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JiMin, levantó una ceja.

—¿Y cómo que por qué voy a creerte?

—Una vez que me gane tu confianza, sabrás que no te estaré mintiendo. Te mostraré sí es lo que quieres.

—¿Por qué me estás proponiendo esto? —se cruzó se brazos mirando la espalda del rubio.

—Porque me tienes curiosidad, JiMin. También quieres saber quién soy y que puedo hacer. —este se giró y apoyó la cadera en el mesón de la cocina. —¿O me equivoco? —ladeó la cabeza.

—¿Cómo mierda voy a jugar? Si no me sé las reglas. —dijo JiMin.

—No hay reglas, esa es tu ventaja. —sonrió. —Me puedes engañar solo para satisfacer tu curiosidad y yo quizás no me de cuenta. —se encogió de hombros. —Pero, quiero un juego justo.

—Estás loco. —JiMin caminó para salir de la cocina.

—Entonces es un sí. —dijo el rubio haciendo que JiMin dejara de caminar. —Aunque me digas que no, ya estás jugando, JiMin. —sonrió. —Me ganaré tu confianza.

Y el pelinegro salió de la cocina sin decir nada. HoSeok, venía bajando las escaleras y detuvo a JiMin.

—Oye, ¿Adónde vas? Ya la comida casi está. —dijo HoSeok.

—¿Cómo puedes convivir con él?

—¿Con YoonGi? —este río. —¿Por qué?

—Al parecer tiene un humor bastante terrorífico.

—Oh, JiMin. Aquí todo tenemos bastantes defectos y entre esos, son los gustos. —ladeó la cabeza. —¿Nunca te han amarrado en el sexo? —levantó una ceja mordiéndose el labio.

JiMin arrugó el ceño al escuchar su pregunta.

—Si quieres estar aquí, deberías aprender a convivir con todos nosotros. —se acercó al rostro  de JiMin. —Aquí no somos personas normales. Existen gustos y fetiches. Tu debes tener uno. —le susurró y luego le sonrió. Le puso una mano en el hombro y se alejó de él. —Te veo abajo para cenar.

Pasó por su lado y bajó las escaleras, dejando a JiMin en un silencio perturbante y con millones de preguntas en la cabeza. Subió las escaleras y se dirigió a su habitación, encerrándose en ella. Apoyó la espalda en la puerta cerró los ojos con fuerza.

—¿Qué mierda estoy haciendo aquí? —golpeó su cabeza contra la puerta no tan fuerte.

Sacó su teléfono del bolsillo y lo desbloqueó encontrándose con dos llamadas perdidas. JiMin, lo revisó y vio el número de su hermano en esta. Regresó la llamada y este contestó al tercer tono.

—¿JiMin? ¿Dónde estás?

—En Seúl.

Ah, cierto que ahora vivirás allá. ¿Cuándo regresas?

—En vacaciones.

—¿Qué tal tu nueva vivienda?

—Uhmmm, bastante incómoda, extraña y quizás hasta demente.

Perfecto. Ese es tu lugar. Tu eres el raro.

—Muy gracioso, idiota. Por cierto... ¿Qué tal el trabajo?

Uhm, bueno. Tengo un caso en una hora sobre un violador.

—¿Cómo sobrellevas eso?

Te daría más detalles, pero es confidencial.

—Ni te los iba a pedir...

Hubo un silencio.

—¿Seguro que estás bien allá?

—Sí..., estoy bien.

Bien, si necesitas algo. No dudes en llamarme.

—De acuerdo, JinHyun.

Adiós.

Y colgó. Se pasó una mano por el rostro y caminó hacia su cama, dejó su teléfono a un lado y se acostó cerrando los ojos. Soltó un suspiro y cayó en un sueño profundo.

Una hora más tarde, se movió incómodo en su cama y se giró colocando su brazo encima de lo que pensaba que podría ser una almohada, pero arrugó el ceño, aún con los ojos cerrados, al sentir la presencia de un cuerpo a su lado.

JiMin, abrió los ojos asustado y se encontró mirando el rostro sonriente de YoonGi a su lado. El pelinegro gritó cayéndose de la cama.

—Al fin despiertas. —dijo YoonGi, sentándose en la cama. —Te ves muy bien durmiendo.

—¡¿CÓMO ENTRASTE?! Aseguré la puerta. —dijo JiMin, levantándose del suelo.

—Te recuerdo que es mi casa. —levantó unas llaves para que JiMin las viera.

—¿Por qué no tocaste la puerta?

—Lo hice. Cuatro veces. —entrecerró los ojos. —Pensé que te habías muerto después de lo que te dije y entré para ver. Pero, dormias plácidamente. —sonrió.

—¿Qué haces en mi cama? Bájate.

—Se veía cómoda.

—¡Estabas acostado a mi lado! ¿Por qué no me despertaste?

—Ya te dije, te veías muy bien durmiendo y no quise levantarte. —se levantó de la cama y se estiró. —Igual, solo vine a decirte que la comida ya está lista. —caminó hacía la puerta y la abrió para salir.

—¿Qué estabas haciendo aquí, YoonGi? —lo detuvo JiMin.

—Te dije que me ganaría tu confianza.

—¿Y eso implica interrumpir en mi habitación siendo un acosador?

—Puede ser... —se encogió de hombros. —Quizás un poco. —salió de la habitación. —¡Baja ya!










Uwu, esto se pone cada vez mejor
2/2 ♡

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