ii. chapter two
❛❛Voices tell me what to do. ❜❜
NATASHA ENTRÓ A LA SALA con paso firme. Alena al ver a la mujer entrar rápidamente se sienta en la camilla.
Cuando la peli roja ve la cara demacrada de la joven disminuye sus pasos y su semblante se relaja. En los ojos de Alena sólo había terror, nervios y ansiedad.
La ansiedad se podía notar debido a sus dedos. Nunca estaban quietos.
Natasha se aclaró la garganta.
— ¿Alena? Soy la agente Romanoff, y te voy hacer unas preguntas que me las contestará con absoluta sinceridad.. O sino tendremos un problema. — amenazó Natasha con voz seria pero neutra.
Temblorosa Alena asintió.
» — Los chicos dicen que te encontraron en una lugar reforzado ¿por que?
La joven tragó duro.
— Yo la pedí. Era por seguridad.
Natasha arqueo las cejas.
— ¿La tuya?
— La de ellos. — corrigió. Ahora los tres Vengadores miraban con curiosidad el interrogatorio.
— ¿A que te refieres?
— N-No te puedo decir. — habló temblorosa la joven.
— Volveré a preguntar ¿A que te refieres? — insistió Natasha con su voz al borde de la paciencia.
Alena negó frenéticamente.
— No te puedo decir, ellos no me dejan.
Las luces del complejo empezaron a parpadear, alertando a todos.
— ¿Quienes son ellos?
La nariz de la joven sangró un poco.
— L-Las voces.. Ellas me dicen que hacer. — admitió con un hilo de voz.
Lentamente Natasha le pasó un pañuelo para que se limpiara la nariz. Ella lo hizo y no pudo evitar ver a la pelirroja con lágrimas en sus ojos.
— ¿fuiste voluntaria a los experimentos? — continuó con el interrogatorio la rusa como sí nada.
— No, ellos me querían por mi ascendencia.
— Creí que eras
huérfana. — cuestionó Natasha confundida.
— Si, pero como todos yo fui engendrado por personas.. — La joven bajó la cabeza. —Lastimosamente mis padres eran los asesinos más buscados. Lo que me convirtió en un blanco para ellos.
— ¿Que pasó con tus padres? ¿HYDRA se deshizo de ellos?
— No, ellos querían que fuera igual de fuerte que mi padre pero igual de ágil que mi madre. Mi padre me entrenó, aunque él no sabía que era mi padre creo que lo presentía ya que siempre se contuvo a la hora de luchar.— le decía Alena mientras se mordía su labio inferior— Pero hace un año que lo mandaron a una misión y desapareció.
— ¿Que pasa con tu madre?
— Ella me entregó al momento de nacer, no le importaba. Estuve por diez años en el orfanato de Rusia cuando decidieron enviarme a Sokovia. Cuando HYDRA me encontró se tomaron la molestia de llevarme al lugar donde mi madre creció para que me volviera ágil.
— ¿Eres un mejorado? — preguntó Natasha. No le importaba la historia de la vida de la joven, ya tenía mucho con la suya para tener que saber de otra.
Alena se quitó con rudeza la lágrima que bajaba por su mejilla.
— Si, pero prefiero guardarme esa información para mi, por
favor. — suplicó Alena con los ojos cerrados.
Natasha suspiró y se levantó para dirigirse a la salida. Bueno ese era el plan, se vio interrumpido por la mano de la joven que la detuvo.
Dos lágrimas bajaron por las mejillas de Alena.
» — ¿Por que? — preguntó Alena con la voz quebrada. Natasha la vio confundida.
— ¿Disculpa?
— ¿Por que me entregaste? ¿No fui suficiente para ti? — las lágrimas no paraban de bajar por las mejillas de Alena, y en este punto era difícil hablar.
La boca de Natasha se abrió como pez. La cerraba y se abría pero ninguna palabra salió de su boca.
— N-No se de que hablas. — logró decir Natasha entre balbuceos.
— Hablo de la niña que le entregaste a Madame B. ¿recuerdas?.. — Le preguntó con sollozos Alena. — Esa niña que entregaste para que se deshicieran era yo.
Natasha aturdida salió de prisa de la habitación y sin hacerle caso a las llamadas de Steve y Clint se dirigió a su habitación.
—¿Que acaba de pasar? — preguntó confundido Steve.
— NO PUEDO CREELO. — habló Laura por la línea Telefónica.
— Si, como muchos. Natasha esta afectada. — dijo Clint en un
suspiro. — Incluso tiene dudas.
— La entiendo pero ¿que van hacer? Por que no creo que este bien que la tengan encerrada.
— Sacarla no creo que sea una
opción. — negó Clint. — Primero tenemos que estar seguro de no miente.
— ¿que tal una prueba de ADN? — sugirió.
— No funcionará. El gen de Alena esta modificado, lo que significa que no daría una respuesta concreta.
—¿Por que no darle el beneficio de la duda? No tiene antecedentes según tu. ¿Por que no darle una oportunidad? — preguntó Laura en tono de súplica. No había conocido a la chica pero ya sentía su lado protector florecer sobre ella. Aunque podrían ser las hormonas de embarazada.
— Esta chica es una mejorada, y por lo que veo muy peligrosa. No hay que confiarnos mucho.
—¿Pero y si es la hija de Nat?
— ¿Pero si no lo es y es una trampa?
— Creo que va a ser peor si lo es y la mantienen encerrada ahí, en vez de que no lo sea. — opinó Laura.
En el fondo se escuchó con escasez la voz de Lila. Clint sonrió.
» — Me tengo que ir. Sé que harás lo que sientas correcto.
Y cortó.
La conversación de Laura quedó rondando en su mente y sabía que no podía darle caso omiso a su sugerencia.
En todos los años que llevaban de matrimonio Laura era quien tenía razón un 80% en todo.
Clint se dirigió a la sala donde estaba Alena encerrada. Cuando la vio sintió un vuelco en su corazón al ver que su mirada era perdida y el único movimiento que daba señales de vida eran sus dedos que no paraban de juguetear entre ellos.
Abrió la puerta para entrar y sentarse frente a ella. Buscó su mirada para hacer contacto visual pero fue en vano.
— Soy Clint. — se presentó.
— No me importa. — la voz de la chica salió ronca. — No deberías de estar aquí.
— Tu tampoco. — Murmuró ya con comprensión. Sabía que Alena no era mala con tan sólo mirarla, y dentro de él creció el sentimiento de empatía.
— Aquí es donde merezco estar. Es donde no le puedo hacer daño a nadie con mis poderes. — una lágrima silenciosa bajó por su mejilla. Clint se la quitó con delicadeza.
— Te propongo un trato. Saldrás de aquí y te quedarás en el complejo hasta que aprendas a controlar tus poderes. — le sugiere Clint y ve como los ojos de Alena se iluminan rápidamente. Pero tan rápido como vino se fue.
—¿Quien me asegura que no voy a hacerle daño a nadie? .
— No le harás daño a nadie. — Le asegura el arquero. — confía en mi.
Alena ladea la cabeza.
—¿Por que haría eso?
Clint comprendió que para que Alena confiara en él, él tendría que confiar en Alena.
— Nadie en el equipo lo sabe pero.. Soy sordo. — soltó Clint. La cara de Alena se hizo una mezcla de sorpresa y de incredulidad. — este aparato me permite escuchar todo.
Señaló el objeto que pasaba desapercibido justo en el lóbulo de su oreja.
— ¿Por que..?
— No lo sé, quizás por que confío en ti. — se encoge de hombros.
Alena cierra los ojos mientras respira hondo.
— Puedo ver destellos del futuro.
Carajo.
VOTEN
Y
COMENTEN
¡¿QUE LES PARECIÓ EL CAPÍTULO?!
¡¿QUE LE CAMBIARÍAN?!
Dedicado a; MarvelGirl_1007
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