Capitulo Deux: Un toque atrevido.
장. 2.
A Daring Touch.
Todas las mañanas eran iguales. Despertaba, se duchaba, tomaba su desayuno y luego conducía hasta su trabajo sin olvidar que el tráfico era molesto. Todos sus días eran monótonos. Lo único que cambiaba su día era cuando saludaba al nuevo médico forense.
Lo visitó en su nueva oficina, era excelente verlo tan concentrado en su trabajo. Examinaba el cuerpo nuevo de un caso diferente al de Viruz. Solo había sido un asesinato de una familia que deseaba obtener una herencia y su mejor forma de obtenerla, fue deshacerse de un hombre anciano, dueño de esta.
Sin dudas, sus hijos eran los peores por asesinarlo solo por interés de fortuna. Pero se desconocía la causa de muerte. Aún no sabía con que había sido provocada.
Golpeó levemente el vidrio de la puerta y sonrió cuando Jungkook le regaló otra sonrisa. Le hizo una seña con su mano, cubierta por un guante de látex, invitando al rubio adentrarse en su oficina.
El mismo invitado entro luego con su sonrisa sin desvanecerse de su rostro y después cerró la puerta tras el.
—Hola.
—Hola. —Jungkook hizo una reverencia hacia él y luego continúo examinando el cuerpo sin vida recostado sobre una fría camilla de metal.
Sus manos trabajaban con mucho cuidado. Cada pinza que tomaba era con delicadeza como cuando las acercaba a la piel del cadáver. Debía realizar una autopsia.
Su oficina se sentía fría pero era normal porque los cadáveres debían mantenerse en el frío para que la descomposición no fuera tan veloz sobre estos.
Jimin acarició su propio mentón mientras lo observaba trabajar pero tenía que admitir que ese hombre tenía buen estómago cuando comenzó a buscar un bisturí para cortar el abdomen del hombre sin vida. El rubio mejor observó hacia otro lado.
Jungkook elevó un poco su mirada hacia él y sonrió pero jamás dejo de trabajar. Su mano trazó una línea perfecta y limpia sobre la piel del abdomen hasta abrir lentamente el cuerpo.
Sería asqueroso para otro que no fuera médico pero él estaba demasiado tranquilo con el tema. Después de todo, su trabajo anterior era el mismo a este.
—Puedes sentarte y esperar por mi, si deseas. Ya casi acabo.
—Oh no, siento que te lleva tiempo, solo...
Jungkook paró y retiro el bisturí de la abertura del cuerpo, luego lo observó con un rostro en blanco. Pero su sonrisa nunca faltaba, al cabo de unos segundos después.
—Mejor espero, después de todo, debo darte otra noticia sobre el caso... Ya sabes, Viruz.
—Ah, si lo sé, tomate tu tiempo y espera por mi. —Jungkook tan rápido terminó de hablar, volvió sus ojos a su trabajo.
Poco a poco, fue abriendo cada vez más el abdomen hasta que consiguió observar más que piel y pocos músculos pero también un poco de grasa abdominal.
Dejó el bisturí sobre un pequeño recipiente de metal, sabía que luego debía lavarlo y desinfectar en cuanto su trabajo termine.
Jimin solo respiró hondo y decidió verlo una vez más mientras tomaba asiento frente al escritorio pero a su lado se encontraba jungkook trabajando.
Quizá observar un médico realizando su trabajo no era tan atractivo porque lo atractivo venía cuando el azabache tomó la luz, que colgaba por encima del cadáver, para observar mejor y con más iluminación. Su brazo mostró un poco de fuerza y su bícep se notaba demasiado fornido al tomar la luz para moverla un poco para mejorar la visión.
Jimin mordió su labio inferior. Intento calmar sus pensamientos algo atrevidos pero debía aceptar que era muy lindo, tanto él como todo su ser. Además esa sonrisa suya, lo había cautivado un poco desde el primer día.
Habían pasado siete días desde que Jungkook comenzó y se sentía como si fueran compañeros de trabajo desde toda la vida. Prácticamente, siempre venia a su oficina para observarlo trabajar aunque tenía trabajo el también por hacer.
Las manos del médico solo tocaron un poco los órganos del hombre y sus ojos buscaban algo en especial. Su estómago.
No habían signos de heridas profundas con armas de fuego o objetos filosos. Tampoco se encontraban signos de asfixia o fracturas de huesos. Negó cuando nada de eso ocurría en el cuerpo.
Cuando encontró el órgano que deseaba encontrar, finalmente lo examinó para encontrar algo pero no encontró nada allí. Examinó luego sus pulmones pero se encontraban sanos y de buen color.
—¿Problemas?
—Los asesinatos a veces son algo difíciles cuando no se sabe con exactitud que es lo que ocurrió ¿y sabes que? Él es el único que sabe la verdad de su muerte. —Jungkook señaló al hombre y luego omitió seguir examinando su torso.— La única prueba es que su cuerpo ha estado demasiado tiempo recostado, los hematomas en su espalda lo confirman.
—¿Que hay de los demás órganos?
—Nada aún. Solo ha consumido algunas cosas, no creo que... —Inmediatamente, sus labios guardaron silencio cuando se escuchó a él mismo y luego sus manos tomaron la cara del hombre.—
Eso es, si había comido, algo debía permanecer en su boca. Por lo en general, las personas solían tener pequeños huecos en sus dientes, si este hombre no lavo sus dientes antes de morir, entonces...
Su dentadura fue abierta lentamente y sin fracturar su mandíbula en el intento, observó cada uno de sus dientes. Tomó un espejo dental de su mesa metálica a su lado, luego lo introdujo dentro de la boca para observar mejor cada lugar de ella.
—Jeon, eres todo un odontólogo. —Jimin soltó una pequeña risita coqueta ante su chiste pero Jungkook no lo escuchó, toda su mente estaba concentrada.
Tan concentrado que finalmente gritó victoria en su mente cuando un poquito de sustancia blanca se encontraba en una de sus muelas. Sonrío ladino, y tomó con su otra mano, una pinza. Debía quitar un poco de ello para examinarlo luego en el laboratorio.
Colocó la sustancia en un recipiente pequeño y la observó mejor. Simple vista solo tenía la imagen de una sustancia blanca destruida y molida por sus propios dientes de la víctima pero seguro esa sustancia obtuvo una forma antes.
—¿Algo nuevo? —Nunca supo cuando Jimin caminó hacia él, solo lo encontró a su lado cuando se giró.
—Parece que ha consumido algo no agradable para su sistema digestivo y el resto de su cuerpo. Es extraño que su saliva no la haya consumido después de tanto tiempo sin vida. Supongo que la muerte fue más rápida de lo que pensó, sus dientes están sucios.
—Wow, eres todo un hombre inteligente...
—Gracias.
Su sonrisa atrapó nuevamente a Jimin mientras se retiraba sus guantes de látex y el sonido de estos llegó a los oídos del rubio, quitándolo del trance en el que se encontraba su mente.
—¿Quieres que lleve la prueba al laboratorio? Debes estar exhausto de pensar.
—Mejor iré yo, quiero un café.
—No te preocupes por eso, te compré uno.
Jimin tomó el pequeño recipiente en sus manitos pequeñas y sonrió antes de girar sobre sus talones. Caminó hasta la puerta con la mirada de Jungkook sobre él, luego se giró un poco antes de marcharse, lo observó, le regaló una sonrisa coqueta y finalmente se marchó.
El azabache solo sonrío cálido al observarlo marchar pero luego la borró al observar el cadáver. Luego debió su mirada hacia el bisturí que utilizó, colocado sobre la mesita metálica y suspiró.
Solo tenía un trabajo por ahora y era limpiar todo antes de que Jimin regresará.
Le tomo un tiempo hacerlo. Cubrió el cuerpo con una bolsa negra y subió el cierre de esta cuando todo estaba listo. Movió el cuerpo en una camilla hasta colocarlo dentro de la morgue. Lo encerró en un pequeño lugar para el cuerpo y dónde se mantendría en buen estado hasta el siguiente paso.
Caminó de regreso a su oficina y se encontró con un Jimin esperándolo sentado frente a su escritorio con un café en su mano, y otro sobre el mismo.
—Es buen café, debes probarlo. Suelo consumirlo siempre.
—La cafeína en exceso te generará problemas de salud, inquietudes, dolor de cabeza-
Jimin solo rodó los ojos mientras bebía un poco. Demasiado inteligente y conocimientos.
—Solo un buen café nunca se niega una vez en cuando. Por favor, no digas eso.
Jungkook tomó asiento mientras extendía su mano para tomar su café. Bebió un sorbo con los ojos sobre el contrario y luego soltó un leve gemido, realmente estaba sabroso pero debía cuidar su dieta. No estaba seguro si estaba rompiendo su dieta al darle algo como esto a cuerpo. Después de todo, cuidaba mucho su salud.
—¿Cuidas tu cuerpo?
—¿Por qué lo preguntas?
Jimin solo sonrío y cruzó sus piernas con delicadeza. Luego pensó en lo que diría para luego soltarlo y sorprender al azabache.
—Tu ceño fruncido al beber, tu brazo tenso y tu mirada sobre mí como si estuvieras obligado a hacerlo. ¿Dietas? No la necesitas, cariño. —Su guiño fue algo atrevido para Jungkook, quien soltó una sonrisa tímido.
—Wow, eres bueno.. ¿en el lenguaje corporal?
—Solo miento. En tu información personal, justo en tu descripción. Amas hacer dietas para mantener tu cuerpo sano y fuerte, solo investigué sobre ti.
El azabache solo inclinó su cabeza hacia abajo y observó su café por minutos. Su mirada luego se movió y miró por debajo de sus pestañas como Jimin bebía café.
—De igual manera, pienso que eres un buen oficial y un buen detective.
—Ser jefe fue un rango que logré luego de tantos años de esfuerzo. No fue nada fácil. Aún recuerdo cuando solían burlarse de mí y no creían que tenía la razón. Ellos no querían que yo fuera más que todos ellos.
—Suele suceder.
—Pero ya no sucede ahora y eso me hace sentir bien. También evitaré que no te suceda a ti.
Jungkook asintió. Su mano se extendió hacia el rubio, quien no entendió su repentino acto pero luego comprendió y estrechó su mano junto a él. Sus sonrisas nunca se desvanecieron y sus rostros continuaron conectados con una mirada.
La voz de Jimin junto a la noticia rompió el momento. No supo cuando su sonrisa se borró cuando se trataba del caso y recordar la fotografía de ese hombre le generaba escalofríos.
—Esta noche, Viruz se encontrará con algunos de mafiosos iguales a él, oí a un tipo de su mafia decirlo en las calles. Su lugar de destino será en uno de los casinos más famosos dirigido por nada más y menos, que el mismo Viruz. Ese maldito no se rinde.
La mano del rubio abandonó la del azabache, estaba molesto con ese hombre y se le notaba en su rostro como también sus belfos gruesos siendo mordidos con molestia.
—¿Hay algo que pueda hacer? Solo dime.
—No lo creo, no creo que puedas ir a ese lugar, sería demasiado peligroso para ti. Es mejor pertenecer aquí o mejor ve a tu casa está noche. No será seguro si ese tipo está en la calles nuevamente.
—Solo llámame si algo ocurre.
Su dulce voz y sonrisa tierna hacia que Jimin sonriera también pero no debía involucrado mucho en el caso, solo debía saber que pronto podía examinar cadáveres que el mismo Viruz deshacía.
Solo pensó en como lograría adentrarse dentro del casino sin ser descubierto. Después de todo, ese mafioso odiaba a los policías, si sabía que uno de ellos estaba infiltrado en su casino, era capaz de asesinarlo brutalmente.
El era quien debía tener cuidado y no Jungkook.
𝐕𝐈𝐑𝐔𝐙
Su puño fue fuerte y muy acertado. El golpe en el rostro de ese tipo que se encontraba atado a una silla y con sus piernas temblorosas mientras temblaba del miedo de tener al mismísimo Viruz frente a él. Le generaba miedo excesivo y tener una deuda con él no era la mejor elección de la vida.
—Me das asco. No puedo creer que un cerdo como tú se orine encima. Demostrabas ser tan valiente metiéndote en líos con gente inocente y ahora una deuda te asusta. Típico de hombre cobarde.
Todos los miembros de la mafia rieron a carcajadas mientras sus bocas soltaban algunos hilos de saliva con sus exageradas risas. El tipo solo se asustaba en su lugar y se encogió en el mismo.
La oficina de Viruz era como el mismo infierno, él era el rey de ella como el infierno. Un demonio en persona y capaz de todo.
Sus ojos temblorosos solo siguieron el movimiento de las manos del mafioso, este se colocó mejor los guantes negros en cada mano y luego llevo estás a su caderas. Se mantuvo observándolo por un largo tiempo con su mirada oscura y profunda.
—Seré gentil contigo por ser uno de los clientes más recientes. No entiendes mucho mis reglas, ¿Verdad?
Su expresión de falsa amabilidad le daba más miedo y asentir no fue fácil para él. Pero su cabello fue tomado por detrás, un miembro de la mafia lo hizo y luego movió su cabeza de arriba abajo, ayudándolo confirmar.
Viruz sonrío tétrico. Tornó sus dedos en forma de puño contra cada palma de su mano y lo miró indiferente.
-Es normal que tonto cerdo como tú no entienda pero debiste saberlo desde el momento en el que solicitaste dinero y si no mal recuerdo, tambien has comprado mi droga. -Viruz está vez fue salvaje, su mano tomó el cabello del hombre en un puño y jaló de su cabeza para que lo observara a los ojos. -¿Sabes que es lo peor? Que se que has asesinado alguien de tu familia con esa droga cuando supe la noticia que mafia me comunicó. Eres tan inútil.
Tan fuerte como tomó su cabello, también lo soltó de la misma manera, sin una pizca de delicadeza.
-Por favo- por favor... Señor Viruz, usted debe entender. Intenté pagar la deuda con una herencia pero-
-Pero eres tan imbécil que el cuerpo seguramente fue encontrado por la policía mientras tu maldita existencia está aquí, en mi sagrada oficina. Ensucias este lugar con tu estupidez.
-Lo siento.
-¿Lo sientes? Me dices que lo sientes pero no lo sentiste cuando utilizaste la droga para algo que no era.
Viruz solo soltó un suspiro cansado mientras caminaba de un lado a otro con los ojos asustados del tipo sobre él. Cruzó sus brazos tatuados y sus músculos se tensaron por la fuerza.
El sonido de sus zapatos lujosos sobre el suelo de madera, era lo único que se escuchaba hasta que volvió a hablar firmemente. Se paró frente a él nuevamente y luego sonrío un poco pero cada sonrisa suya nunca era buena.
-Eres tan único, solo a ti se te ocurre hacerme esto. Eres tan carne como pecado. -Viruz tomó un tiempo de silencio y luego extendió su mano para solo hacer una señal a su miembro de mafia.- Traigan las pinzas, le quitaré las uñas a este hijo de perra.
El tipo comenzó a gritar y removerse en su asiento. No quería sufrir ese dolor. Su amigo lo había sufrido antes y también le advirtió que la primera tortura de Viruz, era ser una persona sin uñas. Grito, pateó y se resistió.
Pero Viruz no estaría para juego. Golpeó su rostro con un poco de molestia.
-Los cerdos no hablan y tú eres uno.
Ese mafioso, solo tomó las pinzas extendidas por su miembro y luego se preparó para pensar que haría con ese tipo antes de comenzar la tortura.
-Conoces mi nombre, me pides ayuda y me pides dinero, luego compras mi drogas pero me fallas. Seguramente la policía investigue esa droga si encuentran restos en su cuerpo. ¿Cuál era tu propósito? No creo que quieras esa herencia para pagar la deuda. ¡Habla!
-¡No- yo intenté obtenerla para pagar la deuda, lo juro!
-Que mala suerte porque fallaste.
Viruz fue tan brusco. Su mano tomó una de las manos, atadas al apoya brazos de la silla, y colocó la pinza cerca de la uña del dedo pulgar. Solo tomo entre las pequeñas parte de la pinza aquella uña que deseaba arrancar limpiamente y sin fallar.
Fue así que su fuerza se ejerció y tiro hacia atrás, quitándole un grito de su boca como su pobre uña, que era enseñada frente a sus ojos llenos de lágrimas de dolor, y desesperación.
-Una uña de un pobre hombre sin un poco de inteligencia, no gracias, no me sirve.
Y dejó caer aquella uña en un recipiente de metal que un miembro acercó a él, luego se retiró hasta su lugar.
-Sere breve y rápido, mi tiempo vale oro. Esa droga que tú utilizaste como arma de asesinato, vale demasiado y no quiero que la maldita policía la encuentre. Destruyes mi trabajo y yo destruiré tu cuerpo. Ojo por ojo, traición por traición.
No había tiempo que perder, esas pinzas peligrosas volvieron por más. Sujetaron otra uña diferente y la arranco hacia atrás con mucho más enojo que antes. Luego se la enseñó y la colocó ahora en el recipiente nuevamente, junto a la otra.
-No me darán nada a cambio por tus uñas pero tu muerte, hará que todos los que son como tú aprenderán que no deben meterse conmigo. A la media noche, tu familia recibirá la carta negra y tú cuerpo junto a ella. -Una pequeña sonrisa oscura y... - Toda tu familia estará marcada con la muerte... Puedo dar pasos alrededor de ellos y asesinarlos cuando desee.
-¡No! ¡No! ¡NO LO TOQUES HIJO DE PU-
Pero el respeto era lo más importante para él. La pinza fue utilizada como un arma para golpear su rostro. El sonido de algo rompiéndose en el rostro de ese tipo llegó a los oídos de todos pero le importaba muy poco saber que.
-Sabia que podrías demostrar aún tu hombre valiente de tu interior pero eso no cambiará las cosas, hagas lo que hagas, tu valentía no salvará a tu familia. Es el destino que yo decido por ti.
Viruz arrojó las pinzas y luego se giró para tomar un revolver, que se encontraba sobre su escritorio. Le colocó algunas balas dentro del cilindro, luego lo giró y sacudió bruscamente hacia un lado el arma para introducir el cilindro adentro de esta. Lista para disparar sin miedos. Lista para un hombre como Viruz, un hombre libre de miedos y inseguridad.
-¿Sabes como se utiliza esto? Seguro que no. Te enseñaré que sucede.
Viruz solo apuntó a uno de su hombres y luego le disparó en la cabeza. Nadie se inmutó por la muerte frente a sus ojos, solo observaron hacia abajo mientras sus labios se apretaban de miedo y suerte.
Pero el hombre amarrado solo abrió sus ojos asustado y sus labios nunca supieron que decir. Tenía miedo, todo su cuerpo dolía demasiado como su cabeza al pensar que todo esto no era real pero el dolor en su cuerpo lo regresaba a dónde no quería estar.
Ahora, la oficina solo era un lugar de crimen. Un cuerpo sin vida, cómplices, una víctima y un asesino.
-Eso es lo que ocurre cuando te metes con alguien que no sabes cómo puede ser. Tu inteligencia no lo comprendera nunca y torpeza de actuar jamás será compensada. Piensa cuantas cosas diferentes hubieran ocurrido si hubieras elegido otro forma de actuar. Tu realidad sería absolutamente otra. -Y sin temblor, como el que ese tipo tenía, elevó el revolver y apuntó directamente en la frente de este.- Piensa como se sentía tu abuelo al morir y ahora imagínate a ti. La diferencia es que tú tienes una bala mía en tu cabeza.
-¡POR FAVOR PERDONEME LA VIDA, SEÑOR VIRUZ!
Y disparó. No tenía porque seguir escuchando alguien tan terco y estúpido. Su vida no valía absolutamente nada. Y su cuerpo solo dejaba escapar todas las emociones antes de que su corazón parará de latir en cuestión de segundos. Solo observó como la cabeza se inclinó hacia un lado, como la señal de un cuerpo que estaba muerto como su coincidencia y como todos sus pensamientos.
Su existencia termina ahora como su último respiro.
Viruz solo relajo su brazo pero nunca soltó el arma. Todo era un charco de sangre que llegaba hasta sus zapatos, en el podía verse perfectamente como un reflejo en un espejo pero de un tono carmesí.
Con su otra mano, quitó su sombrero oscuro y ocultó la sonrisa que tenía en su rostro. Decidió ocultar porque creía que reírse, con tan solo una sonrisa, frente a los muertos era mala educación pero estaba siendo un poco divertido.
Arrojó el revolver sobre su escritorio. Tomó algunas servilletas y limpio sus manos. Chasqueo los dedos para que su abrigo fuera colocado encima de sus hombros y sobre su traje sin mangas que dejaban al descubierto aquellos tatuajes.
Colocó su sombrero sobre su cabeza, luego colocó su máscara sonriente sobre su rostro. Tenía algo que hacer está noche y no se perdería de ninguna manera ese evento.
Las puertas de su oficina fueron abiertas y su bella secretaria le informó que otro mafioso lo esperaba en su casino, listo para el encuentro.
Solo sonrío debajo de su máscara, caminó un poco hasta la salida pero se volteo un poco para observar todo el desastre y se giró hacia la secretaria.
-Haz que limpien este desastre y envía a los miembros que arrojen los cuerpos en un lugar donde nunca sean descubiertos, la policía no debe saber. Odio que sigan todo lo que hago. No te tardes, vienes conmigo está noche.
Y sin más, el avanzó hasta salir, dejando a su secretaria observando todo a su alrededor. Sinceramente, si era un desastre pero no podía negarse ante el señor Viruz.
[...]
Jimin se observó mejor en un reflejo de la sala del casino. Su traje estaba demasiado ajustado a su cuerpo y le era imposible moverse mucho. Sentía que podía romperse en alguna parte de su cuerpo y terminaría en completamente en ridículo.
Solo suspiró y bebió un poco de su champagne costoso. Después de todo, el casino solo ofrecía tragos verdaderamente muy costosos pero tenía buen sabor.
Tan rápido lo terminó, que caminó hacia la barra por más. Ahora intentó beber un whisky con hielo, uno que bebió casi hasta la mitad pero guardo un poco para después. Ahora solo quería caminar entre las mesas de apuestas, o de cartas de blackjack.
Se sentía intrigado jugar un poco y ganar un poco de dinero, pero sabía que todo ese dinero solo era sucio como las personas que apostaban en este casino clandestino, dirigido por el mismísimo Viruz.
Odiaba ese nombre y... Su estúpida máscara. El tenía que llegar en cualquier momento y no se sentía casi en sus zapatos. Su mente estaba confundida, pocas veces comenzaba a nublarse cómo su visión.
Sus ojos buscaban perdido hacia todos lados pero nada encontraba sobre él. Bebió un poco más de su trago y se lo acabo todo. Quiso más. Era adictivo.
Mientras pedía un nuevo tragó del mismo, Whisky con hielo, nunca supo que Viruz había llegado al casino, con todos sus hombre de negro, detrás de él como un jefe de mafia que era. Caminó, con su bastón de oro en una mano y su máscara sonriente sobre su rostro, hasta una mesa donde se suponía que su invitado lo esperaba.
No era un anciano para usar bastón pero le quedaba bien a su apariencia de mafioso y se sentía poderoso cuando lo utilizaba. Era hombre atractivo y muy joven pero lleno de inteligencia.
Cada paso que daba entre la multitud, está se abrirá paso y hacían reverencias con miedo, pero a la vez, llenas de admiración. Él promovía el casino clandestino como la buena droga dentro de este. Se podía decir que era una locura que existiera gente que lo amaba por lo que hacia.
Solo sonrío levemente debajo de su máscara y caminó hasta la mesa de blackjack. Tomó asiento para luego sentir como alguien se sentaba a su lado tan rápido en cuanto llegó.
—Los cuervos dicen qué vuelves al juego. ¿Hay carne fresca en el aire?
Los códigos de mafia era tan excelentes como desapercibidos cuando debían hablar algo importante con tantas personas alrededor.
Viruz solo tomo algunas cartas que le entregaba aquel crupier de la mesa de blackjack. Asintió en agradecimiento y luego respondió hacia la persona que le dirigía la palabra.
—Los cuervos* son tan inútiles como su propio nido*. No recuerdan volar hasta alguien les da algo de comer.
—Alimentas muy bien a los cuervos. No pueden dejarte ir.
—Me extrañarán si me voy lejos.
Sus manos tatuadas mezclaron sus propias cartas mientras sonrío debajo de su máscara. Y ese mafioso a su lado lo supo.
—Soy Kim Namjoon, Jefe de la mafia de las serpientes. Nos hemos visto algunas veces pero jamás hemos hablado. Admiro tu trabajo.
—Oí sobre ti. La mafia que tienes es muy admirable también. Solo oí que han distribuido mi droga en sus ciudades tomadas. Me hacen rico.
Viruz se giró un poco para extender su mano. Necesitaba estrechar su mano con ese hombre. Sin dudas, había hecho un buen trabajo sin trabajar para él.
Su mano fue tomada, la fuerza que ejerció ese hombre sobre su mano, arrugó su guante negro pero no le importo. Al final, ambos soltaron sus manos luego de sacudirla de arriba abajo.
—Dime, ¿Por qué me has citado en mi propio casino? La ayuda vale demasiado cuando mis manos se mueven por alguien pero tú tendrás un descuento por distribución de droga a mi nombre.
Kim solo tomó algunas fichas de apuestas que se encontraban a su lado y jugó con ellas un poco. Lanzó una al aire y la atrapó en el mismo segundo antes de caer.
—Los cuervos pueden caer si tú acabas con ellos, me pregunto porque esperas tanto tiempo en hacerlo. Tienes el poder de la mitad de la ciudad y aún así no atacas.
—No debería atacar cuando no estoy seguro de que puedan hacer. Pero todo está a su paso. Las cosas salen mejor cuando salen a su debido tiempo. Soy calmado.
Namjoon sonrío y luego le hizo una seña a un mozo del lugar, quería un poco de alcohol para beber.
Alcohol que Jimin bebió y ahora no podía parar de caminar con problemas. Sus pasos fueron directamente a la mesa de blackjack, donde sus ojos divisaron esa máscara que tanto reconocía. Era una diferente a la de la fotografía pero aún así podía saber que era él por sus tatuajes en eso brazo que... Su mente no podía estar pensando esas cosas con tanto alcohol en esta.
Se colocó de pie, detrás pero entre Viruz y un tipo más que no sabía quién era pero no le importaba él, sino, al hombre de máscara.
Su visión no comprendía muy bien lo que era ese juego con tantas copas de alcohol encima. Solo observó y sonrió tontamente.
Viruz solo colocó algunas fichas que equivalían a su dinero apostado. No le importaba perder dinero, tenía demasiado pero si le importaba humillar a sus contrincantes.
Observó que no era él único en la mesa junto a Kim. Se encontraba mucha más personas sentadas jugando solo por curiosidad de poder ganarle a Viruz.
Solo ladeo su cabeza cuando veía como esas personas apostaban todo su dinero como si la suerte estuviera con ello y los ayudaría a ganar. Sonrío ladino pero nunca dijo algo al respeto. Volvió su mirada al frente.
Los minutos comenzaron a pasar, cada carta que pedía, era una partida de cartas que ganaba. Era capaz de realizar tres blackjack seguidos mientras Kim solo llevaba uno.
—Debí estudiar un poco antes de enfrentarme a ti. —El susurro de Kim cerca de su oído, lo hizo sonrío aún más y solo ladeo un cabeza hacia un lado.
Si no aprendía ahora con sus partidas perdidas, entonces Viruz se llevaría todo el dinero de la mesa a su mansión.
Iba a pedir una carta más cuando sintió como alguien movía sus dedos como araña sobre su brazo desnudo. Quitó la mano con cierto desinterés pero esa mano volvió y ahora acarició sus tatuajes como si estuviera curioso.
Intento perdió otra carta cuando quitó la mano nuevamente de su brazo, pero la volvió a sentir, estaba sintiendo toda una palma acariciar y apretar su bícep duro como si estuviera probando sus músculos bajo el tacto.
Kim observó la mano con asombro, luego se giró lentamente hacia el dueño de ella. Sus ojos se encontraron con el oficial Park y tragó duro. Permaneció quieto junto a sus nervios por verlo acariciar a Viruz con tanta curiosidad sabiendo que este odiaba que lo tocaran.
Su cuerpo tembló cuando Viruz apoyo fuertemente ambas manos sobre la mesa, las fichas de apuestas saltaron en el lugar como todas la cartas y se giró bruscamente para mirar quien carajos tocaba su brazo como si buscará follar una noche con él.
Sus ojos se encontraron con aquel rubio que vio en al fotografía de la carta negra y luego desvío su mirada hacia la mano pequeña que lo acariciaba. Luego regreso a su rostro, tenía una expresión embobada y algo tierno por la manera que se comportaba. Estaba ebrio.
Sus ojos se veían tiernos pero Viruz no veía ternura con sus ojos en las demás personas. Quitó la mano como si fuera un poco de polvo sobre su brazo y regreso al juego. Tomó su vaso de whisky y pensó beber pero recordó que el oficial ebrio Park estaba detrás de él.
Si quitaba su máscara, todo sería un caos. Solo dejó el vaso y continúo con el juego. Debía ganar antes de atacar a ese oficial.
Pero Jimin no le quitaba la mano del brazo aunque lo alejara.
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