que Javon y yo estábamos quietos como estatuillas.
“El primero en pestañear pierde.”
Cállate conciencia.
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otro porque con este cerramos este libro de os, ya que quiero editarlo y luego ver si sigo haciendo más.
Gracias por el cariño, dejaré una caja de pedidos por si vuelvo y tendré en cuenta cada uno de ellos <3. Los qm.
—sof.
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