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🍃 |Capítulo 8.|🍃

| 虚栄心 |
Capítulo 8.
“El torneo de Vaizel”

—–Esa es Vaizel, una ciudad mercante.—comentó Meliodas observando la ciudad cercana al lugar de donde la madre de Hawk se había establecido.—–Un cliente me habló de que ahí guardaban un arma tan grande que nadie podía empuñarla.—contó recordando.—–Y también escuché rumores de que había una espada que nadie podía levantar o tocar porque de pronto sus manos sangraban terriblemente.

Aldora al escuchar eso sonrió serenamente, y levantó las cejas sintiendo mucho interés. Aquella arma y aquella espada de las que hablaba su capitán las conocía muy bien, y de hecho, la espada era de su propiedad. El arma inmensa lo más probable es que fuera de Diane. Llevó sus manos a su cabeza y flotó con una sonrisa, ansiosa por encontrar pronto su tesoro sagrado.

—–¿¡Qué esperamos!? ¡Debemos irnos para recuperar a mi “Bloody Rose”!—sonrió flotante, por encima de Ban.—–Oh y, recuperar a "Gideon" también.

Él llegó con solamente pantalones y ni una camiseta puesta, andando como siempre semidesnudo y quejándose de que estaba cansado de andar así por todos lados. No tenía muchas ganas de ir, estaba algo cansado y con levemente resaca. Meliodas le pidió que se dejara de tonterías y que se pusiera el delantal encima, y King se acercó a los demás para ya irse.

—–¡ESO NO ES IMPORTANTE!—exclamó Diane, golpeando el suelo con sus grandes puños.—–¡Porqué debo quedarme a cuidar la taberna!—insistió con lágrimas en los ojos como una niña.

Aldora se elevó en el momento en que Diane golpeó el suelo, y descendió cuando todo volvió a la normalidad. Suspiró un poco sintiendo pena por Diane, pero se acercó a abrazar su rostro con una sonrisa dispuesta a consolar a su amiga gigante.

—–Ay, Diane, no te enojes.—sonrió ella.—–Eres demasiado bonita como para eso.—comentó.

—–Además, es mejor que te quedes. Hace tiempo un gigante entró a Vaizel como loco, y desde entonces tienen prohibida la entrada. Podrás quedarte con Elizabeth.—dijo Meliodas.—–Te veremos pronto, “Grandulona.”—dijo al darse la vuelta y comenzar a caminar.

Aldora como un gesto cariñoso, le dio a Diane un pequeño beso en la frente y se alejó flotante de ella para alcanzar a los demás. Se acomodó la capa sobre su cabeza y suspiró un poco, relamiemdose los filosos dientes. King flotaba recostado en Chastiefol a su lado, y Ban caminaba jorobado y mirando a su alrededor con desinterés. Vaizel estaba llena de movimiento: personas invitandote a sus puestos, vendedores promocionando, mujeres con niños comprando aquí y allá. Mucho ruido. Pero no habían señales de Gideon o de Bloody Arthemis. Aldora se cruzó de brazos observando a varios lados, silbando tres veces en busca de que su querido tesoro respondiera a su llamado, pero en realidad no pasaba nada. Suspiró con frustración entonces.

—–Que rayos.—murmuró descendiendo quedando a centímetros del suelo.—–Mi Arthemis debe estar cerca, lo siento en mis huesos...

Meliodas volteó a verla con una leve sonrisa, en busca de animarla un poco.—–Descuida Aldora. Recuerda que sólo tú puedes empuñar a Rose sin morir en el intento. De seguro no la han tomado por un buen tiempo.—se encogió de hombros.

Aldora asintió con una leve sonrisa, y se estiró para volverse a elevar un poco más. Observaba a lo lejos sobre una gran roca una gran multitud y muchos gritos. Se encontraron en el camino con un viejo ebrio, que cargaba con él una botella de licor. Les habló sobre un festival, y respondió a la pregunta sobre en dónde había visto un martillo gigante y una espada que decían que estaba maldita. Los pecados no dudaron en ir, y al llegar en efecto se encontraron con el martillo de Diane hundido en la gran roca, sin embargo, aún no habían visto señales de Rose, y Aldora comenzaba a desesperarse. Los gritos de la gente comenzaban a fastidiarle. Al parecer, el tesoro de Diane era el premio para el ganador de un  festival de lucha, y el segundo puesto sería el merecedor de llevarse la espada maldita encontrada en el estómago de un demonio. Aldora levantó las cejas un poco, entonces fue ahí donde la perdió. Pero, ¿¡Como se atrevían a poner su preciada arma como el premio de un festival de bárbaros!? Esa era SU espada, de nadie más, y lo que más le ofendía era que sería el premio del segundo lugar.

¿¡SEGUNDO LUGAR!?

Bloody Arthemis es el arma de Aldora. Puede ser una espada o un arco y flecha, dependiendo de como su portadora la desee. Es un arma poderosa que, siendo arco, dispara flechas que siempre dan en el blanco. O siendo espada, únicamente puede ser empuñada por aquella alma maldita por el mismísimo clan de las Diosas. Era poderosa, hábil, ¿¡como podía estar semejante arma en el premio del segundo lugar en un vulgar festival!

Estaba ofendida.

—–Oh no, no permitiré que nadie más se vuelva a llevar a mi Bloody Arthemis.—Aldora bajó al suelo y tomando de la mano a King, Ban y a Meliodas, se los llevó directamente a registrarse.—–Además, ¿cómo... Como... Cómo ponen a una espada maldita de segundo lugar si se supone que debería ser el primero porque ¡ES MÍA!?

Estaba indignada por escuchar que su preciada espada no era el premio en primer lugar, sino del segundo, cuando para ella esa preciosa espada maldecida merecía más que el lugar del primer perdedor. Ban y Meliodas miraron la escena de Aldora con diversión, pero luego se la llevaron para que no llamaran más la atención.

Los dos últimos estaban emocionados por entrar al torneo, pero King en realidad no deseaba entrar a ese festival. No se permitían armas, y él sin Chastiefol no era nada.

—–¡Oigan! ¡Nos inscribiremos al torneo, esperen!—exclamaba Meliodas levantando un brazo alegremente. Mientras que con el otro agarraba a King.

Aldora simplemente observaba la escena con una sonrisa divertida, acomodando su capucha para que no vieran su rostro. Sin darse cuenta, se había chocado por accidente con un hombre de gran tamaño, calvo y con vendas en sus nudillos, y claro, su rostro dictaba un muy mal carácter. Ella se disculpó para no formar una discusión, pero él no quería escuchar y simplemente levantó a Meliodas de la camisa. La albina levantó las cejas un poco furiosa y con ganas de golpearlo.

—–Éste no es un festival para niños. Ni para mujeres.—soltó el rudamente, observando a Meliodas con hostilidad.

Aldora colocó las manos en sus caderas molesta y se elevó hasta llegar a la altura de él, dispuesta a ver su rostro. Él la miró con confusión.

—–¿Te crees muy fuerte en verdad? Yo puedo vencerte con mis dos manos en la espalda, pero en estos momentos no quisiera ensuciar mi ropa con sangre tan poco noble como la tuya. Te pediré de favor que lo bajes, y olvidemos ésto.—sonrió bajo la sombra de su capa, mostrando los colmillos filosos y un leve brillo rojo.

En eso, y viendo que el hombre fornido no quería hacerle caso a Aldora, un hombre rubio con un peinado poco común se acercó a la escena dispuesto a ayudar a la muchacha y al "niño" que Taizoo tenía atrapado. Tocó su brazo y le pidió que por favor no causara problemas, pues era un festival, solo era un juego y cualquiera sería capaz de participar. Aldora al girarse para verlo, sintió que sus mejillas y rostro se quemaban, y sin saber cómo su cuerpo comenzó a descender hasta dejarla sentada en el suelo. Se había quedado perpleja ante la apariencia de ese muchacho, pues lo reconoció. Ese hombre era aquel niño que ella cuidaba y quería como su propio hermano o hijo; y tan rápido había crecido. No entendía porqué estaba sintiendo ese tipo de cosas ahora al verlo, pero sabía una cosa, logró moverle el piso. Sin más, Taizoo el tres veces ganador del torneo se fue con una cena marcada del enojo, y el joven rubio se rascó la nuca confundido. Aldora aún seguía sentada en el suelo, con vista maravillosa frente a ella. Sintió su corazón muerto dar un giro total cuando él se ofreció a ayudarla a levantar.

—–¿Se encuentra bien, señorita?—soltó él, amablemente con una sonrisa amistosa.

Aldora no respondió nada en realidad, simplemente sentía como sus mejillas se coloreaban más de rosa y rojo. Por primera vez en mucho tiempo, volvía a ser tan tímida como una niña pequeña.

—–Sí... Gracias...—murmuró bajo, soltando su mano suavemente. Sintió unos pasos acercarse por detrás, pertenecientes a Ban, quien la miró de cerca en busca de ponerla más nerviosa. En realidad, él no sabía que le estaba pasando a su amiga.

El rubio con emoción hablaba para sí mismo, alegre de que por fin pudo entrar al Festival que tanto queria y cumplir su sueño de participar aunque sea una vez. Luego miró a los pecados y sin rencores les sonrió, pidiendo que la pasaran bien el día de hoy, luego se fue lejos. Aldora se mostró algo desilusionada por su partida, estirando su mano levemente a su dirección, queriendo atraparlo para no soltarlo, pero retrocedió rápidamente cuando sintió el brazo de Ban sobre su cabeza. Su cuerpo se tensó rápidamente.

—–¿Y a tí que te pasó?—preguntó el albino, mirando a Aldora con seriedad. Ella lo miró un momento, pero apartó la vista sonrojada.

—–Nada.—respondió simplemente, volviendo a flotar nuevamente.

—–¿Nada? ¡No creas que no ví cómo le hacías ojitos a ese sujeto!—Ban imitó el leve pestañeo que ella tenía hace rato.—–¡Ya te ví!—exclamó divertido y burlón.

Aldora gruñó y comenzó a flotar en dirección a la plataforma del Festival, ignorando las burlas de Ban. Bueno, él sí tenía razón, pero le molestaba aceptarlo. Suspiró con pesadez y metió su mano dentro de la capa, para sacar su guardapelo que colgaba en su cuello. Lo abrió por unos segundos observando la imagen de él, y entonces no le quedó ningún rastro de duda. Él era él. El parecido era impresionante, la forma de ser tan extrovertida y noble, la alegría con la que cargaba todo el tiempo. Sin dudas él era él.

—–¿Te recuerda mucho a Arthedain, no?—escuchó a Ban decir detrás de ella, para después sentir su mano sobre su cabeza.—–Sí, también me di cuenta.—sonrió mostrando la lengua, causando que ella soltara una leve risa.

—–¡Es tan lindo!—exclamó Aldora guardando el collar.—–Ese rostro...~ Ese cabello~ Esos ojos~ y ¡Esos brazos musculosos y fuertes que te estrujan... ~! —murmuró flotando más arriba, llevada por el amor. De no ser por Ban, ella flotaria distraída hacia la luna.—–Gracias.—agradeció, colocando sus manos en sus propias mejillas.—–Y pensar que ese niño bonito ahora es todo un hombre, caballeroso, guapo, seguramente fuerte... Y guapo... —suspiró enamorada apoyándose ahora en la cabeza de Ban, quien se alivió por ver a su compañera feliz.

—–Dijiste “Guapo” dos veces.

—–¡Silencio! ¡Shhh!

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King y Meliodas los alcanzaron
, y después de Aquello se dirigieron hacia la plataforma en la ronda eliminatoria.

En el cuadrilátero quedaba mucha gente, y una vez el juez se presentó divertido ante el público, y dio el permiso para que pudieran empujar se, golpearse o lanzarse entre sí durante un tiempo predeterminado. Los que quedaran en pie en el cuadrilátero serían los participantes del verdadero torneo.

Aldora simplemente esquivaba con tranquilidad. Saltó sobre los hombros de un tipo y terminó posandose en la cabeza de otro, luego le dio una patada fuerte al anterior y se libró de ambos por un rato. Se giró para darse cuenta de un tipo de gran altura y medio tonto, que al parecer estaba bajo los efectos del alcohol y  decía querer hacerle cosas no apropiadas. Aldora hizo una mueca de asco y lo dejó correr hacia ella, para después contrarestarlo con una fuerte patada que lo envió metros más allá del cuadrilátero. Sonrió sacando la lengua inocentemente, y se giró para ver a sus amigos, en lugar de eso,  encontrándose con el rubio que la ayudó hace poco. De nuevo y sin quererlo, descendió al suelo hasta quedar de pie aún observandolo, cuando él le sonrió amistoso fue suficiente para que sus mejillas se pusieran rosadas. Ella colocó las manos en sus mejillas con una sonrisa tonta y enamorada, mientras pateaba a otro tipo que intentaba tocarla. Fue así durante el tiempo en que la gente se empezaba a eliminar entre sí.

Quedaron siete en el cuadrilátero, pero como King no tocó el suelo el juez permitió que continuará debido a que no usó ningún tipo de arma contra los otros participantes. Ban de burló de él por "tramposo" y Meliodas lo felicitó divertido. Aldora aún seguía mirando corazones en el aire, por lo que el capitán tuvo que tomarla del brazo para llevarsela a la Sala de espera, en donde de seleccionarian los combates en privado. Ya ahí dentro, todos hicieron una fila, y tomaron una letra esperando a que su par seleccionado al azar sacara la misma letra que ellos. Aldora fue la primera en la fila. Después de seleccionarse, el juez dictó en voz alta los combates próximos, revelando así los feos apodos que el zorro les había colocado a sus compañeros.

–—Bien. Éstos son los combates.—sonrió el enano con el casco.—El primer combate será entre: Griamore y Adora.—anunció.

Aldora juntó sus cejas con sorpresa, confusa un poco al darse cuenta del nombre. "Griamore" si mal no le fallaba su mente, ese era otro niño que cuidó. Se giró a ver al hombre de gran estatura y mucha musculatura, cabello castaño. Sonrió bajo su capa al darse cuenta lo mucho que ese niño había crecido, y esperaba que pudiera darle una buena pelea. Todo ese pensamiento la distrajo de su nombre, ¿Adora? ¿¡es en serio!? Miró a Ban con molestia, y fue a acercarsele, distrayendose otra vez por el rostro de ese guapo muchacho rubio.

—–Se supone que venias para acá.—soltó Ban, jalandola de la ropa para llevarla con ellos.—–Si sigues así vas a perder la pelea una vez te toque luchar contra él.—giró los ojos divertido.

Ella simplemente sonrió y se encogió de hombros mostrando sus colmillos, luego dándole un golpe en la cara.

—–¿“Adora”? ¿“Ba-an”? ¿“Meliodaf”?—repitió levantando una ceja desilusionada.

–—¡Y no olvides Rey Ruco!—exclamó King ofendido a un lado de ella.

—–Si Ban, que nombres tan absurdos.—soltó Meliodas.

—–Sólo un tonto omitira el hecho de que quitaste la “L” a mi nombre, al tuyo le agregaste una “A” y al Capitán le agregaste una “F”.—giró los ojos, antes de notar que el rubio los observaba de lejos.—–Hay caballeros sacros aquí.—dijo viéndolo de reojo.—–Seguramente ya nos notaron.—suspiró.—–¡AH, OYE, SUELTAME!—exigió al albino más alto que comenzaba a frotar su puño contra la  cabeza de la albina, hasta que quito si gorro de su rostro, mostrandolo finalmente.—–Bien hecho idiota. Ahora estoy despeinada.—murmuró la pecosa, comenzando a arreglar su cabello.

Howzer notó aquello. Las pecas sobre todo. De hecho, ahora que lo pensaba bien, los nombres de ese grupo eran parecidos a los de los criminales más buscados por todo Liones; el más alto tenía una cicatriz que le llegaba desde la clavícula, pasaba por el cuello hasta llegar a su mejilla. Recordó que su amigo Gilthunder le platicó sobre que el capitán de los pecados era un chico, y además, la albina de ojos azules era dueña de un rostro angelical y lleno de pecas. Pero no podría ser, en el papel de búsqueda y según la recordaba, Aldora tenía el cabello corto, en cambio a la muchacha que tenía en frente el cabello le llegaba hasta las rodillas; según descripciones su cabello era un nido de serpientes malditas, y además, si la miraba a los ojos, se transformaría en piedra. Se decidió por acercarse a ellos finalmente, y observando el rostro de cada uno sonrió después de negar y alegar que se había confundido de personas.

Al alejarse, sintió una mirada intensa en su nuca, y cuando se giró se encontró con los hechizantes encantos de la joven albina. Le envió una sonrisa amistosa, pero ella no correspondió de la misma forma. Simplemente desvió la mirada con nerviosismo, sus mejillas se coloraron  y sus piernas comenzaron a temblar un poco. Él lo notó, pero no le tomó mucha importancia, ya para él era algo típico que mujeres tuvieran ese tipo de reacción. Pero aún no entendía porqué sentía esa incesante necesidad de seguir mirándola.

—–Aldora, ya deja de mirarlo así, va a tenerte miedo.—advirtió Meliodas juguetón. La albina no le prestó atención.

Estaba tan concentrada imaginando que él era ese pequeño niño, analizando y recordando el pasado. Repasando las palabras de su amiga Charity, imaginando en que él podría ser la reencarnación.

Quizás el lo sea. Pero no es momento de pensar aquello ahora.

—–¡Griamore Vs Adora!

Era el momento de pelear.

HE AQUI UN NUEVO CAPÍTULO DE VANITY ^^ MUCHAS GRACIAS POR LEER, ESPERO COMENTEN Y VOTEN

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