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Decidió caminar hacia la puerta y entró al oscuro lugar. Llevó su mano dentro de su bolsillo verificando que su teléfono siguiera ahí y así avanzó dentro del sótano.
Una tenue luz opaca amarilla, iluminaba parte del lugar y un terrible olor a sangre y metal se impregnó en su nariz. Hacia demasiado frío ahí dentro, como si estuviera en un congelador. También sintió el fuerte aroma de agua estancada y algo podrido. JiMin, se llevó los dedos a la nariz tapándose sus fosas nasales para no sentir más el mal olor.
Se acercó a la parte del sótano en donde la luz podría iluminar un poco más y se quedó atónito al ver una gran mesa de madera, y encima varios trozos de lo que parecía ser carne. No había rastros de sangre por ningún lado, simplemente la carne, como si estuviera lavada y limpia. Había otra mesa de madera a un costado de esta que tenía toda clase de cuchillos y una sierra algo pequeña de lo que JiMin se había imaginado.
YoonGi, por otro lado. Se había quitado el delantal y lo había colocado en la lavadero abriendo la llave del agua y dejando que esta quitara el exceso de sangre.
—Bien, bienvenido al laboratorio. —bromeó. —Lo siento, soy pésimo con los chistes. —igual soltó una carcajada. —Pareces asustado. No te haré nada. —ladeó la cabeza con una sonrisa amable aterrorizando a JiMin.
Era increíble como una persona con un semblante amable y cálido, sea un total psicópata.
—Suena raro que lo diga, pero tengo mi favoritismo con las personas que traigo aquí al sótano.
<Mierda, yo soy una de esas personas. ¿Para qué mierda entré aquí?>
—Todas las que he tenido tienen algo especial. Algo que solo yo puedo ver. ¿Entiendes? —JiMin, volvió a tragar duro y asintió. —HoSeok supongo que te habrá llevado el cronograma de la casa y quizás te haya comentado algo de mí.
JiMin, quería salir huyendo de ese lugar, estaba muerto del miedo.
—¿No dirás nada? —levantó una ceja y caminó hacía el pelinegro. —¿Tan impactado estás? ¡Es solo carne!
<¿En serio es para él el ser humano un trozo de carne? ¿Qué mierda le pasa?>
—Yo... Debo irme... —JiMin, dio un paso hacia atrás haciendo que YoonGi rodara los ojos.
—Ven conmigo. —este le agarró la muñeca y tiró de ella para hacerlo caminar.
Llevó a JiMin más adentro del sótano y lo detuvo frente a una cortina transparente. YoonGi la corrió enseñándole una escena de grandes trozos de carne que colgaban de la pared. En esa parte del sótano había más frío, era un congelador.
Al pelinegro se le revolvió el estómago y vomitó hacia un costado.
—¡Pero! —YoonGi, hizo una mueca. —Acabo de limpiar todo. —se quejó caminando hacia el lavadero y agarrando un balde con algo para limpiar el desastre que JiMin había hecho.
JiMin, abrazaba su estomago asqueado mientras estaba encorvado evitando mirar de nuevo dentro de lo que parecía un congelador.
—Estás enfermo... —murmuró JiMin sintiendo las lágrimas apoderarse de sus ojos.
YoonGi, quien limpiaba el suelo del vomito que había expulsado JiMin, arrugó el ceño y lo miró.
—¿Disculpa?
JiMin, levantó la cabeza y con sin semblante muerto del miedo y unos ojos inyectados de ira.
—¡ESTÁS EN ENFERMO! —le gritó a YoonGi haciendo que este pateara el balde de agua con fuerza.
JiMin, retrocedió asustado y por la reacción del rubio, que no se dió cuenta cuando su espalda chocó contra la pared. YoonGi, see acercó a este lentamente acorralanddolo contra la pared.
El pelinegro cerró los ojos con fuerza mientras sollozaba al sentir la cercanía de este cada vez más cerca de su rostro.
—Déjame ir... —pidió JiMin asustado.
—Nadie te está deteniendo, JiMin. —su voz era bastante áspera que a JiMin se le erizó la piel. —No estás atado.
El corazón del pelinegro latía tan fuerte que apenas podía controlar su respiración y volver aa sus sentidos. Lloraba en silencio y pedía en ahogados pensamientos que lo ayudaran al menos a salir vivo de ese lugar tan horrible.
—Creo que te estás haciendo una idea equivocada conmigo... —le dijo YoonGi. —Y veo que te aferraste a un mal entendido, JiMin. —fue ahí cuando su mano se posó en el bolsillo del pantalón en donde JiMin tenía su teléfono con la llamada abrierta.
El rubio, bruscamente metió la mano en el bolsillo de JiMin y sacó el teléfono haciendo que la pantalla de esta iluminara su rostro. YoonGi observó la llamada y colgó.
—Creo que te has metido en problemas, JiMin. —se guardó el teléfono del mencionado en el bolsillo.
YoonGi, le cogió el rostro y hizo que este lo mirara.
—¿Por qué no cuestionas antes de hablar? —el semblante serio de este daba muchísimo miedo.
—No me mates, por favor... —lloriqueó JiMin. —Por favor...
Pero, antes de que este pudiera decir algo. El timbre de la casa sonó quitándole las palabras de la boca al rubio. JiMin, sintió que le caía un balde de agua fría en todo su cuerpo al escuchar el timbre.
Entonces, escuchó una risa macabra brotar de YoonGi, aterrrorizando a JiMin más de lo que estaba. Se había encontrando cara a cara con el mismísimo diablo.
Más larguito pal supenso jejje
viene la sangre, ahr no. :D
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