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PD: INICIA LA SEGUNDA TEMPORADA DESDE AQUÍ
El rubio se movió incómodo en la cama y levantó una ceja al sentir los fuertes rayos del sol entrar por la ventana. Maldijo en voz baja y se sentó en la cama pasándose una mano por el cabello rubio alborotado. Soltó un suspiro y observó su habitación toda desordenada con papeles por doquier, botellas de cervezas vacías y empaques de comida sucios.
Otro día más, Min YoonGi no encontraba a JiMin.
Unos leves golpes en la puerta hicieron que levantara la cabeza y dirigiera la mirada hacia la puerta. Está se abrió dejando ver una bandeja con comida quien traía en manos JungKook, detrás de él venía en silencio NamJoon.
—Buenos días. Desayuno a la habitación. —dijo el pelirrojo dirigiéndose a la cama en dónde estaba YoonGi aún sentado. —Traje huevos revueltos con pan en mantequilla, café y una barra de proteína para ti. —una pequeña sonrisa se asomó en sus labios y posó la bandeja en la cama.
NamJoon entró del todo en la habitación e hizo una mueca al sentir el olor a comida guardada. Se tapó la nariz y negó con la cabeza al ver todo el desastre que el rubio tenía en su habitación.
—¿Qué significa todo esto? —cuestionó Min.
—¿El desayuno? —JungKook señaló la bandeja. —Es la comida más importante del día.
YoonGi lo miró con los ojos entrecerrados.
—¿Qué quieren? —bufó levantándose de la cama para caminar hacia su ordenador, de nuevo.
—Debes descansar tu vista y mente. Llevas pegado a la maldita computadora meses, Min. —regañó NamJoon.
—Cierra la boca. —el rubio tomó asiento frente a la pantalla de su computadora e ingresó a su perfil para continuar con la exasperante búsqueda.
JungKook se mordió el labio inferior nervioso, captando la mirada de YoonGi.
—¿Tienes algo que decirme, JungKook? —el pelirrojo levantó las cejas sorprendido.
—Eh… —se rascó la nuca haciendo que YoonGi hiciera una mueca de disgusto.
—Habla rápido, no tengo tiempo para niñadas. —se quejó este. —Si quieres saber que está haciendo TaeHyung, ve a su casa y confírmalo por ti mismo, pero a mí no me vuelvas a decir que ingrese a las cámaras de seguridad.
NamJoon arrugó el ceño al escuchar eso y miró a JungKook con repugnancia.
—Era un secreto, YoonGi… —murmuró el pelirrojo cabizbajo.
—Solo dile lo que me dijiste, Jeon. —habló el peligris.
Los ojos de YoonGi se posaron en el semblante tímido del pelirrojo.
—Creo que sé dónde puede estar JiMin. Bueno, mi padre siempre fue muy precavido con sus trabajadores, sabía dónde esconderlos y bueno, como hacer que llevarán una vida “normal” —hizo comillas. —Así que… —JungKook dio unos pasos hacia atrás cuando el rubio se levantó de la silla sin quitarla la fría mirada de encima.
—¿Por qué hasta ahora me vienes con eso? —cuestionó caminando hacia él.
—Porque no pensé que en verdad te importa él. No tenías casi nada de conocerlo y… —el rubio sonrió cínicamente y se colocó enfrente de JungKook haciendo que este pasará saliva nervioso.
A pesar que este fuera un poco más alto que él, YoonGi cargaba con una impotencia de estrellarlo contra la pared.
—Han pasado 5 meses, Jeon. ¡CINCO MESES! —señaló su semblante. —¿Me has visto? ¡¿A caso te has tomado 2 segundos de tu asqueroso tiempo para mirarme?! —acercó su mano a la camisa del pelirrojo y lo atrajo hacia él con fuerza.
—YoonGi, bájale a los humos. —dijo NamJoon.
—YoonGi, yo…
—¡Dime! —levantó un poco la voz. —¡¿Dónde está Park JiMin?!
—Busan. —la voz de SeokJin se escuchó en la habitación.
Las mirada cayeron en el hombre de cabello negro que se encontraba con la espalda apoyada en el marco de la puerta de la habitación.
—¿Busan? —levantó una ceja YoonGi.
—Sí, Busan. En los lugares donde todos los mafiosos visitan. ¿Qué no has escuchado sobre la joya de busan? —se burló este. —Lo tienes en frente.
YoonGi arrugó el ceño sin comprender a qué se refería.
—¿De qué habla este imbécil? —le preguntó a JungKook, soltando su camisa.
—Se refiere al lugar que mi padre tiene. Se le llamaría a la mitad del lugar, la joya de busan. —comentó. —Ahí es donde puede estar JiMin.
—Ajá y te saltaste la gran parte de que tú eres el cofundador de ese lugar. —interrumpió de nuevo el pelinegro.
El rubio miró a JungKook decepcionado.
—Jeon, quiero hacerte una pregunta que no te la he hecho en estos años que has estado viviendo conmigo… —se frotó el mentón. —¿Qué mierda haces aquí? ¿Quién carajos te dijo de mí?
El pelirrojo bajó la mirada y no respondió.
—Te estoy hablando, Jeon.
—Solo quería huir de mi padre y sus abusivos tratos. Nunca lo entenderías, Min. —respondió. —¿Sabes que es recibir mediocres horas de ver a hombre hablando de dinero y sobre a quien matar para cobrar ese dinero? —abrió los ojos lleno de rabia. —Es un infierno.
YoonGi soltó una carcajada irónica.
—¿Sabes que vas a hacer ahora? —posó su mano en el hombro. —Vas a llamar a tu papi querido y le dirás que estarás de vista en Busan mientras él está en la cárcel.
—Min, yo no puedo hacer eso… —el rubio le tapó la boca.
—Shhh…, claro que sí puedes. —sonrió. —Eres su hijo. Estará feliz cuando te escuche decir que irás a cuidar su precioso lugar.
—¡Genial! Nos vamos de viaje todos. —dijo SeokJin captando las miradas de todos.
—¿Y tú qué? ¿Por qué sigues con nosotros, Kim? —el rubio le quitó la mano de la boca al pelirrojo y se cruzó de brazos, mirando al pelinegro.
SeokJin se miró las uñas y rodó los ojos.
—Porque me robaste dinero y bueno, porque me costó una fortuna contratar a JiMin. Entonces, digamos que vamos por la misma persona, pero en situaciones totalmente diferentes. —sonrió.
—Min, ¿No crees que es muy peligroso ir allá? Digo, no conocemos para nada al padre de JungKook. Solo por noticias. —dijo NamJoon.
—Eso es lo de menos. Nuestro JungKook nos contará sobre él. ¿Cierto? —lo miró con una sonrisa regañadientes a lo que él pelirrojo asintió.
—Bien…, ahora. ¡TODOS LARGO DE MI HABITACIÓN! LACRAS. —gritó el rubio empujando a NamJoon a fuera y luego a JungKook. —Vayan a hacer maletas.
—Pero, YoonGi… —llamó el peligris.
—Encárgate de los vuelos, Nam. ¡Gracias! —hizo una mala cara y les cerró la puerta en la cara a los tres.
Este soltó un suspiro y regresó a su ordenador. Se mordió el labio inferior, observando lo que tenía en pantalla.
—¿Joya de busan? —abrió unos archivos y leyó. —Siento que he escuchado sobre esto…, pero… ¿Dónde? —suspiró. —JiMin, ya casi.
Leerlo hablando de esa manera es algo tan tétrico porque dirán que es muy pronto como para que un loco como él le guste una persona como es JiMin. Pero…, en este mundo todo es posible. Hasta que te impregnas sin querer de esa persona.
BESTIES VOLVÍ
Esto se pondrá bueno 🤝
Alv como que 10k ajsjsjsj, mucha gracias 🥺
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