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Capitulo Dix: Lágrimas de dolor.

장. 10.
Tears of pain.

Dolor.

Se puede llorar de dolor, tus lágrimas pueden ser de agua mezcladas de dolor mientras tus expresiones imploran piedad y desde lo más profundo de tu ser puedes sentir florecer la fuerza.

¿Alguna vez he fallado en lo que digo? Jeongwo.

El pequeño Jeongwo niega con una expresión de tristeza y un rostro húmedo de lágrimas de dolor cuando sus pequeños ojos observan desde abajo a su abuelo de mafia, sentado en un sofá con una mano en su bastón de oro y otra sobre el apoyabrazos.

Su anillo de rubí brilla cuando su mano se mueve sobre el basto y Jeongwo algún día deseó tenerlo en su mano también por causa de su atrevimiento recibió un castigo cuando intentó robarlo de las pertenencias de su abuelo en su habitación mientras esté dormía en la noche.

—Lo siento, abuelo. —Jeongwo, completamente arrepentido de sus acciones, sus lágrimas rodean por sus mejillas gorditas y sus rodillas se vuelven rojas de tanto estar arrodillado lejos de su abuelo para pedir perdón en una reverencia en el suelo.

Los miembros de la mafia de su abuelo, se encontraban presentes en la sala de aquella mansión y observan como el pequeño nieto de su jefe ejerció una reverencia sobre el suelo completamente arrepentido.

La voz ronca y cansada de su abuelo capta la atención del pequeño Jeongwo, quien eleva un poco su cabeza para observarlo.

Jeongwo, mi pequeño Jeongwo. ¿Debo ser cada vez más claro contigo? —El pequeño nombrado traga saliva duramente mientras espera por las siguientes palabras.— Jeongwo, algún día cuando seas adulto comprenderás que es robar algo que no te pertenece y la consecuencias que conlleva. Algún día sabrás que nadie debe tocar tus pertenencias y debes protegerlas.

Pero el pequeño no podía esperar ser adulto ahora mismo para comprenderlo. Su abuelo le pide que se ponga de pie nuevamente y olvide la reverencia que hace hacia él porque comienza a preocuparse por las rojas rodillas de su nieto.

Debo imaginar cuan doloroso debe ser sentir ese dolor en tus rodillas. Aquel castigo debió doler cuando sientes que te las azotan para que pienses en lo malo que has hecho.

Su castigo fue ser azotado en las rodillas bajo la fría lluvia del patio trasero de la mansión hasta que fue suficiente y el dolor de sus rodillas es el culpable de que Jeongwo tenga dificultades para caminar ahora mismo.

El dolor es el dolor. Llora lo que desees pero jamás le digas a los demás que es lo que realmente duele Jeongwo. Es nuestro código de mafia. Jamás debemos decir que es lo que nos duele porque podemos ser débiles ante ellos y recuerda... El dolor tiene sanación pero jamás dejes que los demás te provoquen dolor. Se un hombre fuerte, Jeongwo.

Las palabras de un abuelo hacia su nieto más querido siempre serán recordadas por la mente de quien las recibe como consejo. Dolor es dolor y un hombre con dolor es aún más fuerte.


𝐕𝐈𝐑𝐔𝐙
Tres días antes.

Desgracia es lo que ocurrió esa noche de lluvia.

Su cuerpo fue arrastrado hacia el patio de la prisión y fue arrojado sin piedad sobre la tierra húmeda del mismo, ensuciando todo su uniforme de convicto por algunos charcos de lodos en la tierra.

Su tiempo no es oro. La desgracia es ahora su nuevo problema. Golpe tras golpe en diferentes parte de su cuerpo le obligan a no levantarse del suelo y siente que puede llorar de dolor cuando los minutos se vuelven horas pero los golpes no se detienen.

Puede apenas observar que son demasiado prisioneros golpeando su cuerpo en el suelo. Sus golpes son tan fuertes que no puede reaccionar con exactitud porque siente un nuevo dolor en cada parte de su cuerpo.

La lluvia es tan fría y sus lágrimas son tan cálidas. Su mente se bloquea con tantas rostros presentes y los golpes pueden nublar la poca visión que parece cuidar para observar perfectamente los rostros de sus agresores.

Las risas de burla llegan a sus oídos pero no sabe quién se ríe tan fuerte de él cuando los golpes lo distraen hasta que logra por unos segundos observar a un hombre de rostro masculino, tatuado, alto con músculos grandes junto a otros prisioneros que ríen ante la situación.

No continúo observándolo porque un bate golpeó en su abdomen y le quitó nuevamente todo su oxigeno, evitando que respire con moderación como segundos antes lograba.

—¡Suficiente, animales! Déjenme algo a mi. —Dijo el hombre alto tatuado que se aproximaba, con una sonrisa cínica como los prisioneros que lo seguían por detrás, hacia el cuerpo golpeado de viruz.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de su cuerpo, Viruz lo observó con molestia cuando ese hombre, alto tatuado y grande, lo escupió en el rostro como si fuera basura. Eso le provocó tanta molestia que su cuerpo no podía expresar porque no tenía fuerzas para atacar pero si supo regresarle lo que le hizo.

Cuando ese hombre que lo escupió en el rostro se colocó de cuclillas para observar mejor el rostro de dolor de Viruz, se llevó una sorpresa que provocó que el enojado sea él y no el último nombrado. Viruz escupió de regreso al hombre que se atrevió a escupir en su rostro primero.

Pero cuando se atrevió a vengarse, recibió un golpe en el rostro herido y soltó un gruñido de molestia pero jamás un quejido de dolor.

Maldito mafioso asqueroso ¿Realmente te atreves a escupir mi rostro? Mierda, eres peor que otros que han recibido la desgracia antes que tú. Tienes fuerzas para seguir por lo que veo. — El hombre masculino extendió su mano hacia el prisionero detrás suyo para que este le coloque un cuchillo de cocina en la palma de su mano y luego enseñó el objeto filoso ante los ojos de viruz.— Mis hombres encontraron esto en tu celda. Sabían que lo tenías cuando te observaron robarlo de la cocina y sabes que puedo utilizarlo a mi favor ahora. Déjame enseñarte.

El hombre hizo una señal con su cabeza para que los prisioneros alrededor tomaran y sujetarán del cuerpo a Viruz. Luego tomó la mano del nombrado para abrir esta y con la punta del cuchillo dibujó una línea de herida profunda en la palma mientras escuchaba como viruz gritó de dolor por primera vez esa noche.

Luego repitió la misma herida en la otra mano de viruz, teniendo dos palmas de sus manos con líneas profundas de cortadas. Era doloroso cerrar su mano con tales heridas.

Fue soltado con brusquedad cuando el objetivo de los prisioneros se cumplió está noche y ese hombre grande que provocó sus heridas prefería observarlo desde arriba con una sonrisa cínica mientras todos los prisioneros de su alrededor festejaban por su objetivo.

Tus ojos son diferentes. No tienes una mirada igual a nadie, la tuya es única. Es por eso que te diré mi nombre para que recuerdes quien es el jefe de esta maldita prisión. Mi nombre es Taeyang pero debes también saber que el último golpe de la noche es de Ha Joon.

Ha Joon, ese hombre prisionero salió detrás de Taeyang con rapidez para patear el rostro de viruz sin posibilidad de defenderse de ese golpe pero su visión logró captar la apariencia de ese Ha Joon antes de que su inconsciencia lo atrape.

Su apariencia era la misma del prisionero que se adentró en su celda con otros prisioneros y supo que se trataba del mismo hombre. Esta vez no llevaba cubrebocas y dejaba ver sus dientes amarillos descuidados en una sonrisa cínica, su cabello azabache despeinado que cubre sus ojos y un cuerpo delgado que aparenta ser débil pero es demasiado fuerte.

El último golpe finalmente lo llevó a la inconsciencia y sonríe levemente cuando tiene los rostros de cada uno en su mente segundos antes de caer en la oscuridad de su mente.

Después esa noche fría y de lluvia, no recuerda cuando fue con exactitud porque su cuerpo no parecía despertar jamás luego de tantos golpes en su cuerpo.

[...]

Tres días después.

Su mente sueña con su abuelo cuando el recuerdo es de un pequeño viruz arrodillado intentando disculparse de lo que hizo y se sentía arrepentido de sus hechos.

"El dolor es el dolor. Llora lo que desees pero jamás le digas a los demás que es lo que realmente duele Jeongwo."

Las palabras de su abuelo en su sueño se combinan con otra voz que habla y distorsiona su sueño pero parece que esa voz es tan reconocida por su mente. Siente como si alguien acaricia su mejilla herida y eso provoca que abra los ojos rápidamente con la intención de defender su lugar de quién intenta provocarle un daño mientras duerme.

El cuerpo del extraño cae sobre la cama cuando viruz hace un movimiento rápido jalando del brazo del contrario y lo acorrala debajo de su cuerpo para intentar asfixiarlo con la almohada de la cama con la otra mano pero se detiene cuando su mente capta la realidad de todo.

Jimin se encontraba debajo de su cuerpo algo sorprendido y sus brazos intentaban bloquear pero también protegerse del repentino ataque del azabache.

El silencio nunca fue incómodo en esta sitio para Viruz ya que realmente intentaba defenderse pero Jimin sintió algo incómoda la situación en la que se encontraba. Las piernas del azabache de encontraban a cada lado de su cuerpo recostado en la cama donde segundos antes se encontraba viruz primero y casi muere por el último nombrado con una almohada en su rostro como modo de asfixia.

—Tu cuerpo no se encuentra bien, tienes muchas heridas y los vendajes pueden salirse de ellas si te mueves demasiado. —Susurro Park observándolo a los ojos fríos y con sed.. de algo que no comprendía.

Los bellos ojos de Viruz se movieron para observar diferentes partes del rostro del rubio. Primero sus bellos labios, luego sus mejillas y luego sus ojos tiernos que no importa que tipo de mirada quieran expresar, los ojos de Park se veían tiernos.

El azabache tragó duro y tomó la almohada con ambas manos para luego elevarla por el aire, dispuesto atacar a Park si este se atrevía a hacer algo más en su contra. Incluso esperó por algún movimiento de parte del oficial para atacarlo pero solo permanecieron unos minutos más observándose mutuamente a los ojos.

—Hace tres días que no despiertas pero hoy lo has hecho. Creí que habías muerto.—Susurra Jimin mientras sus ojos observan los labios heridos de Viruz antes de continuar con algo que puede sorprender a este último.— Jeongwo.

Jeongwo lo observó confundido luego de sentirse algo sorprendido pero rápidamente cambió su expresión a una sería cuando en un rápido movimiento arrojó lejos la almohada para tomar el arma de Jimin, la cual se encontraba sujetada en el uniforme del mismo.

—¿Cómo sabes mi jodido nombre? Habla ahora o tu jodida arma te dará un lindo sueño eterno. Más que tres día como yo.— Jeongwo apuntó la cabeza de Jimin mientras que su mano libre se colocó con fuerza sobre el hombro del mismo, ejerciendo presión para que responda.— ¡Responde o puedo quebrar tu hombro también!

—La información sobre los prisioneros es obligatoria. Debemos saberlo todo sobre los prisioneros de la prisión por más misteriosos y reservados sean con su vida. —El rubio no tiene miedo a su propia arma, ya que tiene seguro para que las balas no salgan al jalar el gatillo y sonríe gracioso.—¿Piensas jugar con eso? No puedes hacerme daño, estás bajo mi custodia en esta cárcel. Pueden hacer de tu vida un infierno si me asesinas aquí mismo.

—Tu custodia casi me mata. Tus prisioneros casi me asesinan a golpes y me dices que estoy bajo tu custodia. Eres la clase de oficial hipócrita, no espero nada de ti.

—No importa lo que digas ahora, eso no quita el hecho que intentas asesinarme ahora mismo. Baja el arma.

Las manos de Jimin toman el arma para bajar pero Jeongwo suelta una pequeña risilla malévola antes de alejar el arma de la manos del rubio para luego quitar el seguro del arma y apuntar de regreso a la cabeza del contrario.  Esto provoca que la sonrisa graciosa de Jimin se borre de su rostro y se sienta aterrado cuando Jeongwo lo apunta a la frente con una sonrisa de burla.

—¿Crees que soy idiota? Tres días sin despertar no significa que no sepa cómo usar un arma.—Mientras Jeongwo apunta a su frente, Jimin extendió su mano hacia debajo de la pequeña mesa a lado de la cama para presionar un botón de alerta.—Cuando salga de aquí, voy a vengarme de ti pero primero escaparé y luego veré que puedo hacer contigo.

Los oficiales de la prisión corrieron con sus armas hasta la enfermería dónde la alerta fue presionada y se encontraron con viruz arriba de Park con un arma en su mano.

—Atrapen a este prisionero y póngalo a dormir. — Ordenó el rubio, quien tomó rápido su arma de la mano del azabache quien se volteó a observar tanto oficiales en el lugar.

Tan pronto el rubio encomienda la orden, los oficina presentes se ponen en marcha. Jeongwo fue tomado de los brazos y un oficial tomó la iniciativa de inyectar en su cuello un sedante para lograr ponerlo a dormir una vez más en el día.

En sus ojos diferentes cualquiera puede apreciar el reflejo del oficial rubio observándolo con algo de pena mientras los demás oficiales lo rodean con rostros sin piedad de él.

Su rostro ya no expresa seriedad cuando en su cuerpo recorre el sedante que lo lleva a la inconsciencia nuevamente pero antes de marchar a ella, su última expresión es observar a Park con molestia antes de ponerse a dormir sin decisión propia.

Los oficiales insinúan sus sonrisas de burla cuando el prisionero al que denominan bastardo se pone a dormir gracias a la orden del superior Park. Tienen muchas ganas de golpear a Viruz inconsciente pero Park puede saber que tienen malas intenciones y finalmente les pide que se retiren.

[...]

Al siguiente día, Jeongwo aún se encontraba en la enfermería de la prisión. Su cuerpo no es el mismo desde el primer día en la prisión, ya que ahora a causa de los hematomas de golpes y heridas, su piel suave y bella no es la misma hasta que no supere el proceso de sanación. Es así que sus extremidades tienen vendajes alrededor y comer con sus propias manos duele cuando también poseen vendas para sus heridas profunda en cada palma de estas.

SeokJin, el enfermero del sitio, le comentó que tendría dificultad para comer. Después de todo, no podía tomar nada con sus propias manos hasta después de la sanación.

El mismo enfermero nombrado pasó días y noches cuidando de Jeongwo como una orden de Park para estar seguro de que el azabache no sufra nuevamente una desgracia por parte de los prisioneros pero está vez en la enfermería.

Fue el primer momento en el Jeongwo que pasaría ahora en la enfermería porque SeokJin salió de esta por unos minutos dejándole en claro que regresaría rápidamente.

Ahora mismo, sentado contra el respaldo en la cama con una almohada detrás de su espalda para disminuir el dolor de esta. Sus piernas están rectas y estiradas para poder mantener la bandeja de comida sobre estas mientras sus ojos observan la comida con desconfianza.

Después de tantos golpes hace días atrás, ahora no puede hacer más que desconfíar de las personas de su alrededor y también de Park Jimin cuando lo visita cada una hora en la enfermería para saber si su cuerpo mejora o empeora.

La última visita del rubio fue hace quince minutos pero no fue nada agradable porque Park siempre soporta sin decir nada cuando Jeongwo se niega a decirle cómo se siente y lo ignora o utiliza el sarcasmo para alejarlo. Aún así, Jimin no deja de visitarlo esperando nuevas respuestas porque realmente se preocupa por la salud de Jeongwo.

El azabache mordió su labio inferior maltratado y le dió un poco pero lo ignoro porque su objetivo es poder pinchar un trozo de carne con su cubierto para lograr comer algo luego de días sin comer por culpa de los efectos de los sedantes.

Falla una y otra vez intentando pinchar el trozo de carne pero no logra poder tomar perfectamente el cubierto en su mano herida y lo único que sus ojos, algo tristes por primera vez, observan es el cubierto caer lejos de su mano y sobre la bandeja de comida provocando un ruido metálico entre ambos objetos.

La frustración no tarda en venir cuando solo puede fallar en el intento de alimentar su estómago y quiere aventar todo al suelo con molestia por lo que le han hecho. Esta a punto de arrojar aquel cubierto si no fuera porque Park se adentró en la enfermería encontrándose con un Jeongwo completamente molesto y rápido actuó para calmarlo.

La mano del azabache sostiene aquel cubierto como si fuera un cuchillo y lo alza al aire listo para atacar mientras su voz se escucha enfurecida... Jimin avanza hacia él con pasos largos y rápidos antes de cometa una locura con ese cubierto. Su pequeña mano toma la muñeca de Jeongwo y lo detiene perdiendo que lo observé fijamente a los ojos.

—¡Juro que esos jodidos prisioneros de tu asquerosa prisión van sentir lo mismo que sentí yo! ¡Es mejor que los envíes a una celda diferente, Park! ¡Podría arrancar sus jodidas lenguas con mis dientes! —Los ojos de Jeongwo por primera vez enseñan algo que jamás esperó ver allí mismo. Venganza.

Aunque sus palabras sean rudas, Park jamás soltó la muñeca de Jeongwo y intentó calmarlo toda las veces posibles.

—Tienes derecho a enojarte, gritar y expresar tu furia pero no tienes porque asesinarlos. Seguramente puedo hacer algo al respecto con lo que te sucedió y con los culpables, te lo asegura.—La voz suave de Park intenta calmar al azabache pero no siente que ayude demasiado. Es así que toma ambos brazos de Jeongwo y los eleva un poco para intentar detenerlo.

Tan fría como el hielo es la mirada que fulmina los ojos de Jeongwo sobre Park cuando lo único que sea ahora es empujar al rubio y caminar hasta los responsabilidad que le hicieron esto. Sus piernas no se sienten como antes, sus brazos se mueven muy torpes y apenas puede mantener la cordura.

Ninguna sonrisa de burla en el rostro del azabache parece dibujarse, esta vez se ve que la situación para él es completamente sería y fría.

— Suéltame.. —Le pide el azabache con demasiada calma mientras sus ojos lo desafían cara a cara.

Park no tiene otra opción que soltar sus brazos para luego tomar asiento en la orilla en la cama con sus ojos puestos en el prisionero. Tiene que cuidar que se alimente por el día de hoy sin cometer alguna locura.

Jeongwo le dió una mirada rápida antes de observar su comida en la bandeja y tomar su cubierto como sea para comenzar a comer pero Park fue rápido cuando el azabache no tenía intenciones realmente de comer, si no de herir a Park para escapar.

Elevó el cubierto rápidamente hacia Park con un gruñido de molestia pero la mano del rubio golpeó la mano del contrario provocando que el cubierta salga arrojado por el aire al ser soltado por una mano golpeada. Jeongwo soltó un quejido de dolor con ese golpe y Park supo que lo que hizo realmente luego de protegerse por reflejo.

—¡Voy a comenzar contigo, Park! ¡Voy.. a.. asesinarte!

Pero Jimin no quiere oír eso porque por dentro y en lo más profundo de su ser quiere consolar a su enemigo primera vez. Sabe que está mal pero Jeongwo necesita alguien que lo contenga cuando no tiene a nadie más con él dentro de la prisión ya que todos los prisioneros están en su contra.

Todos esos prisioneros desean que la vida de ese viruz que conocen sea un infierno dentro de la prisión hasta que muera allí mismo sin poder ser libre algún día.

Lanzarse al peligro no era primera vez que lo hacia porque está vez era especial a muchas otras ocasiones cuando toma la decisión de rodear con sus brazos el cuerpo de Jeongwo y lo abraza, lo abraza fuerte para que no piense en él como un enemigo ahora mismo sino como un compañero.

El silencio en el ambiente explica que Jimin realmente no se siente mal por abrazarlo y por alguna razón se siente bien pero sabe si Jeongwo siente lo mismo como él pero la risita de burla le confirma que no siente nada.

—Si abrazando para ti es una buena manera de evitar tu destino entonces no sabes que acabas de adelantar tu muerte. Haces que quiera asesinarte aquí mismo. —Jeongwo puede susurrar en su oido mientras sus brazos caen a cada lado de su cuerpo inmóvil sin intención de abrazar a Park. — Dime porque me visitas aquí a cada hora. ¿Acaso tu amante ya no te desea y buscas a otros? El otro Park que conocí no le interesaba que me encuentre herido.

—¿Crees que un abrazo puede cambiarme? Intento ser bueno contigo. —Jimin es quien ahora susurra en oído pero contrario al suyo.

—No lo intentes demasiado, nadie lo reconocería, Park. Tú y yo sabemos que no eres bueno.

—No conoces nada mi.

—Solo lo que he visto hasta ahora pero el resto de ti no me interesa. ¿No sientes lastima por mí o si? Si es así, no quiero tu jodida lastima.

— Piénsalo bien, Jeongwo. No tienes a nadie más que yo en esta prisión, te encuentras solo.

Pero oír su nombre de los labios de ese oficial le enfurece un poco y es por eso que se olvida por unos minutos que su brazo duele para luego tomar en un puño la cabellera rubia del contrario para jalarla hacia atrás para apreciar el rostro del dueño de esta.

Ambos rostros se encuentran demasiado cerca, pueden sentir sus respiración mutuas mientras sus miradas son diferentes entre ambos.

—¡No quiero oír mi nombre venir de tus labios!

Pero Park no puede evitar desviar su mirada de los ojos del contrario y observar como sus belfos finos hablan con molestia. Por primera vez piensa que Jeongwo es caliente cuando se molesta porque ese ceño fruncido le da su toque con algunas marcas de golpes en su rostro que por alguna razón se ven bien aún y no sabe porque.

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