⁰⁰. ᴘʟᴀɢᴀ.
El gobierno de Tokio estaba al borde del colapso, los centros médicos estaban al tope desde hace días y la inflación en el área de medicina empezaba a ser alarmante para los ciudadanos.
Aun así, el gobierno se negaba a dar explicaciones excusándose en que era unas pequeñas epidemias de gripes, pero nada estaba más lejos de la realidad.
El descubrimiento de un nuevo virus que atentaban con toda la población. Lo poco sabían que era que, es sumamente contagioso y la única forma de ser infectado era por una mordedura que pudiera perforar la carne.
Los síntomas después de ser transmitido el virus eran los siguientes.
1. Agotamiento excesivo.
2. Piel pálida y aparición de hematomas en la parte superior del cuerpo.
3. Descoordinación motora.
4. Falla en el habla y desprendimientos de dientes.
5. Putrefacción de los tejidos.
6. Desprendimiento de la piel.
7. Pérdida de la visión causando el desprendimiento de los ojos.
8. Agudización del oído.
9. Velocidad abrumadora.
10. Desconocido.
— ¡Nobara! ¡¿Ya estas lista?!. — Grito su hermano mayor colocándose los tenis en la entrada de la puerta. — ¡Yuuji y Megumi ya están afuera!
— ¡Ya callate, no me presiones!. — Le gritó de vuelta. — ¡Que se esperen o que se larguen!
— Que fina. — Murmuró abriendo la puerta donde estaban los niños y un poco mas atrás sus ¿tutores?. — Hasta Nanami vino, siento que tengas que soportar a Satoru todo el camino Megs.
— ¿No puedes cambiar de asiento conmigo?
— Nop, Bara quiere que le pinte las uñas.
Escuchar el suspiro de Megumi lo hizo reír hasta que sintió un pequeño cuerpo aferrarse a su cintura. — Aw, mi tigre rosita.
Sostuvo el cuerpo del rosita con una mano y con la otra cargo a Megumi quien se quejó pero se dejó cargar, después de todo, eran unos niños pequeños.
— ¡Oigan! ¡Ese es mi hermano mayor!. — Volvió a gritar la castaña lanzándose con todas sus fuerzas hacia el chico. — ¡Consiganse el suyo!
— ¡Presta!
— ¡No!
— Pareces popular entre los niños. — Comentó Suguru con una sonrisa. — Satoru y Choso están haciendo un berrinche porque Megumi y Yuuji quieren ir contigo.
— Son pateticos. — Agregó Nanami.
Con cuidado bajó a los niños manteniendo a Nobara en sus brazos pues ella se negaba a soltarlo, no podían culparla fue mimada todo el tiempo.
— Je, supongo. — Sonrió acariciando las cabecitas de los niños.
— Si ya estamos todos listos, vamonos.
— Andando niños.
Los menores iban riendo y jugando un poco antes de subir al auto, ahora la decisión dificil ¿quien iría con Haruko Kugisaki?
— ¡Yo quiero ir con el!
— ¡No! ¡Yo voy a ir con el!
— ¡Yo primero!
— Tu callate, Satoru.
Al final ninguno de los niños, ni Satoru fueron acompañados por el chico como castigo.
El motivo por el cual habían decidido salir ese dia se remontaba a una actividad escolar que tenían en la primaria de los niños, una actividad que incluía invitar a las personas que mas admiraban en un picnic.
Nanami, Suguru y Haruko eran aquellos chicos que merecían admiración y por eso los habían escogido.
Menos Choso y Satoru, ellos se invitaron solitos.
— ¡Picnic! ¡Picnic!. — gritaban los niños una vez estuvieron en el parque, habían muchas personas seguramente haciendo la misma actividad.
— ¡Haru! ¡Vamos a jugar!. — Le gritó su hermana.
— Ve, nosotros acomodaremos esto. — Dijo Nanami sonriendo con una canasta en sus manos.
— ¡Bueno!. — Le sonrió de vuelta y corrió hacia los niños. — ¡Soy el monstruo y vengo a comerlos!
Los niños se dispersaron por todo el parque entre risas mientras el mayor los perseguía.
— ¡AYUDENME!. — El chico se detuvo abruptamente al escuchar los gritos de un hombre quien estaba siendo apresado por otro.
— ¿Hermanito?. — La pequeña se acercó jalando la ropa de su hermano quien seguía en shock viendo un acto fijo.
Había sangre, estaba mordiendolo arrancando pedazos de piel y huesos de la espalda y nuca.
Esa "persona" no tenía ojos y le faltaba la parte del antebrazo en donde solo estaban expuestos los huesos.
Sin hacer mucho ruido tomó a Nobara entre sus brazos a pasos sigilosos. Sin embargo; el grito de Yūji lo alertó y comenzó a correr hacia ellos.
— ¡Carajo!. — Corrió con todas sus fuerzas atapando a Megumi y después a Yūji en cuestión de segundos. — ¡NANAMI, SUGURU!.
Los mencionados voltearon y sus rostros se pusieron pálidos al ver a un hombre sin ojos y con todas las intenciones de alcanzar a Haruko.
— ¡Atrapenlos!. — Sin previo aviso lanzó a los niños hacia los adultos para darse la vuelta y teclear a la persona poniendo todas sus fuerzas para sostenerlo de las piernas y dar las vuelo suficiente y lanzarlo tan lejos como pudiera. — ¡¿Qué están esperando?! ¡vamonos!
Rápidamente corrió hacia ellos con los gritos de las personas de fondo, el pasto estaba lleno de sangre y vísceras que lo hicieron tener arcadas pero no había tiempo, debían irse ya.
[𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐢́𝐬𝐭𝐢𝐜𝐚𝐬]
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