Dentro de la gran casa, JiMin podía escuchar su acelerado corazón retumbar dentro de su pecho. Eso era gracias al temor que tenía de estar en la casa de un posible trastornado y quizás hasta asesino.

—Sígueme. —le dijo a JiMin, caminando hacia lo que eran las escaleras.

La casa de paredes blancas, bien cuidada y bastante lujosa atraía la atención del pelinegro que lo hipnotizaba.

—Puedes dejar tu maleta ahí. —comentó YoonGi, subiendo los escalones.

JiMin, lo siguió en silencio y subió las escaleras detrás de él. Los dos llegaron al segundo piso en un ancho pasillo con varias puertas blancas.

—Bueno, déjame decirte que no eres el primero en vivir aquí. —se pasó una mano por la frente. —De 5 habitación, tengo 3 ocupadas por ahora. No te podrías decir, elige la que más te guste porque solo tienes dos opciones. Así que te las enseñaré.

Físicamente parecía un joven bastante serio y decisivo con sus cosas. Lo extraño era las grandes manchas de sangre en su ropa. ¿Había pasado un accidente y JiMin lo estaba malinterpretando?

YoonGi, caminó por el pasillo y señaló las dos primeras puertas.

—Aquí se encuentra Jung HoSeok, viene de Busan. —señaló a la izquierda. —Y aquí, duerme Kim NamJoon. —JiMin asintió. —Y la puerta del fondo, es de Jeon JungKook. También viene intercambio como tú. —volvió a caminar y señaló una puerta que estaba al lado de la habitación del mencionado HoSeok. —Aquí queda el baño, pero en las habitaciones tienen sus propios baños. Lastimosamente, las dos que quedan no tienen.

Miró a JiMin e hizo una mueca.

—Te toca usar el baño de afuera. —se encogió de hombros y lo acercó a la primera habitación. Giró la perilla y lo dejó pasar para viera la habitación.

Esta constaba de una cama doble, dos mesitas de noche a cada lado de la cama. Un televisor, un armario bastante amplio y un estante para poner quizás libros o cosas. Tenía unas grandes ventanas y excelente viste a dentro de la casa. JiMin, se quedó anonado. ¿En serio estaba por vivir aquí?

—¿Te gusta? —preguntó YoonGi a sus espaldas, exaltandolo.

—Oh, sí. Está muy bien. —el rubio le regaló una sonrisa.

—¿Quieres ver la otra?

—No hace falta. Puedo acomodarme aquí. —él levantó una ceja.

—¿Seguro?

—Sí, señor.

Él hizo una mueca de asco.

—No soy tan mayor que tú. —río haciendo que JiMin se lo quedara mirando unos segundos. Le parecía bastante atractivo.

Piel pálida, ojos rasgados, su cuerpo estaba en forma, brazos bastante grandes y delgados labios.

—¿Usted dónde duerme?

—En el primer piso. —dijo y salió de la habitación. —Puedes empezar a acomodarte si quieres. Estoy algo ocupado ahora. —se excusó. —Ah, cierto. —antes de irse, se regresó para decirle algo. —Tenemos un plan de horario y tareas.

JiMin, levantó las cejas.

—Cada quien tiene que cumplir con sus obligaciones y las reglas escritas. Haré que alguno de los chicos te lo suba. —dijo él dando unos pasos hacia atrás para irse. —Igual, estará en el refrigerador. ¿Te veo luego? —JiMin asintió con rapidez y lo vio irse.

<Parece buen tipo. En serio. Pero, algo no encaja.>

Este miró su nueva habitación y soltó un suspiro. Esta iba a ser su nuevo hogar y su nuevo comienzo para regresar a la universidad y continuar con su carrera.

Se viene lo chido, jeje