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🍃|Capítulo 13.|🍃

虚栄心
Capítulo 13.
“Contigo...”

Habían pasado al menos dos días desde el secuestro de Aldora. Los pecados aún no sabian dónde podria estar.

Pero eso a quien le importa. ¡Queremos ver acción!

Ya habían dormido dos noches juntos. Abrazados y acurrucados el uno en el otro. Adoraban estar en la presencia del otro. Se adoraban. Él para ella era un tonto divertido, y ella para él era una flor preciosa. Oh, además, la joven Aldora ya no sentía más sed.

Como dije antes, la sangre de Howzer era su salvación. . .

Regresando a un nuevo día, ellos sonrieron mutuamente al tenerse al lado al despertar. No deseaban otra cosa que no fuera eso. Pero, el día a día empieza. Howzer tuvo que ir de nuevo a a trabajar, dejando su habitación con llave, encerrando a Aldora en la recámara para que estuviera segura en casa, sin que nadie sospechara nada; mucho más con su padre trabajando en el taller. Se despidió de ella, dejándole un beso en la frente, asegurándole que todo estaría bien. Aunque Aldora no quiso separarse de él, pudo lograrlo y quedarse tranquila por un buen tiempo.

Durante el transcurso del día, el caballero sacro Howzer, tuvo un arduo día de entrenamiento con su compañero Gilthunder, además de que ocultaba la presencia de Aldora en la habitación. Aún así, logró no decir nada a pesar de ser muy bocón y estar medio pendejo aveces.

Aldora por otra parte, se la pasó muy aburrida durante el día. Eso le recordaba a sus días en su reino, en donde era prácticamente una prisionera. Miraba por la ventana de vez en cuando, intentaba calmar el hambre, se revolcaba entre las sábanas, hacia desastres y volvía a ordenar todo solamente porque sí; una y otra y otra vez. Todo, hasta que cayó la noche, sintiendo la felicidad de un cachorro cuando va a ver a su amo, al escuchar la puerta de la habitación comenzar a abrirse.

Quizo divertirse un momento, por lo que fue bajo su cama y de escondió en ella, cubriendo su boca para ocultar la gracia. Al ver abrirse la puerta y ver como los pies de Howzer se apresuraban a buscarla, no aguantó más y rió fuertemente. El rubio notó sus risas, y con un poco de entre molestia y alivio, la sacó de la cama, aún riendo.

—–¡No es divertido, Aldora!—le reprendió, viendo como flotaba ahora en frente de él, sosteniendo su estómago mientras reía.

–—¡L-Lo siento!—exclamó ella, sonriendo ya, deteniendo las risas.—–¡P-Pero, te veías tan adorable estando preocupado por mí. . !—murmuró, comenzando a acercar su rostro al de él.

Howzer no tardó en sonrojarse fuertemente. ¿Qué estaba haciendo? Bueno, iba a besarlo, pero ¿¡No se supone que debía él tomar la iniciativa!?

—–B-Bueno. . .—suspiró esquivandola levemente, estaba algo cansado, y solo quería reposar sentándose sobre la cama.

Aldora lo miró unos momentos, ladeando la cabeza y un poco confundida.

—–¿Te ocurre algo, mi cielo?—pregunta la albina, colocando las manos detrás de su espalda.

–—Si. . . Es sólo que. . .—dijo al pasar una mano por su cabello.—–Sólo estoy algo cansado y tensionado, es sólo eso. . .

Había tenido un día muy atareado, además del entrenamiento y ser consciente de que pronto se viene algo que podría afectar a Liones, y que de hecho tiene que ver con los pecados. Observó que la albina estaba  sentada ahí, y le sonreía conbsus colmillos sobresaliendo de sus rojos labios. Se veía muy bonita, realmente bonita.

Aldora sonrió agradablemente, comenzando a flotar de la cama para acercarsele.

–—¿Quisiersas relajarte?—habló ella, levantando una ceja y sonriendo divertida, flotando hasta quedar detrás de su espalda, su gran espalda. . .

Quizá era eso lo que más le gustaba de él. Su espalda. Era tan fuerte y se sentía tan genial poder tocarla. Era ya como una adicción que adquirió en poco tiempo. Lo llevó a la cama y se sentó sobre su espalda para comenzar a amazar su piel con ayuda de sus manos, notando que de hecho sí estaba muy tensionado.

Comenzó con unas leves caricias hasta transformarlo en un suave masaje, lleno de cariño y dedicación. El rubio suspiraba de vez en cuando, relajándose entonces con los toques de esos suaves dedos. Diablos, vaya que ella lo hipnotizaba completamente.

–—¿Te agrada?—dijo ella, en tono inocente, antes de abrazar al cuello de Howzer por detrás, pegando entonces sus pechos jugosos contra la espalda alta del rubio.

Ante el tacto el rubio se sonrojó fuertemente. No podía evitar sentirse bien, pero, debía controlarse. Apenas y la había conocido ayer.

–—¿A-Aldora? ¿¡Qué haces!?—preguntó, poniéndose un poco nervioso.

—–Sólo. . . Reclamo mi cena. . .—susurró ella en su oído, en tono sensual, antes de lamer el lóbulo de su oreja y clavar después sus colmillos en su nuca.

No bebió tanto, de hecho, fue más como un acto pretencioso y con doble intención; hizo que el rubio sintiera un escalofrío recorrer su espalda. Jamás esperó tener que compartir con una mujer tan ciertamente atrevida. Últimamente las mujeres son menos sumisas que nunca. Pero, tomando en cuenta que hablamos de Aldora, una autoproclamada "dama pervertida con clase" y recordando lo fuerte que es, no tiene ni un pelo de sumisión.

Al separarse de él, volvió a aparecer de cabeza en frente de él. Relamió sus labios con una mirada divertida h algo pérdida en los ojos violetas de él, para después juntar sus labios y darle un beso en perfecta sincronía. Fue así como ella plantó sus labios con los de él, separándose unos segundos para quedar derecha en el aire y volverlo a besar, rodeando su cuello con sus brazos. Él no podía quejarse, de hecho, le gustaba mucho que sus labios se juntaran en una suave danza llena de amor; pero tampoco omitía la incomodidad que le causaba el sentir los suaves pechos de nuestra heroína sobre su propio pecho musuculoso.

Como si encajaran a la perfección. . .

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Advertencia, aquí empieza la limonada, me refiero a que aquí empieza la escena +16 o +18 como quieran llamarle. Si eres sensible a este tipo de tema, te sugiero que dejes el cap hasta aquí.

Claro que, estamos hablando de mis lector@s de wattpad, dudo mucho que eso pase JAJAJAJJAJA

Sin más, disfruten ^^

MIS QUERID@S PERVERTID@S

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No tardó en colocar pronto una mano sobre la pequeña cintura de la albina, sintiendo su calor y delicioso aroma muy cerca. Se quedaron unos minutos así, hasta que se separaron unidos por un delicado hilo cristalino, de la saliva de ambos. Era el momento, no querían esperar más. Lo necesitaban. Querían cellar ahora su relación de manera oficial. . .

¿Y qué mejor que entregándose el uno al otro?

Ambos sentían lo mismo, se querían, se amaban, se deseaban. Podía verse en la mirada de ambos,  el deseo, las ganas de no solamente besarse y ya. Querían más. ¿Sabes que tanta ambición es un pecado? Bueno, eso ya no les importa.

–—Aldora. . .—susurró el joven rubio, sobre los rosados labios de gomita.

—–Howzie. . .~—apodó divertida, subiendo una mano hacia la mejilla del chico, acariciándola leve. Se parecía tanto a él, pero, ya qué más da. Borrón y cuenta nueva.—–Quiero que seas de mí propiedad. .. ~

—–Vaya propuesta. Eso debería hacerlo yo, ¿no crees? No eres para nada sumisa. . .—burló él de nuevo, volviendo a unir sus labios, ésta vez con un integrante más en el beso.

—–Te apuesto a que no. . .~—murmuró ella con una leve sonrisa, separando sus labios entonces.

—–¿Quieres apostar?

El suspiro entrecortado de la albina no tardó en oírse, al sentir la juguetona lengua del rubio de ojos violetas dentro de su boca, paseándose por todo el lugar, enrollándose con la de ella, jugando la una con la otra. Se sentía tan bien. . . Una risa por parte de ella se hizo presente al sentir como Howzer la abrazaba por su pequeña y delicada cintura, apegandola más a su cuerpo a la fuerza. Le gustaba mucho a la fuerza.

El rubio deseoso pronto de comenzar con la diversión, recostó a la muchacha en la cama estando él sobre ella, mientras el beso continuaba. Los suspiros se ambos y el aire chocar era índice de que lo disfrutaban firmemente. Definitivamente se relajaría mucho después de ello.

Las juguetonas manos de Howzer comenzaron con lo suyo, bajando hasta las amplias caderas de la albina, comenzando a acariciarlas con algo de desesperación y poca paciencia. Finalmente, se separó de la boca de su amada, comenzando a besar levemente su cuello y a lamerlo, dejando después mordidas. Después, volvió a subir a su boca para continuar con la guerra de lenguas. Retomando con sus manos, volvieron a subir, como arañas juguetonas que hacían cosquillas y brindaban placer, metiéndose bajo la blusa más o menos rota de color negro de ella, y comenzando a acariciar con sus grandes manos los pechos, esos jugosos senos como toronjas, estrujandolos y jugando con los pezones. Para Aldora ese delicioso toque era, al mismo tiempo, un deleite y una tortura.

Queria que le arrancara la blusa.

—–N-Ngh~ H-Howzer. . . ~—soltó ella en un fuerte jadeo, separándose del beso.

Podía sentir como la rodilla del caballero se asomaba a tocar por sobre la ropa su intimidad, frotándola lentamente una y otra vez, ejerciendo también presión por sobre ella. Los jadeos de Aldora no podían ser ocultados, y la demora de escuchar gemidos entonces no se hizo esperar. Howzer sonrió entonces en el beso, considerando el sonido como musica para sus oídos.

Con su fuerza y algo de violencia, mientras que su rodilla continuaba sus actividades ahí abajo, arrancó la blusa de Aldora con sus dos manos, dejando a la vista esos deliciosos y suaves pechos que rebotaron un par de veces  entonces al ser liberados. Miró entonces el rostro de su amada, sonrojado a más no poder, pero había una mirada juguetona en sus ojos, mientras se mordía el labio inferior con una sonrisa lasciva. Vio también cómo ella llevó sus propias manos hacia el mismo lugar, comenzando a mover y a estrujar levemente a sus amigas, como si quisiera provocar al rubio de ojos violeta. Claro que, disfrutó del espectáculo, pero él también quería hacer parte de eso. 

Bajó sus besos hacia el cuello de ella, aumentando los movimientos con su rodilla. Pudo sentir como ella abría más las piernas, buscando mucho más de esa sensación; mientras que él arriba comenzaba a lamer y a estrujar los pezones rosados y erectos de la albina. Los gemidos de ella iban en aumento, y ayudaban poco a poco a que su querido amigo despertara.

Los mordía, succionaba, halaba, estrujaba. Algunos de esos toques eran algo bruscos, pero para alguien como Aldora eso no era más que exitante. Diablos, como amaba estar entre sus pechos y verlos rebotar tan descaradamente sobre su rostro, ni siquiera supo qte tenía esa necesidad, pero adoraba tener su rostro entre ambos. Y aunque no eran tan grandes como muchos, para él tenían un tamaño perfecto. Él tampoco tardó en ser semidesnudado por Aldora, quien le quitó la camisa muy rápidamente. Pero, quien dominaba ahora, era Howzer. Bueno tampoco es que la albina se quejara.

Sin embargo, su liderazgo en el acto no duró mucho, cuando ella se levantó con él y quedaron sentados sobre la cama, mirándose fijamente a los ojos. Más que el morbo, lo que decían esas miradas era amor puro y genuino. Volvieron a unirse en un beso tierno, que de nuevo, se tornó salvaje y descarado mientras él subía las manos para volver a estrujar los senos de la albina. Creo que ahora tiene un fetiche con ellos. Se animaba más y más, sintiendo cómo ella se sentaba sobre sus piernas y movía su cadera y húmeda intimidad sobre un bulto curioso que comenzaba a hacerse presente.

Lo que más le sorprendió a Howzer, fue sentir como ahora la rodilla de ella presionaba y frotaba su miembro, causando que soltara  unos leves suspiros y gemidos roncos.

—–Ja, ja~ ahora quién es el sumiso~—burló ella, resconstandolo para quedar sobre él.

Estaba casi desnuda, solamente llevaba las bragas puestas, húmedas; para él era una imagen tan preciosa el tendrá así, sobre él, sonde él podría admirar sus senos moverse y rebotar conforme ella continuaba frotando su zona contra bulto, que comenzaba ya a doler por lo apretadl que estaba.

—–¿Al-Aldora? ¿Qu-Que haces. . .?

La albina no respondió. Ahora, ella bajaba su mano divertida hacia ese bulto, acariciándolo un poco. Howzer comenzaba desesperarse levemente, pero, no tardó pronto en ser desnudado por la albina, quien ahora se recostaba sobre él con una sonrisa.

—–Howzie. . . ~—murmuraba ella sobre sus labios.—–El resto. . . Te lo dejo a ti. . .

Eso fue suficiente como para poder darle a él la confianza de besarla de nuevo, y quitarle las bragas a su amada. Ya estaba erecto, estaba lo suficientemente excitado como para dar el siguiente paso, y sin más encontró la entrada, penetrando a Aldora de una vez. La albina soltó un gemido ahogado por la sorpresa, mordiendo entonces el labio del rubio hasta hacerlo sangrar, pero, no cabe duda que le encantó el hecho de por fin hacerse uno con el muchacho que llamó su atención.

Se quedó dentro de ella, quieto, por un momento, quería admirar la belleza de su novia ahora. Volviendo a estar sobre ella, acariciaba sus mejillas, sus labios, su cabello. Dios, todo de ella era tan perfecto, no podría existir en alguien más lo mismo, ella era la mejor. Era la más hermosa sin duda. Sus mejillas rosadas y labios rojos contrastando con su piel pálida, y sus brillantes ojos azules que tan pronto se molestaba se coloreaban de rojo. Su cabello blanco era otro espectáculo. Extasiado, volvió de nuevo a unir sus labios, creando una burbuja llena de ternura y caricias agradables, mientras poco a poco él comenzaba a moverse estando dentro, causando en ella lanzar sonidos, jadeos, suspiros y gemidos. Él sólo mordía su cuello mientras también suspiraba pesado, soltando todo el vapor de su cuerpo sobre el cuello de la albina. Ambos estaban tan sonrojados, tan cómodos con el otro que definitivamente no había dudas de que estaban hechos para estar juntos.

Podían escuchar cómo los latidos y los gemidos predominaban en la habitación, y entonces, él tomándola de los muslos, continuó con su trabajo mientras besaba y lamía los estrujables y deliciosos pechos de ella, arrullandose con sus meliodosos sonidos. Ella sólo babeaba con la mirada perdida, las mejillas rojas y la lengua afuera, mientras sentía cada vez más y más que estaba llegando finalmente al clímax preciado.

Él también. Estaba totalmente ebrio, ebrio de su aroma, de su sudor, del amor que ambos compartían a gritos en esa misma nochez sin importar que fueran a escucharlos o que llamaran la atención. Ellos solamente querían disfrutar del otro, deleitarse con su cuerpo, compartir sus sensaciones, hacerse de su propiedad.

Lo necesitaban. . .

Fue en una última embestida cuando Aldora yacía con el rostro apoyado sobre las almohadas, ahogando los jadeos, suspiros y gemidos que salían de su boca mientras su trasero era levantado para facilitar las embestidas. Howzer de nuevo, disfrutaba de ella estando recostado sobre su espalda, dejándole ligeros mordiscos para declarar que ella era solamente de él, y sólo de él. Fue ahí, que al final, llegaron al clímax al mismo tiempo mientras ambos tomaban sus manos y daban un último alarido de placer soltando todos sus fluidos y terminado recostados el uno junto al otro, acurrucados entre las sabanas y su cuerpo.

A quien le importa todo, si lo único que necesitan es estar juntos. . . Era lo que más necesitaban, lo que más querían, lo que añoraron. Y por fin, estaban más que juntos. . .

—–Howzie. . .—murmuró ella, llamando la atención del rubio que miraba al techo, acariciando el hombro de la chica apoyada en su pecho.—–Gracias por. . . Protegerme. . .—dijo con una sonrisa.

—–Siempre que necesites hermosa, yo estaré ahí.—susurró, dejando pronto un beso en su frente.

—–Je~ Que lindo. . .—sonrió la albina, cerrando pronto sus ojos, comenzando a dormirse.—–Estando contigo. . . Puedo dormir en paz. . .

Howzer tampoco tardó en ello, abrazándola contra su pecho, de forma protectora y celosa de lo que estuviera afuera, como si quisiera que nadie se la arrebatara; y sin más, cerro sus ojos quedándose dormido mientras olía su cabello.

—–Contigo. . . Todos mis males se van. . .

Vaya, que noche tan ajetreada. . .

Aún así, yo, el narrador contratado, está feliz por ellos. Llevamos deseándolo desde hace tiempo, y esperó que no haya sido tan reciente y desesperado.

Oye cama. . . ¿estás bien?

Hemos terminado. XD

Estoy exhausta. Gomene si no eran lo que esperaban, pero no soy mucho de morbo, además de que también le agregué dulzura y cariño. . . Supongo. . . XD espero que en serio lo hayan disfrutado 7-7 porque sino me sentiré muy triste y frustrada.

Nuevamente. Gracias por leer. Por comentar. Por todo todito, y ¡hasta la próxima!

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