Título: Mis palabras sobre ti.
Advertencia: tristeza, no hay mucho que decir.
Palabras: 1,198.

Adelaide Holland.

“Better man” de Taylor sonaba tan fuerte por los audífonos que estaban en mis orejas. Una persona normal estaría devastada por tal volumen al cual estaba sucumbiendo a mis oídos pero yo sinceramente solo quería que la letra se pegará a una parte de mi cabeza, que logrará que las desgarradez en la profundidad de esas líricas se impregnaran en mí tanto que me hicieran olvidar al hombre que realmente era todo lo contrario a lo que describía esta canción.

El dolor de una partida es tedioso. Si alguien muere tu vida se detiene por un momento, pero el tiempo no. ¿Pero qué sucede cuándo tus latidos mueren mientras aún vives?

Aquellos latidos provocados por una toxina de felicidad, eclipsados en una burbuja que me mantenían lejos de los crueles instintos de la realidad y en el cual todo parecía un pequeño mundo pre diseñado para, no uno, sino dos personas que caían en sintonia.

Uno no muere por un corazón roto, pero si podría volverse loco en su jauría de tristeza.

Los recuerdos. Los toques. Las risas. Los besos. Los suspiros. Los susurros. El dolor y la felicidad. La armonía y la inquietud. Todos ellos te atrapan, quiebran tu pequeño mundo y te azotan una y otra vez. Las mariposas llenas de parsimonia se convierten en avispas furiosas.

Y caes en el delirio...

✧

—Cuéntanos, pequeña Holland. ¿Cómo has estado estos meses?

La sonrisa del entrevistador era encantadora. No buscaba maldad en su pregunta, pero tampoco me calmaba. Sonreí por cortesía. Ignorando las memorias completamente rotas.

—Excelente. Progresando con mi carrera y retomando mi rutina.

—¡Oh sí! Tu retorno fue sorprendente, la noticia masiva de que una de las modelos más jóvenes estaría invitada a la Met Gala conmocionó a muchos. Dime, ¿cómo recibiste la noticia?

Dejé que la emoción pudiera sentirse, tan solo por un breve momento, y me explayé en las palabras correctas para mencionar mi pasión.

Fueron varios minutos hablando de diferentes cosas. El medio, mis hobbies, mi trabajo. Todo lo profesional. Pero por más encantadores que resulten ser las personas que te entrevistan, a veces quiénes son el verdadero grano en el trasero resulta ser la revista para la que trabajan, obligándolos a hacer preguntas que realmente son difíciles, pero para las cuáles ya venimos preparados.

Como fue mi caso.

—Sé que... es de las preguntas más difíciles pero, ¿cómo has estado en estos meses en dónde tu relación con Javon Walton llegó a finalizar luego de dos años largos de relación pública? Sin contar los que ustedes dijeron que habían tenido mucho antes. —la suavidad con la que mencionó tal pregunta y los ojos de ciervo compasivo simplemente me hicieron entender que eso no era para nada un tema que el entrevistador quisiera tocar.

Pero cuando el corazón sangra y dolor burbujea entre tus venas, simplemente no eres capaz de mantener la calma o razonar aquello a tiempo. El dolor se mezcla con la ira, y quema.

La mente y el corazón se traicionan mutuamente. Ignoran el dolor del otro y perjudican a la memoria, atrayendo recuerdos realmente... difíciles de afrontar.

—Oh diablos, Laidie. Eres mi perdición. —la sinfonía de su risa inundó la cocina de nuestro departamento. La vergüenza invadió mis mejillas mientras ocultaba el bote de helado detrás de mi espalda.

Ese recuerdo. La manera en como rió completamente divertido porque le había mentido solamente para mi conveniencia al no querer darle mi pequeño bote de helado de chocolate. Y como luego de eso besó mi frente y me dejó comer libremente a su lado todo lo que quisiera, sin juzgarme como muchos hacían ya que no debía subir de peso por mi trabajo. A él no le importó en lo absoluto.

—Fue... —la voz me traicionó y reí ligeramente mientras el dolor quebraba otra parte de aquel vastamente reparado corazón mío. —Es difícil. Estar junto a una persona durante casi toda tu vida, sin sentir ataduras y que de la nada la libertad que siempre sentiste se convierta en soledad es... duro, muy chocante.

—Comprendo. ¿Hay palabras no dichas que quisieras dedicarle?

“Tengo todo un corazón que quisiera entregarle para que las palabras jamás salieran de mi boca, en realidad”.

Sonreí y supe por su expresión que mi dolor sobrepasó mis murales. Que se dejaron ver tan solo mencionaron su nombre.

—Que estoy agradecida. —murmuré, conteniendo mi agonía. —Siempre hablamos de que las personas llegan a tu vida por un motivo y eso es dejarte enseñanzas durante el camino para que tu trayecto en el futuro no sea complicado. De las personas se aprende. Las malas te perjudican un momento pero de igual manera siempre te dejan una lección aprendida. Las buenas también...

La voz se me quebró y la ansiedad llegó a mis piernas. Haciéndolas temblar continuamente.

—Él me enseñó demasiado. Aprendí a amar cosas que no sabía que podía aceptar en mi vida. Me enseñó a compartir la vida con otro ser humano de una manera muy distinta al resto. Me dio los mejores momentos que una adolescente puede soñar y, por supuesto, me regaló la experiencia de presenciar a un hombre hecho y derecho. Alguien a quien vi caer y levantarse múltiples veces por sus sueño.

« —Me enseñó a no rendirme. Me enseñó a creer en mí. Me enseñó a amar sus defectos y a aceptar los míos. Me hizo confiar en él. Construimos algo único. Algo que nació por locura y que se mantuvo por el doble de locura, combinado con torbellinos de sentimiento.

« —Lo amo porque estoy agradecida con él. Hoy y siempre. Fue la persona más inesperada en mi vida y la que conserve por mucho tiempo apesar de lo diferentes que éramos en el camino, yo lo adoro, con todo mi corazón.

Había mucho más debajo de el cascarón que podría haber dicho, pero sentí que hasta esas palabras habían conmocionado a mi entrevistador. Por lo tanto no quiero imaginarme el resto.

Quizás así era mejor, a veces es mejor guardarse los secretos del alma solamente para aquel que tuviera la otra parte.

Algún día, quizás, podría volver a decirle todo lo que me faltó a Javon Walton.

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—Hiciste trampa, Anthony. Descarado. No te atrevas a mentirme.

—¿Yo? ¿Descarado? Pequeño flor tonta que me ha robado un departamento entero.

—Si tengo el dinero lo compró.

Hice un pose de diva mientras agitaba el dinero falso perteneciente a nuestro juego de mesa y él simplemente negó, ya acostumbrado a mis artimañas sucias.

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—¡¿Qué culpa tengo yo?! ¡Maldición! ¡No me interesa esa chica!

—¡¿Entonces por qué te sigue escribiendo?!

—¡No lo sé! ¡Pero no me interesa!

—¡No puede ser porque sí, tiene que haber un motivo, Javon!

Jamás peleábamos. Y el hecho de que sea simplemente porque mientras él se bañaba había encontrado que un número desconocido le había escrito, diciendo ser su ex, era algo realmente alarmante. Jamás dudabamos el uno del otro.

[•••]

—Te amo. Eres la única mujer por la cuál mi mente se descontrola. Solo tú, jamás lo dudes, Laidie.

Cuerpo y alma completamente desnudos el uno por el otro. Ni un solo secreto oculto entre nosotros, solo para el resto del mundo.

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HE VUELTO. Después de mucho estrés, he encontrado la paz para escribir la primera parte de un os.

Pienso hacer uno parecido desde la perspectiva de Javon, obviamente ya que me han dicho que les gusta escuchar su versión también.

¿Si se entendió la trama de os?

Los recuerdos a lo último es algo extra que les quería agregar.

P.D: sé que hay mucho que no me siguen y que por eso no saben, pero yo tengo clases extracurriculares por lo tanto mi tiempo durante los días es escaso y a eso se debe mi ausencia. Para que se hagan una idea, me despierto a las 05:20 a.m y llegó a mi casa a las 22:00 p.m. Una locura por la cual pido paciencia.

btw, tremendo todo lo que ha pasado en fandom, yo quedé:
👁️👄👁️.

En fin, bye, los tkm. GRACIAS POR LOS✨ 6K ✨, son un amor. Recuerden darle amor a los os para que sea mayor motivación para mi, porque a veces llegó a creer que lo que les escribo es insuficiente jdkdkd.

—sof.