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Las miradas volvieron a conectarse en un espeluznante silencio. JiMin, sentía su corazón golpear sus costillas casi saliéndose del pecho. La cercanía y la intimidación de YoonGi estaban logrando que el pelinegro llegara a su clímax de temor.
—¿Por qué no vas a abrir la puerta? —su tono era calmado.
Este se alejó unos centímetros del rostro de JiMin y le dio espacio para que saliera, pero el timbre volvió a sonar haciendo que JiMin se exaltara y temblara.
—Ve a abrir la puerta, JiMin. —YoonGi se cruzó de brazos mirándolo con una pícara sonrisa.
JiMin, contuvo las lágrimas una vez más y se absorbió la nariz. Tenía que obedecer si quería vivir. Así que caminó hacia la puerta del sótano por la que había entrado, evitando cualquier contacto con YoonGi. Pero, el rubio lo siguió en silencio aún con los brazos cruzados y salieron del sótano.
El pelinegro caminó por la cocina a paso rápido sintiendo la presencia del rubio a sus espaldas. Se apresuró para llegar a la puerta y tragó duro cuando estuvo frente a ella. YoonGi, apoyó su espalda en la pared de una manera tranquila mientras observaba a JiMin abrir la puerta con sigilo.
Al abrirla, JiMin se encontró mirando a un hombre joven de cabello castaño y bigote. Vestía uniforme policial y detrás de él estaban dos hombres más vestidos de la misma manera.
—Hemos recibido una llamada de emergencia en este lugar. —dijo el hombre.
—Dejalos pasar. —la voz de YoonGi hizo que JiMin entrara en pánico.
<Si los dejo pasar puede que los mate. Quizás tenga un arma escondida y sea el final para todos. No quiero morir. >
JiMin, se lamió los laabios nervioso y abrió más la puerta dejando a los tres policías observar el interior de la casa.
—Permiso, joven. —dijo el policía entrando a la casa. —Soy el oficial Choi Joo. He recibido una llamada sobre un caso de homicidio. ¿Quién hizo la llamada?
—Responde, JiMin. —dijo YoonGi captando la mirada asustada de JiMin.
—Yo la hice... —contestó.
El hombre asintió y caminó hacia YoonGi.
—¿Quién es usted?
—El dueño de la casa. —respondió.
—¿Puede enseñarme la casa? —preguntó.
—Adelante. —dijo el rubio sin quitarle la mirada a JiMin.
—Daniels, cuestiona al joven. —le indicó al otro policía.
—Sí, señor. —respondió este acercándose a JiMin, mientras que el tercer policía rondaba la casa.
YoonGi y el primer policía de bigote habían desaparecido de su campo de vista y para él sólo significaba una cosa; muerte.
—Bien, dígame su nombre completo, edad y fecha de nacimiento. —pidió el hombre sacando una libreta.
—Yo... —JiMin, temblaba del miedo. Había cometido un error. —Soy Park JiMin, tengo 22 años y nací en el 99.
—Bien, gracias. Empezaré con las preguntas, ¿De acuerdo? —JiMin, asintió.
—Oye, Daniels. ¿No habíamos estado en esta casa ya? —preguntó el otro policía.
—¿Por qué lo dices?
—El dueño de esta casa tiene la estatua de Zeus. La misma que tenía el tipo que tenía grandes cantidades de carne en su sótano. —el policía se giró para mirar a su compañero y observó la estatua que JiMin nisiquiera había visto.
—Ahora que lo recuerdo... Sí. Creo que ya estuvimos aquí. —miró a JiMin. —Disculpe, ¿Cómo se llama el dueño de la casa?
—Min YoonGi. —respondió JiMin sin comprender nada.
—Oh, ya hemos estado aquí. —cerró la libreta. —Eres la segunda persona que llama a la estación denunciando a un loco "carnicero" —JiMin, arrugó el ceño.
—Bien, todo resuelto. —la voz del otro oficial llegó a los oídos de JiMin. Extrañamente se le hacía sorpresa que siguiera con vida. —Es el carnicero que siempre llaman. El joven Min YoonGi. —miró a JiMin. —Tranquilo, es solo carne. Por lo general tiene permiso para tenerla aquí, es de su libertad de guárdala.
Y sinceramente JiMin se encontraba perdido en sus pensamientos, no entendía lo que estaba pasando.
—Fue un malentendido. —dijo el policía. —Vamos. —caminaron hacia a la puerta, pero JiMin corrió a ellos.
—Esperen, ¿Revisaron todo? ¿La carne? Y si... ¿No es de animal?
El policía soltó una carcajada.
—Es de animal. Si fuera de persona, créeme que no midiera tanto y pesara 600 kilos. —sonrío. —Compruébalo tú mismo. —se encogió de hombros. —Permiso. —salió de la casa, cerrando la puerta dejando a JiMin con un millón de preguntas.
Ahora, estaba bastante confundido. Procesaba la información que le acaban de decir y estaba uniendo las partes. Varias imágenes de trozos gigantescos de carne pasaron por su cabeza. ¿Podría ser eso de una persona? ¿En qué mierda pensó JiMin al pensar que un gran trozo de carne de 600 kilogramos podría ser una persona?
Un carraspeó hizo que JiMin saliera de sus pensamientos. Sus ojos se encontraron con el semblante serio del rubio y sintió como la mirada de este lo comía vivo.
—¿Ahora si puedo explicar lo que había allá abajo? —dijo YoonGi
JiMin, no tenía un buen presentimiento de esto.
—Mira, JiMin... —este se rascó la nuca. —Te adelantaste sin preguntar. ¡Era sólo carne! ¿Es un delito tenerla ahí dentro?
—¿Es carnicero? —preguntó JiMin.
—No, pero... tengo dinero y tengo mi propio congelador de carne. ¿Es un delito?
—¿Qué hay de los cuchillos? Y ¿La sierra? —pasó saliva. —Me dijo que la sangre era humana y HoSeok también lo mencionó.
YoonGi, entrecerró los ojos.
—Uhmmm, JiMin... —caminó hacia él. —Solo es carne... De animal... ¿En serio creíste lo que te dije y lo que te mencionó HoSeok?
—Ver a un tipo con sangre en la ropa y escuchar la sierra. Joder, sí. Hay mucho loco en este víl mundo. —le dijo JiMin.
—¿Ves muchas películas? —JiMin, soltó un suspiro y caminó hacia las escaleras para subir dejando a YoonGi.
HoSeok, salió de su habitación mientras comía una manzana y vio pasar a JiMin hacia su habitación. Caminó hacia las escaleras y las bajó llegando al primer piso encontrándose con YoonGi.
—¿Y? ¿Casi te pillan? —preguntó HoSeok acercándose al rubio.
—Te juro que si se queda dormido, lo arrastro al sótano. —se pasó una mano por el cabello. —Si no es por ti, no hubiera limpiando nada y fuera hombre muerto. Te debo una.
—Pagame con un buen trozo de carne. —sonrió. —¡De animal!
YoonGi, soltó una carcajada.
—¿Crees que deberíamos amenazarlo? Si dice algo, puedo matarlo y no dejar evidencias. —HoSeok arrugó el semblante.
—No. —se dirigió a la cocina. —Déjalo que entre en confianza y poco a poco lo vas asustando hasta que te vea como una persona normal que le gusta asesinar y descuartizar personas. Pero, tiene favoritismos con las personas.
—Suena bien.
—Por cierto... ¿Dónde escondiste el cadáver? —preguntó HoSeok abriendo el refrigerador. —¿Compraste mora? ¿Harás jugo?
—De hecho... No es mora. Es la persona triturada. —dijo YoonGi haciendo que HoSeok cerrara el refrigerador.
Este lo miró sorprendido.
—Te vas a desmayar, ¿Verdad?
—Sí... —respondió este cayendo al suelo.
El rubio se pasó una mano por el rostro y soltó un suspiro.
—Casi dos años viviendo conmigo y no se acostumbra... —caminó hacía este para levantarlo del suelo.
La táctica limpiadora de YoonGi es mundial, ahr.
¿Cómo le decimos al JiMin que ta casi muerto?
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