O14
—Sunghoon, ¿podrías por favor dejar de untar tu maldito pene contra mi muslo?
—Mmm no. —gime y muerde el hombro delgado del omega.
—Tu celo fue hace dos días
—¿Y?
Sunoo se ríe, apretando el miembro del pelinegro, él gime.
—Haz eso otra vez.
—¡No seas asqueroso! —le pega. —Párate o suéltame. Debemos ir a la escuela, es nuestro último día.
—Ve tú. Yo estoy harto de toda esa gente. —se acomoda, soltando a Sunoo y abrazando su almohada.
—Vamos, Hoon. —lo mueve. —Por favor~
—No
—Cuento tres.
—Hasta mil si quieres. No iré.
—Uno.
—Lárgate.
—Dooos~
—Eres insoportable. —se para, caminando al baño, con la risa de Sunoo siguiéndole por la espalda.
—Tres. —el omega cierra la puerta del baño, detrás de sí.
Le Después de una larga ducha —compartida— ambos salen y se visten para su último día de preparatoria.
—Estoy feliz y triste a la vez. —Sunoo junta sus manos, caminando por los pasillos, mirando a todos lados.
—Odio a todos, así que estoy feliz. —a su lado, Sunghoon dice.
—No puedes ser tan agrio, Sunghoon. —le da su mochila porque su espalda ha comenzado a doler. —Deberías apreciar a la gente que Dios pone en tu camino.
—Aprecio más a la que me quita. —abre su casillero, masticando el chicle que el castaño le dio en el autobús.
—Ugh. No seas así. —hace un puchero.
—Soy así, lo siento, no puedo cambiar.
—Okay. —encoge sus hombros, sacando un chocolate de su mochila. —¿Irás al trabajo hoy?
—Me quedaré en casa. —le quita el chocolate a Sunoo y se lo come, de un bocado.
—¡Oye!
—Mucho azúcar.
Cada quien va a su clase correspondiente, según la clase que le tocaba. Sunoo compartía esa con Jake. El rubio era una gran compañía, y más aún cuando no había nada que hacer. Como era el último día, los maestros no podían marcar tareas o hacer alguna actividad. Las calificaciones ya estaban dadas, o al menos la mayoría. Sunoo sentía frío por más que no hubiera, pero quería sentir el calor de Sunghoon cerca. El maestro dice que pueden salir y hacer lo que sea, siempre y cuando no salieran del colegio.
Sunoo, junto con Jake van al comedor. La mayoría de los alumnos de último año están ahí, todos lucen felices de por fin haber terminado la escuela.
—¿Es ahora cuando todos se ponen a bailar? —Heeseung llega, sonriendo. —We're all in this together~
Canta, tratando de hacer el baile final en High School Musical.
—No seas idiota, Heeseung. —Sunoo se ríe. —¿Irás al baile ésta noche?
—Claro que sí, mis padres me dieron permiso porque pasé álgebra. —abraza al omega. —Muchas gracias, Sunoo.
—De nada. —le devuelve el abrazo.
—Te quiero lejos de mi omega ahora mismo.
—Como digas, primito. —el alfa castaño se aleja. Revuelve el cabello de Sunoo sólo para molestar al pelinegro.
—¿Irás con alguien? —Jake le pregunta.
—Nah
—Ven Sunoo, vamos a conseguirte algo de comer.
—¡Yay! —aplaude, siguiendo a Sunghoon.
Sunghoon le compra a Sunoo un poco de fruta con miel y un yogurt para beber. El castaño no se refería a eso pero bueno, comida era comida. En su último día no hicieron nada más que platicar y recordar viejos momentos. Sunoo sentía nostalgia, Jay, Jake y Jungwon tenían planes de ir a la Universidad y no era precisamente en en su pequeño pueblo.
—Entonces... ¿se irán? —el omega limpia sus mocos con la servilleta que Sunghoon le da. —¿Nos van a dejar? ¿mi bebé no tendrá tíos?
—Dios, Sunoo. Eres un llorón de lo peor. —Sunghoon niega, divertido.
—Lo siento, es que esto me pone muy sentimental.
—Jay, recuérdame nunca quedar embarazado. —Jungwon dice.
—A mi también. —ahora es Jake.
—Tú no puedes. —Heeseung le recuerda.
—Pero si puedo dejar a alguien. —guiña el ojo.
Por la tarde, Sunoo ha tomado otra ducha. Su cuerpo ha decidido cambiar de temperatura cuando quiera, de nuevo. Con su cabello húmedo y vestido con un bóxers y camiseta vieja —de Sunghoon— comienza a buscar su mochila. Una que trajo hace poco y donde guardaba su ropa bonita. No se pondría un traje ésta noche, con su barriga así, se vería ridículo. La encuentra en la parte de arriba del armario. Odia que Sunghoon sea una jirafa y la haya puesto ahí.
Va a la cocina por una silla, la arrastra hasta la habitación y con cuidado, sube. Jala la mochila, haciendo que caiga al suelo junto con una bolsa de super, negra. Extrañado, Sunoo se baja de la silla, agachándose para recoger sus pertenencias y la bolsa esa. Se sienta en la cama y la abre, dentro hay dinero, bastante. Sunghoon tenía dinero, y mucho. Sunoo podía contar 3 millones de wones, al menos.
—¡Sunoo! —oye la voz del alfa entrar a la casa. —Ya llegué, ¿dónde mierda estás? —su voz se va acercando hasta llegar a la habitación.
—¿Para qué tanto dinero? —es lo primero que pregunta.
Sunghoon le quita la bolsa de su regazo, la amarra de nuevo y la tira a donde estaba.
—Creí que no tenías.
—Iba a servir para algo.
—¿Para qué, exactamente?
—Quería pagarte el viaje de graduación, pero cuando al fin tenía todo el dinero ya estaban cerrados los cupos y el último día de pago había pasado. Así que decidí seguir ahorrando para el bebé.
—Oh... eso es lindo.
—Lo sé.
—Egocéntrico.
—Tengo mis razones.
—Entonces.... —Sunoo avanza, quedando frente a él y picando su estómago. —Ibas a hacer algo romántico para mi.
—¿Qué le ves de romántico a eso, Sunoo?
—Déjame soñar.
—Si, si. —besa los labios del omega. —Pero no sueñes tanto porque tenemos que ir a ese estúpido baile.
—Cierto, ¿a dónde fuiste?.
—Por ahí. —entra al baño para ducharse.
Sunoo come un poco de frituras en la sala, mirando la tv y oyendo la regadera correr. Cuando su bolsa de papitas se acaba —lo cual le pone triste— se lava las manos y comienza a buscar la ropa que se pondría para el baile.
—¿Sabes? Para ir al baile tienes que vestirte mucho. —horas después, Sunghoon dice, viéndose al espejo y abrochando su cinturón. —Y para quedarnos en casa no hay que usar nada, si entiendes lo que digo.
—Lastimosamente lo hago. —Sunoo acomoda su camiseta, empujando al alfa para ver como lucía, frente al espejo. —¿Crees que es mejor ésta o la negra?
—¿Qué negra? casi todas tus camisas son negras—
—Me hacen ver delgado.
—Eres delgado normalmente, ahora sólo estás embarazado.
—Cómo digas, señor vientre marcado.
—Está en mi naturaleza, Sunoo. En la tuya está ser relleno, lo sabes.
—¿Qué hay de Jake? el tampoco es alfa, come mucho y es delgado.
—Es beta. Los betas pueden hacer lo que quieran, esa es su naturaleza.
—Entonces odio la mía. —cruza sus brazos y frunce su ceño.
—Lástima. —Sunghoon besa sus rosados labios, largamente, sacando suspiros en el más bajo. —A mi me encanta—
Antes del famoso baile, hay una ceremonia, a la cual asisten los familiares de los graduados. Los padres de Sunoo y Sunghoon se están conociendo y parecen caerse bien. El alfa se pavonea, orgulloso, cuando a su omega le entregan un reconocimiento y diploma con uno de los mejores promedios. Sunoo sube al escenario con ayuda del alfa. Sus maestros lo felicitan por sus logros y el bebé, algo atrasado, sí.
—Te tengo algo. —Sunghoon dice, buscando en los bolsillos de su pantalón.
—¿Es por lo que saliste hoy en la tarde?
—Ajá.
Saca una cajita, transparente y de plástico. Dentro hay una flor azul con brillos y destellos verdes, artificial. Sunoo abre la boca, llevándose las manos al pecho. Era una costumbre entregarle una flor y amarrársela al omega, en la muñeca, ya sea mujer u hombre, para hacer el emparejamiento oficial.
—Sunghoon, yo-
—¿Me vas a dejar ponértela? —alza una ceja, mirando al omega asentir, repetidas veces.
—Mierda, sí.
Extiende su brazo derecho, dejando al alfa amarrar el listón negro.
—Listo.
Sunoo abraza al más alto con pequeñas lágrimas en los ojos, y su vientre entre ellos.
—Está pateando mucho. —Sunoo dice, riendo.
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