Capitulo Sept: Mala boda.
장. 7
Bad Wedding.
¿Realmente un traición es tan fuerte como un puñal en la espalda? Ambas duelen de la misma forma. Sobre todo para Viruz aún más cuando la mafia que solía ser aliada a la suya por temas de drogas.
Ellos brindaban su armas a la mafia de Viruz y este último le brindaba protección con un regalo de drogas por las armas.
Pero toda esa gratitud llegó a su fin cuando el líder de la mafia aliada comenzó a comprar drogas de otra mafia enemiga solo para quitar la de Viruz de ciudad. Reemplazando todos los pasos que daba y darles la oportunidad a otra mafias de destrozar al hombre de máscara.
Nadie quería en realidad a Viruz, las mafias solo querían destruir su reino y hacerlo caer en la oscuridad para siempre.
Ansiaban hacerse amigos de él solo para atacarlo por la espalda y finalmente, todas las mafias ansiaban capturarlo para torturarlo para hacerle vivir el infierno que el reinaba cuando mataba a cualquier mafia junto a sus hombres.
Viruz quería todo lo que le pertenecía a los demás sin importar que no pueda ser suyo, él lo quería igual.
Sus días estaban contados si todas las mafias se unían para asesinarlo de una vez.
Arrojó su máscara tan pronto se adentro en su oficina con molestia.
Escuchó pero ignoró el sonido de estruendo que provocó su mascarilla contra la pared más cerca a la que fue desafortunadamente arrojada. Está se partió en mil pedazos y ya no era una máscara, sino, simples trozos blancos.
—Es un hijo de puta.
Arrojó todo lo que había en su escritorio. Jane se asombró cuando tanto enojo se escuchaba desde afuera de su oficina. Las puertas abiertas demostraban la bestialidad de Viruz.
—Señor.
Pero él no accedía a escuchar. Todo lo que debía hacer era romperlo todo.
La traición era lo que más provocaba en él el desquité y la furia que sentía en su cuerpo ahora mismo.
—Jane, dime lo que quiero escuchar. Solo eso.
—Parece que el líder la mafia ex-aliada, está por casarse mañana, la traición hacia nuestros es tan imperdonable y lo sé.
—Ve directo al caso.
Viruz se giró hacia ella.
—Creo que la venganza como usted, señor Viruz. Su nombre me ha hecho pensar en el plan perfecto para arruinar su boda, solo piense en su nombre y luego en el sitio donde la boda será.
El hombre la observó, observó como está se acercaba a él y lo abrazaba como si fuera lo más valioso para ella.
Una sonrisa de Jane hizo que Viruz se confundiera al saber que intentaba hacer con él.
—¿Mi nombre y ese sitio? Bien, creo que te entiendo.
—Siempre me entiendes. —Dijo está, sonriendo coqueta.
[...]
El timbre de su apartamento lo despertó. Sonaba demasiadas veces pero él no quería abrir la puerta hasta que supo que tenía la obligación de hacerlo, los golpes en la puerta describían desesperación y preocupación.
Se colocó una bata blanca y caminó hasta la puerta. Echo un vistazo en el pequeño orificio de la puerta para ver de quién se trataba. Jungkook.
Deseo que su mano no se impulsará para abrir la puerta pero era demasiado tarde, la puerta ya estaba abierta dejándose ver frente al azabache preocupado.
—¿Por qué no respondes mis llamadas? ¿Por qué no has ido a trabajar aún? Ya han pasado tres días desde tú último turno de patrulla. —Jungkook paró sus preguntas y observó asombrado como el rostro de Jimin lo explicaba todo.
—Así es Jeon, fui golpeado otra vez y no es difícil adivinar por quién.
Jungkook se adentro al apartamento sin el permiso del rubio, quien cerró la puerta trás él y lo observó con su rostro en blanco.
Se quejó cuando sintió los dedos del médico tocando sus heridas en su rostro. Tenía un horrible hematoma en su mejilla, su cuello tenía marcas de manos y su labio estaba herido.
—¿No has visitado al doctor aún?
—No, es por eso que estoy aquí.
—Sabes mi número y lo tienes, soy médico también.
—No es un asunto tuyo, solo fue una simple pelea. En unos días regresaré bien.
Jimin intentó pasar por su lado en camino a la cocina pero sus brazos fueron jalados con brusquedad. Esos lo hizo sentirse asombrado por tal comportamiento.
—¡Hey...!
—¿Has cuando debo dejar que te golpee así? No es sano que golpee tanto tu cuerpo.
—Es una bestia, ¿Qué puedes esperar de él? No me regalará rosas siendo su enemigo, Jeon.
Pero Jungkook negó y lo abrazó rápidamente. Besó su frente mientras sus manos acariciaban sus cabellos rubio y suaves. No quería dejarlo solo ahora.
—Lo sé, es por eso que intento decirte que evites pelear con él.
—Imposible. —Responde Jimin mientras su cabeza se apoya sobre el pecho del contrario. Su aroma lo tranquilizó un poco mientras su mente dejaba de pensar en otras palabras.
—Juro que seré feliz si ese hombre termina en la cárcel.
—Estoy esperando el momento perfecto.
Jungkook se alejó de él con la expresión cálida de un hombre que lo entendía pase lo que pase. Al final de todo, quería lo mismo que Jimin; capturar a ese hombre.
El rubio intento decirle algo pero el rostro de ese azabache se acercó al suyo cuando todo parecía perfecto para un beso que poco a poco iba a ocurrir. Y nunca fue interrumpido, sus labios se unieron con timidez y nervios pero al cabo, sintieron esa calidez de suaves sentimientos por el uno al otro.
Pero unos pasos fuera del apartamento hicieron que se separaran un poco, sus ojos viajaron hasta la parte inferior, justo en esa abertura, la cual dejó pasar una carta negra con velocidad y luego los pasos de alejaron rápido.
Jimin observó como el médico se alejaba de él para tomar el sobre negro.
Sus ojos se abrieron de sobremanera. Conocía esa carta negra. Caminó a pasos apresurados para tomar la carta con su mano, arrebatando está antes de ser abierta por él hombre incorrecto.
Solo pensó que sería arena negra cuando la volteó hacia abajo pero de ella cayó un papel doblado perfectamente.
Jungkook tomó el trozo de papel y lo abrió para ver qué era un fragmento escrito por alguien desconocido.
«Si quieres capturarlo, yo conozco la opción. Espera mi llamada y trae a tus compañeros. Pronto tu boca saboreara el sabor de la victoria como yo.»
Ambos se observaron confundidos pero sabían de que de trataba todo esto.
𝐕𝐈𝐑𝐔𝐙
Viruz caminó por su mansión seguido de todos sus miembros. Ahora no había porque ser suave. Nunca lo fue y jamás lo sería.
Su nueva máscara, era de gas, era tomada fuerte en una de sus manos mientras se dirigía a su vehículo, dónde subió en los asientos traseros y su chófer asintió cuando tuvo la orden de avanzar para salir de la mansión en camino al objetivo que tenía en mente.
Chalecos antibalas, protección, armas y máscaras de gas para todos los miembros.
Sonrío cínico cuando imagino todo lo que tenía que hacer. Solo pensó en la melodía que eran los gritos de sus víctimas y luego imaginó como sería lo que planeaba.
Pagaría por esa traición. Ese líder de mafia se metió con alguien que no tiene miedo de acabar con medio mundo aunque pueda ser imposible hacerlo.
No fue un viaje muy largo, tampoco mucha espera para llegar.
Sus oídos tuvieron la perfecta información que ese líder de la mafia que lo traicionó, ahora debía estar casándose junto a su esposa y todos los miembros de su mafia se encontraban allí.
La iglesia era el perfecto lugar donde se encontraban. Ladeó la cabeza de tan solo pensar lo horrible que será su boda cuando sepa que no hay escapatoria.
Le daría el lujo de morir junto a su esposa, después de todo ese fue el único detalle que Viruz pensó en regalarle.
Bajó de su vehículo cuando finalmente todos los vehículos de sus miembros detuvieron el motor y comenzaron a bajar con armas pesadas mientras se colocaban su máscaras de gas.
Algunos comenzaron a sacar tanques de gas tóxico de los maletero de los vehículos y los guiaron hasta la parte trasera de la iglesia. Nadie estaba observando o vigilando el lugar. Era un buen punto.
—Señor Viruz, solo esperamos su señal. No olvidé presionar el botón de su reloj. Es la señal a todos nuestros relojes. —Viruz observó su reloj en su muñeca y asintió.
—Seré el primero en felicitarlo, no quiero que aún muera sin que yo le de sus felicitaciones.
Viruz caminó hacia la entrada de la iglesia, luego se adentro en ella y cuando lo hizo, su propia mafia cerró las puertas tras es. Después de todos, el gas no debía tener ningún escape como la víctima que debían inhalar todo este hasta que su muerte sucediera.
Caminó por el largo pasillo hasta llegar a otras puertas grandes y finalmente todos los invitados presentes se giraron asombrados. Creyó que pronto le daría una muerte a él pero nadie tenía arma, estaban tan confiados de que nada sucedería.
Después de todo, armas en una iglesia no sería algo lindo.
El líder de la mafia dejó de sonreír a su esposa mientras le tomaba ambas manos y su mirada descubrió al intruso de su boda.
No podía creer lo que sus ojos observaron. Su mirada viajo por todo el cuerpo de Viruz. No era normal verlo sin su máscara, cuando lo observó mejor le fue imposible reconocerlo.
—¿Sorprendido? No la primera vez que nos vemos a los rostros pero si la última.
—¿Qué quieres? Por qué estás aquí, eres el menos indicado para estar aquí, no has sido invitado.
—Pero si traicionado.
La esposa de su enemigo solo observó hacia todos lados algo asustada. No quería ver una pelea ahora mismo, odiaba la violencia y tenía miedo, siempre tuvo miedo a ese tal Viruz que ahora la observaba con burla.
—¿Ella es tu esposa?
—¿Acaso no la ves? Es mi futura esposa, con ella tendré una familia si tú no me molestas jamás. —Dijo el hombre, interponiéndose entre la mirada Viruz y su esposa, ocultándola detrás de su espalda.
—No lo me lo imaginaba.
—No tiene que ser difícil de imaginar, es algo que tarde o temprano iba a suceder.
La mafia enemiga intentó acercarse a Viruz con la intención de asesinarlo pero el líder de esta hizo la clara señal de que no era momento. Debían respetar la iglesia como su misma creencia en dios.
Viruz observó hacia atrás y por encima de su hombro, todos los miembros de la mafia enemiga. No pudo evitar soltar una risita burlona, luego regresó su mirada hacia el frente, hacia su enemigo, sin borrar su sonrisa.
—¿Ahora te gustan las mujeres? Nunca fue así.
—Cállate, no es un lugar indicado para hablar de eso.
—¿Acaso la homosexualidad es algo malo? —Arqueó una ceja y luego su mirada oscureció cuando sentía que presionar a ese hombre era lo mejor.
—Nunca mencioné la homosexualidad, ¿De que hablas? Siempre fui una persona con gustos por las mujeres. —Ese hombre se encontraba confundido mientras protegía a su esposa con su cuerpo.
—Porque decidiste olvidarlo todo cuando no parabas de estar como perrito faldero por mi ¿o acaso ya olvidaste cuando intentabas follar conmigo?
—¿Qué carajos estás diciendo? —Su esposa lo observó algo molesta, estaba escuchando un malentendido pero por más que lo tomara como una mentira, Viruz jamás mentía.
—Seguro tu maldita traición fue porque te sentías molesto y rechazado por mi pero tranquilo, puedes morir en mis manos si deseas junto a tu esposa, un buen trío.
—Mi maldita traición fue por qué tú mafia cada día intoxica nuestra cuidad con sus actos sádicos, cada día las demás mafias son asesinadas por la tuya.
Pero Viruz jamás escuchó eso, solo se colocó su máscara de gas y sonrió debajo de ella. Sus ojos delataron su sonrisa, cuando estos sonrieron.
—Dime algo nuevo, siempre he escuchado lo mismo por años y nunca me sentí decepcionado de mi mafia. —Dijo orgulloso mientras su mano se movió hacía su reloj y presiona un botón de este.
—¡No tienes corazón! —Su esposa fue quien lo enfrentó ahora pero su esposo intento callarla para evitarle la muerte.
—Cariño, claro que tengo corazón, como crees que vivo, ¿Solo aire? Claro que no.
—Vives porque eres un demonio en persona.
—Oh cielo, es lo mismo todos los días. Dime algo nuevo, además no hables de seres malignos ante dios.
Pero su esposo ahora fue quien atacó.
—Mátanos de una vez si es que quieres, sino es por eso a lo que vienes, entonces lárgate. Ya he tenido suficiente de ti y tu mafia.
Viruz solo ladeo su cabeza hacia un lado y sus ojos se movieron lentamente hacia las puertas de la iglesia. Las aberturas inferiores de estás se observan los zapatos de muchas personas y las ruedas de los tanques de gas tóxico junto a los tubos que conectaban con los mismos para dejar escapar el gas.
Vio como los tubos se adentraban por debajo de la puerta y sonrió.
—No te mataré aún, es cuestión de tiempo.
—Apresúralo y vete. Mi traición ya sucedió pero es muy tarde para que lo sepas, las demás mafias pronto tomaran poder entre ellas y acabarán contigo si no te vas del país pero supongo que no tienes escaparía.
—Entonces le rezaré a dios.
—Deja de intentar ser gracioso cuando no puedes ser ni un poco.
Muy pronto, el gas se comenzó a esparcir por todo el salón y eso fue un problema cuando la mayoría de los miembros comenzaron a tener dolores de cabeza junto a mareos. El jefe de estos se alertó y observó como todos se tomaban sus cabezas mientras caminaban con problemas.
—¿Qué demonios? ¡Pueden quedarse quietos!
—No te pueden escucharte.
No era extraño que Viruz se colocará su máscara de gas, después de todo, era reconocido por utilizarlas, quien sospecharía que hay un gas en el lugar.
El hombre enemigo solo se tomó un poco la cabeza que le comenzaba a dolor como a su esposa.
—Vamos, te duele mucho la cabeza pero aún no has dicho la verdad que tienes en ella.
—¿La verdad? No tengo la verdad, solo tengo la certeza que muy pronto tu mafia te dará la espalda como todos tus aliados comienzan a darte la espalda. Pronto tu distribución de drogas perderá y otras mafias te reemplazarán.
—No creo que tú certeza sea tan buena, antes de que otra mafias me reemplacen entonces debo estar muerto, mientras yo viva, ninguna otra mafia será mejor que la mía. Ellos no le darían la espalda alguien que los ve como una familia. ¿Tu lo harías?
—Si fuera parte de tu mafia, entonces si.
Pero Viruz no quería más palabras. Su mano sacó un revolver de sujetado en su caderas y le apunto.
—Te confundes al creer que puedes hacer eso. Mis ojos están en todas las personas que me rodean o no.
—Maldito psicópata, es mi boda y me amenazas con un arma mientras toda mi mafia se comporta como si estuviera muriendo. Respeta a dios y mi gente.
Las lágrimas de ese hombre comenzaron a bajar por sus mejillas mientras observaba como todos su miembros luchaban por abrir las puertas cerradas, ni siquiera podían pensar en atacar a Viruz cuando sus cabezas se encontraban mareadas.
Sus cuerpos se comenzaban a sentir débiles, la mayoría no evitaba vomitar mientras que otra solo tenía náuseas. El dolor en el pecho de todas las personas era insoportable y doloroso.
Todos estaban en el suelo mientras observaban como su líder sufría algunos síntomas también junto a su esposa.
—Es la casa de dios, asesinarnos aquí te llevará al pecado y al infierno.
—Ya estoy allí, todos los pecados que existen, ya los cumplí a todos pero falta el pecado de asesinarte. —Respondió y segundos después, su dedo jalo del gatillo de su revolver para disparar la pierna de ese hombre.
Su grito sonó en todo el salón pero por más que gritara, nadie podía rescatarlo. Su esposa grito aterrada mientras lo abrazaba y intentaba no temblar del miedo.
Viruz volteó para observar como todos pronto accedían a la muerte que el gas tóxico, inhalado en exceso, les brindaba.
Esa mujer no pudo evitar sentirse demasiado mareada mientras su pecho dolía demasiado, tanto que su mente la comenzó a consumir. La inconsciencia la atrapó rápido como su esposo entre sus brazos.
—¿Por qué? ¿Por qué me haces esto en un día tan feliz?
—No pensaste mucho en la traición hacia mi como también cuando heriste a Jane esa noche ¿o si?
Jane había sufrido mucho desde que ese hombre la acosaba sin piedad y intentaba obtener algo de ella pero si está se negaba, él la golpeaba hasta déjala casi inconsciente y eso que la sangre de Viruz hirviera de sobre manera.
—Ella se me insinuaba.
—Si claro, ¿y también la golpeabas si insinuaba? Has sobrepasado la línea conmigo, traición, distribución de drogas que no son mías cuando el acuerdo decía que sean solo mías y además golpeabas a Jane todo el tiempo que la veías. Que asco es ser tú.
Ese hombre no tuvo palabras para responder. Mejor acarició el rostro de su esposa mientras sus lágrimas y dolor consumían su cuerpo como la muerte que se acercaba a él en tan solo un paso.
—Te duele mucho la mente como tú cuerpo, ¿verdad? —Viruz se acercó a él sin bajar su arma y como respuesta recibió la mirada molesta pero angustiada de ese hombre.
—Si duele, todo lo que hecho en el pasado ahora me duele pero supongo que jamás aprendí lo que era el arrepentimiento. —Su sonrisa forzada nunca empatizo a Viruz pero tampoco lo hizo sentir diferente.
—Pero ahora puedes saberlo, y muy bien.
El cañón de su revolver se presionó contra la frente de ese hombre, quien cerró los ojos y sintió la muerte que el dueño del arma le dió con gusto.
—Descansa en paz, perro traidor. —Su mirada se desvío hacia la mujer inconsciente, que poco a poco su respiración era lenta. —Que lastima cariño, está muerte no era para ti, realmente una lastima.
Se giró sobre sus talones para salir de la iglesia. Solo tenía que salir y marcharse lo antes posible.
Intentó avanzar entre todos los cadáveres pero solo un excepción lo tomó por la pantorrilla, evitando que avanzará hacia la salida. Viruz lo observó con disgusto y zafó su pierna con violencia para luego seguir su camino.
Las puertas finalmente fueron abiertas por sus miembros antes de que asesinara a ese hombre. Después de todo, la mayoría de los miembros de la mafia enemiga se encontraba inconsciente, no tenían manera de escapar aunque la puerta fuera abierta minutos después de su casi muerte.
Sonrío mientras arrojaba su revolver al suelo, después de todo no tenía sus huellas si utilizaba guantes negros. Su orgullo era enorme en todo su ser.
—Maudits traîtres. (Malditos traidores.)
Pensó por un segundo que su victoria era la mejor que había tenido en años pero la sonrisa que eso le provocaba se borró cuando ningún vehículo de su mafia se encontraba fuera y solo eran puros vehículos de policías.
Borró todo su orgullo y victoria cuando todos los oficiales de policía elevaban sus armas hacia él.
Sus ojos observaron a cada oficial de estos y no estaba nada molesto por la desaparición de su mafia pero su asombrado de ser traicionado por su propia mafia cuando creyó que nunca iba a suceder.
Jimin salió detrás de un vehículo de policía mientras se quitaba sus lentes de sol y sonrió victorioso.
Gracias persona desconocida que había dado su aviso.
Viruz solo podía odiar a ese oficial de policía con todas sus fuerzas. Él y su rostro... Angelical. De ángel no tenía nada cuando solo se la pasaba intentando arruinar sus planes y finalmente lo logro.
¿Cómo lo supo? ¿Cómo supo que él estaba allí?
Elevó sus brazos sin miedo a lo que podía ser de su futuro ahora mismo. Solo chasqueo su lengua molesto y vio como todos los oficiales se acercaban a él para esposarlo.
Pero no sé dejaría tan fácil. Golpeó a uno en el rostro pero no fue más que eso, no quería que lo tocaran pero por su mala suerte, muchos se abalanzaron sobre él.
Lo arrojaron al suelo pero aunque no quería estar allí siempre era arrojado pero se resistía a tener esposas en sus brazos detrás de su espalda. No quería nada de ellos pero una vez esposado, fue puesto de pie fácilmente.
—Ahora irás a la prisión maldito perro, es hora de que te pudras allí.—Uno de los oficiales no perdió en el tiempo en atacarlo con muecas de disgusto.
Viruz sonrío falsamente hacia él pero aunque sus brazos se encontraban esposados no perdió la oportunidad de defenderse. Pateó los testículos de ese oficial, quien se quejó rápidamente y golpeó el rostro del mafioso.
Una seña y Viruz fue arrastrado hasta un vehículo de patrulla, en el camino sus ojos se cruzaron con Jimin, quien sonrío orgulloso.
Solo ese rubio se imaginaba las noticias del día de hoy. Desvió su mirada hacia el cielo y encontró dos helicópteros de noticias filmando todo lo sucedido.
Finalmente la ciudad podía descansar en paz y las calles no serán tan peligrosas como ahora pero aún tenía trabajo para atrapar otras mafias hasta limpiar la ciudad.
El cuerpo de Viruz se acercaba hacia él, siendo jalado y golpeado un poco por los oficiales.
El hombro de ese mafioso chocó con el suyo y sus ojos se conectaron. Estaban llenos de odio, molestia y sobre todo, oscuridad que amenazaba con hundir a uno mismo allí mismo si tenía la posibilidad.
La captura finalmente sucedió y el nuevo futuro para esa mente macabra llegó a su fin...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro