—Entonces... ¿Eres estudiante de medicina? —JiMin asintió con la boca llena. —Ya veo..., pronto no tendrás pestañas. Se te quemarán de tanto estudio. —los dos rieron.

—¿Tú trabajas? —NamJoon ladeó la cabeza.

—Algo así... —se rascó la nuca. —Creo que  si se le puede llamar trabajo.

—¿De qué es? —preguntó JiMin.

—Bueno, básicamente...

—¿Por qué huele tan bien? —y la voz de YoonGi hizo que los dos lo miraran. JiMin, abrió los ojos sorprendido al ver que había entrado a la cocina totalmente desnudo.

—¡¿POR QUÉ ESTÁS DESNUDO?! —dijo JiMin levantándose de la silla observando detalladamente la piel pálida del rubio.

YoonGi, levantó una ceja y se giró para mirarlo. Estaba enseñando todo. JiMin, apartó la mirada un poco incómodo sonrojado.

—¿Qué tienen ustedes con la desnudez? Esta es la segunda vez en el día.  —se quejó JiMin. —Tapate al menos.

—¿Por qué? Estoy en mi casa. —respondió el rubio.

—Hay personas viviendo aquí. Sé un poquito considerado. —dijo JiMin cruzándose de brazos y dirigiendo su mirada al rostro de YoonGi.

—¿Y por qué te quejas de mí y no de NamJoon? No trae camisa.

<Él es otro tema. >

—Pero mi parte inferior no está sin ropa. —se burló NamJoon levantándose de la silla, agarró el plato vacío de JiMin y el de él para llevarlos al fregadero.

—De igual forma, estoy en mi casa y hago lo que se me da la gana. —miró a JiMin y le dio una sonrisa torcida. —Aquí son los otros los arrimados.  —le guiñó el ojo y se giró para salir de la cocina, pero se detuvo. —NamJoon, llévame desayuno a mi  habitación.

—¿Disculpa? —dijo NamJoon mirando de reojo.

—¡Disculpado! —respondo este saliendo de la cocina.

NamJoon hizo una mueca de desagrado y miró a JiMin con una sonrisa.

—Creo que deberías irte. —JiMin asintió.

—Gracias por el desayuno. Nos vemos luego. —cogió su bolso del suelo y se lo llevó a la espalda.

—Si no sabes cómo llegar a la universidad de Seúl, ver a la primera parada dee autobuses que queda a 2 cuadras de aquí. Esperas el bus número 9, ese te dejará de frente a la universidad. —dijo NamJoon.
—Muchas gracias, NamJoon. Eres muy amable.

<Y bastante atractivo. >

—De nada. —le dijo este. —Ve, llegas tarde.

JiMin, salió de la cocina a paso rápido y caminó hacia la puerta de la entrada. La abrió y salió  cerrando la puerta con cuidado.

Una vez que NamJoon le preparó el sándwich a YoonGi, se lo llevó a su habitación, pero antes de entrar llamó a la puerta.

—Voy entrando. —anunció NamJoon abriendo la puerta con una mano, mientras que con la otra sostenía el plato con el sándwich. —Espero y no estés haciendo locuras a plena hora del día.

NamJoon entró a la habitación percatándose de un terrible desorden. Hizo una mueca porque su habitación estaba peor que la de YoonGi.

Vio al rubio sentado frente a su escritorio y se acercó a él dejando en la mesa el plato.

—¿Qué haces? —preguntó NamJoon curioso.

—Averiguando cosas... —respondió YoonGi mientras revisaba unos archivos.

NamJoon, se sentó en la cama de YoonGi y soltó un bostezo.

—Luces cansado. —le dijo el rubio al observar el semblante agotado de este. —¿Mala noche?

—De lo peor. —se quejó el peli-gris.

—¿Pudiste estafar a alguien? —preguntó YoonGi.

NamJoon, sonrió al recordar lo que pasó la noche anterior.

—Resulté siendo estafado. —río.  —Terminé en la cama de mi víctima.

—Primero te puede la calentura antes que dinero. —rodó los ojos el rubio.

—Si lo vieras, no hablarías de esa forma. —se mordió el labio inferior. —Ahora que recuerdo, ¿Qué ha pasado contigo? Te he notado estos días bastante quieto.

—¿Por qué lo dices?

—Pues, desde que sabías que venía JiMin dejaste de "divertirte" —hizo comillas con los dedos. —¿Ya te aburrió matar gente por gusto?

El rubio entrecerró los ojos mirándolo.

—Casi fui descubierto por él. —dijo. —Tuve que deshacerme de un cuerpo de una manera bastante asquerosa.

—Todo lo que tu haces es asqueroso. Nada nuevo para mí.  —levantó una ceja. —¿Qué pasó con la manipulación? ¿Tus impulsos? ¿El deseo que sentías con acabar con la vida de una persona? Te noto bastante raro.

—Simplemente estoy quieto. Creo que sí hago otro movimiento en falso, podría terminar en la cárcel y no quiero convivir con personas que no están a mi nivel.

NamJoon soltó una carcajada.

—Tras de loco, narcisista. —negó con la cabeza riendo. —No te creo. Has estado lo bastante cerca de las autoridades y sin temor a quedar preso has continuado con tus homicidios. Aquí hay gato encerrado y huele que es por el nuevo.

YoonGi, volvió la mirada a la computadora.

—Y acabas de evitar la conversación. —sonrió victorioso. —Din din, cupido ha tocado el frío corazón  de YoonGi.

—Cierra la boca.

—Ya, debo admitir que es bastante lindo. Pero, no es mi gusto.  —NamJoon se levantó de la cama. —Por cierto..., tengo que decirte algo. —el rubio lo miró de reojo. —Cuando estuve en el centro de la ciudad, escuché a Lee Yong hablar de ti con otros dos tipos sobre vengarse de una muerte... ¿Puedo saber en qué te metiste ahora?

Una sonrisa torcida se asomó en los labios de YoonGi haciendo que NamJoon se frotara el rostro preocupado.

—Mataste a uno de ellos ¿Verdad?

—Ahora es carne molida. —se lamió el labio inferior. —No me gusta que nadie sepa de mi paradero.

—¿Cuándo mierda me dirás en que andabas antes? —NamJoon se llevó las manos a la cadera. —Llevo viviendo lo suficiente contigo para desconocer tu triunfo dineral y tu mente desquiciada.

—Eso no es importante ahora, NamJoon. —el rubio le dio una mirada fría.

—¿Si eres consciente que en las mierdas que tú estés y se quieran vengar pueden desquitarse con nosotros?

—Lo sé.

—¿Y ya? ¿Así no más?

—Sé que tu no te dejarás matar por alguien. HoSeok mucho menos, si es secuestrado a los 10 minutos lo ves saliendo del lugar como si nada y JungKook..., sabe manejar a la perfección un arma. —YoonGi bostezó.  —No me preocupan.

—¿Y JiMin?

—¿Y ese qué?

—Si se enteran que es el nuevo viviendo con nosotros y lo ven con esa carita angelical, ¿Qué? ¿Crees que lo dejarán pasar? —NamJoon, empezó a caminar por la habitación. —Me pregunto seriamente si tienes corazón.

—Sí lo tengo. Pero, está de vacaciones. —dijo en tono burlón.

—Eres muy imbécil para hablar de  este tema. —NamJoon, caminó hacia la puerta para irse.  —Solo espero que no le pase nada a JiMin.

—Calmate, apenas lo conocemos y ya te estás alterando por él. —le dijo YoonGi y este cogió el sándwich para darle un mordisco. —Además, no ha cumplido ni la semana viviendo con nosotros. Con su actitud puede que se vaya antes de que llegue al quinto día.

El peli-gris rodó los ojos y salió de la habitación del rubio cerrando la puerta. YoonGi, se quedó mirando la puerta unos segundos mientras masticaba y luego dirigió la mirada al ordenador, observando un vídeo de un hombre cabello rubio quien aplastaba la cabeza de otro tipo contra el suelo.

—Así que esto eras... —dijo con la boca llena. —Sabía que tu rostro se me hacia familiar en alguna parte, Park JiMin.

jwkeiwnwH, a que no se lo esperaban.

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